Recientemente Antonio Torres, secretario general de Andalucia Comunista ha visitado Galiza donde ha ofrecido dos charlas y ha realizado algunas actividades. Entre ellas, destaca la entrevista que los compañer@s de Diario Liberdade le hicieron y publicaron en galego. Ofrecemos aqui, la traducción de la entrevista.
-La lucha de liberación nacional y social andaluza aún no es bien conocida en Galiza. ¿Puedes hacer un pequeño repaso histórico de las luchas de tu pueblo?
Siempre es complicado hacer un resumen histórico de las luchas de cualquier pueblo sea el que sea. De todas formas, en estos casos, siempre sigo las indicaciones que ya dio en su momento el historiador occitano Pierre Vilar, el gran estudioso y maestro de la llamada “cuestión nacional”, acerca del desarrollo de los movimientos nacionales. Vilar hablaba concretamente de la conjugación de tres elementos: uno, los elementos de “larga duración”, es decir, el desarrollo de unas señas de identidad étnico-culturales; dos, los elementos de “duración media”, que él situaba dentro de la conceptualización de la nación como una categoría histórica propia del capitalismo en su fase ascensional; y por último, la tercera, los hechos de “corta duración”, que Vilar identificaba con los diferentes intereses de clase dentro de la nación. Para entender las luchas del pueblo andaluz, o de cualquier otro pueblo, es necesario tener en cuenta la conjugación de estos tres elementos.
Una vez hecha esta aclaración previa, la formación de lo que hoy es Andalucía, o más concretamente, de Andalucía como una nación oprimida y de las diferentes resistencias que el pueblo andaluz ha desarrollado a lo largo de la historia, hay que situarse en el siglo XIII, con la conquista del Al Andalus del Guadalquivir por parte de los reinos peninsulares cristianos capitaneados por Castilla. Esta conquista finalizaría con la caída en 1492 del Reino Nazarí de Granada y trajo consigo la división entre la nobleza conquistadora de grandes extensiones de tierras, dando lugar a los grandes latifundios, especialmente en la Andalucía central y occidental. La población andalusí fue perseguida y obligada por la fuerza a abrazar una lengua y una religión que prácticamente con los Reyes Católicos adquirirían el rango de de lengua y religión de Estado, es decir, la lengua castellana y el cristianismo católico. Todo este proceso de conquista y asimilación trajo como consecuencia la lógica resistencia de la población andalusí, fueron las llamadas revueltas moriscas. También, durante este periodo tuvieron lugar en Andalucía diversas revueltas de carácter antifeudal.
Ya entrados en el siglo XIX, el desarrollo del modo de producción capitalista en el Estado español, la burguesía terrateniente asentada en Andalucía, descendiente en algunos casos de esa nobleza conquistadora y en otros de la ansia de tierra de la burguesía que se dedicaba al comercio con las colonias españolas en América, se hará con las riendas del Estado. Esta burguesía condenará y destruirá los primeros conatos de industrialización en Andalucía y adjudicará a Andalucía el papel fundamental de proveedora de materias primas agrícolas y minerales. Con el tiempo, ya en el siglo XX, Andalucía suministrará también fuerza de trabajo a los grandes centros industriales del Estado español. Como consecuencia, los obreros del campo andaluz se lanzarán a explosiones insurreccionales contra un brutal sistema de explotación y opresión influidos sobre todo por el anarquismo, que se extendió como un reguero de pólvora por todo el campo andaluz; por otro lado, la pequeña y mediana burguesía progresista andaluza, marginada y aislada, tomará diversas vías políticas, la más significativa será la del republicanismo federal siguiendo las teorías del catalán Pi i Margall, basadas en un sistema de pactos federales de igual a igual establecidos entre los diferentes municipios, los diferentes pueblos, etc. Ese movimiento en Andalucía dará lugar a un texto histórico: la Constitución de Antequera de 1883, que en su artículo primero decía: “Andalucía es soberana y autónoma; se organiza en una democracia republicana representativa, y no recibe su poder de ninguna autoridad exterior al de las autonomías cantonales que la instituyen por este Pacto”, toda una verdadera declaración de soberanía nacional andaluza. También ya por el siglo XIX, surgirán los primeros estudiosos de las señas de identidad andaluzas, pero ambos movimientos, es decir, el político y el cultural, no se encontrarán hasta principios del siglo XX y será en el movimiento encabezado por Blas Infante, considerado como el Padre de la Patria Andaluza, en el que se hará una reivindicación global de Andalucía, desde los puntos de vista político, económico, social y cultural. El movimiento andalucista de Blas Infante hará una reivindicación de Andalucía en un sentido claramente progresista, democrático y popular, y alejado de cualquier visión xenófoba o reaccionaria del hecho nacional andaluz. El levantamiento fascista acabaría no solo con la vida de Blas Infante, sino también con el movimiento y las aspiraciones de un Estatuto de Autonomía para Andalucía durante la II República española.
Posteriormente, el movimiento de reivindicación nacional andaluz adquiriría de nuevo fuerzas en los últimos años del franquismo, un régimen que había profundizado y extendido la marginación y dependencia de la nación andaluza. Es así como llegamos al 4 de diciembre de 1977, cuando se dan numerosísimas manifestaciones populares reivindicativas a favor del autogobierno andaluz en las grandes ciudades andaluzas; en la manifestación de Málaga, la policía asesinaría al joven trabajador Manuel José García Caparros. Sin embargo, el nuevo régimen de la Monarquía española supo desarmar, durante ese periodo conocido como la Transición, a ese movimiento nacional y popular, amplio y diverso, de reivindicación andaluz, con la inestimable colaboración de la izquierda reformista española.
-Pasando a la actualidad. ¿Como ves la situación de tu país y del pueblo trabajador andaluz en el actual contexto de crisis capitalista global y de crisis del régimen español surgido de la “Transición”? ¿Que resultado está teniendo el bipartito PSOE-IU al frente del gobierno autonómico andaluz?
Hace poco ha salido la noticia en todos los medios de comunicación del Estado español, que de las 272 regiones de la UE, Andalucía es la que tiene un mayor número de personas en paro, concretamente, un 36,3%, siendo la media de la UE del 10% aproximadamente. Más de un millón de andaluces y andaluzas están en paro; según datos de las ONGs que se agrupan en la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, nada sospechosas de simpatizar con el independentismo socialista, alrededor de tres millones y medio de andaluces y andaluzas viven en el umbral de la miseria; la mitad de la población andaluza no puede afrontar gastos inesperados; el 12% de la población tiene retrasos para pagar facturas de la luz o el agua, etc; unos 600.000 andaluces y andaluzas viven sin ningún tipo de cobertura social. La situación de Andalucía no es solo de una emergencia social, sino de una emergencia nacional, es decir, todo esto no tiene solo que ver con una crisis del capitalismo, sino que va más allá, y que tiene que ver con la configuración de Andalucía como una nación oprimida y dependiente. La crisis capitalista lo único que hace es ahondar y profundizar en problemas que ya existían antes.
La crisis del régimen español surgido de la llamada Transición se está deslegitimando a pasos agigantados en Andalucía. Es normal, ante la situación de emergencia que vive la clase obrera y los sectores populares andaluces, el régimen se dedica a salvar bancos o autopistas, pero no a las personas. Por otro lado, está aumentando en el seno del pueblo trabajador andaluz la sensación de que Andalucía siempre está a la cola de todo “lo malo”, la sensación de liderar siempre las peores cifras de paro, marginación social, etc., es decir, crece la sensación de que el Estado español margina y anula a Andalucía, y no solo social o económicamente, sino también culturalmente, al menos así lo confirma también recientes estudios que indican un avance en la toma de conciencia andaluza. El pueblo se pregunta qué pasa con Andalucía, qué pasó con todas aquellas promesas de “pan, trabajo y libertad” que se les hizo cuando el proceso autonómico andaluz… Sin embargo, el que régimen español en Andalucía se esté deslegitimando por minutos no significa que éste vaya a caer de un día para otro, ni mucho menos, el régimen español en Andalucía, por desgracia, posee diversas maneras para volver a legitimarse. Justamente, una de las muchas formas que el régimen posee para legitimarse en Andalucía es a través del bipartito PSOE-IU que con una falsa imagen de “progreso” está lavándole la cara al régimen español en Andalucía.
El balance del bipartito es nefasto: paro, marginación, dependencia, etc., los males de siempre de Andalucía no están encontrando solución con el gobierno del PSOE-IU. Este gobierno, que se hace llamar progresista y de izquierdas, ha aplicado punto por punto los dictados tanto de la Troika como del Gobierno español sobre cumplimiento de déficit, es decir, ha aplicado la agenda neoliberal y sus recetas para salir de la crisis: recortes y más recortes, con despidos en cubierto incluidos. En realidad, el Gobierno del PSOE-IU tiene un escaso margen de maniobra, propio de unas instituciones que no son soberanas, pero lo peor es que ni siquiera utilizan el escaso margen de maniobra que pueden tener para beneficiar a la clase obrera y al conjunto del pueblo trabajador andaluz.
Tampoco nos podemos olvidar de la corrupción, el Gobierno andaluz está hipotecado por los continuos escándalos de corrupción, mientras IU, por su parte, intenta disimular y mirar para otro lado, pero los escándalos de los EREs y los cursos de formación amenazan no solo al PSOE sino también a los sindicatos CCOO y UGT y a no pocos empresarios, y por supuesto, minan la credibilidad en unas instituciones ya de por si desprestigiadas.
‑Tu formas parte de la dirección de la organización Andalucía Comunista. Háblanos un poco de tu partido y de la situación, desde tu punto de vista, del movimiento de liberación nacional andaluz.
Andalucía Comunista surge por la pura necesidad de organizarse por parte de un grupo de militantes comunistas que en aquellos momentos no tenían militancia partidaria. Pero no solo eso, sino también por la necesidad de tener una participación organizada de los comunistas dentro de la izquierda soberanista y el conjunto del movimiento de liberación. No bastaba con proclamarse de una ideología, el marxismo-leninismo, y formar parte de la lucha por la liberación nacional de Andalucía, sino que para que esa ideología tuviera una influencia en el conjunto del movimiento hacía falta una expresión colectiva y organizada. Como comunistas, pensamos que el marxismo-leninismo proporciona una herramienta teórica eficaz para analizar nuestra situación como país oprimido y para proponer una alternativa política para superar la opresión nacional y construir una sociedad diferente: la socialista, como fase de transición a la sociedad comunista.
El movimiento de liberación nacional andaluz avanza, pero quizá más lentamente de lo que a algunos nos gustaría. Tenemos una gran herramienta: el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) que ha dinamizado la lucha obrera en Andalucía con acciones que, sin exagerar, han dado la vuelta al mundo. El SAT es un sindicato que se define como nacionalista andaluz y lucha en lo sociopolítico por la autodeterminación y soberanía nacional andaluza. Sin embargo, el conjunto del movimiento popular andaluz es aún débil y está muy atomizado. Por otro lado, está el eterno asunto pendiente de la falta de un referente político soberanista de izquierdas unido. Al respecto, nuestro Partido, junto a otras organizaciones como Nación Andaluza, o las organizaciones juveniles Jaleo!!! y JIRA están tratando de crear ese referente impulsando el Movimiento Andaluz de la Izquierda Soberanista (MAIS). Tampoco nos podemos olvidar del Colectivo de Unidad de Trabajadores (CUT), liderado por el Alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, que se define de izquierda soberanista pero forma parte de Izquierda Unida. Lo ideal sería la confluencia tanto del MAIS como de la CUT en un único referente político, en una unidad popular por la soberanía nacional andaluza, pero en estos momentos, por desgracia esa posibilidad está muy lejana. Desde nuestro punto de vista vemos una incoherencia que la CUT forme parte de coalición (IU) que junto al PSOE está llevando a cabo las políticas neoliberales decididas en Madrid y Bruselas. A pesar de estos problemas políticos, la conciencia nacional andaluza avanza lentamente, y con ella, las organizaciones de la izquierda soberanista andaluza.
La izquierda soberanista andaluza tiene que hacer ver al conjunto del pueblo que no pueden haber soluciones ni dentro de los marcos institucionales establecidos: comunidad autónoma, Estado español y Unión Europea. Tenemos que poner en el orden del día de lucha del pueblo trabajador andaluz la reivindicación de una República Andaluza, es decir, la reivindicación de unas instituciones libres y soberanas al único servicio del pueblo trabajador andaluz. Tenemos que impedir por todos los medios que el régimen de la gran oligarquía española encuentre de nuevo cómo legitimarse en Andalucía, como ocurrió en la llamada Transición.
‑También formas parte de la Dirección Nacional del Sindicato Andaluz de Trabajadoras/es (SAT), un sindicato que en los últimos tiempos está teniendo una repercusión destacable por sus acciones. ¿Que consecuencias está teniendo toda esta actividad del SAT en la sociedad andaluza?
Las acciones del SAT están teniendo la virtud de señalar claramente tanto a los verdaderos responsables de la crisis, como de alguna manera, la alternativa que ha de tomar la clase obrera para solucionar sus problemas. Quizá la primera y más clara consecuencia de todo esto es que el SAT está aumentando considerablemente en afiliación y en presencia en las empresas. El SAT no es ya solo un sindicato del campo o del medio rural andaluz, sino que está avanzando en las grandes ciudades andaluzas, frente a un sindicalismo vendido y podrido por la corrupción que hoy representan CCOO y UGT.
‑Hablando del SAT, las Marchas por la Dignidad a Madrid del 22M fueron una iniciativa de este sindicato. ¿Como valoras tu todo este proceso y su resultado? ¿El hecho de centralizar la manifestación del 22M en Madrid no contribuye a reforzar, también entre la izquierda, la idea de España y del Estado español como marco de luchas?
Bueno, si os parece voy a responder a esta pregunta más como militante de Andalucía Comunista que como militante del SAT. Andalucía Comunista junto con la organización juvenil independentista Jaleo!!! emitió una nota pública previa a las Marchas del 22M en el que dábamos nuestro apoyo desde un punto de vista crítico. Entre las críticas, veíamos muy exageradas las expectativas de participación en las Marchas que desde diversos sectores del SAT se lanzaron, al respecto, en ese punto nos equivocamos, las Marchas contaron con una participación que superaron esas expectativas que nosotros entendíamos exageradas. Desde ese punto de vista, las Marchas han sido un éxito incuestionable. También es cierto, que, como pasó en 2012 con las Marchas Obreras de “Andalucía en Pie” o la acción del Mercadona, el SAT ha crecido en afiliación y eso también lo valoramos positivamente, como es lógico. Sin embargo, vemos que a raíz de todo esto se pueda estar descuidando mucho las tareas organizativas dentro del Sindicato o que incluso el SAT sea más un referente sociopolítico que sindical. Por otro lado, y respondiendo a la siguiente pregunta, vemos también como un peligro el que se pueda subordinar la lucha andaluza y el marco nacional andaluz, a la lucha estatal y por un proyecto político estatal. Hay que tener en cuenta un hecho histórico muy importante: el que el antiguo SOC, antecedente del actual SAT, se convirtiera en un referente de lucha está relacionado con la centralidad del marco nacional andaluz que en su momento se tomó por parte del SOC. Igualmente, el éxito del SAT no se puede entender ni comprender sin esa centralidad en el marco nacional andaluz, es decir, el SAT no se puede entender sin tener en cuenta que la clase obrera andaluza se ha desarrollado históricamente por unos parámetros que la han hecho tener unas singularidades y peculiaridades destacables. Los factores nacionales influyen en el desarrollo de las clases sociales, esto es algo que señalaron muy claramente los clásicos del marxismo, no es algo que nosotros nos hayamos inventado.
El problema para nosotros no es tanto ir o no Madrid como por qué se va a Madrid y qué se pretende conseguir yendo a Madrid. En este sentido, el ir a Madrid, desde nuestro punto de vista, no puede ni debe suponer diluir la lucha andaluza en el marco estatal. Ir a Madrid no debería reforzar el marco estatal siempre y cuando se tenga claro que la reivindicación del derecho a la soberanía de las naciones oprimidas es irrenunciable y es una reivindicación de primer orden y, la verdad, en el 22M esa cuestión ha quedado aparcada o como mínimo diluida, y eso, para nosotros es un grave error. No se puede desligar la lucha contra la deuda ilegitima, contra los recortes, en defensa de la sanidad o la enseñanza públicas del derecho a la soberanía nacional de los pueblos oprimidos. Hoy hablar de soberanía nacional es hablar de cómo rompemos el Estado de la gran oligarquía fascista española y de cómo el pueblo trabajador se hace con las riendas de la situación, por tanto, no es una abstracción, no es un capricho hablar de la lucha por la soberanía nacional de los pueblos oprimidos sino que es una necesidad de aquí y ahora, porque, como he explicado anteriormente, la emergencia social que vive Andalucía no se puede explicar sin tener en cuenta su configuración como nación oprimida y dependiente, y si esa explicación la tenemos clara, la solución aparece aún más clara si cabe: la lucha por la soberanía nacional para transformar nuestra realidad, como suelen decir los compañeros de la Esquerra Independentista catalana: independencia para cambiarlo todo.
-¿Como se contempla desde Andalucía la lucha de liberación nacional galega?
En principio, con bastante desconocimiento por desgracia incluso en las filas de la izquierda soberanista andaluza. Por un lado, hay un conocimiento bastante distorsionado sobre realidades políticas como el BNG o AGE, en este sentido, sectores de la izquierda soberanista andaluza han visto en el surgimiento de AGE, es decir, en el supuesto entendimiento entre una izquierda estatal y una izquierda nacional, un ejemplo a seguir en Andalucía, sin embargo, por lo que a nosotros respecta caracterizamos a AGE como una opción claramente sistémica, sin más programa que un liderazgo más o menos carismático y, hasta cierto punto, la “españolización” del movimiento nacional-popular galego y su conducción por cauces asumibles por la gran oligarquía española. Por nuestra parte, estamos haciendo un gran esfuerzo por transmitir dentro de la izquierda soberanista andaluza otra visión sobre la lucha por la liberación nacional de Galiza, entre otras cosas porque hay movimientos sistémicos que están teniendo consecuencias parecidas tanto en Galiza como en Andalucía.
-¿Algo más que quieras decir a nuestas/os lectoras/es?
En primer lugar, agradeceros la oportunidad que nos habéis brindado de exponer nuestra lucha y, en segundo lugar, transmitir nuestro cariño, ánimo y solidaridad al conjunto del pueblo trabajador galego y a sus organizaciones políticas, sociales y populares.
GALIZA CEIVE, PODER POPULAR!
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