Iñigo Urkullu
Hace ahora dos años, a las puertas de las elecciones autonómicas en Euskadi, miles de personas se manifestaron contra el fracking por las calles de Vitoria. Euskadi era la primera comunidad autónoma de España en impulsar esta polémica técnica para obtener gas del subsuelo. El propio Gobierno vasco, en manos de Patxi López, había sido el promotor de varios pozos de exploración tras una visita a Estados Unidos. La pregunta que entonces se hacían esos manifestantes era sencilla: ¿el nuevo Gobierno vasco seguirá los pasos de Patxi López o renunciará al fracking?
La manifestación tuvo un éxito inesperado y Urkullu –entonces candidato a lehendakari y presumible ganador de las elecciones– se vio obligado a hacer público su compromiso contra el fracking. En su blog escribió: NI EXPLOTACIÓN NI EXPLORACIÓN (las mayúsculas y las negritas son del propio Urkullu).
“Ni explotación, ni exploración con ninguna técnica, llámese fracking o llámese como se quiera, si no respeta los rigurosos estándares de protección de los bienes ambientales”, especificaba Urkullu, que citaba al Ayuntamiento de Kuartango y las Juntas Generales de Álava, donde el PNV ya se había posicionado en contra de esta técnica.
Urkullu salía así al paso de las sospechas de los activistas contra el fracking y de varios partidos políticos sobre el papel que podía jugar el PNV una vez que desembarcara en Ajuria Enea. Durante aquella campaña electoral y los meses posteriores, el mensaje, en público y en privado, de cargos y dirigentes del PNV fue siempre el mismo: ni explotación ni exploración. No habrá fracking en Euskadi.
Hace dos años, miles de personas salieron a las calles gritando ‘Fracking Ez’ (no al fracking) y la respuesta de Urkullu fue clara: podéis estar tranquilos, nosotros no seremos los que traigamos el fracking a Euskadi. Pero, ¿ha mantenido Urkullu su promesa? ¿está el Gobierno vasco trabajando en la actualidad para que el fracking no sea utilizado en Euskadi?
No lo parece.
El Gobierno vasco mantiene su alianza con dos empresas del fracking
El germen del proyecto para sacar el gas no convencional del subsuelo mediante la fracturación hidráulica nació durante el Gobierno de Ibarretxe. Después fueron los socialistas los que le dieron el aliento principal con la creación de una empresa entre SHESA –la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi controlada por el Gobierno vasco- y dos firmas norteamericanas de la industria del fracking: Heyco y Cambria. Con el regreso del PNV al poder, esa alianza se ha mantenido. Los permisos de pozos de fracking que solicitaron en su día no han sido retirados y continúa su tramitación administrativa.
Es más, los trámites de algunos de los pozos de exploración están muy avanzados y Madrid podría dar su plácet durante el próximo año.
El Gobierno vasco evita la protección en zonas en las que se proyectan pozos de fracking
El Parlamento vasco aprobó el pasado año a petición de Álava un cambio en la Ley de Conservación de la Naturaleza para impedir el uso del fracking. Las Juntas Generales de Álava reclamaban la prohibición del fracking en los Parques Naturales aunque, finalmente, se adoptó una fórmula menos restrictiva: con la nueva ley los órganos que gestionan las reservas naturales pueden evitar las actividades que perjudiquen el medio ambiente. El PNV en el Parlamento vasco y en las Juntas Generales afirmó que, de facto, se trataba de una limitación al fracking en los Parques Naturales. “Este cambio en la ley prohíbe el fracking en los espacios naturales protegidos, no con el mismo texto que propusimos, pero lo prohíbe”, explicaba el juntero del PNV, Andoni Erkiaga.
Sin embargo, recientemente, el Gobierno vasco ha afirmado que con esa ley no se pueden obstaculizar los pozos en los Parques Naturales. ¿Por qué decían lo contrario hace unos meses? ¿Nos estaban intentando engañar entonces o nos están intentando engañar ahora?
Por si acaso, oh, casualidad, el departamento de Medio Ambiente ha paralizado la creación del Parque Natural de los Montes de Vitoria que incluía dentro de sus límites dos pozos de fracking en Subijana de Álava. Dos pozos que, oh, casualidad otra vez, están promovidos por el propio Gobierno vasco y las dos empresas norteamericanas antes citadas.
Otro ejemplo. Tras varias fugas de hidrocarburos en los humedales de Salburua de Vitoria, las instituciones llevan tiempo trabajando en implantar un perímetro de protección. En el primer borrador que manejaba el Gobierno vasco se excluían las actividades extractivas en superficie y subterráneas (es decir, el fracking). Sin embargo, en el último borrador entregado al Ayuntamiento de Vitoria esas líneas han desaparecido del texto. Oh, casualidad, también en ese entorno, en la localidad de Matauco, hay un pozo de fracking proyectado.
El Gobierno vasco mantiene contactos con compañías internacionales dedicadas al fracking
Esta misma semana en una respuesta parlamentaria, la consejera de Desarrollo Económico del Gobierno vasco, Arantza Tapia, ha reconocido que hay contactos “de manera habitual” con varias compañías internacionales dedicadas al fracking para adaptar las últimas novedades tecnológicas y normativas a los trabajos previstos en Euskadi, es decir, a los pozos para los que ya hay solicitadas licencias.
El PNV evita comprometerse contra el fracking
El posicionamiento contra el fracking de Urkullu y otros dirigentes del PNV se ha ido difuminando con el paso del tiempo. La formación nacionalista no se ha sumado al acuerdo de un amplio número de partidos políticos en Madrid para prohibir la fracturación hidráulica cuando cambie el Gobierno.
En Gipuzkoa, el PNV tampoco ha firmado un acuerdo para declarar al territorio libre de fracking. Sí lo suscribieron EH Bildu, PSE y PP.
El Gobierno vasco critica el informe del Instituto Geológico y Minero sobre el fracking
El Ministerio de Medio Ambiente encargó al Instituto Geológico y Minero un informe sobre el fracking. Las conclusiones de ese estudio alertaban de los peligros para el medio ambiente provocados por esa técnica. Al Ministerio no le gustó un pelo y escondió el informe en un cajón aunque varios medios, entre ellos eldiario.es, han conseguido desvelar su contenido.
El documento es relevante porque determina cuáles podrían ser las exigencias ambientales a las empresas que quieran abrir pozos. Y el beneficio económico que obtengan esas empresas depende, en buena parte, de lo relajadas que sean las condiciones que pongan las instituciones.
En 2012, un portavoz de Heyco –una de las empresas norteamericanas que está aliada con el Gobierno vasco para abrir pozos– reconoció que las restricciones ambientales en España son “manejables”.
Según el Tribunal Constitucional, la competencia para prohibir o permitir el fracking en España es del Gobierno del Estado, pero las comunidades autónomas tienen la capacidad de establecer los requisitos para llevar a cabo esa actividad. Si el Gobierno vasco quisiera cumplir la promesa de frenar el fracking, podría intentar exigir unas condiciones tan duras y caras como para que las empresas desistieran de sus intenciones.
Eso no está ocurriendo.
En Cantabria, por ejemplo, después de que el Constitucional tumbara la ley autonómica que prohibía el fracking, el consejero de Medio Ambiente, Javier Fernández, explicó que su gobierno pretende aprobar la legislación «más restrictiva posible, respetando la doctrina marcada por el tribunal y que la aplicará de la forma «más exigente y rigurosa» para impedir que se use el fracking. Entre esas competencias propias, el consejero citaba las de medio ambiente, protección de la salud y de ordenación del territorio.
En Euskadi, en dos años no se ha escuchado a ningún consejero del Gobierno vasco decir algo parecido.
Volviendo al Informe del Instituto Geológico que detalla los peligros del fracking, el Gobierno vasco ha seguido los pasos del Gobierno de Rajoy. Lo ha criticado. La consejera de Desarrollo Económico, Arantza Tapia, considera que este informe es una “versión borrador” y “no oficial” y que “no se recogen datos técnicos reales de relevancia con aplicación en los trabajos de fracturación hidráulica en nuestro entorno geológico”.
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¿El fracking es una actividad peligrosa con consecuencias irreversibles para el medio ambiente? ¿Es una alternativa viable y poco contaminante que mitigará nuestra dependencia de los recursos fósiles externos? Hay científicos, técnicos y políticos con puntos de vista muy dispares, pero este artículo no pretende dilucidar quién tiene razón y si la apuesta por el fracking es una decisión acertada o un error.
El lehendakari, Iñigo Urkullu, prometió durante la campaña electoral que la política de su Gobierno respecto al fracking iría en una dirección y los hechos prueban que ha tomado la dirección contraria. A eso se le llama fraude electoral. No sólo Mariano Rajoy rompe sus promesas.