Lo dijo el gran Karl Marx: “El capital no descansa, ha de buscar ganancias aun en las circunstancias más demenciales”. A partir de esta cita se pueden entender los programas de austeridad que sufre la clase trabajadora en tiempos de crisis. Históricamente, para los bancos el estado ha sido tanto una fuente de ingresos como un rescatista oficial (paradoja de la aborigen capitalista aplicar principios socialistas única y exclusivamente para rescatar bancos). El negocio de las élites financieras capitalistas con el estado es el mejor y más seguro negocio que se puede realizar, sujeto rentable y seguro, ya que su solvencia la debemos de soportar l@s contribuyentes. Un gobierno deudor, es un gobierno a merced de sus acreedores que adquieren el dominio completo del estado (ejemplo evidente el estado español y las medidas impuestas desde La Troika), por lo tanto son estas élites económico-financieras las que influyen en las decisiones estatales, adquiriendo más poder que los propios políticos y jefes de estado.
Cuando una economía no está en crisis, las sanguijuelas pueden estar tranquilas ya que el estado gracias a los flujos de dinero que se crean a través de impuestos, tasas y contribuciones, en su gran mayoría abonadas por la clase trabajadora, pueden devolver el principal más los intereses, dícese en vacas gordas y mientras el estado a través de los ingresos fiscales nos ordeñan, el estado es un canalizador seguro y permanente de miles de millones de euros que año tras año engrosan las fortunas de los ricos.
¿Pero qué pasa cuando llegan los tiempos de crisis, como el que estamos viviendo actualmente?
Es entonces cuando la seguridad se convierte en riesgo y las sanguijuelas capitalistas se acojonan. Los ingresos públicos obviamente se contraen y la gallina de los huevos de oro flaquea y pone nerviosos a los parásitos que sólo saben vivir de las rentas y la riqueza que genera la clase obrera. Una vez encendida la alarma roja son las élites económico-financieras las que toman el mando de la situación para garantizar sus fondos e inversiones en perjuicio de l@s ciudadan@s que vemos como los gobiernos recortan del gasto público (Sanidad, Educación, Investigación, Ayudas sociales…) y gritan enrabietados: “Austeridad!”, palabreja que tanto gusta a los González, Botin, Alierta, Rosell, etc…
La estrategia a seguir por esta gentuza es clara, los tenedores de deuda pública se tienen que asegurar que los gobiernos no destinan demasiado dinero a l@s trabajador*s porque si el gobierno enciende la maquinaria de hacer dinero, Rosell y sus amigotes no quieren dejar de generar beneficios y suben los precios de productos y servicios generando una mayor inflación, y claro los acreedores no quieren que sus préstamos sean pagados con una moneda devaluada.
La austeridad como ya sabemos produce despidos, recortes, conculcación de derechos básicos tanto sociales como laborales, privatizaciones, en resumidas cuentas una sangría para la clase trabajadora, y somos nostr@s l@s mayores perjudicad@s con este tipo de medidas que sólo buscan beneficiar a las élites económico-financieras capitalistas. Todo Banco, Fondo de Cobertura, Fondo de Inversión y sujeto que especula con la deuda del gobierno está haciendo lo imposible para blindar sus intereses en perjuicio de nuestro bienestar social.
En Europa el monstruo capitalista tiene nombre y apellidos, se llama Angela Merkel, Troika, BCE, Banqueros, Multinacionales, Lobbys económico-financieros, Fondos de Inversión, Fondos de Cobertura, etc…Son ell@s l@s únic@s culpables de nuestra situación, son ell@s l@s que nos están condenando a la pobreza, l@s ke nos están recortando los derechos laborales ke tanto trabajo les costó conseguir a nuestras amas y amamas. Son éstos parásitos los que hablan de recesión como si nostr@s fuéramos l@s culpables; la recesión se dá a causa del recorte de servicios y el despido de l@s trabajdor*s que conlleva a menores ingresos públicos y provocan un nuevo endeudamiento de los estados en beneficio de éstos parásitos, un círculo viciosos que en el caso de seguir permitiéndolo va a golpear cada vez con más fuerza a la clase trabajadora.
Con tal de proteger su prosperidad individual, los banqueros multimillonarios quieren imponernos la austeridad a la clase trabajadora hasta el punto de despojarla de empleos, hogares, educación, sanidad, y de los mínimos medios de supervivencia. Se está librando una lucha de clases en la que no podemos permitir que vuelvan a parchear el resquebrajado sistema capitalista. Que a nadie le engañen diciendo que éste sistema que sólo beneficia a un@s poc@s es mejor que un sistema socialista o comunista, que la casta como les llama “El coletas” no nos engañe ejemplarizando éstos modelos con el desastre y el caos porque la tendencia de la pobreza y la desigualdad en países donde se aplica éstos regímenes desciende paulatinamente mientras que en Europa sube escandalosamente, son modelos obviamente que necesitan reajustes, extrapolarlos a economías que han sufrido el castigo de las políticas neo-liberales, pero son modelos de gobierno con bases sólidas para conseguir una sociedad más justa y equitativa, modelos que priorizan el bienestar social al bienestar financiero de un@s poc@s, de ahí que le tengan tanto miedo.
El capitalismo utiliza todo tipo de instrumentos para controlar y dominar a la clase trabajadora, no tiene ningún escrúpulo a la hora de utilizar la violencia si es necesario, porque a través de sus medios de desinformación legitiman este tipo de violencia.
En una lucha de clases, ante esa fuerza reaccionaria necesitamos la fuerza popular, sin ningún dogma. Sólo dejando atrás el individualismo y trabajando desde la unidad y la solidaridad obrera se puede revertir la situación, es ahora o quizás nunca…