Nuestra organización tomó una definición y tiene claro que busca la salida política al conflicto”, define sin medias tintas el comandante Juan Carlos Cuellar, vocero del Ejército de Liberación Nacional (ELN) desde su lugar de reclusión. Resumen latinoamericano* tuvo acceso la cárcel de Bellavista y dialogó con los guerrilleros que integran el Movimiento de Presos Políticos “Camilo Torres Restrepo” sobre la coyuntura colombiana, la relación con las FARC, la situación de los presos y la salida política al conflicto armado.
El penal de Bellavista se encuentra en las afueras de Medellín. Se trata de un establecimiento penitenciario de mediana seguridad, que aloja a los miembros de la insurgencia agrupados en el Movimiento de Presos Políticos “Camilo Torres Restrepo” del ELN. Allí nos recibió un grupo de presos políticos de la guerrilla camilista encabezados por Juan Carlos Cuellar, quien fuera comandante del Frente de Guerra Suroccidental cuando lo capturaron en 2008. En la actualidad Cuellar es vocero del ELN e interlocutor ante diversos sectores populares, entre los que se destaca el espacio Clamor Social por la Paz, que promueve iniciativas de diálogo con las insurgencias y el gobierno.
El acceso al penal no tuvo complicaciones, más allá de la rutina de ingreso que se debe cumplir para cualquier visita a quienes están privados de su libertad: acreditación previa, presentación de la documentación (reiteradas veces), requisa, impresión de huellas digitales y abandono temporario de todas las pertenencias. No hay contemplaciones para la labor periodística: la cámara y la grabadora deberán quedar afuera. Sólo se podrá acceder con un cuaderno de notas y una lapicera.
Ocho fotografías de Camilo Torres y una frase de Bolívar escrita en una cartulina pegada en la pared nos indican que ya estamos en la sala de trabajo del Movimiento de Presos Políticos del ELN, en la “Zona Técnica” del presidio. Cuellar inicia las presentaciones: lo acompañan Efraín Guerrero y Nixon Becerra, líderes guerrilleros del Nororiente; Jairo, apresado cuando era comandante del área central; Armando, del oriente antioqueño; y también de Antioquia proviene Mauricio, quien se sumará al encuentro minutos después: “Hoy le toca el rancho”, explican, en referencia a las tareas de cocina que tiene a su cargo, tal cual las denominan en los campamentos guerrilleros. Sobre todos ellos pesan duras condenas por su actividad insurgente, que aún tras las rejas reivindican y mantienen a través del colectivo que los agrupa.
La delegación que los visita incluye a referentes sociales, de Derechos Humanos y líderes religiosos. El objetivo del espacio al que dieron vida a fines de 2013, Clamor Social por la Paz, es promover medidas que faciliten el diálogo entre las insurgencias y el Estado colombiano. Esta vez la reunión se extendió por más de seis horas.
El ELN “tomó una definición”, la sociedad “está más madura”
El encuentro derivó en una conversación amena. ¿La búsqueda de una salida política implica la concreción de la esperada Mesa de Diálogo entre el ELN y el gobierno que se sume a la que protagonizan las FARC en La Habana? ¿Cuánto hay de cierto en las versiones que dicen que esos diálogos ya se están dando, y si es así por qué no se hacen públicos? Las respuestas a esas preguntas podrían comprometer posibles gestiones, nos explican los guerrilleros con amabilidad. Aún así Cuellar reconoce: “Sé de las versiones dadas incluso por funcionarios del gobierno. Pueden ser ciertas o no, si ellos lo dicen tendrán sus razones”. Y agrega: “La comandancia del ELN ya definió a sus voceros para esa instancia, que están listos. Son miembros de la Comandancia Nacional y comandantes de región”.
Cuellar fue el principal animador de uno de los tantos intentos previos de diálogo con el Estado en 2006, cuando el ELN impulsó las “Casas de Paz” que buscaron involucrar a sectores sociales en las conversaciones. “La organización tiene una experiencia no sólo durante el gobierno anterior cuando se pusieron en marcha las Casas de Paz”, relata el líder guerrillero.”Antes había impulsado los Diálogos de Tlaxcala (México, 1992, con el presidente César Gaviria), el Encuentro y Diálogo en Maguncia (Alemania, 1998, bajo la presidencia de Ernesto Samper), con (el presidente Andrés) Pastrana en Río Verde (Colombia, 1998), o en Cuba (2002, presidencia de Uribe). De todas esas experiencias salen conclusiones, aprendizajes”, afirma. ¿El ELN cree en las intenciones del presidente Santos? Cuellar explica: “La organización está convencida que tiene que haber una salida política, pero eso no quiere decir que el gobierno quiera lo mismo. En esa puja estamos. Hay reparos cuando se ve que en el pasado no se pudo concretar un proceso de Paz, pero hoy la sociedad está más madura. Aún así hay que ver qué actitud toma el gobierno”.
“Está superada la confrontación con las FARC, la relación mejoró sustancialmente”
El conflicto social y armado en Colombia fue ‑y sigue siendo- complejo y dramático. En medio de las desapariciones forzadas y desplazamientos masivos que viene padeciendo por décadas el pueblo colombiano por la acción del Terrorismo de Estado y el paramilitarismo, se produjeron enfrentamientos entre los dos principales grupos armados, el ELN y las FARC. Efraín Guerrero, quien lideró a la guerrilla camilista en el Nororiente, reflexiona en tono marcadamente autocrítico: “Las insurgencias le hemos hecho daño al proceso popular y de unidad con esos enfrentamientos… En algún momento tendremos que plantear qué nos pasó allí; hoy tenemos el reto de fortalecer los lazos unitarios, a partir de una profunda relación de respeto hacia las masas”.
¿Cuál es el vínculo entre el ELN y las FARC en la actualidad? Agrega Cuellar: “La situación mejoró sustancialmente. Se viene avanzando en encuentros entre los comandantes, se dan permanentes intercambios políticos y coordinaciones. Está superada la confrontación que se dio; hay puntos comunes entre ambas fuerzas, y si hay diferencias, se tratan y resuelven por la vía del respeto y el diálogo”. ¿Esos encuentros pueden prefigurar el surgimiento de una coordinación más estable, como se dio en los 80 con la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar? “Sin dudas esas posibilidades son reales… ojalá el tiempo nos dé la buena nueva” concluye el vocero del ELN, optimista.
Coyuntura electoral o participación popular para la salida política al conflicto
“Hoy la salida política al conflicto está atravesada por la coyuntura electoral”, analiza el dirigente guerrillero. “Para (el presidente) Santos es vital mostrar logros inmediatos por esa coyuntura, para el ELN eso no es lo determinante. Como dijo Iván Márquez (vocero de las FARC en La Habana): ´Lo que nosotros digamos de los diálogos, va a ser usado en la coyuntura electoral´. Pero lo cierto es que la derecha busca apuntalar el modelo extractivista de acumulación destruyendo la economía propia de nuestras comunidades, y para revertir eso es necesaria la participación de la sociedad”, se explaya Cuellar, e interpela a los delegados sociales y religiosos presentes: “Hay que ver cómo se articula esa intención de la insurgencia con la dinámica propia del movimiento social. Parar esta guerra, reclamar el cese bilateral del fuego, impulsar dinámicas humanitarias, esos tienen que ser los amarres del proceso de Paz con la agenda del movimiento popular”.
El reclamo del cese bilateral del fuego figura como principal punto en la carta que más de un centenar de organizaciones y personalidades dirigieron al presidente Juan Manuel Santos y a los mandos de las guerrillas, Timoleón (Rodrigo Londoño) de las FARC y Gabino (Nicolás Rodríguez Bautista) del ELN. El gobierno ignoró el pedido, pero la insurgencia fue receptiva. Para la última navidad, ambas comandancias dieron a conocer un comunicado conjunto en el que afirman: “Las dos fuerzas estamos trabajando de lleno por concretar los diálogos de paz (…) concebidos como una gran apertura para que las guerrillas amplíen los espacios para hacer política, se acerquen más a la población y continúen conquistando el corazón de la gente colombiana”. Más recientemente el ELN respondió el pedido concreto de Clamor Social por la Paz, y en la carta expresó su acuerdo con los puntos planteados: “Ustedes y nosotros nos unimos al clamor por alcanzar un cese bilateral al fuego y las hostilidades, a lograrlo en el menor tiempo posible con las garantías que ustedes señalan, ello aliviará los rigores del conflicto que padece la población”.
En todo momento los delegados de la guerrilla resaltan su preocupación por que los procesos populares sean parte de cualquier gestión de Paz ante el Estado colombiano. “Somos camilistas, hay que rescatar el pensamiento de Camilo Torres, su dinámica, la comprensión sobre cómo articular actores políticos y sociales expresada en el Frente Unido (experiencia política unitaria impulsada por Camilo Torres en 1965). Si recientemente se avanzó en la unidad en el campo de lo agrario, hay que tomar nota de eso. Hay sujetos que nos muestran caminos, campesinos, indígenas, hoy son sujetos más avanzados”, describe Cuellar, y concluye: “No puede haber salida política al conflicto si no participa la sociedad”.
Presos Políticos: “Priorizamos la relación con el campo popular”
El encuentro con los presos políticos del ELN estuvo matizado por un clima fraterno y agradable, que contrastó con el ambiente carcelario omnipresente. El espacio reducido y las rejas ahí nomás no permitían evadirse del contexto de encierro, que los circunstanciales visitantes padecimos durante ese rato, pero los guerrilleros encarcelados lo vienen soportando por años.
“El nuestro no es un trabajo público, aun así hemos priorizado la relación con el campo popular, esa es nuestra apuesta”, explica Cuellar, en nombre del Movimiento de Presos Políticos Camilo Torres Restrepo. “A través de gestión, trabajo y esfuerzo logramos esta relación más directa con el movimiento social. El régimen quiso meternos en los 4 muros, pero si nosotros nos volcamos a la lucha revolucionaria es porque tenemos este interés social”, fundamenta.
El Movimiento de Presos Políticos que lleva el nombre del sacerdote que llegó a ser comandante guerrillero y murió combatiendo en las filas del ELN agrupa a cerca de 700 presos y presas de esa organización. Se calcula que las FARC tienen un número aún mayor de encarcelados. Pero la cifra crece exponencialmente si se tiene en cuenta a quienes están presos ya sea por motivos ideológicos o por su actividad en las luchas del movimiento social.
Desde la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, que acumula 40 años de actividad en defensa de los Derechos Humanos, aclaran que es difícil precisar una cifra, pero que se estima en cerca de 7000 las personas encarceladas por distintos motivos políticos en Colombia. La agenda del Movimiento de Presos Políticos Camilo Torres es diversa y vital, como lo demuestra este encuentro. Pero una de sus principales tareas es bregar por las mejores condiciones de detención para que quienes estén privados de su libertad puedan mantenerse políticamente activos. “La idea es que los presos se puedan regionalizar en cuatro o cinco partes, y en cada lugar se puedan hacer encuentros de este tipo. Tenemos una dificultad con las mujeres presas en este sentido, estamos trabajando en eso”, sostiene Cuellar.
* * *
Una vez terminado el encuentro, en medio de las despedidas, notamos en la pared que estuvo todo el tiempo a nuestras espaldas otras láminas a modo de decoración, que complementan las imágenes de Camilo y las palabras de Bolívar que ya habíamos visto. Se trata de un conjunto de retratos en blanco y negro del fotógrafo italiano Oscar Paciencia. Ya fuera del penal, leemos en el libro Caminando Colombia, donde esas imágenes fueron publicadas, una sentencia escrita a medida de la realidad colombiana y los nuevos pasos que explora la insurgencia: “A veces uno no alcanza a ver más que un país que se desangra y se resangra, sobrevive y se levanta una y otra vez, que grita a los cuatro vientos que hay algo que no se puede comprar, que no tiene precio: un pueblo digno”.
*Reportaje realizado conjuntamente con la Agencia de Comunicación de los Pueblos COLOMBIA INFORMA (www.colombiainforma.info)