Si ayer hubo una vencedora clara en las elecciones al parlamento europeo ésta fue la abstención que sumó mucho más que todos los partidos juntos en Euskal Herria. La mayoría de la sociedad vasca decidió no votar. Pese a los diferentes perfiles existentes que se pueden encuadrar en la opción abstencionista, es un dato importante que resta más legitimidad aun a unas elecciones y un parlamento ya de por sí bastante erosionados.
En el conjunto de Euskal Herria EH Bildu (20,6% ) y PNV (20%) han sido las fuerzas más votadas con unos resultados muy similares a los de las anteriores elecciones del 2009.
El PNV tras desincharse el globo de la era Ibarretxe es incapaz de recuperarse y solo mantiene la hegemonía electoral en Bizkaia. No ha tenido éxito la estrategia de acoso y derribo en Gipuzkoa y tampoco ha sabido atraer hacia sí el desencanto existente en el PP y PSOE. Sin embargo cabe destacar el buen resultado obtenido en Ipar Euskal Herria. Como dato siniestro, la subida cosechada en Sestao justo en medio de la polémica por declaraciones xenófobas de su alcalde. Contexto y situación similar al avance de la ultraderecha en Europa. Que también ha tenido su repercusión en Ipar Euskal Herria con el ascenso del FN.
Iniciativa Internacionalista, EA y Aralar sumaron el 19% en las elecciones del 2009. EH Bildu ha tenido unos resultados milimétricamente calcados a la suma porcentual de esas formaciones hace cuatro años con lo que se podría suponer que aporta Alternatiba. Es decir, esta vez no ha habido avance ni efecto multiplicador. De ahí se pueden extraer dos conclusiones. Que una parte del electorado activo del soberanismo de izquierda esta vez no le ha votado posiblemente por cierto desencanto y que no se ha sabido acumular a la izquierda del PNV, PSOE y PP pese a la irrupción de una bolsa de votos muy destacable en ese sentido al calor de la crisis. Izquierda Unida ha pasado del 1,9% al 5,8%, y el nuevo partido Podemos alcanza el 6,78% en Euskal Herria. Un porcentaje nada despreciable.
Como se esperaba , el PSOE y el PP han tenido un fuerte retroceso. Una caída estructural que se repite en el estado español y que va unida a la doble crisis sistémica y de régimen español, espoleada por los múltiples casos de corrupción.
La foto final que nos deja estas elecciones es un fuerte desapego de la sociedad hacia ella. La caída libre del españolismo, más que por iniciativa abertzale por propia culpa. Pese a los relativamente buenos resultados, el estancamiento en sus posiciones de PNV y EH Bildu, y una irrupción de voto a la izquierda que no ha podido o sabido capitalizar EH Bildu.
Estos han sido unos breves apuntes de lo que dejó ayer la jornada electoral. A nivel institucional queda por ver el efecto de cara a nuevas mayorías en Nafarroa y quien tendrá capacidad o no para despegarse entre EH Bildu y PNV entre otros factores, y una cuestión en apariencia técnica pero de relevancia, en qué grupo europeo se va a insertar EH Bildu.
Han pasado las elecciones y el parlamento europeo y la UE seguirán igual pues estas elecciones no tienen control sobre los órganos de poder reales de la UE.