Este martes las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) llamaron a la intelectualidad colombiana a seguir acompañando los diálogos de paz que mantienen en La Habana con el gobierno de Juan Manuel Santos.
La declaración responde a la carta firmada por destacados intelectuales, publicada el 28 de mayo pasado en la revista Semana, y en ella el jefe de la delegación de paz de esa guerrilla, Iván Márquez, reafirmó la voluntad de las FARC-EP de contribuir al avance del proceso.
La misiva manifiesta la preocupación de los firmantes por la intención del candidato presidencial del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, de congelar las negociaciones y/o exigir a las FARC-EP nuevas condiciones inamovibles.
Tales exigencias podrían conducir al rompimiento del proceso, afirman.
Instan, además, a una de las partes (las FARC-EP) a imprimir “mayor celeridad al proceso” y “demostrar su verdadero compromiso con la paz mediante hechos claros, por ejemplo, con un cese al fuego prolongado y verificable”.
“Si ha de hablarse de exigencias de celeridad y demostración de compromisos verdaderos con la paz mediante hechos claros, estas deben elevarse a quienes tienen el poder de generar las transformaciones estructurales urgentes que requiere el país”, afirmó Márquez.
El vocero dijo que si el proceso contara con la más amplia participación de la sociedad y tuvieran mayor publicidad sus evidentes avances, existirían mayores elementos de juicio para una opinión más informada.
Instó a los intelectuales a cuidarse de no emitir juicios que descalifican o colocan a una de las partes como responsable de las carencias que pudiera tener el complejo proceso de paz que tiene lugar desde noviembre de 2012, y muestra importantes avances.
Los llamamos a no cesar en su empeño de apoyar este esfuerzo de tanta importancia para el futuro de nuestro país y de sus generaciones futuras, independientemente de los resultados electorales, concluyó Márquez.
Delegaciones de ambas partes se aprestan a conversar sobre el tema de las víctimas del conflicto, después de alcanzar consensos en los de desarrollo agrario, participación política, y en la solución de los cultivos de uso ilícito.
(Con información de Prensa Latina)