Alrededor de 4.000 personas han recorrido las calles de Ondarru, exigiendo la libertad de todos los presos gravemente enfermos, haciendo especial mención a Ibon Iparragirre, vecino de Ondarroa.
COMUNICADO LEÍDO:
«Una vez más queremos traer a la palestra, la situación de los y las presas con enfermedades graves. Una vez más decimos, porque cada día que pasa las realidades que se viven en prisión se hacen cada vez más alarmantes. Parece que mientras en nuestro pueblo la inmensa mayoría de la sociedad se muestra dispuesta para dar una solución al conflicto, por parte de los estados el ansia de venganza no conoce límites. Son ya 3 presos políticos vascos los que han muerto en prisión en un solo año. La dispersión, el aislamiento o mantener encarceladas a las personas gravemente enfermas, posibilitan situaciones extremas que desembocan en tragedia.
Y conociendo las diferentes circunstancias no es de extrañar. Son 11 los y las presas que mantienen en prisión aún estando gravemente enfermas. La permanencia en prisión supone, negar la posibilidad de un tratamiento en condiciones dignas, vulnerar el derecho a la salud, incumplir los tratados internacionales y la propia legislación penitenciaria. El caso de Iosu Uribetxeberria es realmente significativo, permanece en casa encarcelado, aún siendo una situación terminal. La campaña mediática y judicial contra su persona es la muestra de una ansia de venganza sin límite.
No podemos sacar ninguna otra conclusión. Hablamos de situaciones extremas: Ventura Tomé, Aitzol Gogorza, Ibon Ferndandez Iragi, Txus Martín… de diagnósticos de cáncer, trastornos compulsivos, esclerosis, problemas cardíacos… diagnósticos con los que nos jugamos la vida. Más aún privados de libertad.
La situación de Ibon Iparragirre, es otra muestra más de esta total falta de humanidad. Ibon, se encontraba en situación de prisión atenuada por la grave enfermedad que padece. Ha día de hoy su situación no hace más que agravarse, ya que ha sido nuevamente encarcelado. Su tratamiento se ve condicionado por no poder continuarlo en el hospital de Basurto, ya que lo han dispersado y alejado a Navalcarnero. Todas las alarmas están encendidas en el caso de Ibon, hasta convertirse en la cara de la política penitenciaria más cruel.
La sociedad vasca, anhela cerrar las puertas al sufrimiento. Anhela abrir la puerta a una resolución definitiva y los gobiernos español y francés se empeñan en dar pasos en la dirección contraria. No lo entendemos, pero sobre todo no lo vamos a permitir. Somos parte de un pueblo que quiere mirar al futuro y para ello somos conscientes de que es urgente dar una solución a la situación de los y las presas políticas vascas.
Exigimos la puesta en libertad de todos los y las presas con enfermedades graves o incurables. Mantenerlas en prisión es actuar en contra del derecho a la dignidad humana, contra su integridad física y moral, y conlleva un trato inhumano. Por todo ello, porque es de urgencia y cada minuto cuenta. ¡Porque las queremos vivas y en casa!
Derechos humanos. Resolución. Paz
¡Por la libertad de las y los presos enfermos!»