“Nues­tras ins­ti­tu­cio­nes”- Borro­ka Garaia

Cuan­do por pri­me­ra vez Herri Bata­su­na se plan­teó como una ofer­ta elec­to­ral de izquier­da y aber­tza­le, de las pri­me­ras cosas que se pusie­ron enci­ma de la mesa fue has­ta que pun­to eso iba a legi­ti­mar las ins­ti­tu­cio­nes y el entra­ma­do jurí­di­co-polí­ti­co del esta­do espa­ñol ade­más de que efec­tos podía cau­sar de cara a una rup­tu­ra demo­crá­ti­ca. Si iba a favo­re­cer­la o por el con­tra­rio iba a ser un pro­ce­so pau­la­tino de asi­mi­la­ción. Toda­vía resul­tan de cier­ta actua­li­dad las pala­bras de Arga­la en rela­ción a las ins­ti­tu­cio­nes y los car­gos polí­ti­cos diri­gi­das al comi­té pro amnis­tía de Arri­go­rria­ga poco antes de morir en atentado.

De esta mane­ra, se optó por una par­ti­ci­pa­ción varia­ble depen­dien­do del con­tex­to, des­le­gi­ti­man­do las ins­ti­tu­cio­nes des­de den­tro y des­de fue­ra, hacien­do una crí­ti­ca radi­cal a todo el entra­ma­do polí­ti­co impues­to. Una posi­ción que con­ta­ba y cuen­ta con cier­to gra­do obvio de con­tra­dic­ción. Pues par­ti­ci­par par­cial­men­te del entra­ma­do del que se desea salir es una para­do­ja como bri­llan­te­men­te expli­ca­ba Teles­fo­ro Mon­zón en rela­ción al par­la­men­to espa­ñol. Y si no se tie­ne eso bien pre­sen­te en vez de gene­rar una con­tra­dic­ción que pue­de lle­gar a ser asu­mi­ble debi­do a otros fac­to­res posi­ti­vos que se gene­ran pue­de aca­bar sien­do una con­tra­dic­ción insu­pe­ra­ble y empe­zar­se a cum­plir los posi­bles peli­gros de los pre­sa­gios previos.

Esta posi­ción des­le­gi­ti­ma­do­ra no es un capri­cho. Ha sido la raíz que ha cau­sa­do en gran medi­da a lo lar­go de los años que en Eus­kal Herria el mar­co polí­ti­co se ero­sio­ne y que­de en entre­di­cho. Sin ese requi­si­to no hay opción a una reali­dad polí­ti­ca nue­va. Pues lo vie­jo tie­ne que des­gas­tar­se total­men­te para que naz­ca lo nue­vo. Y para que eso nue­vo sur­ja, lo vie­jo tie­ne que estar total­men­te des­le­gi­ti­ma­do y las leyes impues­tas se tie­nen que sobrepasar.

Es decir, no sir­ve de nada el ins­ti­tu­cio­na­lis­mo en bare­mos lega­les para lle­var a cabo el pro­ce­so de cam­bio real. Un ejem­plo cla­ro lo vamos a ver pró­xi­ma­men­te en Cata­lun­ya. Si no sur­ge una lega­li­dad genui­na­men­te cata­la­na que lle­ve a cabo el refe­rén­dum de auto­de­ter­mi­na­ción y su apli­ca­ción pos­te­rior, el ins­ti­tu­cio­na­lis­mo en las coor­de­na­das actua­les no tie­ne nin­gu­na res­pues­ta para sobre­pa­sar la impo­si­ción por­que pre­ci­sa­men­te está enjau­la­do de cara a ello. Pre­ci­sa­men­te la ecua­ción se resol­ve­rá posi­ti­va­men­te para los intere­ses nacio­na­les cata­la­nes si la des­le­gi­ti­ma­ción de la lega­li­dad es apa­bu­llan­te y se pro­du­ce una rup­tu­ra demo­crá­ti­ca coman­da­da por la fuer­za popu­lar que deje atrás la lega­li­dad espa­ño­la. Si esa fuer­za popu­lar, si ese pue­blo cons­ti­tu­yen­te, se subor­di­na a la lega­li­dad o a los par­ti­dos, y estos par­ti­dos no han sol­ven­ta­do correc­ta­men­te la con­tra­dic­ción men­ta­da al prin­ci­pio, la fuer­za cen­trí­fu­ga de éstos debi­do a su cone­xión con el sis­te­ma aho­ga­rá las posibilidades.

Y es que aquí entran los pun­tos claves.

¿Es efi­caz el movi­mien­to popu­lar como mera com­par­sa de par­ti­dos polí­ti­cos, que no olvi­de­mos son par­te (aun­que como se ha dicho en algu­nos casos con­tra­dic­to­ria­men­te) del sistema?

¿Es el mero cam­bio ins­ti­tu­cio­nal un cam­bio de régi­men, mode­lo o alternativa?

¿Son nues­tras las instituciones?

Cuan­do el pro­ce­so de des­le­gi­ti­mar la lega­li­dad y el mar­co polí­ti­co empie­za a fallar, la res­pues­ta a estas pre­gun­tas se van tor­cien­do y una sali­da de libe­ra­ción se va alejando.

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