El Octubre rojo lo fue también de las mujeres. Visibilizó una pléyade de ellas: campesinas, obreras, amas de casa, intelectuales, artistas que habían sido opacadas por el riguroso trabajo clandestino que imponía la criminal policía secreta zarista. El triunfo de la revolución significó un nuevo reto para las féminas porque además se venía de una sociedad supremamente machista.
En la gigantesca Rusia las relaciones económicas predominantes se tejían bajo un régimen de servidumbre, aun más excluyente hacía la mujer a la cual se le negaban sus más elementales derechos, no se le consideraba sujeto social, ni político y la confinaba a las tareas hogareñas.
Pero al lado del régimen feudal o semi-feudal, en el imperio de los zares se desarrollaba el capitalismo. Este montó fábricas en Moscú, Petrogrado y otras grandes ciudades, enganchando mano de obra femenina peor remunerada al la del hombre y obligada a trabajar en condiciones más difíciles.
La revolución de octubre no solo libera a laclase obrera y al campesinado, sino con ellos a toda la sociedad de la explotación capitalista. Esmero fundamental comienzan a tener los niños, niñas, mujeres y los ancianos de ambos sexos.
Los derechos fundamentales de la mujer, al inicio de la revolución y en la construcción del socialismo los va adquiriendo con su propia lucha y como ejes centrales del Estado dirigido por hombres y mujeres provenientes prioritariamente de los sectores populares sin excluir a individuos, que aun siendo aristócratas o burgueses; no hubieran conspirado contra el nuevo orden.
Para lograr la plena igualdad las escuelas, colegios, institutos yuniversidades abren de par en par las puertas, a las muchachas que se preparan en las más diversas ramas del saber y luego van a desempeñar los distintos cargos a nivel de Estado, gobierno, academia, FF.AA, mundo científico, letras, artes, deporte, cultura, entre otros, en plena condición de igualdad con el hombre.
Fue durante la Primera Guerra mundial, cuando se produce el triunfo de la revolución de Octubre quelas mujeres realizaron las proezas que registra la historia, en la producción fabril, puesto que los hombres estaban en el frente de batalla. En la Segunda Guerra Mundial, el papel de ellas fue determinante, pues sin el trabajo, abnegación, disciplina, combatividad y talento de las mujeres soviéticas, hubiera sido imposible la derrota del Fascismo Hitleriano.
Ya en la posguerra el papel de la mujer en todas las actividades de la sociedad socialista se agiganta. No tiene terreno vedado y brilla con luz propia en todas las actividades.
El viaje de Valentina Tereshkova al cosmos culminó una época de expectativas. Más allá de la Unión, el mundo tuvo que reconocer que, efectivamente, hombres y mujeres somos iguales, podemos trabajar juntos y aportar a nuestros países y a la humanidad.
Los derechos e igualdades alcanzados por la mujer soviética en aquel Octubre inolvidable, que nos dignificó, se desvanecieron en la actual Rusia capitalista; pero viven, crecen y destellan en la Cuba Socialista.
Estamos obligadas, por mandato de conciencia, a estudiar esas experiencias e incorporarlas en las luchas de nuestro pueblo, pues somos parte de todo ese torrente de cambio y de combate.