La mujer de fulano- Maria­na Correa

Sean ellas tam­bién polí­ti­cas, empre­sa­rias, depor­tis­tas, mode­los o vedettes.

Son favo­ri­tas en las pan­ta­llas, noti­cie­ros, revis­tas de chi­men­tos, pági­nas web y el éter radia; sopor­tes comu­ni­ca­ti­vos que refuer­zan la teo­ría de que lo feme­nino es a par­tir de lo mas­cu­lino. Allí intere­sa qué cosas hacen para con­quis­tar día a día al hom­bre con quien com­par­ten su vida, lo cual invo­lu­cra el look, el cuer­po, el sexo, su dedi­ca­ción a la vida fami­liar, atri­bu­tos que lue­go serían retri­bui­dos por sus pare­jas con dine­ro, via­jes, bue­na pil­cha, inmue­bles en zonas top o espa­cios de poder, como si por ellas mis­mas no fue­ra posi­ble lograrlo.

En su libro “El segun­do sexo”, la filó­so­fa fran­ce­sa Simo­ne de Beau­voir escri­bió: “El pri­vi­le­gio eco­nó­mi­co que dis­fru­tan los hom­bres, su valor social, el pres­ti­gio del matri­mo­nio, la uti­li­dad de un apo­yo mas­cu­lino, todo empu­ja ardien­te­men­te a las muje­res a gus­tar a los hom­bres. Siguen estan­do en su con­jun­to en posi­ción de vasa­lla­je. El resul­ta­do es que la mujer se cono­ce y se eli­ge no en la medi­da en que exis­te para sí, sino tal y como la defi­ne el hom­bre”. Es un buen pun­to de par­ti­da para pen­sar a esas jóve­nes y seño­ras que la cul­tu­ra patriar­cal y hete­ro­se­xual faran­du­li­za y regis­tra como suje­tas a un otro, el varón-protagonista.

A “la mujer de fulano” tam­bién se la exhi­be como per­so­na depen­dien­te eco­nó­mi­ca­men­te: ella no tra­ba­ja, dis­fru­ta a cos­ta del dine­ro que gana el hom­bre, es man­te­ni­da, se va de shop­ping y fun­cio­na como apén­di­ce de los via­jes de tra­ba­jo y de pla­cer del mari­do. Mien­tras los hom­bres famo­sos apa­re­cen en la sec­ción depor­tes, polí­ti­ca, finan­zas, cul­tu­ra o espec­tácu­los, ‘sus’ muje­res van direc­to a la sec­ción farándula.

Las crí­ti­cas tam­bién com­pren­den la cla­se social a la que per­te­ne­cen, su rol como madres y espo­sas y la acti­tud que tie­nen en dis­tin­tos even­tos públi­cos. Es de espe­rar que sean bue­nas muje­res para no que­dar en el medio del tiro­teo: que man­ten­gan un per­fil bajo, que pre­sen­ten bue­na pre­dis­po­si­ción hacia el entorno fami­liar, que acom­pa­ñen y apo­yen al padre de sus hijos y, por supues­to, ten­gan una belle­za tipo.

Con este par­ti­cu­lar sen­ti­do de per­te­nen­cia, empie­za el show de la frivolidad.

El matri­mo­nio Kirchner

Sin poner el acen­to en el mode­lo de gobierno argen­tino actual, con el cual se pue­de estar en acuer­do o en des­acuer­do, la figu­ra de la pre­si­den­ta Cris­ti­na Fer­nán­dez sigue sien­do para­dig­má­ti­ca por su con­di­ción de mujer y espo­sa. De hecho, nun­ca per­dió el ape­lli­do mari­tal: es Cris­ti­na Kirch­ner, es Cris­ti­na Fer­nán­dez de Kirch­ner, es CFK.

En 2003, duran­te la cam­pa­ña de Nés­tor Kirch­ner como can­di­da­to a pre­si­den­te, ella era pre­sen­ta­da como “la seño­ra de Kirch­ner”, pese inclu­so a ser tam­bién abo­ga­da y a haber ejer­ci­do dis­tin­tos car­gos legis­la­ti­vos. Para­dó­ji­ca­men­te, por su carác­ter fuer­te se sos­pe­cha­ba que mane­ja­ba las deci­sio­nes de su mari­do. Sin embar­go, des­pués no habría sido el méri­to pro­pio el que la lle­vó a ocu­par el Sillón de Riva­da­via en 2007, sino el ser “seño­ra de”. Ade­más, no pudo esca­par al ran­king mun­dial de las muje­res polí­ti­cas más lin­das y ele­gan­tes y toda­vía es acu­sa­da de gas­tar for­tu­nas en car­te­ras y apli­ca­cio­nes de botox.

En 2010, cuan­do Nés­tor Kirch­ner falle­ció, empe­zó a ser “la viu­da de Kirch­ner”, situa­ción que en 2011 le habría vali­do la reelec­ción. Así lo escri­bió Syl­vi­na Wal­ger en La Nación días des­pués de los comi­cios: “(…) Des­de hace algu­nos meses nadie ‑a menos de sufrir un peli­gro­so esta­do de ena­je­na­ción men­tal- podía dudar de que las elec­cio­nes le per­te­ne­cían a la Viu­da Kirch­ner, que ini­cia­ba así su pere­gri­na­je hacia la con­cen­tra­ción del poder absoluto”.

La mujer de fulano

El dream team de las botineras 

En la jer­ga argen­ti­na, una boti­ne­ra es una seño­ra o seño­ri­ta que ron­da con­ti­nua­men­te a los juga­do­res de fút­bol para enta­blar un roman­ce y sacar así algún pro­ve­cho eco­nó­mi­co o de popularidad.

Duran­te el recien­te mun­dial Bra­sil 2014 apa­re­cie­ron innu­me­ra­bles artícu­los dedi­ca­dos a las novias y espo­sas de los juga­do­res de la Selec­ción argen­ti­na. El inte­rés cen­tral era des­cu­brir cuál era o no boti­ne­ra, cuál de ellas era la más lin­da o cómo se loo­kea­ban para ir a la can­cha a alen­tar a sus hombres.

El lomo infar­tan­te de la novia de fulano, la ope­ra­ción de lolas [tetas] de la espo­sa de sul­tano, el antes y el des­pués de la mujer de men­gano fue­ron temas cli­ché. Eran notas con mucha foto­gra­fía y poco tex­to, en lo posi­ble con­di­men­ta­das con algu­nas “decla­ra­cio­nes escan­da­lo­sas”, ya que muchas de esas famo­sas son mos­tra­das como arpías para con sus pares. Suma­do a los comen­ta­rios de lec­to­res deba­jo de cada pos­teo, el resul­ta­do era ali­men­to balan­cea­do para el corri­llo mediá­ti­co y sexista.

De un lado ubi­ca­ban a las boti­ne­ras y del otro a las “Clau­dia Mara­do­na”, sím­bo­lo de madre abne­ga­da y espo­sa incon­di­cio­nal en este difí­cil ambien­te. Por ejem­plo, el por­tal digi­tal Pri­mi­cias Ya, publi­có: “Elia­na Guer­cio, quien fue­ra una de las vedet­tes más polé­mi­cas del ambien­te, dejó las plu­mas para via­jar tras los pasos de su mari­do, el arque­ro de la Selec­ción Argen­ti­na de fút­bol, Ser­gio Romero”.

En lo suyo, Evan­ge­li­na Ander­son, la espo­sa de Mar­tín Demi­che­lis, enca­be­za­ba los top ten de “las boti­ne­ras más lin­das”. Mien­tras que Anto­ne­lla Roc­cuz­zo, espo­sa de Lio­nel Mes­si, por su bajo per­fil era con­si­de­ra­da “la Clau­dia de Mes­si”, ade­más de que reci­bió elo­gios por ser due­ña de una belle­za “fres­ca y natu­ral”, es decir, sin cirugías.

En una de las notas que Ciu​dad​.com publi­có en pleno mun­dial sobre Roc­cuz­zo, un lec­tor posteó este comen­ta­rio (Sic): “Boni­ta y mujer de un Gran­de cómo es Lio­nel Mes­si se mira y no se toca por­que es la seño­ra de un Gran­de por más lin­da que sea. Se la ve con­ten­ta con Leo cómo le está yen­do en el Mun­dial espe­re­mos que nos dé una ale­gría y un sue­ño, que todos los Argen­ti­nos que­re­mos es que Argen­ti­na sal­ga Cam­peón. Anto­ne­lla Roc­cuz­zo Car­ne 100% Nacional”.

Pare­ce enton­ces que la feme­nei­dad tam­bién es cosa de machos, legí­ti­ma­men­te sos­te­ni­da por el patrón comu­ni­ca­cio­nal y cul­tu­ral rei­nan­te. Las muje­res son obser­va­das con esa len­te y lue­go pre­juz­ga­das. De acuer­do a los valo­res que de ante­mano la socie­dad depo­si­te en ellas se deci­di­rá cuá­les esta­ble­cie­ron lazos «ver­da­de­ros» con su pare­ja y por ende deben ser res­pe­ta­das y cuá­les sim­ple­men­te se col­ga­ron de la fama y la bille­te­ra y, en con­se­cuen­cia, pue­den ser «toca­das».
Por el momen­to no hay otra lógi­ca que vali­de el ser femenino.

www​.mar​cha​.org​.ar

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