El viento silva el cuello con el sudor de tu pelo
Cavas siglos con la laya
Y sabes bien poco
Del escritor liberal que desfigura tu belleza
Con palabras
Que intercambia por dinero en los centros de control de la cultura
Allá en España
Imposible imaginar las intrigas de palacio una hortelana.
Colorean de ikurriñas las vitrinas del comercio donde ellos
Deshinchan el orgullo de la tierra que te ama
Y se comprime tu mente con las manos que adelgazan
Y el escritor se erige en portavoz de lo que un día fue alma
Ya comenzó el saqueo de la casa de tu madre
Una bestia disecada es, en el anzuelo estandarte
Y pensar que una vez fuimos borrasca
Y tú gota que cosió la orografía…
Ahora en sueños te levantas de la cama
Y en la lluvia te describes: ‑fuiste mía-.