Vene­zue­la: para que haya paz, poder al pue­blo- Fer­nan­do Vicen­te Prieto

Des­de hace un año, dife­ren­tes accio­nes impul­sa­das por amplios sec­to­res del pue­blo de a pie y acom­pa­ña­das por Madu­ro vie­nen a con­fir­mar el rum­bo estra­té­gi­co asu­mi­do por la Revo­lu­ción Boli­va­ria­na. En el mar­co de una coyun­tu­ra com­ple­ja ‑mar­ca­da por el inten­to gol­pis­ta de la ultraderecha‑, millo­nes de per­so­nas se pro­po­nen con­ti­nuar el lega­do de Chá­vez, en un momen­to cla­ve para Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be. Es Comu­na o nada.

No sólo Vene­zue­la está pen­dien­te de las cir­cuns­tan­cias que enfren­tan abier­ta­men­te a los dos pro­yec­tos en dispu­ta: el de cons­truc­ción del socia­lis­mo boli­va­riano, basa­do en la demo­cra­cia par­ti­ci­pa­ti­va y pro­ta­gó­ni­ca; o el de res­tau­ra­ción de un capi­ta­lis­mo com­ple­ta­men­te subor­di­na­do a las tras­na­cio­na­les, que impli­ca al mis­mo tiem­po la vuel­ta al poder de los sec­to­res domi­nan­tes duran­te el Pac­to de Pun­to Fijo. Es que el resul­ta­do de este par­ti­do ten­drá impac­to en todo el continente.

Un triun­fo del cha­vis­mo empu­ja­rá con más fuer­za la inte­gra­ción entre los pue­blos. Esta­dos Uni­dos, por el con­tra­rio, inten­ta garan­ti­zar­se las mayo­res reser­vas de petró­leo del mun­do, pero ade­más ter­mi­nar con el mal ejem­plo que supo­ne un pue­blo que se orga­ni­za y per­ci­be que tie­ne cre­cien­tes cuo­tas de poder polí­ti­co en la socie­dad. Para­dó­ji­ca­men­te, este es uno de los ele­men­tos más des­co­no­ci­dos fue­ra del país, aun­que le apor­ta la mayor radi­ca­li­dad al pro­ce­so venezolano.

Un oído en el pue­blo, para enten­der el proceso

Acos­tum­bra­dos a mirar exclu­si­va­men­te hacia arri­ba, a dere­cha o izquier­da se hacen aná­li­sis de la situa­ción de Vene­zue­la don­de el gran ausen­te es el pro­ta­go­nis­ta prin­ci­pal, aquel que “se acre­ce en las difi­cul­ta­des”, como lo mues­tra la his­to­ria recien­te del país, al menos des­de el con­tra­gol­pe popu­lar de abril de 2002.

A pesar de este nin­gu­neo inter­na­cio­nal, es allí don­de se encuen­tra la cau­sa de la resis­ten­cia pro­lon­ga­da, ante una ofen­si­va que inclu­ye ata­ques de todo tipo, des­de la uti­li­za­ción de fran­co­ti­ra­do­res como “apo­yo” de mani­fes­tan­tes iden­ti­fi­ca­dos con la eti­que­ta de estu­dian­tes pací­fi­cos –que sin embar­go ase­si­nan per­so­nas con alam­bres e incen­dian auto­bu­ses y uni­ver­si­da­des- has­ta la agre­si­va diplo­ma­cia del Depar­ta­men­to de Esta­do. Todo sufi­cien­te­men­te cubier­to por las matri­ces de los medios hege­mó­ni­cos, capa­ces de pene­trar a esca­la pla­ne­ta­ria en la mayo­ría de las con­cien­cias, inclu­so de las gen­tes que creen estar infor­ma­das por leer las tapas de los gran­des perió­di­cos. No es casual, en este con­tex­to, que la cons­truc­ción de las Comu­nas no ingre­se en “la agen­da”, que con­di­cio­na lo deci­ble sobre la Revo­lu­ción Bolivariana.

Por eso el tema tam­po­co es asu­mi­do por medios pro­gre­sis­tas o de izquier­da, que en la mayo­ría de los casos redu­cen el pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio a lo que suce­de a nivel de gobierno, sin obser­var la pro­fun­di­dad de algu­nas pro­pues­tas que invo­lu­cran al Esta­do ‑des­de ya- pero en inter­ac­ción dia­léc­ti­ca con las orga­ni­za­cio­nes de base.

Este pro­ce­so hun­de sus raí­ces en el pro­gra­ma de gobierno vigen­te (el Plan de la Patria 2013 – 2019) y en el Gol­pe de Timón de Chá­vez, que plan­tea la nece­si­dad de avan­zar hacia el Esta­do comu­nal, con el obje­ti­vo de supe­rar el Esta­do libe­ral burgués.

En los últi­mos doce meses, más de 630 comu­nas han sido regis­tra­das por el Esta­do en tran­si­ción. Muchas otras se encuen­tran en cons­truc­ción, con el hori­zon­te de con­so­li­dar 3 mil en los pró­xi­mos seis años. Esta nove­do­sa for­ma jurí­di­co polí­ti­ca de nue­vo tipo reco­ge la tozu­da aspi­ra­ción del pue­blo de avan­zar en el auto­go­bierno, en víncu­lo con orga­nis­mos del gobierno cen­tral y no pocas veces con indi­fe­ren­cia ‑o con la sor­da opo­si­ción- de los nive­les inter­me­dios, gober­na­cio­nes o alcal­días, inclu­so las chavistas.

Así es que en medio de las gua­rim­bas, que tan­ta pren­sa han reco­gi­do a nivel mun­dial, dis­tin­tos acon­te­ci­mien­tos indi­can que por aba­jo cre­ce el poder popu­lar. Por lo dicho, este es un dato insos­la­ya­ble para com­pren­der qué está pasan­do. Y tam­bién para pro­yec­tar de qué le sir­ve al res­to de los pue­blos que la hete­ro­do­xa expe­rien­cia boli­va­ria­na con­ti­núe resistiendo.

Orga­ni­zar­se para ser libres

En mar­zo, mien­tras el gobierno impul­sa­ba Con­fe­ren­cias de Paz con dis­tin­tos sec­to­res, unos 300 dele­ga­das y dele­ga­dos comu­ne­ros se reu­nie­ron en Las Casi­tas, Esta­do Zulia, a deba­tir un plan de acción para pro­fun­di­zar la orga­ni­za­ción popular.

Dos meses des­pués, el 17 de mayo, cer­ca de 20 mil per­so­nas col­ma­ron el Polie­dro de Cara­cas para encon­trar­se con el minis­tro de Comu­nas, Rei­nal­do Itu­rri­za y con el pre­si­den­te Nico­lás Madu­ro. Allí pre­sen­ta­ron los acuer­dos de Las Casi­tas, que inclu­ye­ron pro­pues­tas en temas polí­ti­cos, eco­nó­mi­cos y comu­ni­ca­cio­na­les hacia la paz y la convivencia.

La jor­na­da lle­vó el nom­bre de “Comu­nas pro­duc­ti­vas hacia la ofen­si­va eco­nó­mi­ca por la paz y por la vida” e hizo hin­ca­pié en el apor­te que la orga­ni­za­ción comu­nal pue­de hacer a la supera­ción del mode­lo ren­tis­ta petro­le­ro. Un mode­lo carac­te­ri­za­do por impor­tar la mayo­ría de los bie­nes bási­cos ‑entre ellos, los ali­men­tos- y por lo tan­to débil ante la gue­rra eco­nó­mi­ca, el arma más impor­tan­te de los sec­to­res intere­sa­dos en derro­car al gobierno.

Los comu­ne­ros y las comu­ne­ras des­ta­ca­ron el tra­ba­jo rea­li­za­do por el minis­tro Itu­rri­za y pro­pu­sie­ron “avan­zar en el enca­de­na­mien­to pro­duc­ti­vo, median­te la cons­truc­ción de redes socio­pro­duc­ti­vas a par­tir de la uni­dad nacio­nal de las comunas”.

Tam­bién pidie­ron a Madu­ro que con­ti­núe “res­tea­do” con las comu­nas y cele­bra­ron la resis­ten­cia ante las pro­tes­tas vio­len­tas, inexis­ten­tes en los barrios popu­la­res. “Este pue­blo comu­ne­ro se hace res­pe­tar con orga­ni­za­ción, éti­ca y ale­gría”, dije­ron, para seña­lar la ofen­si­va mediá­ti­ca con­tra la Revo­lu­ción Boli­va­ria­na. “Las empre­sas pri­va­das de comu­ni­ca­ción se han encar­ga­do de poten­ciar una matriz ale­ja­da de nues­tra reali­dad. (…) Medios de comu­ni­ca­ción: ven­gan a nues­tras comu­ni­da­des y digan la verdad”.

Siguien­do a Chá­vez, recor­da­ron que “para que haya paz, debe dar­se poder al pue­blo. Ni en esta Patria ni en nin­gu­na otra habrá paz si se man­tie­ne el sis­te­ma capitalista”.

Poten­ciar la uni­dad comunal

Ade­más de anun­ciar la trans­fe­ren­cia de recur­sos para la eco­no­mía comu­ni­ta­ria, Madu­ro levan­tó la apues­ta y pro­pu­so crear un Con­se­jo de Gobierno Comu­nal, que agru­pe a los orga­nis­mos de auto­go­bierno a nivel nacio­nal y ten­ga inter­lo­cu­ción direc­ta con Presidencia.

“Uste­des me hacen las pro­pues­tas, yo las articu­lo con las polí­ti­cas y me hacen lle­gar las crí­ti­cas de las fallas que tie­ne el Gobierno Boli­va­riano. ¡Que viva la crí­ti­ca popu­lar! Apren­da­mos a ali­men­tar­nos de la crí­ti­ca. No le ten­ga­mos mie­do a la ver­dad, ese es el méto­do de Hugo Chá­vez”, dijo el pre­si­den­te entre muchos aplausos.

En este mes que comien­za ‑y que se anun­cia como de suma impor­tan­cia, ante otros esce­na­rios de desestabilización‑, se rea­li­za­rán nue­vos encuen­tros. Uno de ellos será “La fies­ta de los sabe­res comu­na­les”, que se está desa­rro­llan­do estos días en Cara­cas, para inter­cam­biar y mos­trar el cono­ci­mien­to pre­sen­te en la orga­ni­za­ción social. De acuer­do a lo expre­sa­do por el minis­tro Itu­rri­za, el desa­fío es “crear las con­di­cio­nes para que no depen­da­mos en nin­guno de los momen­tos del ciclo pro­duc­ti­vo del capi­ta­lis­mo”. Tama­ño desa­fío. Por ahí andan los deba­tes del pue­blo vene­zo­lano, bajo ace­cho, pero insis­tien­do en la cons­truc­ción del socialismo.

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