Dice Gallardón que “la mujer es víctima del aborto y nunca será culpable”. Hemos pedido a través de las redes sociales a las mujeres que han abortado que cuenten su historia, para impedir que el relato de los anti-elección sea el único que se escuche. Son historias diversas: a los 16 años, siendo mayores de edad; por malformación del feto; con Misoprostol en países en los que está penalizado… Pero todas las historias destacan que lo traumático no es abortar sino estar embarazada sin desearlo. Que lo doloroso es sentirte juzgada y cuestionada. Que lo duro es no poder contarlo porque es un tabú. Que víctimas son, en todo caso (de violencia institucional), las mujeres a las que los Estados niegan sus derechos sexuales y reproductivos. Y todas estas mujeres subrayan también la satisfacción, la sensación de independencia, autoderminación y bienestar que da poder decidir sobre sus cuerpos, sobre sus vidas.
Cuatro veces: la primera era ilegal y estuve a punto de morir
Sencillamente, no quería ser madre
Tuve que abortar con Misoprostol
Tardé 5 minutos en decidir que ya no