El estilo es idéntico al que siempre han usado contra Cuba socialista los mass media ligados íntimamente a la estrategia estadounidense que desde hace 55 años bloquea criminalmente a la Isla. Ahora, desde las grandes corporaciones vinculadas a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), la Asociación de Editores de Diarios y Medios Informativos (Andiarios) y otros estamentos similares del terrorismo mediático, manipulan desinformativamente la realidad venezolana, incitan descaradamente a la rebelión contra su gobierno legítimo, apañan a los grupos violentos que incendian edificios estatales, o desde su prepotencia revanchista, asesinan ciudadanos inocentes por el sólo hecho de generar pánico en la población y apuntar a una hipotética «guerra civil». El plan de este conglomerado opositor, que reúne a la burguesía venezolana junto a sus inspiradores de EEUU y Europa, busca abrir las puertas a la destrucción de la democracia participativa bolivariana.
Actualmente, la ofensiva imperial-mediática tiene un nombre que marca claramente sus intenciones: “Todos somos Venezuela, sin libertad de prensa no hay democracia”. Detrás de la consigna mentirosa, aparecen en esta oportunidad la corporación Andiarios, que reúne a 53 periódicos colombianos (varios de cuyos popes abrevan en el uribismo), el entente Periódicos Asociados Latinoamericanos (PAL), que suma a 18 grupos editoriales de 11 países, y el Grupo Diarios de América (GDA), compuesto por 11 cabeceras de diarios del Continente.
Todos ellos instruyeron a sus empresas para que vuelquen en cada uno de los periódicos que editan «lo que la prensa libre del vecino país (Venezuela, por supuesto) no puede mostrar por la asfixia que padece a causa del racionamiento arbitrario de divisas que decretó el gobierno». En el mismo manifiesto explicativo, señalan que se proponen «defender las libertades y combatir la tiranía que trata de acabarlas». Y agregan que han emprendido esta cruzada en función de lo que, según ellos «está ocurriendo en Venezuela, (donde) los medios de comunicación, en especial los escritos, se convierten en objetivo principal para callar a quienes denuncian las tropelías de los malos gobernantes».
Como medicina para estos «males» advierten que dedicarán sus páginas para difundir lo que sus socios (y aliados del fascismo y sus «guarimbas») no pueden hacer debido a la «tiranía venezolana» y a la falta de papel. Generosos en su entusiasmo opositor anuncian que enviarán toneladas de insumos para que sus amigos de la reacción mediática puedan seguir intoxicando como lo vienen haciendo desde prácticamente el mismo momento en que Hugo Chávez venciera en las elecciones de fines del 98.
De este modo, la campaña ya está en marcha: sus primeros buques insignias son El Comercio de Perú, La Nación de Argentina, El Universal de Venezuela, El Heraldo de Honduras, O Globo de Brasil, La Prensa de Nicaragua,El Tiempo y El Espectador de Colombia, La Prensa de Panamá, entre un total de 80 medios beligerantes contra la soberanía venezolana. A la lista, no hace falta decirlo, se le suman cotidianamente, desde que Venezuela se proclamara revolucionaria y socialista, diarios como El País, ABC y El Mundo de España, Clarin de Argentina, El Mercurio de Chile, El País de Uruguay, y ni qué hablar de radios y televisoras, encargadas de difamar a toda hora los logros del proceso bolivariano.
Frente a esta campaña de aliento al golpe de Estado contra el gobierno de Nicolás Maduro y el pueblo de Venezuela, se hace necesario y urgente que quienes nos definimos como trabajadores de prensa en el más amplio de los términos (incluyendo por supuesto a quienes laboran en medios comerciales), comunicadores sociales, periodistas de medios alternativos y de contrainformación, y todas y todos aquellos que rechazamos la ofensiva del terrorismo mediático contra los procesos revolucionarios y progresistas de nuestro continente, HAGAMOS OIR NUESTRAS VOCES DE PROTESTA Y REPUDIO al acoso que sufre hoy Venezuela Bolivariana.
Ya es tiempo de que nos hagamos escuchar e impidamos que nos roben nuestras propias palabras y consignas. Ahora más que nunca: «Venezuela Bolivariana somos todos y todas». Manos a la obra: sumemos adhesiones, escribamos artículos, elaboremos audios, ocupemos las redes sociales, demostremos que somos millones dispuestos a no dejarnos manipular por el Imperio y sus empresarios mediáticos.
Resumen Latinoamericano