Una nue­va estre­lla en el cie­lo de Eus­kal Herria- Borro­ka Garaia

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gogoanUna vez más el dolor se abre paso en Eus­kal Herria. Lo natu­ral de las cár­ce­les es exter­mi­nar y res­que­bra­jar. Para eso fue­ron dise­ña­das. Para ente­rrar vivas a las per­so­nas. Cuan­do un esta­do es inca­paz de ser jus­to, lle­na las cár­ce­les de pobres y lucha­do­res con­tra la injus­ti­cia. Cada dos días mue­re un pre­so en las cár­ce­les espa­ño­las. No sé quien decía que la salud de un sis­te­ma polí­ti­co era direc­ta­men­te pro­por­cio­nal a la situa­ción de sus cár­ce­les. Y la situa­ción de las cár­ce­les espa­ño­las es la de un esta­do ase­sino y tre­men­da­men­te injusto.

Si ade­más la polí­ti­ca peni­ten­cia­ria se uti­li­za como arma de gue­rra, chan­ta­je y coer­ción social para man­te­ner some­ti­do a un pue­blo como Eus­kal Herria, los resul­ta­dos están a la vis­ta. En menos de un año la polí­ti­ca peni­ten­cia­ria dise­ña­da con­tra la disi­den­cia vas­ca ha mata­do a Angel Fige­roa, Xabier Lopez Peña y ayer nos arre­ba­ta­ba la vida de Arkaitz Bellón.

Hier­ve la san­gre cuan­do un joven como Arkaitz fue lle­va­do a los cen­tros de exter­mi­nio con ape­nas 23 años, ha pasa­do 13 den­tro en unas con­di­cio­nes extre­mas y de ais­la­mien­to, ha sido dis­per­sa­do a cien­tos de kiló­me­tros de su patria, su fami­lia ha sufri­do acci­den­tes en la rule­ta de la muer­te que supo­ne la dis­per­sión y ade­más los car­ce­le­ros le han dado pali­zas. La últi­ma hace un mes. Solo a tres meses de ser pues­to en liber­tad tras cum­plir la con­de­na el esta­do lo entre­ga muer­to sin nin­gu­na expli­ca­ción. Lle­gan­do al últi­mo pel­da­ño de la mise­ria, la últi­ma infor­ma­ción que lle­ga es que en el aná­li­sis foren­se no se ha deja­do par­ti­ci­par al médi­co de con­fian­za de la fami­lia. “Esto es Puer­to, pue­den hacer lo que quie­ran”, comen­ta­ba un pre­so polí­ti­co esta mis­ma mañana.

Arkaitz fue encar­ce­la­do por lle­var supues­ta­men­te a cabo accio­nes simi­la­res a las que recien­te­men­te hemos vis­to en Gamo­nal. Vale más la vida de un con­te­ne­dor o un auto­bús que la de un joven vas­co para un esta­do sin escrú­pu­los que solo defien­de el inte­rés del pode­ro­so y el ladrón. No cabe olvi­dar que fue el PNV el que ini­ció y estruc­tu­ró una cam­pa­ña para que así sea con la inven­ción de los “gru­pos Y”.

Tam­bién fue el PNV jun­to al PSOE los que dise­ña­ron la dis­per­sión. No hemos vis­to nin­gún reco­no­ci­mien­to del daño cau­sa­do. Lo que si vemos aho­ra mis­mo es que el PSOE a tra­vés de Ares inten­ta encar­ce­lar y dis­per­sar a un abo­ga­do y el PNV se reúne en Madrid con el PP para esta­bi­li­zar y nor­ma­li­zar la situa­ción de injus­ti­cia que sufre Eus­kal Herria a todos los nive­les y se está dedi­can­do a dete­ner hoy a per­so­nas que ponen car­te­les de denun­cia por la muer­te de Arkaitz. Su sue­lo éti­co se cubre de mierda.

Lo cier­to es que Eus­kal Herria ha expre­sa­do muchas veces una volun­tad mayo­ri­ta­ria de aca­bar con medi­das crue­les como la dis­per­sión tan­to en las ins­ti­tu­cio­nes o en la calle como pudi­mos com­pro­bar el pasa­do mes en una masi­va movi­li­za­ción social por las calles de Bil­bo. Sin embar­go, eso no es sufi­cien­te cuan­do un esta­do uti­li­za todos sus medios vio­len­tos y tie­ne secues­tra­da la volun­tad de todo un pue­blo. Para derri­bar el muro de la dis­per­sión ya lle­va­mos bue­na carre­ri­lla pero fal­ta el gol­pe final. Ese gol­pe nece­si­ta­rá ele­var la pre­sión has­ta el lími­te reque­ri­do. Eus­kal Herria debe ser un her­vi­de­ro en ese sen­ti­do y empe­zar a poner en prác­ti­ca medi­das de pre­sión y des­obe­dien­cia efec­ti­vas que hagan des­de ya inasu­mi­ble el cos­te polí­ti­co de man­te­ner ese cri­men a los res­pon­sa­bles y cola­bo­ra­do­res de esa prác­ti­ca repre­si­va. Pasar de la soli­da­ri­dad al com­pro­mi­so y que ese com­pro­mi­so pon­ga con­tra las cuer­das al esta­do. Para ello no sir­ve poner la res­pon­sa­bi­li­dad sobre las espal­das de los pre­sos polí­ti­cos sino que la socie­dad se haga res­pon­sa­ble de ello. Para aca­bar con todas las medi­das de excep­ción en el camino hacia la amnis­tía y el reco­no­ci­mien­to de todos los dere­chos de este pue­blo, base úni­ca para cons­truir una paz con jus­ti­cia que pue­da abrir un nue­vo tiem­po que no ha lle­ga­do aún.

Se ha encen­di­do una nue­va estre­lla en el cie­lo de Eus­kal Herria. Te llo­ra­mos Arkaitz y jamás te olvidaremos

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