El «mila­gro» ale­mán: 7,4 millo­nes de tra­ba­ja­do­res mal­vi­ven con mini­em­pleos precarios

La baja tasa de des­em­pleo, el cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co y el aumen­to de expor­ta­cio­nes es la car­ta de pre­sen­ta­ción de la “fór­mu­la mági­ca” que ven­de Ale­ma­nia a la Unión Euro­pea, pero que no deja de ser un cuen­to que escon­de una reali­dad bas­tan­te más pare­ci­da al res­to del con­ti­nen­te de lo quie­ren apa­ren­tar. Así son las ver­da­de­ras medi­das que ha apli­ca­do Ale­ma­nia para no estan­car­se en la cri­sis que afec­ta al res­to de la Eurozona.

Este “mila­gro” mediá­ti­co deja de ser­lo en cuan­to se ras­ca un poco sobre la super­fi­cie. En reali­dad, el ries­go de pobre­za en Ale­ma­nia actual­men­te afec­ta a más de un 16% de la pobla­ción, sufrien­do un sig­ni­fi­ca­ti­vo aumen­to con res­pec­to a hace unos años.

Unos 7,4 millo­nes de tra­ba­ja­do­res sobre­vi­ven con mini­em­pleos que ofre­cen un máxi­mo de 15 horas sema­na­les y remu­ne­ra­cio­nes que no pasan de los 450 euros men­sua­les (607 dóla­res). De hecho, a pesar de la ima­gen exte­rior que expor­tan los ger­ma­nos, los exper­tos patrios afir­man que Ale­ma­nia se está con­vir­tien­do «en un país de bajos sala­rios”. Así lo seña­ló el inves­ti­ga­dor ale­mán Sebas­tián Dullien, autor de “Capi­ta­lis­mo decen­te” (cuyo títu­lo es, evi­den­te­men­te, una insu­pe­ra­ble para­do­ja: el capi­ta­lis­mo solo pue­de ser, por su mis­ma estruc­tu­ra de fun­cio­na­mien­to, inde­cen­te y criminal).

A los cada vez más abun­dan­tes bajos sala­rios y a los cre­cien­tes índi­ces de pobre­za tam­bién hay que aña­dir una cri­sis que está gol­pean­do muy fuer­te a los jubi­la­dos. El cálcu­lo ofi­cial es que un 30%recibe una pen­sión de 688 euros por mes (928 dólares).

Has­ta aho­ra, la inter­ven­ción de la segu­ri­dad social ayu­da a com­ple­men­tar estos bajos ingre­sos, pero la actual fle­xi­bi­li­za­ción del mer­ca­do labo­ral y la refor­ma de la segu­ri­dad social augu­ran un futu­ro negro para los tra­ba­ja­do­res ale­ma­nes (mien­tras, y esta cons­ta­ta­ción es esen­cial para enten­der el pro­ble­ma, y tam­bién el sis­te­ma, los gran­des empre­sa­rios y polí­ti­cos siguen lle­nan­do sus bol­si­llos a su costa).

Según un recien­te infor­me del Minis­te­rio de Tra­ba­jo, las coti­za­cio­nes de las per­so­nas con mini­em­pleos a los fon­dos de pen­sio­nes públi­cas les dará un dere­cho de unos 3,11 euros al mes (4,19 dóla­res) por año tra­ba­ja­do. Con la edad de jubi­la­ción esta­ble­ci­da a los 67 años, se pue­de cal­cu­lar que alguien que haya teni­do mini­em­pleos en hote­le­ría o res­tau­ran­tes, ten­drá una pen­sión men­sual de unos 140 euros (189 dóla­res) al jubilarse.

Esta situa­ción no sólo afec­ta a los mini­em­plea­dos, debi­do a que hay tra­ba­jos de tiem­po com­ple­to que pagan unos cin­co euros la hora (6,75 dóla­res). “La pen­sión de este tipo de sala­rios tam­bién se situa­rá por deba­jo de la línea de la pobre­za”, advir­tió Dullien (que aun tras la evi­den­cia his­tó­ri­ca, pro­fun­di­za­da en la cri­sis actual, de que el capi­ta­lis­mo es sinó­ni­mo de bar­ba­rie, sigue pen­san­do en que el capi­ta­lis­mo pue­de tener «un ros­tro humano» ¿Ino­cen­te social­de­mó­cra­ta o inten­cio­na­do mala­ba­ris­ta que inten­ta hacer pasar por acep­ta­ble el capi­ta­lis­mo para perpetuarlo?

Como se ve, el «mila­gro» ale­mán, que se ven­de como mode­lo para el res­to de los pai­ses de Euro­pa, no es tal cosa, sal­vo, lógi­ca­men­te, para unos pocos; para la mayo­ría, los que tra­ba­jan o quie­ren hacer­lo, es más bien algo cada vez más pare­ci­do a una condena.

Un valle­kano en Rumania

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