Tene­mos que estar en Euro­pa, sí, pero no nece­sa­ria­men­te en la Unión Europea

El 25 de mayo se cele­bra­rán las elec­cio­nes al Par­la­men­to Euro­peo. La cam­pa­ña ya ha empe­za­do ofi­cial­men­te, pero hace tiem­po que ofi­cio­sa­men­te ya se publi­can artícu­los sobre dichas elecciones.

La tóni­ca gene­ral en la mayo­ría de los artícu­los es plan­tear que la Unión Euro­pea ha cam­bia­do, que el Par­la­men­to Euro­peo es una ins­ti­tu­ción demo­crá­ti­ca, lo que casi demo­cra­ti­za el con­jun­to de las ins­ti­tu­cio­nes euro­peas, y que des­de den­tro se pue­de cam­biar la Unión Euro­pea para que sea una unión de los pue­blos de Euro­pa, pero las ins­ti­tu­cio­nes de la Unión Euro­pea están amplia­men­te des­le­gi­ti­ma­das ante amplias capas de la empo­bre­ci­da pobla­ción tra­ba­ja­do­ra euro­pea debi­do a que han com­pren­di­do que la actual cri­sis tie­ne hon­das raí­ces en la actual Unión Europea.

Estos artícu­los, aun­que algu­nos se pre­sen­ten con un cier­to aire crí­ti­co e izquier­do­so, lo que real­men­te hacen es difun­dir la idea de que la Unión Euro­pea es algo nece­sa­rio, escon­dien­do su ver­da­de­ro carác­ter en tan­to que cen­tro de deci­sión de los capi­ta­lis­tas euro­peos, ala­ban­do su polí­ti­ca imperialista.

Hay que tener pre­sen­te cuan­do hable­mos de la Unión Euro­pea que su ini­cio (la CECA) fue una aso­cia­ción de Esta­dos capi­ta­lis­tas euro­peos (Fran­cia, RFA, Ita­lia, Bél­gi­ca, Luxem­bur­go, Paí­ses Bajos) que se unie­ron para inten­tar salir de la situa­ción desas­tro­sa, eco­nó­mi­ca­men­te hablan­do, en que se encon­tra­ba Euro­pa occi­den­tal des­pués de dos gue­rras devas­ta­do­ras, sobre todo de la Segun­da Gue­rra Mun­dial que dejó esa Euro­pa total­men­te arrui­na­da. No debe­mos olvi­dar que el gran bene­fi­cia­do de las dos últi­mas gue­rras mun­dia­les fue Esta­dos Uni­dos que aun­que inter­vino sus fron­te­ras se halla­ban a miles de kiló­me­tros de los hechos, ade­más del feno­me­nal nego­cio que repre­sen­tó la ven­ta de arma­men­to a sus «alia­dos». La «ayu­da» de Esta­dos Uni­dos a la recons­truc­ción de Euro­pa, el plan Marshall, sig­ni­fi­có igual­men­te que Euro­pa que­da­ba ata­da eco­nó­mi­ca y polí­ti­ca­men­te a Esta­dos Unidos.

Tam­po­co pode­mos olvi­dar que para­le­la­men­te se da lo que se lla­ma «gue­rra fría» y que a Esta­dos Uni­dos le intere­sa­ba que Euro­pa occi­den­tal se unie­ra y hicie­ra fren­te no solo a la URSS ‑que tam­bién- sino a todas las masas que a con­se­cuen­cia de las expe­rien­cias de lucha de la Segun­da Gue­rra Mun­dial y al amplio poder que poseían des­pués de la vic­to­ria con­tra el fas­cis­mo apos­ta­ban por el esta­ble­ci­mien­to del socia­lis­mo en Europa.

Lo que nun­ca se plan­tea­ron las bur­gue­sías euro­peas, que pudie­ron man­te­ner sus Esta­dos gra­cias al apo­yo del impe­ria­lis­mo yan­qui, es una Euro­pa social, ni una Euro­pa de los pueblos.

Las con­tra­dic­cio­nes entre los dife­ren­tes capi­ta­lis­mos se habían solu­cio­na­do, has­ta ese momen­to, a tra­vés de gue­rras cada vez más cruen­tas, sobre todo des­pués de la Pri­me­ra y la Segun­da Gue­rra Mun­dial en las que la vio­len­cia y des­truc­ción habían lle­ga­do a nive­les insos­pe­cha­dos has­ta ese momen­to. Pero tam­bién había el peli­gro de que los pue­blos de cada Esta­do deci­die­ran, ya que esta­ban arma­dos, ata­car y aca­bar con «su» Esta­do capi­ta­lis­ta. Pasó en la Pri­me­ra Gue­rra Mun­dial, tuvo lugar la Revo­lu­ción Bol­che­vi­que, la revo­lu­ción ale­ma­na (derro­ta­da). Pudo haber pasa­do en la Segun­da Gue­rra Mun­dial pues­to que la bur­gue­sía había per­di­do gran par­te de su poder, pues­to que la lucha con­tra el ocu­pan­te ale­mán estu­vo, fun­da­men­tal­men­te, en manos de mili­tan­tes comu­nis­tas. Y no pasó por­que el refor­mis­mo orde­nó a sus mili­tan­tes arma­dos que entre­ga­ran las armas a sus enemi­gos de cla­se, a los capi­ta­lis­tas. Y a par­tir de esa acep­ta­ción, la posi­bi­li­dad de una unión euro­pea de los tra­ba­ja­do­res y de los pue­blos, se acabó.

El capi­ta­lis­mo cam­pó a sus anchas. Se reor­ga­ni­zó eco­nó­mi­ca­men­te y mili­tar­men­te, crean­do un cen­tro de poder, con la ayu­da eco­nó­mi­ca y mili­tar de Esta­dos Uni­dos, quien jugó duran­te trein­ta años, y toda­vía jue­ga, el papel de cen­tro eco­nó­mi­co y mili­tar del mun­do en tan­to que cen­tro impe­ria­lis­ta, mien­tras que a la Unión Euro­pea le ha que­da­do el papel secun­da­rio, el de ser el ayu­dan­te del gen­dar­me mun­dial. Ese papel lo ha podi­do jugar sin pro­ble­mas y de for­ma pla­cen­te­ra mien­tras sus intere­ses no cho­ca­ran fron­tal­men­te con los intere­ses de Esta­dos Uni­dos. Actual­men­te, pode­mos ver en el enfren­ta­mien­to con Rusia en Ucra­nia que a cier­tos sec­to­res de la bur­gue­sía euro­pea y ale­ma­na no le intere­sa ese enfren­ta­mien­to, pero de momen­to acep­ta jugar el papel que le mar­ca Esta­dos Uni­dos que ha deci­di­do que la defen­sa de su segu­ri­dad nacio­nal pasa por las fron­te­ras de Rusia, a miles de kiló­me­tros de sus fron­te­ras reales, y que quie­re exten­der sus ten­tácu­los, con la ayu­da de la Unión Euro­pea, a los paí­ses del Este, rodean­do Rusia y Chi­na con el obje­ti­vo de con­tro­lar y final­men­te des­truir a todos aque­llos pode­res eco­nó­mi­cos emer­gen­tes, fomen­tan­do si hace fal­ta para ello un régi­men nazi-fas­cis­ta como el que actual­men­te gobier­na Kiev.

Pero al hablar de la Unión Euro­pea no solo habla­mos de ella, sino tam­bién de la OTAN, la otra gran herra­mien­ta de los Esta­dos Uni­dos en la que están todos los paí­ses que cons­ti­tu­yen la Unión Euro­pea más muchos otros paí­ses capi­ta­lis­tas, pero sobre todo está Esta­dos Uni­dos que es quien uti­li­za la OTAN para sus intere­ses impe­ria­lis­tas, hacien­do que inter­ven­ga, con el bene­plá­ci­to de la ONU o sin él, en los con­flic­tos mili­ta­res en los que se embarca.

Está cla­ro que la Unión Euro­pea no ha defen­di­do nun­ca ni defen­de­rá los intere­ses de los pue­blos ni de la cla­se tra­ba­ja­do­ra. Los ejem­plos no fal­tan, sobre todo des­de la explo­sión de la cri­sis estruc­tu­ral del capi­ta­lis­mo. ¿Quién ha paga­do y está pagan­do esta cri­sis? La cla­se tra­ba­ja­do­ra. Las deci­sio­nes toma­das por la Unión Euro­pea e impues­tas a los Esta­dos más débi­les nos mues­tran cla­ra­men­te qué intere­ses defien­de. No es cier­to que se pue­dan cam­biar las polí­ti­cas de agre­sión de la Unión Euro­pea con­tra la cla­se tra­ba­ja­do­ra ni con­tra otros pue­blos. La his­to­ria y la pra­xis nos ha demos­tra­do con­ti­nua­men­te que es impo­si­ble cam­biar lo ver­da­de­ra­men­te impor­tan­te des­de den­tro del sis­te­ma capi­ta­lis­ta. El pro­ble­ma tam­po­co es el euro en sí, aun­que se vuel­va a la pese­ta, al fran­co, aun­que se creen mone­das loca­les, si se con­ti­núa en la Unión Euro­pea, se con­ti­núa den­tro de un cen­tro capi­ta­lis­ta, inde­pen­dien­te­men­te de la mone­da en que se paguen las mercancías.

La Unión Euro­pea no se pue­de refor­mar des­de den­tro, no se pue­de inci­dir para que hayan deci­sio­nes que favo­rez­can a la cla­se tra­ba­ja­do­ra, deci­sio­nes en favor de las nacio­nes opri­mi­das por Esta­dos que están en la Unión Euro­pea, y menos si estas nacio­nes en su lucha unen inde­pen­den­cia y socia­lis­mo. La bur­gue­sía nun­ca ha rega­la­do nada a la cla­se que explo­ta; sola­men­te la lucha, la orga­ni­za­ción, la uti­li­za­ción de todos los méto­dos de lucha nece­sa­rios, ha con­se­gui­do arran­car algu­nas miga­jas al capi­ta­lis­mo. Las ins­ti­tu­cio­nes capi­ta­lis­tas están para ser destruidas.

Si se va a las ins­ti­tu­cio­nes bur­gue­sas, ya sean las nacio­na­les o las euro­peas se tie­ne que tener pre­sen­te lo que decía Rosa Luxem­burg sobre este tema:

«El terreno de la lega­li­dad bur­gue­sa del par­la­men­ta­ris­mo no es sola­men­te un cam­po de domi­na­ción para la cla­se capi­ta­lis­ta, sino tam­bién un terreno de lucha, sobre el cual tro­pie­zan los anta­go­nis­mos entre pro­le­ta­ria­do y bur­gue­sía. Pero del mis­mo modo que el orden legal para la bur­gue­sía no es más que una expre­sión de su vio­len­cia, para el pro­le­ta­ria­do, la lucha par­la­men­ta­ria no pue­de ser más que la ten­den­cia a lle­var su pro­pia vio­len­cia al poder. Si detrás de nues­tra acti­vi­dad legal y par­la­men­ta­ria no está la vio­len­cia de la cla­se obre­ra, siem­pre dis­pues­ta a entrar en acción en el momen­to opor­tuno, la acción par­la­men­ta­ria de la social­de­mo­cra­cia se con­vier­te en un pasa­tiem­po tan espi­ri­tual como extraer agua con una espu­ma­de­ra. Los aman­tes del rea­lis­mo, que sub­ra­yan los “éxi­tos posi­ti­vos” de la acti­vi­dad par­la­men­ta­ria de la social­de­mo­cra­cia para uti­li­zar­los como argu­men­tos con­tra la nece­si­dad y la uti­li­dad de la vio­len­cia en la lucha obre­ra, no notan que esos éxi­tos, por más ínfi­mos que sean, sólo pue­den ser con­si­de­ra­dos como los pro­duc­tos del efec­to invi­si­ble y laten­te de la violencia».

En Eus­kal Herria, hemos com­pro­ba­do que la par­ti­ci­pa­ción de la Izquier­da Aber­tza­le en las ins­ti­tu­cio­nes bur­gue­sas no tie­ne nada que ver con la fra­se de Rosa Luxem­burg, sino todo lo con­tra­rio, sobre todo en los últi­mos años. Pen­sa­mos que para par­ti­ci­par en el Par­la­men­to Euro­peo se debe­ría tener muy cla­ro qué es lo que que­re­mos y para qué vamos. ¿Vamos para denun­ciar a fon­do la polí­ti­ca del capi­ta­lis­mo euro­peo, su impe­ria­lis­mo agre­si­vo, es decir, la pro­pie­dad pri­va­da, que es el fon­do lo fun­da­men­tal con­tra lo que tene­mos que luchar? Si no nos lo plan­tea­mos des­de este pun­to de vis­ta no vale la pena ir, si lo que se quie­re es entrar en el jue­go par­la­men­ta­rio para cam­biar la Unión Euro­pea, mejor no votamos.

Tene­mos que estar en Euro­pa, sí, pero no nece­sa­ria­men­te en la Unión Euro­pea. Tene­mos que tra­ba­jar para des­truir la Unión Euro­pea, para ello es nece­sa­rio tra­ba­jar para con­se­guir una alian­za de izquier­das revo­lu­cio­na­rias euro­peas que sea una base para cons­truir una Euro­pa socia­lis­ta de pue­blos y trabajadores.

Boltxe kolek­ti­boa
Eus­kal Herria, 15 de mayo de 2014

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