Es evidente que la reflexión que llevaron a cabo los yanques tras su derrota militar en Vietnam, casi 40 años después sigue vigente y llevada a la práctica, con cada vez más descaro y menos tapujos.
Los norteamericanos, tras su apresurada salida del país asiático concluyeron en que una de las causas de tal desenlace fue, que la abundante información bélica jugo un papel contrario a sus intereses. Los ciudadanos y ciudadanas de los Estados Unidos veían todos los días en sus hogares casi en directo y por televisión las terribles atrocidades que sus “muchachos” marines estaban cometiendo en Vietnam y al volver estos de allí, lejos de recibirles como héroes, recibían las recriminaciones y a veces los insultos y abucheos de su propia población.
Esto repercutió en la moral de la soldadesca y esta desmoralización fue clave en la derrota de un ejército, el imperialista, que no luchaba ni con la pasión ni con el convencimiento de los vietnamitas del vietcong.
¿Conclusión?, una y no más… a partir de esta guerra, las siguientes aventuras militares del imperio contarían con una nueva división, que sería la división mediática. Periodistas sumisos y bien pagados con fondos reservados que se encargarían de “preparar” a la opinión publica de la justeza de las campañas militares y después de ocultar las barbaridades y crímenes de lesa humanidad cometidos por la soldadesca, ya con carta blanca de poder realizarlas con impunidad.
De esta manera la invasión de la pequeña isla de Grenada fue justificada como una operación de rescate de estudiantes estadounidenses en peligro de los “terribles granadinos y cubanos”, en la invasión de Panamá no se dijo ni una palabra de los bombardeos sobre populosos barrios donde murieron cientos de personas inocentes, cuya vida fue derramada por la ambición yanquee de conservar el canal…. ¿Para que hablar del genocidio de Irak y la sucesión de mentiras acerca de armas de destrucción masivas? O de los miles de ciudadanos afganos asesinados en bombardeos….Y un suma y sigue que atraviesa la antigua Yugoslavia, recorre el este europeo y hoy día se centra en Ucrania y Venezuela. Ningún país que haga políticas no acordes con el FMI y el imperialismo se libra de sus intoxicaciones periodísticas.
El salto cualitativo de la prensa servil y sumisa del sistema capitalista se ha dado con la llamada “primavera árabe”. No decimos nada que no se sepa si mencionamos el papel de estos medios de comunicación fascistas, que justifican las terribles matanzas de la banda criminal OTAN en Libia, Siria y tantos sitios, mientras ocultan y callan los asesinatos de los denominados “rebeldes” o de gobiernos canallas como el israelí, qatarí o saudí. En la guerra dicen que todo vale y parece ser que los imperialistas tomaron buena nota.
En la guerra todo vale, pero no vale todo en la ética y en la profesionalidad de un oficio que ha dado a la historia plumas geniales que marcaron época con sus crónicas y explicaciones. Determinados periodistas parecen haber asumido perfectamente el papel asignado por el imperialismo y sus gobiernos de ser “soldados de la pluma” insertados en la “Brunete mediática” que diría Arzallus y es de recalcar la pasión con que realizan su función tergiversadora, criminalizadora y señalizadora de futuras operaciones represivas.
El caso vasco es suficientemente conocido y no creemos que sea necesario recordar como “El Mundo”, “ABC”, “El Correo” publicaban informaciones con las que se criminalizaba a ciudadanos y organizaciones independentistas vascas, que poco después eran detenidos e ilegalizadas. Y como han tapado los casos de tortura de Unai Romano y otros pese a ser tan evidentes y otros casos de violencia estatal.
Pero estamos ante un nuevo salto cualitativo y estos últimos meses son ilustrativos al respecto. La tergiversación y criminalización ha sido sufrida por las y los vecinos del barrio burgalés de Gamonal que fueron tachados por la prensa fascista española de “terroristas” al mismo tiempo que los auténticos terroristas, los nazis ucranianos y los niñatos fascistas venezolanos eran elevados a la categoría de “luchadores por la libertad”. De eso sabe algo el “ABC”.
La realidad es que la lucha de clases, tal y como afirmó Lenin es también una forma de guerra. Por lo tanto es lógico que los medios de comunicación al servicio del poder hagan exactamente lo mismo que hacen en las guerras imperialistas: mentir y tergiversar, además de criminalizar a los pueblos y justificar la barbarie fascista.
Este último fin de semana hemos podido vislumbrar perfectamente este hecho. El anteriormente mencionado panfleto fascistoide ABC que no dudó en felicitar el cumpleaños de Hitler y justificar el franquismo o el golpe de Pinochet se ha despachado con una información en la que de un solo plumazo criminaliza más de una decena de organismo populares y grupos políticos a los que señala casi como terroristas..desde Askapena hasta Jaleo, pasando por Izquierda Castellana, Yesca o la CNT. ¡Todos terroristas! Y mezclandolos con los GRAPO o Resistencia Galega….en la lucha de clases, como en la guerra… ¡todo vale! Todo vale para quienes han hecho de un oficio noble como el de periodista un engendro de putrefacción dedicado a señalar a quienes se rebelan en las calles ante una situación, la del capitalismo en crisis cada vez más insostenible.
Ni palabra o apenas referencias a un joven comunista que ha perdido la visión de un ojo, y que perfectamente se podría haber repetido la situación sufrida en Bilbo con el caso Cabacas. O la del joven que perdido un testículo, ni la de tantos y tantas apaleadas estos días en Madrid, Barcelona, Andalucía y un largo etcétera.
O la de los periodistas apaleados tras la detención del militante de la contra información de La Haine, detenido cuando ejercía su trabajo de informar ¡Y de que manera, además! de lo que ocurría en Madrid.
Frente a la desvergüenza, la dignidad y la vergüenza de mantener el prestigio de una profesión de estas personas, que algunas de manera altruista y militante nos informan de lo que esta pasando. Y lo que esta pasando no es ni mas ni menos que la gente esta harta de crisis capitalista, de monarquía, de represión y frente a estas justas reivindicaciones reciben como respuesta la represión mas descarnada y dura que un estado totalitario como el español puede dar.
A este militante de la contra información va dedicado este escrito. A él y una página comprometida y militante que de forma altruista, sin pedir nunca dinero ni tener publicidad y con una entrega encomiable logran que nos enteremos de lo que realmente pasa en las calles de Madrid, Gamonal y un largo etcétera.
Y porque demuestran que frente a la desvergüenza de los medios de comunicación del sistema, ideados para mentir, sigue viva la dignidad y la profesionalidad. Aunque lo hagan de manera militante y altruista.