Las cár­ce­les espa­ño­las se cobran la vida de Isa­bel Apa­ri­cio, mili­tan­te del PCE r

Según anun­cia el Soco­rro Rojo Inter­na­cio­nal, Isa­bel, que tenía 60 años ha falle­ci­do en la cár­cel de Zue­ra en Aragón.
Isa­bel Apa­ri­cio Sán­chez había cum­pli­do 60 años el pasa­do 2 de febre­ro. Lle­va­ba pre­sa des­de el año 2007 y ya había pasa­do ante­rior­men­te por pri­sión otros cua­tro años a par­tir de 1980. Madri­le­ña, mili­tan­te his­tó­ri­ca del PCE® des­de su fun­da­ción en 1975, lle­va­ba con innu­me­ra­bles pro­ble­mas médi­cos no aten­di­dos des­de su ingre­so en prisión.
Isa­bel Apa­ri­cio sufría diver­sas dolen­cias como «artro­sis dege­ne­ra­ti­va gene­ral, osteo­po­ro­sis, pro­ble­mas de res­pi­ra­ción y sinu­si­tis gra­ve y cró­ni­ca, des­pla­za­mien­to de sus vér­te­bras lum­ba­res y her­nia de dis­co», que según Soco­rro Rojo «no habían sido tra­ta­das en nin­gún momen­to, ni deri­va­das a hos­pi­ta­les, por lo que su gra­ve­dad esta­ba aña­dién­do­se cada día, has­ta oca­sio­nar su muerte.
Las cár­ce­les de exter­mi­nio espa­ño­las y la cruel polí­ti­ca peni­ten­cia­ria han aña­di­do a Isa­bel apa­ri­cio a la lar­gui­si­ma lis­ta de per­so­nas que han falle­ci­do mien­tras cum­plian con­de­nas en los dife­ren­tes esta­ble­ci­mien­tos penitenciarios.


BIOGRAFÍA POLÍTICA DE Isa­bel Apa­ri­cio Sán­chez
(Resu­men de un tex­to ela­bo­ra­do por la pro­pia Isabel)
Nací el 2 de febre­ro de 1.954 en Madrid en el seno de una fami­lia de tra­ba­ja­do­res pro­ce­den­tes de Cáce­res y Valladolid.
En el barrio don­de trans­cu­rrió mi infan­cia, mis padres tenían en sub­arrien­do una peque­ña tien­da de ultra­ma­ri­nos que nos daba para vivir de for­ma modesta.
Mi sali­da de ese mun­do se pro­du­jo cuan­do, a los 17 años, fui a cur­sar estu­dios de pre­uni­ver­si­ta­rio a un Ins­ti­tu­to de Ense­ñan­za Media. Allí se me abrie­ron otras reali­da­des y pron­to comen­cé a vivir los cons­tan­tes enfren­ta­mien­tos entre los estu­dian­tes y la poli­cía en ple­na épo­ca fran­quis­ta. Pude pre­sen­ciar en toda su dimen­sión la repre­sión fas­cis­ta, que cau­sa­ba nume­ro­sos dete­ni­dos, tor­tu­ra­dos y con­de­na­dos a pri­sión por el Tri­bu­nal de Orden Públi­co (TOP).
Allí entré en con­tac­to con los Comi­tés de Lucha Estu­dian­til (CLE), de carác­ter anti­fas­cis­ta y clan­des­ti­nos, que lucha­ban por una ense­ñan­za libre y demo­crá­ti­ca y por el derro­ca­mien­to del fas­cis­mo. Fue tam­bién por ese tiem­po cuan­do cono­cí por pri­me­ra vez las obras de los clá­si­cos del mar­xis­mo-leni­nis­mo y pude leer un buen núme­ro de obras lite­ra­rias prohi­bi­das por la cen­su­ra. Al mis­mo tiem­po, par­ti­ci­pa­ba en asam­bleas, míti­nes y en la dis­tri­bu­ción de octa­vi­llas y comunicados.
Un año des­pués entré a estu­diar en la Facul­tad de Dere­cho de la Uni­ver­si­dad Autó­no­ma de Madrid. Allí con­ti­nua­ban los enfren­ta­mien­tos con la poli­cía en medio de un gran núme­ro de asam­bleas y míti­nes en con­tra del fas­cis­mo y de los abu­sos que se come­tían en el ámbi­to universitario.
Fue a tra­vés de los com­pa­ñe­ros de los CLE como cono­cí a la Orga­ni­za­ción de Mar­xis­tas-Leni­nis­tas de Espa­ña (OMLE). Sus plan­tea­mien­tos de defen­sa de la nue­va socie­dad socia­lis­ta y su obje­ti­vo cen­tral, ini­cia­do en 1.968, diri­gi­do a crear las con­di­cio­nes para la recons­ti­tu­ción del ver­da­de­ro Par­ti­do Comu­nis­ta de la cla­se obre­ra, que había sido des­trui­do por el revi­sio­nis­mo carri­llis­ta, des­per­ta­ron todo mi interés.
Comen­cé mi acti­vi­dad arma­da en los coman­dos que los GRAPO tenían en Eus­kal Herria. Fue allí don­de cono­cí tam­bién, como anti­fas­cis­ta y mili­tan­te comu­nis­ta, a Juan José Cres­po Galen­de (Kepa), que años des­pués falle­ce­ría en pri­sión en huel­ga de hambre
Fui dete­ni­da por pri­me­ra vez en octu­bre de 1.979 y tor­tu­ra­da en la Direc­ción Gene­ral de Segu­ri­dad situa­da en el edi­fi­cio de la Puer­ta del Sol de Madrid, ese «case­rón de los horro­res» don­de fue­ron tor­tu­ra­dos miles de revo­lu­cio­na­rios y don­de un gran núme­ro de ellos tam­bién fue­ron ase­si­na­dos, tan­to en la épo­ca de Fran­co como en los pri­me­ros años de la «Tran­si­ción». Duran­te los días que per­ma­ne­cí allí dete­ni­da fui tor­tu­ra­da direc­ta­men­te por el cri­mi­nal fas­cis­ta Anto­nio Pache­co (más cono­ci­do por «Billy el Niño»); en esos días se pusie­ron a prue­ba mis con­vic­cio­nes revo­lu­cio­na­rias, que son las ver­da­de­ra­men­te deci­si­vas para sopor­tar las inter­mi­na­bles sesio­nes de tor­tu­ra. Está demos­tra­do que los prin­ci­pios revo­lu­cio­na­rios, nues­tra supe­rio­ri­dad moral y la con­fian­za inque­bran­ta­ble en el triun­fo popu­lar revo­lu­cio­na­rio son armas inven­ci­bles, ante las cua­les siem­pre han fra­ca­sa­do los torturadores.
A prin­ci­pios de junio de 2.007 fui dete­ni­da nue­va­men­te cuan­do esta­ba aca­ban­do, jun­to a mi com­pa­ñe­ro, otro núme­ro de nues­tro Órgano Cen­tral de pro­pa­gan­da, en una minús­cu­la habi­ta­ción de un piso com­par­ti­do con emi­gran­tes lati­no­ame­ri­ca­nos en la ciu­dad de Barcelona.
En las cár­ce­les del Esta­do fas­cis­ta espa­ñol con­ti­nua­ba la polí­ti­ca de exter­mi­nio de los pre­sos polí­ti­cos, basa­da en la dis­per­sión car­ce­la­ria, en las medi­das de ais­la­mien­to y en un buen núme­ro de prohi­bi­cio­nes de los más ele­men­ta­les derechos.
Des­de mi deten­ción he pasa­do por las cár­ce­les de Soto del Real (Madrid), Brie­va (Ávi­la), Topas (Sala­man­ca) y Zue­ra (Zara­go­za), don­de me encuen­tro actualmente.
Fui juz­ga­da en la Audien­cia Nacio­nal y con­de­na­da a 11 años y 11 meses de pri­sión. En aquel jui­cio far­sa, a pesar del enor­me mon­ta­je jurí­di­co-poli­cial diri­gi­do a fun­dir en un todo úni­co al PCE® y a la Orga­ni­za­ción gue­rri­lle­ra anti­fas­cis­ta GRAPO, que­da­ron demos­tra­das las acti­vi­da­des espe­cí­fi­ca­men­te par­ti­dis­tas de los mili­tan­tes comu­nis­tas; al mis­mo tiem­po, fue des­mon­ta­da toda vin­cu­la­ción orgá­ni­ca entre ambas orga­ni­za­cio­nes debi­do a sus dife­ren­tes for­mas de orga­ni­za­ción, fun­cio­na­mien­to y con­di­cio­nes de mili­tan­cia, así como a sus dife­ren­tes for­mas de lucha. Ante aquel Tri­bu­nal espe­cial fas­cis­ta que­dó demos­tra­do que, en reali­dad, a nues­tro Par­ti­do se le vie­ne per­si­guien­do des­de su recons­ti­tu­ción por su papel de van­guar­dia comu­nis­ta de la cla­se obre­ra, por su come­ti­do de con­duc­tor polí­ti­co e ideo­ló­gi­co del con­jun­to del movi­men­to revo­lu­cio­na­rio en el Esta­do espa­ñol y por ser el Par­ti­do de la Revo­lu­ción Socialista. 

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