Oba­ma, la más­ca­ra del fari­seo- Miguel Urbano

Lo que que­da­rá en la his­to­ria del paso por el poder de Barack Oba­ma en el ini­cio del siglo XXI cuan­do el fin de la hege­mo­nía de los Esta­dos Uni­dos comen­za­ba a ser transparente?

Creo que la ima­gen del hom­bre y el esta­dis­ta será muy nega­ti­va. Admi­to que será res­pon­sa­bi­li­za­do por las futu­ras gene­ra­cio­nes en el mun­do y en su pro­pio país del agra­va­mien­to de una estra­te­gia impe­rial cri­mi­nal que empu­jo a la huma­ni­dad hacia una cri­sis civi­li­za­to­ria que ame­na­za su continuidad.

Pero en estos días, en los paí­ses de la Unión Euro­pea, la ima­gen de un Oba­ma inexis­ten­te fue tan pro­fun­da­men­te asi­mi­la­da por millo­nes de per­so­nas, des­de Lis­boa has­ta Buda­pest, de Lon­dres has­ta Var­so­via, que es muy difí­cil per­sua­dir a la mayo­ría de que el actual pre­si­den­te de USA es lo opues­to al ciu­da­dano ejem­plar a quien la Aca­de­mia de Oslo atri­bu­yo el Pre­mio Nobel de Paz.

Una cam­pa­ña masa­cran­te, de ámbi­to mun­dial, fabri­có y difun­dió la ima­gen de un Oba­ma dis­pues­to a cam­biar­lo casi todo en los EUA y a pro­mo­ver la paz en el mun­do, un polí­ti­co con mati­ces revolucionarios.

El sena­dor Barack Oba­ma lla­mo la aten­ción, aun joven, por ser un hom­bre muy inte­li­gen­te, ambi­cio­so, gran ora­dor. Can­di­da­to por el Par­ti­do Demó­cra­ta sabia, en ple­na cri­sis, capi­ta­li­zar el des­con­ten­to de la mayo­ría del elec­to­ra­do, con un dis­cur­so pro­gre­sis­ta que sin­te­ti­zo las aspi­ra­cio­nes de los más pobres y de la cla­se medio, que habían sido dura­men­te afec­ta­das por el escán­da­lo de los sub­pri­me.. Ata­co el Wall Street, res­pon­sa­bi­li­zo a la Ban­ca y a las gran­des trans­na­cio­na­les, por el sufri­mien­to de las víc­ti­mas del engra­na­je. Su famo­sa fra­se yes, we can (si, noso­tros pode­mos) las admo­ni­cio­nes al con­gre­so, las denun­cias de una polí­ti­ca dife­ren­te, orien­ta­da hacia la Paz fue­ron deci­si­vas para la gran vic­to­ria elec­to­ral que alcanzo.

Una ola de espe­ran­za reco­rrió a los EUA.

El hecho de ser negro tam­bién con­tri­bu­yo para que los inte­lec­tua­les pro­gre­sis­tas, inclu­yen­do muchos comu­nis­tas, admi­tie­ran que el país podría estar en vís­pe­ras de un cambio.

Mien­tras tan­to, para sor­pre­sa de la mayo­ría, su cam­pa­ña fue gene­ro­sa­men­te finan­cia­da por el gran capi­tal. Wall Street cono­cía al hom­bre; sus crí­ti­cas y pro­me­sas y su ora­to­ria popu­lar no impre­sio­na­ron la Finanza.

Los seño­res del capi­tal actua­ron con inteligencia.

Ins­ta­la­do en la Casa Blan­ca, Oba­ma olvi­do, enga­ve­to o vio­lo la mayo­ría de los com­pro­mi­sos asumidos.

No cerró la cár­cel de Guan­tá­na­mo, man­tu­vo la legis­la­ción repre­si­va de Bush, pro­mul­go una ley que en la prác­ti­ca auto­ri­za a la tor­tu­ra y otra sobre la pri­sión de sos­pe­cho­sos de rela­cio­na­mien­to con posi­bles terro­ris­tas (diplo­ma que en pala­bras de Michel Chos­su­dovsky con­fie­re al Esta­do un carác­ter tota­li­ta­rio), y lla­mo para el gobierno y car­gos de su con­fian­za polí­ti­cos a eco­no­miis­tas rela­cio­na­dos ínti­ma­men­te con el engra­na­je del Wall Street.

UNA POLÍTICA EXTERNA IMPERIAL Y AGRESIVA.

La nomi­na­ción de Hillary Clin­ton para el Depar­ta­men­to de Esta­do fue el pro­lo­go de una polí­ti­ca inter­na­cio­nal pro­fun­da­men­te reaccionaria.

La espo­sa del ex-pre­si­den­te impri­mió a su acción un esti­lo más agre­si­vo y béli­co que el de Con­do­lee­za Rice.

Oba­ma apo­yó su defen­sa del sio­nis­mo, sus crí­ti­cas desa­bri­das a Chi­na, su abier­ta hos­ti­li­dad hacia el mun­do islámico.

Una de las pri­me­ras deci­sio­nes estra­té­gi­cas del pre­si­den­te fue el envío de más de 100.000 mili­ta­res para Afga­nis­tán. No dudo en pre­sen­tar como prio­ri­dad la vic­to­ria en la gue­rra de agre­sión allí ini­cia­da por Bush hijo. El resul­ta­do negó el pro­yec­to. Pos­te­rior­men­te, el fra­ca­so de suce­si­vas ofen­si­vas- dos coman­dan­tes regio­na­les fue­ron des­pe­di­dos- des­em­bo­co en el com­pro­mi­so de reti­rar todas las tro­pas esta­dou­ni­den­ses has­ta final de 2014. Sin embar­go, al final, van a per­ma­ne­cer allí varios miles de soldados.

Hoy en día, las fuer­zas que com­ba­ten en el país a los ocu­pan­tes nor­te-ame­ri­ca­nos y a la OTAN con­tro­lan casi todo el terri­to­rio con excep­ción de Kabul y de las prin­ci­pa­les ciudades.

En cuan­to a la pro­duc­ción de opio aumen­to bas­tan­te des­de la inva­sión en 2001.

La agre­sión a Libia, tam­bién con­cre­ti­za­da en nom­bre de la defen­sa de los dere­chos huma­nos y el amor por la liber­tad y la demo­cra­cia, fue en reali­dad una gue­rra impe­rial, pre­pa­ra­da con ante­ce­den­cia con carac­te­rís­ti­cas geno­ci­das. De acuer­do con el pro­yec­to, via­bi­li­za­do por el Con­se­jo de Segu­ri­dad de la ONU, el resul­ta­do des­pués de la des­truc­ción del país y del ase­sino de Mua­mar Kha­da­fi sería un «régi­men demo­crá­ti­co», tute­la­do por Washing­ton, por los alia­dos de la Unión Euro­pea y por las gran­des empre­sas petrolíferas.

Pero las cosas no ocu­rren de acuer­do con los deseos de Obama.

Los gobier­nos fan­to­ches ins­ta­la­dos por los ocu­pan­tes per­die­ron rápi­da­men­te el con­trol del país. La situa­ción exis­ten­te es anár­qui­ca, con dife­ren­tes mili­cias invo­lu­cra­das en com­ba­tes fra­tri­ci­das. El des­or­den alcan­zo tales pro­por­cio­nes que una de estas mili­cias tri­ba­les ocu­po en Trí­po­li edi­fi­cios de la emba­ja­da de los EUA cuyo per­so­nal diplo­má­ti­co había pru­den­te­men­te aban­do­na­do el país.

En Iraq, una cam­pa­ña estruen­do­sa anun­cio al mun­do que, cum­pli­dos los obje­ti­vos de la inva­sión del país, e ins­ta­la­do en Bag­dad «un régi­men demo­crá­ti­co esta­ble», los EUA, hon­ran­do una pro­mes­sa, habían reti­ra­do, final­men­te todas las tro­pas de combate.

Otra gro­se­ra men­ti­ra. Dece­nas de miles de mer­ce­na­rios, con­tro­la­dos por empre­sas mafio­sas de los EUA, sus­ti­tu­ye­ron las fuer­zas del ejército.

La situa­ción en Bag­dad y en las pro­vin­cias es caó­ti­ca. Las últi­mas elec­cio­nes, como las ante­rio­res, fue­ron una far­sa. Pero la nega­ti­va del pri­mer minis­tro Nou­ri Al Malik en aban­do­nar el poder gene­ro una cri­sis, mar­ca­da por esce­nas pro­pias de un tea­tro del absur­do que sólo ter­mi­nó con un ulti­má­tum de Washing­ton. La vio­len­cia es endé­mi­ca en todo el territorio.

En Siria, Oba­ma inten­to repe­tir, recu­rrien­do a un méto­do dife­ren­te, la «ope­ra­ción» des­es­ta­bi­li­za­do­ra que en Libia tenía por obje­ti­vo el derro­ca­mien­to del régimen.

La fase ini­cial fue una cam­pa­ña mediá­ti­ca mon­ta­da a nivel mun­dial para mos­trar que el país esta­ba some­ti­do a una feroz dic­ta­du­ra. El pre­si­den­te Bashar al Assad fue sata­ni­za­do, pre­sen­ta­do como un mons­truo res­pon­sa­ble por los crí­me­nes en con­tra de la humanidad.

La segun­da fase fue el des­en­ca­de­na­mien­to de una “rebe­lión”. Gru­pos de mer­ce­na­rios, arma­dos y finan­cia­dos por los EUA, por Israel y por Tur­quia, ata­ca­ron el ejer­ci­to, des­tru­ye­ron ins­ta­la­cio­nes públi­cas, ocu­pa­ron ciu­da­des y aldeas.

Crí­me­nes come­ti­dos por los «rebel­des» fue­ron atri­bui­dos por los gober­nan­tes y por los medios de los EUA y de la Unión Euro­pea a las fuer­zas arma­das Sirias.

Oba­ma lle­go a anun­ciar en un dis­cur­so incen­dia­rio, que tomó la deci­sión de bom­bar­dear Síria para ins­ta­lar en el país la demo­cra­cia y las libertades.

Sin embar­go, el con­tex­to dife­ría de lo pla­nea­do. La gran mayo­ría del pue­blo Sirio y su ejer­ci­to infli­gie­ron seve­ras derro­tas a las orga­ni­za­cio­nes terro­ris­tas, seña­la­das por Washing­ton. Y la fir­me­za de Rusia for­zó a Oba­ma a renun­ciar al anun­cia­do bombardeo.

Esta derro­ta polí­ti­ca coin­ci­dió con otra. El gobierno nor­te-ame­ri­cano, que en sema­nas ante­rio­res mul­ti­pli­ca­ba las ame­na­zas a Irán, y apro­ba­ba paque­tes de san­cio­nes por Tehe­rán no ceder a sus exi­gen­cias, cam­bio súbi­ta­men­te de tác­ti­ca y dis­cur­so y deci­dió abrir nego­cia­cio­nes con el gobierno del pre­si­den­te Has­san Rohani.

OBAMA Y EL CAOS UCRANIANO

En una demos­tra­ción de irres­pon­sa­bi­li­dad, Barack Oba­ma tomo ini­cia­ti­vas en la fren­te euro­pea que agra­va­ron las rela­cio­nes con Rusia, ya bas­tan­te ten­sas, en el momen­to en que en el Medio Orien­te acu­mu­la­ba derrotas.

El esce­na­rio esco­gi­do para la con­fron­ta­ción fue Ucra­nia. No supo extraer lec­cio­nes del fra­ca­so Georgiano.

Todo comen­zó a prin­ci­pio de febre­ro con las mani­fes­ta­cio­nes en Kiev ten­dien­tes a des­es­ta­bi­li­zar el país. En la pla­za Mai­dan gru­pos para­mi­li­ta­res, finan­cia­dos por la CIA pro­vo­ca­ron dis­tur­bios, asal­ta­ron minis­te­rios, des­tru­ye­ron edi­fi­cios públi­cos y entra­ron en cho­ques arma­dos con la policía.

Washing­ton alcan­zo el obje­ti­vo. El pre­si­den­te legi­ti­mo, Vktor Yaco­no­vich – de hecho un aven­tu­re­ro corrup­to, tal como la ex pri­me­ra minis­tra Timo­chen­ka, de la ultra­de­re­cha- fue derro­ca­do el 24 de Febrero.

Una jun­ta de polí­ti­cos fas­cis­tas, crea­da ad hoc, asu­mió tem­po­ral­men­te el gobierno del país.

Los EUA fes­te­ja­ron, y un a far­sa elec­to­ral lle­voon a la pre­si­den­cia el mul­ti­mi­llo­na­rio Petro Poroshen­ko, cono­ci­do por el apo­do de «rey del chocolate».

La far­sa demo­crá­ti­ca fue reci­bi­da con reser­vas por algu­nos de los alia­dos euro­peos de los EUA.

Que­do cla­ro que el Par­la­men­to y la

Jun­ta son con­tro­la­das por par­ti­dos de extre­ma-dere­cho, algu­nos de los cua­les exhi­ben con orgu­llo sím­bo­los nazis. La caza de los comu­nis­tas fue oficializada.

Ucra­nia­nos que lucha­ron en las SS hitle­ria­nas con­tra la Union Sovie­ti­ca son aho­ra guin­da­dos a titu­lo pós­tu­mo a héroes nacionales.

En el este del país, en pro­vin­cias don­de la mayo­ría de la pobla­ción es de habla rusa, la resis­ten­cia encon­tra­da por el gobierno fan­to­che de Kiev fue inme­dia­ta. Exi­gían garan­tías de una amplia autonomía.

Poroshen­ko no supo extraer de lo suce­di­do en Cri­mea las con­clu­sio­nes que se necesitaban,

Con el aval de Washing­ton y con­fian­do en pro­me­sas de una ayu­da finan­cie­ra gene­ro­sa, garan­ti­zo que iba a con­tro­lar a los «rebel­des » en pocos días.

La bra­va­ta fue lue­go des­men­ti­da. Las ofen­si­vas del ejér­ci­to de Kiev, apo­ya­das por bri­ga­das de volun­ta­rios que se asu­men como nazis y anti rusos, fue­ron derrotadas.

La pro­pia pren­sa de los EUA reco­no­ce que la deser­ción de sol­da­dos y ofi­cia­les del exer­ci­to de Kiev es masiva.

En el momen­to en el que escri­bo – ini­cio de sep­tiem­bre- la situa­ción mili­tar, polí­ti­ca, eco­nó­mi­ca y social es catastrófica.

Las insis­ten­tes ape­la­cio­nes para ayu­da mili­tar y el pedi­do de ingre­so de la OTAN, for­mu­la­dos por la jun­ta, expre­san el deses­pe­ro de la cama­ri­lla ins­tau­ra­da en el poder.

Las decla­ra­cio­nes del pre­si­den­te de los EUA y del secre­ta­rio de Esta­do John Kerry – un repu­bli­cano muy con­ser­va­dor y de medio­cri­dad inocul­ta­ble– dejan ver la con­fu­sión exis­ten­te en Washington.

Oba­ma escla­re­ció que en el momen­to no tie­ne una estra­te­gia defi­ni­da para la región.

No pue­de con­fe­sar que todas las opcio­nes son negativas.

Los EUS refuer­zan la pre­sen­cia mili­tar en las Repú­bli­cas Bál­ti­cas en Polo­nia y va a ins­ta­las cin­co nue­vas bases mili­ta­res en los paí­ses del este. Al mis­mo tiem­po, la Unión Euro­pea esco­ge para pre­si­den­te del con­se­jo de minis­tros, como suce­sor del bel­ga Rom­puy, el pola­co Donald Tusk, un anti ruso que en su juven­tud mili­to en Soli­dar­nosc de Lech Walesa.

Pero las arro­gan­tes ame­na­zas de Oba­ma a Rusia son en la reali­dad tiros de pól­vo­ra seca. Las san­cio­nes per­ju­di­can sobre todo a la Unión Europea.

El pre­si­den­te sabe de sobra que las acu­sa­cio­nes de uni­da­des mili­ta­res rusas en las pro­vin­cias sepa­ra­tis­tas ucra­nia­nas son falsas.

Los gene­ra­les del Pen­tá­gono con­si­de­ran impen­sa­ble el envol­vi­mien­to de los EUA en Ucra­nia en una gue­rra con­ven­cio­nal con­tra Rusia. Y el uso de armas nuclea­res, mis­mo sien­do tác­ti­cas, sería pro­ba­ble­men­te el pro­lo­go de una tra­ge­dia planetaria.

La des­orien­ta­ción que se ins­ta­lo en la Casa Blan­ca, en el pen­tá­gono y en el depar­ta­men­to de Esta­do se justifica.

En el auge de la cri­sis de Ucra­nia, la situa­ción exis­ten­te en Iraq y en Siria se agra­vo peligrosamente.

La pro­cla­ma­ción de Cali­fa­to en terri­to­rios de la media luna fér­til por una orga­ni­za­ción jiha­dis­ta que se auto titu­la Esta­do Isla­mi­co des­en­ca­deno páni­co en Washing­ton y en las capi­ta­les euro­peas. Sur­gien­do repen­ti­na­men­te como ven­da­val de vio­len­cia, estas orga­ni­za­cio­nes de jiha­dis­tas faná­ti­cos, lide­ra­dos por Abu Bakr Al Bagha­di (que afir­ma ser des­cen­dien­te del Pro­fe­ta Muham­mad) ocu­po en pocas sema­nas un área del nor­des­te de Siria y casi un ter­cio de Iraq. Pro­vo­co derro­tas demo­le­do­ras al ejer­ci­to Ira­quiano e inva­dió terri­to­rios de Kur­di­tan autó­no­mo, alia­do de los EUA.

La situa­ción, tal como se pre­sen­ta nos recuer­da una tragicomedia.

Reac­cio­nan­do a los SOS lan­za­dos por el nue­vo pri­mer minis­tro de Bag­dad, Hai­da al Aba­di, hom­bre de con­fian­za de la casa blan­ca, los EUA deci­die­ron rea­li­zar bom­bar­deos qui­rúr­gi­cos, ale­gan­do reac­cio­nar asi para evi­tar el exter­mi­nio de los Yazi­dis, una mino­ría de reli­gión pre-islá­mi­ca (serán en la máxi­mo nos 300.000) con ritua­les del maz­deís­mo persa.

Omi­tie­ron los medios de comu­ni­ca­ción que los Yaa­zi­dis fue­ron bom­bar­dea­dos en el 2007 en cir­cuns­tan­cias más escla­re­ci­das y que en la épo­ca el gobierno de los EUA igno­ro el asunto.

Oba­ma infor­mó, que entre tan­to los EUA no envia­ran tro­pas terres­tres para la región.

Los mons­truo­sos actos de bar­ba­rie prac­ti­ca­dos por el Esta­do Islá­mi­co,( ya dego­lla­ron dos perio­dis­tas ame­ri­ca­nos- pro­vo­ca­ron la jus­ta indig­na­ción de millo­nes de musul­ma­nes en todo el mun­do. Los gobier­nos de Iran y de Siria hicie­ron públi­ca su dis­po­si­ción para com­ba­tir los cri­mi­na­les del Cali­fa­do fantasma.

La posi­ción de los EUA, enfre­tan­do una situa­ción de pesa­di­lla, inima­gi­na­ble hace pocos meses, es, por lo tan­to, más que inco­mo­da, dile­má­ti­ca. Todas las opcio­nes –repi­to- son negativas.

No pue­den acep­tar la ayu­da mili­tar de Siria, de Iran y de otro Esta­dos enemi­gos que defi­nen como terro­ris­tas y for­man aque­llo que lla­man «el eje del mal».

Tam­po­co pue­den reen­viar tro­pas de la US Army para Iraq des­pués de haber uti­li­za­do la reti­ra­da de estas como prue­ba de cum­pli­mien­to de su misión «demo­crá­ti­ca y civilizadora».

¿Que hacer entonces?

Barack Oba­ma no tie­ne res­pues­ta para esta pregunta.

Pien­so que los his­to­ria­do­res que iden­ti­fi­can en la His­to­ria la madre de las cien­cias lle­ga­ran en el futu­ro a la con­clu­sión de que Oba­ma fue el más noci­vo, hipó­cri­ta y peli­gro­so para la huma­ni­dad de todos los pre­si­den­tes del país.

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Villa Nue­va de Gaia, 3 de Sep­tiem­bre de 2014

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