A estas alturas ya no nos la dan. De esas soflamas de que ha pasado la crisis, nada. Admito que ha pasado para quienes durante la crisis no perdieron nunca y ganaron un poco menos, pero ahora empiezan a recuperar lo que dejaron de ganar en estos siete años. La mayoría de la población sigue sufriendo la crisis: el paro es elevado, las prestaciones sociales se recortan y se ponen dificultades para acceder a ese derecho, y los trabajadores pierden poder adquisitivo a pasos agigantados. La pobreza no frena, pese a estar entre las economías desarrolladas. Esta dura realidad para la mayoría ha generado que haya TRABAJADORES POBRES y, por supuesto, EXPLOTADOS. En esto también tenemos que decir que la pérdida salarial que se ha producido ha bajado la barrera de la pobreza y, por tanto, se ha reducido el umbral de la pobreza. Por ejemplo, hace unos años el umbral de la pobreza de Euskal Herria se situó en torno a los 1.034 euros, mientras que en la actualidad cae cien euros, es decir poco más de 900 euros.
Ángela Merkel y Mariano Rajoy quieren hacernos creer que vamos bien gracias a los recortes y a la austeridad que han impuesto en la Unión Europea. Y, por tanto, nos amenazan con aplicar más recortes y más reformas. El objetivo es claro: empobrecer a los trabajadores y a la mayoría de la población y, por el contrario, beneficiar a unos pocos: la elite económica a la que los líderes de la derecha europea rinden pleitesía y me atrevería a decir que, también, los socialdemócratas que se pasean entre Berlín, Bruselas, París y Madrid, por poner algún ejemplo.
La realidad es que un 12,2% de la población ocupada esta atrapada en la pobreza aunque trabaje. Son, según los últimos datos de Eurostat y de la Red Europea de lucha contra la Pobreza (EAPN), 853.600 trabajadoras pobres (10,8%) y 1.273.820 trabajadores pobres (13,5%). Los datos para Hego Euskal Herria son parecidos.
En el Estado español hay un 39,17% más de trabajadores pobres que en la media de la Unión Europea de los 28 y ese porcentaje entre las mujeres trabajadoras es del 27,05% más que la media europea.
No tenemos nada que festejar, lo diga Merkel, Rajoy, Hollande o cualquier dirigente europeo. Lo que tenemos que hacer los trabajadores es luchar para reconquistar todos los derechos laborales, salariales y sociales que nos han robado.