La derecha española, pero también la socialdemocracia en gran medida, cuando surge el tema de Franco y el franquismo siempre han intentado que suene a algo muy, muy lejano. Algo perdido en la historia y enterrado por lo menos hace milenios. Eones dirían algunos. Un tema sacado a colación por resentidos o extremistas que no respetan “la democracia” y no abrazaron en su día “la reconciliación nacional”, de esa que hablaba tanto el PCE. Lo que pasa es que la memoria popular y sobre todo las matemáticas no suelen fallar. Todavía no he cumplido 40 años y cuando nací, Franco estaba vivo.
Hay razones para que se expresen así, ya que esa derecha y pseudo izquierda española firmaron un pacto continuista con los pilares básicos del franquismo al que llamaron transición, que mas bien realmente fue una reforma del franquismo de cara a una mayor ganancia y eficacia del mercado para explotar a la clase trabajadora, donde todos los poderes fácticos y del capital pasaron inexpugnables e impunes, tanto como la opresión nacional vasca, manteniendo todos los privilegios que lograron a través de la fuerza militar del nacionalismo español en alianza con el nazismo alemán y el fascismo italiano.
Hoy es una fecha simbólica para ese nacionalismo español y para esos poderes que al igual que en el franquismo, siguen controlando el destino de la cárcel de pueblos que es el estado español.
Un 20 de noviembre de 1936, José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española e hijo del dictador Miguel Primo de Rivera, condecorado en la tercera guerra “de las provincias vascongadas”, moría.
Décadas después lo hacía Franco, un mismo 20 de noviembre de 1975.
El 20‑N no es simplemente una fecha para supuestos nostálgicos extravagantes de extrema derecha, lo es para el núcleo central del régimen español, ese que pasó impoluto del franquismo a la supuesta “democracia”. Es por ello que esa fecha, 20 de noviembre, fue la escogida por el estado español para matar a Santi Brouard en 1984 y a Josu Muguruza en 1989, y convirtiéndose por tanto también en una fecha simbólica para el MLNV.
Cuando murió Santi, yo aún era un niño y obviamente no estaba muy al tanto de la situación política que me rodeaba. Con Josu fue diferente.
En esos momentos ya tenía algo despertada la conciencia política y precisamente el mismo Josu Muguruza, y yo sin saberlo, había cumplido un papel destacado en ello. En general, el periódico Egin me gustaba, pero sobre todo había una sección de análisis político al nombre de iratzar que la devoraba completamente, la leía y releía. Era ahí donde se me encajaban las piezas que a trompicones iba aunando, convirtiéndose en una auténtica brújula política. Iratzar era el pseudónimo de Josu en Egin.
Santi fue uno de los fundadores de EHAS (Euskal Herriko Alderdi Sozialista), una de las primeras organizaciones nacionales superando la muga norte-sur, fruto de la fusión de la organización de hegoalde EAS (Euskal Alderdi Sozialista ) y la de iparralde HAS (Herriko Alderdi Sozialista). EHAS sería a la postre una de las promotoras para la creación de KAS ( Koordinadora Abertzale Sozialista ), donde en su interior junto a Eusko sozialistak tomarían el nombre de HASI ( Herriko Alderdi Sozialista Iraultzailea), del cual Santi llegaría a ser dirigente de la misma forma que participaría también en la unidad popular (Herri Batasuna).
Josu militaría en ASK (Abertzale Sozialista Komiteak ), que surgiría en Bizkaia pero rápidamente extendiendose por toda Euskal Herria e integrandose al igual que HASI en el interior de KAS. Josu llegaría a ser dirigente de KAS, participando también en la unidad popular (Herri Batasuna).
Este pequeño recorrido sintetizado (no plenamente exhaustivo), del recorrido militante de Santi y Josu indica muchas cosas. Movimiento revolucionario, masa crítica y masa popular, diversificación de tareas, importancia de movimiento popular como algo estratégico no dependiente, unidad en la diferencia, espacios compartidos, organizaciones de clase junto a organizaciones de masas. De entre ellas también una tan simple como evidente que tanto Santi como Josu fueron dirigentes de KAS, con todo lo que supone, hasta el día de su muerte. Y esto es importante porque a la hora de la memoria histórica no se puede hacer a medias, ni cortar donde no interese para justificar algunas perspectivas actuales.
Tanto Santi como Josu y las cientos de personas que han muerto a consecuencia de la acción represiva y asesina del estado, siempre tuvieron en mente un escenario de paz y libertad para Euskal Herria y por ello lucharon.
Nunca las olvidaremos.