«Con­tra la bar­ba­rie capi­ta­lis­ta, por la paz y un mun­do sin explo­ta­ción»- Encuen­tro Sin­di­cal Inter­na­cio­nal Antiimperialista

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Tex­to de la «Tesis Polí­ti­ca Anti­im­pe­ria­lis­ta de Cocha­bam­ba» apro­ba­da en el ple­na­rio de clau­su­ra del Encuen­tro Sin­di­cal Inter­na­cio­nal Anti­im­pe­ria­lis­ta orga­ni­za­do por la Cen­tral Obre­ra Boli­via­na (COB), la Fede­ra­ción Sin­di­cal Mun­dial (FSM), con la adhe­sión del Gobierno del Esta­do Plu­ri­na­cio­nal de Bolivia.

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Creo que esta idea de la ofen­si­va en defen­sa de la Huma­ni­dad, está cada día más engra­na­da con la reali­dad que esta­mos vivien­do en el mundo

Hugo Chá­vez

Quie­ro ani­mar­me a plan­tear­les algo que corres­pon­de a los movi­mien­tos socia­les del mun­do: ¿cómo pode­mos todos uni­dos enfren­tar al capi­ta­lis­mo? Estoy con­ven­ci­do de que debe­mos ela­bo­rar una nue­va tesis para sal­var el pla­ne­ta, una doc­tri­na por la vida

Evo Mora­les
INTRODUCCION. CRISIS DEL CAPITALISMO Y CONSECUENCIAS PARA LA CLASE TRABAJADORA

Los pue­blos del mun­do y espe­cial­men­te los sec­to­res popu­la­res esta­mos sufrien­do las con­se­cuen­cias de una cri­sis del capi­ta­lis­mo. Una cri­sis como nun­ca antes hemos vivi­do. Una cri­sis que es glo­bal y estructural.

Es una cri­sis glo­bal por­que, a dife­ren­cia de las ante­rio­res cri­sis del capi­ta­lis­mo en el siglo XIX y en el siglo XX, en este sis­te­ma-mun­do capi­ta­lis­ta las resis­ten­cias son loca­les, pero sin haber cons­trui­do toda­vía un fren­te alter­na­ti­vo al capi­ta­lis­mo. Los pue­blos están dejan­do de creer que el capi­ta­lis­mo sea demo­crá­ti­co, y tam­bién se va dejan­do de creer en una demo­cra­cia capi­ta­lis­ta. Sin embar­go toda­vía no se ha cons­trui­do una alter­na­ti­va al mis­mo de carác­ter glo­bal, como la cri­sis que vivimos.

Y es una cri­sis estruc­tu­ral por­que es la com­bi­na­ción de varias cri­sis, eco­nó­mi­ca, finan­cie­ra, ener­gé­ti­ca, cli­má­ti­ca, ali­men­ta­ria, hídri­ca, ins­ti­tu­cio­nal, polí­ti­ca y de valo­res. No solo pade­ce­mos la cri­sis de un sis­te­ma eco­nó­mi­co y de pro­duc­ción que no da más de sí, que para ele­var la tasa de ganan­cia, o man­te­ner la plus­va­lía pro­du­ci­da a cos­ta de la explo­ta­ción de los pue­blos, tra­ba­ja­do­res y la natu­ra­le­za del Sur, tie­ne que con­ver­tir a la Madre Tie­rra y a las per­so­nas en obje­to de su des­pia­da­do domi­nio depredador.

Que­re­mos resal­tar la cri­sis cli­má­ti­ca como la cris­ta­li­za­ción de todas las cri­sis; la supues­ta alter­na­ti­va de la eco­no­mía ver­de como res­pues­ta al desas­tre ambien­tal que sufri­mos no supo­nen más que la pri­va­ti­za­ción de la natu­ra­le­za y el res­to de bie­nes comu­nes, así como la demos­tra­ción de que no exis­te capi­ta­lis­mo con ros­tro humano, esta­mos en una eta­pa del capi­ta­lis­mo don­de se mer­can­ti­li­za todo, la vida y los bie­nes comunes.

Todo ello mien­tras se ponen en mar­cha gue­rras impe­ria­lis­tas para depre­dar los recur­sos natu­ra­les de los pue­blos en un círcu­lo vicio­so en el que esos recur­sos natu­ra­les sir­ven para ali­men­tar la indus­tria de la gue­rra, demos­tran­do la vora­ci­dad del impe­ria­lis­mo. Recur­sos natu­ra­les, ener­gía y agua son obje­ti­vos del impe­ria­lis­mo que los pue­blos y los tra­ba­ja­do­res tene­mos la obli­ga­ción de defen­der, pues son el futu­ro que debe­mos dejar en heren­cia, la Madre Tie­rra que debe­mos cui­dar pues es nues­tro hogar.

El capi­ta­lis­mo ha adop­ta­do por tan­to una medi­da geo­po­lí­ti­ca pla­ne­ta­ria y la cri­sis expo­ne la con­tra­dic­ción bási­ca del capi­ta­lis­mo: la con­tra­dic­ción entre el carác­ter social de la pro­duc­ción y la for­ma capi­ta­lis­ta de pro­pie­dad sobre los medios de pro­duc­ción y la apro­pia­ción de sus resul­ta­dos. En las cri­sis, el meca­nis­mo ente­ro del modo capi­ta­lis­ta de pro­duc­ción, que­da subor­di­na­do a la pre­sión de las fuer­zas pro­duc­ti­vas crea­das por el capitalismo.

La con­se­cuen­cia de todo ello es que exis­ten 1000 millo­nes de per­so­nas que pasan ham­bre en el mun­do según la FAO y des­de que comen­zó la cri­sis el núme­ro de pobres ha aumen­ta­do en 100 millo­nes de personas.

Pero si bien la pobre­za y el ham­bre son los efec­tos más visi­bles de la cri­sis del capi­ta­lis­mo, todo ello va uni­do a la pér­di­da de dere­chos socia­les de la pobla­ción, espe­cial­men­te de los dere­chos labo­ra­les. El capi­tal va a inten­tar salir de la cri­sis a cos­ta de los trabajadores.

La fase supe­rior del capi­ta­lis­mo es el impe­ria­lis­mo y el neo­li­be­ra­lis­mo en cuan­to a des­truc­ción crea­ti­va y polí­ti­ca anti-obre­ra. En cier­tos de los paí­ses de Amé­ri­ca Lati­na se pudo fre­nar el con­sen­so de Washing­ton y las rece­tas del Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal y el Ban­co Mun­dial, que bus­ca­ban las pri­va­ti­za­cio­nes y res­tric­cio­nes de las polí­ti­cas socia­les, pero hay otras par­tes del mun­do cuyos pue­blos siguen sufrien­do la rece­ta neo­li­be­ral como supues­ta sali­da a la cri­sis. Sin embar­go, siguen aumen­tan­do las tasas de des­em­pleo, y recor­tan­do los dere­chos socia­les, la salud, la edu­ca­ción, a la vez que desahu­cian fami­lias ente­ras mien­tras res­ca­tan a los bancos.

Sin embar­go las rece­tas neo­li­be­ra­les ya ni siquie­ra pue­den resol­ver los pro­ble­mas de los paí­ses del cen­tro del sis­te­ma-mun­do capi­ta­lis­ta. Dichos paí­ses cuen­tan a veces con gobier­nos para­le­los bajo la for­ma de las com­pa­ñías trans­na­cio­na­les que son nue­vas for­mas de las que se dota el impe­ria­lis­mo para ope­rar en los paí­ses supues­ta­men­te en desa­rro­llo. La rique­za de unos pocos supo­ne la mise­ria de una bue­na par­te del planeta.

Ya lo defi­nió per­fec­ta­men­te Warren Buf­fet, uno de los hom­bres más ricos del mun­do: “Por supues­to que hay lucha de cla­ses y los ricos esta­mos ganando”.

Por lo tan­to, si la lucha de cla­ses sigue más vigen­te que nun­ca, la cons­truc­ción de un pro­yec­to alter­na­ti­vo que haga fren­te a la cri­sis del capi­ta­lis­mo solo pue­de venir de los sec­to­res popu­la­res y tra­ba­ja­do­res orga­ni­za­dos. La lucha sin­di­cal por tan­to cobra espe­cial vigen­cia en la coyun­tu­ra actual.

Y la lucha sin­di­cal con­tra el capi­ta­lis­mo solo pue­de tener como hori­zon­te el socia­lis­mo. En un mun­do glo­ba­li­za­do don­de la social­de­mo­cra­cia se ven­dió al neo­li­be­ra­lis­mo y el socia­lis­mo cons­trui­do en el siglo XX ha teni­do debi­li­da­des, la cons­truc­ción en el siglo XXI de un socia­lis­mo indem­ne de los retra­sos y debi­li­da­des que tenía duran­te el pri­mer esfuer­zo de su imple­men­ta­ción es tarea urgen­te y necesaria.

Y como ya lo defi­nió la Cen­tral Obre­ra Boli­via­na en su Tesis Socia­lis­ta de 1970, están equi­vo­ca­dos aque­llos que sos­tie­nen que las orga­ni­za­cio­nes sin­di­ca­les deben limi­tar­se a jugar el papel de sin­di­ca­tos tra­deu­nio­nis­tas, es decir, cir­cuns­cri­tos a la lucha pura­men­te eco­nó­mi­ca. Sin aban­do­nar la lucha en defen­sa de las con­di­cio­nes mate­ria­les, los tra­ba­ja­do­res debe­mos inter­ve­nir en la vida polí­ti­ca del país en nues­tra con­di­ción de van­guar­dia revo­lu­cio­na­ria. Van­guar­dia que en el caso de Boli­via y otros paí­ses se com­ple­men­ta con el pro­yec­to polí­ti­co de las nacio­nes y pue­blos indí­ge­nas ori­gi­na­rios y cam­pe­si­nos, que fusio­nan la lucha sin­di­cal con lo comu­ni­ta­rio bajo un hori­zon­te de “socia­lis­mo comunitario”.

APORTE DE BOLIVIA

Pre­ci­sa­men­te los tra­ba­ja­do­res del mun­do cele­bra­mos el Encuen­tro Sin­di­cal Inter­na­cio­nal Anti­im­pe­ria­lis­ta en reco­no­ci­mien­to y apren­di­za­je de una Boli­via abi­ga­rra­da don­de lo obre­ro, lo cam­pe­sino y lo indí­ge­na se fusio­nan en lo comu­ni­ta­rio bajo un hori­zon­te de cons­truc­ción socialista.

Reco­no­ce­mos en Boli­via un gobierno de movi­mien­tos socia­les, don­de la direc­ción del pro­ce­so se encuen­tra en manos de los sec­to­res popu­la­res, don­de el Esta­do se ha fusio­na­do con la socie­dad civil. Un pro­ce­so que se fun­da en las luchas his­tó­ri­cas con­tra la colo­nial, el capi­ta­lis­mo y el neo­li­be­ra­lis­mo. Un pro­yec­to polí­ti­co, fusión de las luchas indí­ge­nas, obre­ras y cam­pe­si­nas, que con­ti­nua en cons­truc­ción pero en el que nos sen­ti­mos repre­sen­ta­dos los sec­to­res popu­la­res de nues­tros países.

Reco­no­ce­mos en Boli­via un Esta­do que ha toma­do el con­trol de los sec­to­res estra­té­gi­cos de la eco­no­mía, los hidro­car­bu­ros y ener­gía en gene­ral, las tele­co­mu­ni­ca­cio­nes, salud y edu­ca­ción, per­te­ne­cen aho­ra al Esta­do y no a los indi­vi­duos, un Esta­do que a la vez es sín­te­sis de un cam­bio de épo­ca en Amé­ri­ca Lati­na, un Esta­do que per­te­ne­ce al pue­blo, por­que es del pue­blo y fun­cio­na en base a las nece­si­da­des populares.

En Boli­via no solo no se repri­me ni per­si­gue a los sec­to­res popu­la­res y sin­di­ca­tos, si no que se les impul­sa y apo­ya polí­ti­ca y mate­rial­men­te cons­tru­yen­do una demo­cra­cia par­ti­ci­pa­ti­va que incor­po­ra a los tra­ba­ja­do­res en la toma de decisiones.

Ese otro mode­lo de rela­cio­na­mien­to con los sec­to­res movi­li­za­dos de la socie­dad es el que nos mues­tra una demo­cra­cia viva, par­ti­ci­pa­ti­va, inter­cul­tu­ral y comu­ni­ta­ria. Los sin­di­ca­tos del mun­do reu­ni­dos en Boli­via estu­dia­mos el nue­vo para­dig­ma boli­viano que nos pro­po­ne el Vivir Bien ante la cri­sis civi­li­za­to­ria que vivi­mos. Que­re­mos apos­tar a un mode­lo de desa­rro­llo y a un mode­lo polí­ti­co que pien­se la eco­no­mía des­de lo comu­ni­ta­rio, apos­tan­do por la eman­ci­pa­ción de los pue­blos y las comu­ni­da­des para vivir en armo­nía con la Madre Tierra.

APUESTA POR LA INTEGRACIÓN SOCIALISTA

Por­que la cri­sis del sis­te­ma-mun­do capi­ta­lis­ta y la dispu­ta geo­po­lí­ti­ca por el con­trol de los recur­sos natu­ra­les nos lle­va a los pue­blos y tra­ba­ja­do­res del mun­do a un esce­na­rio don­de hay que optar por uno de los dos pro­yec­tos en dispu­ta, el de la eman­ci­pa­ción socia­lis­ta, o el de la res­tau­ra­ción neoliberal.

Boli­via, y los pro­ce­sos de cam­bio en Amé­ri­ca Lati­na, han apos­ta­do, con diver­sos rit­mos, inten­si­da­des y mati­ces, por la eman­ci­pa­ción; de sus pue­blos, de sus habi­tan­tes y de su natu­ra­le­za, recu­pe­ran­do la sobe­ra­nía sobre sus recur­sos natu­ra­les para hacer fren­te al pro­yec­to impe­ria­lis­ta y neocolonial.

Por eso hoy, aquí y aho­ra, los pue­blos y tra­ba­ja­do­res del mun­do que­re­mos desa­rro­llar la refle­xión del com­pa­ñe­ro Pre­si­den­te Evo Mora­les y veni­mos a pro­po­ner una tesis para sal­var el pla­ne­ta, una doc­tri­na en defen­sa de la vida fren­te a la muer­te encar­na­da en el capi­ta­lis­mo. Esta tesis solo pue­de tener un hori­zon­te, el del socia­lis­mo, con el apor­te que reco­ge­mos en Boli­via de lo comu­ni­ta­rio, y solo pue­de estar asen­ta­da sobre tres soli­dos pila­res, el anti­im­pe­ria­lis­mo, el anti­co­lo­nia­lis­mo y el anticapitalismo.

TESIS POLÍTICA ANTIIMPERIALISTA, ANTICOLONIAL Y ANTICAPITALISTA RUMBO AL SOCIALISMO 

Nues­tras reali­da­des nacio­na­les tie­nen dife­ren­tes rit­mos e inten­si­da­des, pero que­re­mos mirar­nos en el refle­jo de Boli­via, don­de se pasó de la resis­ten­cia a la cons­truc­ción de un ins­tru­men­to polí­ti­co para la toma del poder, y de la toma del poder a la cons­truc­ción de un pro­yec­to polí­ti­co del pue­blo y para el pueblo.

Aho­ra que­re­mos crear un ins­tru­men­to polí­ti­co mun­dial para la cons­truc­ción de un pro­yec­to polí­ti­co glo­bal que dé res­pues­ta a la cri­sis estruc­tu­ral del capitalismo.

Anti­im­pe­ria­lis­mo

El secues­tro aéreo del Pre­si­den­te Evo Mora­les hace un año ponien­do de rodi­llas a varios paí­ses euro­peos cons­ta­tó que el impe­ria­lis­mo no se va a que­dar quie­to ante los pro­yec­tos de trans­for­ma­ción social que ponen en mar­cha pro­ce­sos de cam­bio en defen­sa de las mayo­rías sociales.

Un pro­yec­to con base anti­im­pe­ria­lis­ta debe por tan­to, repu­diar el bra­zo arma­do de los Esta­dos Uni­dos lla­ma­do OTAN, la maqui­na­ria polí­ti­co-mili­tar del imperialismo.

Nues­tro pro­yec­to anti­im­pe­ria­lis­ta con­de­na las bases mili­ta­res que el impe­ria­lis­mo dise­mi­na por todo el mun­do como méto­do de inje­ren­cia. En Amé­ri­ca Lati­na son 77 bases m mili­ta­res cono­ci­das que vio­lan la sobe­ra­nía polí­ti­ca y terri­to­rial de los paí­ses de Nues­tra América.

Espe­cial aten­ción mere­ce la situa­ción de Colom­bia y las bases esta­dou­ni­den­ses allá ins­ta­la­das, pun­ta de lan­za para rodear la Ama­zo­nia, ele­men­to cen­tral de dispu­ta geo­po­lí­ti­ca en los pró­xi­mos años. La Paz en Colom­bia, con la que nos com­pro­me­te­mos pro­fun­da­men­te, pasa por la reti­ra­da de las bases mili­ta­res pero tam­bién por­que la paz ven­ga acom­pa­ña­da de la par­ti­ci­pa­ción polí­ti­ca de la insur­gen­cia y la cla­se tra­ba­ja­do­ra y los sec­to­res popu­la­res colom­bia­nos, como medio para garan­ti­zar la jus­ti­cia social para todo el pue­blo colombiano.

De la mis­ma mane­ra que con­de­na­mos la inje­ren­cia impe­ria­lis­ta median­te la ins­ta­la­ción de bases mili­ta­res, hace­mos lo mis­mo con las mal lla­ma­das “gue­rras huma­ni­ta­rias”, “gue­rras con­tra el terro­ris­mo”, “gue­rras pre­ven­ti­vas” y “misio­nes de paz”, soli­da­ri­zán­do­nos con los sec­to­res popu­la­res y la cla­se tra­ba­ja­do­ra en Irak, Afga­nis­tán, Libia o Siria, que han vis­to des­trui­dos sus paí­ses por la codi­cia impe­rial que han vis­to como las gue­rras mili­ta­res se trans­for­ma­ban tam­bién en gue­rras eco­nó­mi­cas y cul­tu­ra­les con­tra los pueblos.

Asi­mis­mo, con­de­na­mos cual­quier tipo de inje­ren­cia con­tra gobier­nos sobe­ra­nos, bien sea hecha por medio del espio­na­je, bien por medio de gol­pes de Esta­do como los suce­di­dos en Hon­du­ras o Para­guay en Amé­ri­ca Lati­na en este siglo XXI, ade­más de los inten­tos, fra­ca­sa­dos por medio de la movi­li­za­ción popu­lar, en Vene­zue­la, Boli­via o Ecuador.

Inje­ren­cias que vie­nen acom­pa­ña­das de un terro­ris­mo mediá­ti­co con­tra los pro­ce­sos, sin­di­ca­tos y movi­mien­tos socia­les, la lla­ma­da Gue­rra de IV Gene­ra­ción, el inten­to de cons­truir un orden comu­ni­ca­cio­nal hege­mó­ni­co mane­ja­do por trans­na­cio­na­les capi­ta­lis­tas de la comu­ni­ca­ción que tra­tan de impo­ner sus obje­ti­vos polí­ti­cos, eco­nó­mi­cos y socia­les, siem­pre con­tra­rios a los intere­ses de la cla­se tra­ba­ja­do­ra y los sec­to­res populares.

Como medi­da para supe­rar las inje­ren­cias con­tra la sobe­ra­nía polí­ti­ca y eco­nó­mi­ca de nues­tros pue­blos, defen­de­mos la des­apa­ri­ción del Con­se­jo de Inse­gu­ri­dad de las Nacio­nes Uni­das y la demo­cra­ti­za­ción del pro­pio sis­te­ma de las Nacio­nes Unidas.

Anti­co­lo­nia­lis­mo

Con­si­de­ra­mos que el mode­lo de colo­ni­za­ción impues­to por los paí­ses del nor­te fue a tra­vés de crí­me­nes de lesa huma­ni­dad, saqueos y some­ti­mien­to de nues­tros pue­blos, y que las gue­rras han sido el ins­tru­men­to de some­ti­mien­to y domi­na­ción que ha uti­li­za­do el impe­ria­lis­mo para impo­ner su volun­tad polí­ti­ca y económica.

El orden colo­nial es el núcleo del geno­ci­dio, de millo­nes de seres huma­nos exter­mi­na­dos, de cien­tos de len­guas ani­qui­la­das en bene­fi­cio de una pre­ten­di­da homo­ge­nei­za­ción, de eco­no­mías de com­ple­men­ta­rie­dad basa­das en el true­que some­ti­das al mer­can­ti­lis­mo, de ade­lan­tos civi­li­za­to­rios some­ti­dos a la inqui­si­ción y de un orden social basa­do en la reci­pro­ci­dad redu­ci­do por el individualismo.

Apos­ta­mos por la des­co­lo­ni­za­ción y la des­truc­ción de los cimien­tos mate­ria­les y sub­je­ti­vos sobre los que se asien­ta el racis­mo, el colo­nia­lis­mo interno y las nue­vas for­mas de colo­nia­lis­mo externo. La des­co­lo­ni­za­ción impli­ca des­mon­tar los cimien­tos ins­ti­tu­cio­na­les, eco­nó­mi­cos, polí­ti­cos y cul­tu­ra­les del vie­jo régi­men y cons­truir nue­vos cimien­tos ins­ti­tu­cio­na­les, eco­nó­mi­cos, polí­ti­cos y cul­tu­ra­les de una nue­va for­ma de orga­ni­zar la vida social.

La des­co­lo­ni­za­ción es un pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio que lucha con­tra el capi­tal finan­cie­ro y con­tra las gran­des trans­na­cio­na­les, debe­mos derri­bar el mito de un capi­ta­lis­mo demo­crá­ti­co o una demo­cra­cia capi­ta­lis­ta. Pero la des­co­lo­ni­za­ción impli­ca tam­bién luchar con­tra la colo­ni­za­ción cul­tu­ral e ideo­ló­gi­ca, el racis­mo, así como con­tra todas las for­mas de dis­cri­mi­na­ción. Debe­mos men­cio­nar aquí el rol de la mujer en la lucha sin­di­cal y com­pro­me­ter­nos con la lucha con­tra el patriar­ca­do, salu­dan­do el pro­ce­so de des­pa­triar­ca­li­za­ción que impul­sa el Esta­do boli­viano y sus movi­mien­tos sociales.

La des­co­lo­ni­za­ción impli­ca asi­mis­mo una lucha por la Inter­cul­tu­ra­li­dad, por otro mode­lo edu­ca­ti­vo que impli­que una apues­ta por una edu­ca­ción abier­ta, huma­nis­ta, cien­tí­fi­ca, tec­no­ló­gi­ca, pro­duc­ti­va, libe­ra­do­ra y revo­lu­cio­na­ria, crí­ti­ca, soli­da­ria; orien­ta­da a la con­ser­va­ción y pro­tec­ción del medio ambien­te, la bio­di­ver­si­dad y el terri­to­rio con soberanía.

La des­co­lo­ni­za­ción impli­ca enfren­tar las situa­cio­nes neo­co­lo­nia­les que toda­vía viven nues­tros pue­blos. En el caso de Amé­ri­ca Lati­na repu­dia­mos la ocu­pa­ción de la ocu­pa­ción impe­ria­lis­ta de Puer­to Rico; de Guan­tá­na­mo en una Cuba socia­lis­ta que sigue resis­tien­do heroi­ca­men­te a un blo­queo cri­mi­nal; de las Islas Mal­vi­nas por el Rei­no Uni­do y la OTAN; y nos com­pro­me­te­mos con la defen­sa de una sali­da al mar con sobe­ra­nía para Boli­via, sali­da que le fue arre­ba­ta­da en una inva­sión impe­ria­lis­ta impul­sa­da por las eli­tes eco­nó­mi­cas chi­le­nas para que­dar­se con sus recur­sos natu­ra­les, una ver­da­de­ra inte­gra­ción lati­no­ame­ri­ca­na pasa por dar­le solu­ción a la jus­ta deman­da de Boli­via ante Chi­le. Tam­po­co pode­mos olvi­dar­nos de otras par­tes del mun­do y en ese sen­ti­do recha­za­mos la ocu­pa­ción de Pales­ti­na y el geno­ci­dio que come­te Israel con todo un pueblo.

Anti­ca­pi­ta­lis­mo

Nues­tra lucha es con­tra el capi­ta­lis­mo y todas sus expre­sio­nes. Con­tra ese mode­lo des­truc­tor de toda for­ma de vida que ade­más se apro­pia de la plus­va­lía gene­ra­da por los pue­blos, las per­so­nas y nues­tra Madre Tierra.

Todo ello den­tro un momen­to his­tó­ri­co carac­te­ri­za­do por una gue­rra de alta inten­si­dad finan­cie­ra con­tra los pro­ce­sos de cam­bio. Nos suma­mos a las decla­ra­cio­nes del Pre­si­den­te Evo Mora­les soli­da­ri­zán­do­se con Argen­ti­na fren­te a un sis­te­ma finan­cie­ro glo­bal injus­to e inmo­ral y los lla­ma­dos “fon­dos bui­tres”, quie­ren doble­gar a los pro­ce­sos de cam­bio median­te deu­das con­traí­das duran­te las dic­ta­du­ras mili­ta­res y el perio­do neo­li­be­ral por gobierno que ser­vían al Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal y el Ban­co Mundial.

Este sis­te­ma finan­cie­ro inter­na­cio­nal uti­li­za al FMI y el BM, pero tam­bién a la OIT, para debi­li­tar la sobe­ra­nía eco­nó­mi­ca de los pue­blos y sus tra­ba­ja­do­res. Con­de­na­mos esta for­ma de neo­co­lo­nia­lis­mo finan­cie­ro de los Wall Street Boys, los ope­ra­do­res del capi­tal espe­cu­la­ti­vo finan­cie­ro, y apos­ta­mos por una nue­va arqui­tec­tu­ra finan­cie­ra internacional.

Este julio se cum­plen 29 años de la Con­fe­ren­cia de La Haba­na sobre la Deu­da Exter­na, meca­nis­mo ile­gal del capi­ta­lis­mo para seguir colo­ni­zan­do a los pue­blos, repu­dia­mos toda deu­da del mal lla­ma­do ter­cer mun­do y apos­ta­mos por la eli­mi­na­ción total de la deuda.

Par­te de la muta­ción del capi­ta­lis­mo finan­cie­ro son los tra­tos de libre comer­cio con los que pre­ten­den enmas­ca­ras el con­trol terri­to­rial que quie­ren hacer de los pro­ce­sos de trans­for­ma­ción y sus recur­sos natu­ra­les. Recha­za­mos espe­cial­men­te la reedi­ción sofis­ti­ca­da del ALCA que los pue­blos de Amé­ri­ca Lati­na y los gobier­nos pro­gre­sis­tas derro­ta­ron en 2005 en Mar del Pla­ta y que aho­ra se lla­ma Alian­za del Paci­fi­co, herra­mien­ta impe­ria­lis­ta de los Esta­dos Uni­dos para soca­var el pro­ce­so de inte­gra­ción polí­ti­ca regio­nal en Amé­ri­ca Lati­na y recu­pe­rar espa­cios per­di­dos has­ta el momen­to por el avan­ce de los pro­ce­sos de cambio.

Fren­te a la Alian­za del Paci­fi­co, pro­po­ne­mos la Alian­za de los Pue­blos del Sur y de la cla­se tra­ba­ja­do­ra en defen­sa de los recur­sos natu­ra­les de los pue­blos y de la Madre Tierra.

No es casua­li­dad que el ata­que terro­ris­ta que vive Vene­zue­la, país con las reser­vas de petró­leo más gran­des del mun­do, al igual que ya lo inten­ta­ron con Boli­via y Ecua­dor. La recu­pe­ra­ción y sobe­ra­nía sobre los recur­sos natu­ra­les es fun­da­men­tal pues cons­ti­tu­ye la base mate­rial de todo pro­ce­so, la posi­bi­li­dad de redis­tri­buir la rique­za y redu­cir las des­igual­da­des en paí­ses cas­ti­ga­dos por 500 años de colonización.

Al igual que defen­de­mos la sobe­ra­nía sobre los recur­sos natu­ra­les, defen­de­mos tam­bién la sobe­ra­nía ali­men­ta­ria y nos soli­da­ri­za­mos con las luchas cam­pe­si­nas fren­te a las trans­na­cio­na­les, al agro­ne­go­cio, el uso de agro­tó­xi­cos y trans­gé­ni­cos y en defen­sa de la sobe­ra­nía alimentaria.

Rum­bo al Socialismo

Sobre estos tres pila­res es que pro­po­ne­mos la coor­di­na­ción y la coope­ra­ción de la cla­se tra­ba­ja­do­ra y los sec­to­res popu­la­res que luche por la cons­truc­ción del socia­lis­mo a nivel nacio­nal, regio­nal y mundial.

Por­que para lle­gar al socia­lis­mo nece­si­ta­mos cons­truir pre­via­men­te, la uni­dad de todas las fuer­zas revo­lu­cio­na­rias en un fren­te popu­lar antim­pe­ria­lis­ta, anti­co­lo­nial y anti­ca­pi­ta­lis­ta a par­tir de una alian­za obre­ra, cam­pe­si­na e indí­ge­na, una alian­za de los sec­to­res populares.

Un socia­lis­mo que solo pue­de ser demo­crá­ti­co, amplian­do los már­ge­nes y lími­tes de la demo­cra­cia libe­ral, un socia­lis­mo anti­im­pe­ria­lis­ta y anti­co­lo­nial que supere todas las for­mas de ena­je­na­ción del capi­ta­lis­mo, que crez­ca des­de las raí­ces de la cla­se obre­ra y los movi­mien­tos indí­ge­nas ori­gi­na­rios y cam­pe­si­nos, des­de las fábri­cas y des­de el cam­po y las comu­ni­dad, para cons­truir la socie­dad-comu­ni­dad a la que aspi­ra­mos, una socie­dad don­de el valor de uso pri­mer sobre el valor de cam­bio impues­to por el mer­ca­do y el capital.

Un socia­lis­mo con los medios de pro­duc­ción socia­li­za­dos en una socie­dad don­de los ser­vi­cios bási­cos les sean garan­ti­za­dos a todas las per­so­nas jun­to con sus dere­chos labo­ra­les. Todos los dere­chos para todas las personas.

La cri­sis del capi­ta­lis­mo lle­va apa­re­ja­da que para man­te­ner la tasa de ganan­cia a par­tir de la explo­ta­ción de los tra­ba­ja­do­res, en casi todos paí­ses del mun­do la edad de jubi­la­ción aumen­ta, las pen­sio­nes se redu­cen y se mer­can­ti­li­za y pri­va­ti­za la salud.

Por supues­to el socia­lis­mo al que aspi­ra­mos reco­ge las luchas y rei­vin­di­ca­cio­nes de la cla­se obre­ra a lo lar­go de la his­to­ria. Exi­gi­mos un sis­te­ma públi­co, uni­ver­sal y obli­ga­to­rio de segu­ro social para todos los paí­ses, ade­más de la reduc­ción de la edad de jubi­la­ción y aumen­to de las pen­sio­nes pues solo de esta mane­ra las cla­ses popu­la­res podrán vivir con dig­ni­dad des­pués de su jubilación.

Nues­tro pro­yec­to socia­lis­ta debe garan­ti­zar que el agua y los ser­vi­cios bási­cos sean un Dere­cho Humano a par­tir de la sobe­ra­nía sobre los recur­sos natu­ra­les y ener­gé­ti­cos que garan­ti­ce los dere­chos socia­les y laborales.

Para garan­ti­zar los dere­chos socia­les y labo­ra­les, nece­si­ta­mos cons­truir una visión dis­tin­ta del desa­rro­llo capitalista.

El hori­zon­te socia­lis­ta debe ser nece­sa­ria­men­te inter­na­cio­na­lis­ta. Un inter­na­cio­na­lis­mo que como decía el Che, es la ter­nu­ra de los pue­blos. Defen­de­mos un inter­na­cio­na­lis­mo alian­za del movi­mien­to obre­ro, cam­pe­sino e indí­ge­na jun­to a los movi­mien­tos de libe­ra­ción nacio­nal y todos los opri­mi­dos del mun­do que luchan por un mun­do y un futu­ro de paz y jus­ti­cia social.

Ese inter­na­cio­na­lis­mo cla­sis­ta y socia­lis­ta debe tener como base la for­ma­ción polí­ti­ca, si que­re­mos enfren­tar la hege­mo­nía capi­ta­lis­ta en lo eco­nó­mi­co, polí­ti­co, cul­tu­ral y mediá­ti­co, debe­mos pre­pa­rar­nos para la Bata­lla de Ideas. Bata­lla de Ideas que como nos recor­da­ba el Coman­dan­te Fidel Cas­tro, no sig­ni­fi­ca solo prin­ci­pios, teo­ría, cono­ci­mien­tos, cul­tu­ra, argu­men­tos, répli­ca y con­tra­rré­pli­ca, des­truir men­ti­ras y sem­brar ver­da­des; sig­ni­fi­ca hechos y rea­li­za­cio­nes concretas.

CONCLUSION

Reco­no­ce­mos el apor­te de la Fede­ra­ción Sin­di­cal Mun­dial en sus 69 años de vida en la defen­sa de la cla­se tra­ba­ja­do­ra en Viet­nam, Cuba, Corea, la Espa­ña de Fran­co, el Por­tu­gal de Sala­zar, la Gre­cia de la heroi­ca gue­rra civil, has­ta Gua­te­ma­la, Ango­la, Gra­na­da y Chi­le, Sudá­fri­ca, El Con­go, Mozam­bi­que, Etio­pía, Egip­to, el Golán Sirio, el Líbano, Irak, la India, Indo­ne­sia, Timor Orien­tal y el Sáha­ra Occidental.

Asi­mis­mo rei­vin­di­ca­mos el lega­do de todos los liber­ta­do­res que die­ron su vida por la libe­ra­ción nacio­nal y social de sus pueblos, Bolí­var, Zapa­ta, Mar­tí, San­dino, el Che, Ho Chi Minh, San­ka­ra o el Coman­dan­te Chá­vez ade­más de reco­no­cer el apor­te que al momen­to his­tó­ri­co actual ha hecho la revo­lu­ción cuba­na enca­be­za­da por los coman­dan­tes Fidel y Raúl Castro.

El momen­to de tran­si­ción en que nos encon­tra­mos nece­si­ta de una coor­di­na­ción de sin­di­ca­tos, movi­mien­tos socia­les, los jóve­nes, las muje­res e inte­lec­tua­les com­pro­me­ti­dos, para des­de la defen­sa de los pro­ce­sos de cam­bio, bus­car la cons­truc­ción del pro­yec­to polí­ti­co de libe­ra­ción nacio­nal y social de nues­tros pueblos.

Pero nues­tra libe­ra­ción no es solo la libe­ra­ción de nues­tros pue­blos. Es a la vez la libe­ra­ción de la huma­ni­dad ente­ra por­que noso­tros no lucha­mos para domi­nar a otros; lucha­mos para que nadie domi­ne a otro.

Y en el camino de la libe­ra­ción, es impor­tan­te man­te­ner las con­quis­tas logra­das, por lo que nos soli­da­ri­za­mos con el pro­ce­so de cam­bio boli­viano que espe­ra­mos sea refor­za­do en las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les del 12 de octubre.

Que viva el pro­ce­so de cam­bio boliviano

Que vivan las luchas de la cla­se trabajadora

Con­tra la bar­ba­rie capi­ta­lis­ta, por la paz y un mun­do sin explotación

Cocha­bam­ba, Esta­do Plu­ri­na­cio­nal de Boli­via, 2 de julio de 2014

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