“La medi­da del femi­nis­mo comu­ni­ta­rio son las luchas y la memo­ria”- Fer­nan­da Sán­chez Jaramillo

“La medida del feminismo comunitario son las luchas y la memoria”

Fer­nan­da Sán­chez Jara­mi­llo: Para los lec­to­res que no cono­cen el Femi­nis­mo Comu­ni­ta­rio. Cuén­te­nos bre­ve­men­te cuál es su obje­ti­vo prin­ci­pal y las herra­mien­tas que uti­li­zan para cum­plir esos objetivos.
Julie­ta Pare­des: Es intere­san­te hablar de la Asam­blea de femi­nis­mo Comu­ni­ta­rio que empren­de el camino de reto­mar la ener­gía de nues­tras raí­ces para con­cre­tar lo que hoy es el Femi­nis­mo Comunitario.
Esto ocu­rre en un pro­ce­so que pasa por la insu­rrec­ción en Octu­bre 2003, de nues­tro pue­blo, que echa al neo­li­be­ra­lis­mo de nues­tros terri­to­rios y don­de ini­cia la Asam­blea Femi­nis­ta como espa­cio de refle­xión del femi­nis­mo y de la revolución.
Es impor­tan­te esta­ble­cer esta rela­ción pues no se tra­ta de que por vivir en una comu­ni­dad somos femi­nis­tas comu­ni­ta­rias; es la refle­xión y la pro­duc­ción con­cep­tual tam­bién des­de el femi­nis­mo con 24 años de acti­vis­mo en Boli­via que logra parir lo que hoy es el Femi­nis­mo Comunitario.
Nos pare­ce fun­da­men­tal seña­lar esto, para evi­tar inter­pre­ta­cio­nes super­fi­cia­les o uti­li­za­cio­nes opor­tu­nis­tas o indi­vi­dua­lis­tas de nues­tro nombre.
No hay mar­gen para hablar de “mi femi­nis­mo comu­ni­ta­rio”. Somos un movi­mien­to orga­ni­za­do, cual­quier mujer que se com­pro­me­ta, se orga­ni­ce con noso­tras, se entre­gue a esta cau­sa y deje sus pri­vi­le­gios pue­de ser femi­nis­ta comu­ni­ta­ria o pue­de usar nues­tra pro­duc­ción polí­ti­ca y con­cep­tual para su acti­vis­mo o aná­li­sis pero nombrándonos.
Femi­nis­mo Comu­ni­ta­rio es un movi­mien­to y una orga­ni­za­ción social que pro­du­ce con­cep­tua­li­za­cio­nes úti­les para nues­tras luchas. Así que pedi­mos ama­ble­men­te, pero con fir­me­za, a quie­nes están usan­do nues­tro nom­bre que dejen de hacer­lo y que nos res­pe­ten. Enten­de­mos este hecho como fru­to de la des­po­li­ti­za­ción colo­nia­lis­ta que hizo una filo­so­fa ita­lia­na radi­ca­da en Méxi­co y que vana­li­zó el femi­nis­mo comu­ni­ta­rio, a su capri­cho ella deci­de quién es y quién no, es el inten­to de tri­via­li­zar y “folc­klo­ri­zar” un pen­sa­mien­to, un movi­mien­to y orga­ni­za­ción social, tan pro­fun­da y tan rica como es el Femi­nis­mo Comunitario.
FSJ: ¿Cuá­les son las dife­ren­cias fun­da­men­ta­les entre el femi­nis­mo comu­ni­ta­rio y el femi­nis­mo euro­peo y norteamericano?
JP: Que la patriz del Femi­nis­mo Euro­peo es el indi­vi­dua­lis­mo, la moder­ni­dad, la pro­pie­dad pri­va­da, la demo­cra­cia, los dere­chos civi­les, el mani­queís­mo y la con­cep­ción lineal del tiem­po, entre otras.
Nues­tra matriz como femi­nis­tas comu­ni­ta­rias es la comu­ni­dad, el vivir bien, el tiem­po con­si­de­ra­do cir­cu­lar, el pro­fun­do amor por nues­tros pue­blos, la auto­no­mía de nues­tros cuer­pos, terri­to­rios y conocimientos.
La liber­tad y la polí­ti­ca como el com­pro­mi­so con las luchas de nues­tros pue­blos y remar­co que las muje­res somos la mitad de cada pue­blo luchan­do con­tra el sis­te­ma Patriar­cal, que es el sis­te­ma de todas las opre­sio­nes cons­trui­do sobre los cuer­pos de las mujeres.
FSJ: ¿Es el femi­nis­mo comu­ni­ta­rio un femi­nis­mo disi­den­te en Amé­ri­ca Lati­na don­de está tan arrai­ga­do el femi­nis­mo euro­peo y norteamericano?
JP: No es un femi­nis­mo disi­den­te, es nues­tro femi­nis­mo que reto­ma las luchas de nues­tras abue­las en Boli­via pues el femi­nis­mo comu­ni­ta­rio nace en Boli­via des­de las ver­tien­tes de nues­tro femi­nis­mo de muje­res crean­do comu­ni­dad y el pro­ce­so de cam­bio de nues­tro pueblo.
Al recu­pe­rar nues­tra memo­ria lar­ga es un femi­nis­mo que tie­ne sen­ti­do para muchas muje­res en dis­tin­tos paí­ses. El femi­nis­mo comu­ni­ta­rio tam­po­co se colo­ca en la otre­dad pues no somos lo otro de un uno, la medi­da del femi­nis­mo comu­ni­ta­rio son las luchas y la memo­ria de muje­res y hom­bres de nues­tros pue­blos a esto se suma todo el pro­ce­so de cam­bio con las pro­pues­tas rompe­doras y muy avan­za­das que Boli­via está apor­tan­do al mundo.
Por otro lado enten­de­mos que el Femi­nis­mo Lati­no­ame­ri­cano tuvo una diná­mi­ca de los Encuen­tros que le dio una iden­ti­dad al femi­nis­mo Lati­no­ame­ri­cano, pero lamen­ta­ble­men­te los encuen­tros fue­ron copa­dos por las ONGs y ahí se per­dió el dina­mis­mo del movimiento.
FSJ: ¿De qué mane­ra uti­li­za el femi­nis­mo comu­ni­ta­rio los con­cep­tos de “géne­ro” y “raza” den­tro de sus rei­vin­di­ca­cio­nes socia­les y políticas?
JP: Son cate­go­rías que denun­cian opresiones.
FSJ: ¿Cómo des­co­lo­ni­zar la men­te, sin des­co­lo­ni­zar el len­gua­je? Lís­te­me algu­nas pala­bras descolonizadas.
JP: Her­ma­na, la dico­to­mía men­te-cuer­po, espí­ri­tu-cuer­po es colo­nial y meta­fí­si­ca. El len­gua­je expre­sa lo que pien­sas o eres. Por eso tam­po­co se des­co­lo­ni­za des­de la teo­ría y la aca­de­mia; en ese sen­ti­do deci­mos que no hay teo­ría deco­lo­nial ni pos­co­lo­nial que ilu­mi­ne la descolonización.
Por eso lo escri­to has­ta aho­ra como teo­ría deco­lo­nial y pos­co­lo­nial son elu­cu­bra­cio­nes aca­dé­mi­cas neo­co­lo­ni­za­do­ras, la des­co­lo­ni­za­ción son accio­nes con­cre­tas de libe­ra­ción de los pue­blos ori­gi­na­rios como las del len­gua­je ante el cual hay que tomar posi­ción unas veces será apro­pián­do­se; otras, dese­chan­do las pala­bras, otras crean­do nue­vas y otras ocu­pan­do los espa­cios del len­gua­je con nues­tros len­gua­jes idio­mas y sus sonidos.
FSJ: ¿Qué estra­te­gias se pue­den usar para con­fron­tar el machis­mo de algu­nos miem­bros de izquier­da que cari­ca­tu­ri­zan y redu­cen el femi­nis­mo a expre­sio­nes de muje­res les­bia­nas y/​o resentidas?
JP: Tene­mos que sepa­rar el cuer­po de la cons­truc­ción social y polí­ti­ca que se hizo sobre ellos y que noso­tras lla­ma­mos cár­cel del géne­ro. El géne­ro es una cár­cel que apri­sio­na los cuer­pos y no nos per­mi­te ser como que­re­mos ser como sen­ti­mos ser, es el paso pre­vio; cuer­pos libres para dis­fru­tar y sen­tir placer.
FSJ: El cuer­po está en el cen­tro de las teo­rías femi­nis­tas comunitarias.
Fren­te a la explo­ta­ción que sobre éste ejer­ce el capi­ta­lis­mo, que impi­de los orgas­mos, el goce, la crea­ti­vi­dad. ¿Qué pro­po­nen uste­des para libe­rar el cuer­po de la mujer y del hombre?
JP: Recu­pe­rar­los de las cár­ce­les del géne­ro, repo­li­ti­zar el géne­ro y denun­ciar­lo como una rela­ción de injus­ti­cia y dis­cri­mi­na­ción de los cuer­pos de las muje­res. Por eso, denun­cia­mos la des­po­li­ti­za­ción que se ha hecho de esta cate­go­ría a tal pun­to que las her­ma­nas y los her­ma­nos están tan con­fun­di­dos que quie­ren pasar de una cár­cel a otra o lo lla­ma­do transgénero.
FSJ: ¿Qué mar­gen de acción tie­ne el femi­nis­mo comu­ni­ta­rio en Amé­ri­ca Lati­na don­de rei­na el patriar­ca­do a tra­vés del Caudillismo?
JP: Cons­truir la comu­ni­dad es fun­da­men­tal, noso­tras como femi­nis­tas comu­ni­ta­rias hace­mos acción polí­ti­ca sin cau­di­llis­mos prac­ti­ca­mos la rota­ción de tareas. Hoy esta­mos en más paí­ses del con­ti­nen­te y hemos cons­trui­do mas allá de la Asam­blea del Femi­nis­mo Comu­ni­ta­rio AFC de Boli­via, hoy tene­mos el movi­mien­to en Lati­noa­mé­ri­ca y el Cari­be se lla­ma «Femi­nis­mo comu­ni­ta­rio de Abya Yala» FCAY.
FSJ: ¿Qué tan­to ha avan­za­do Boli­via con un gobierno indí­ge­na y de izquier­da en el pro­ce­so de des­pa­triar­ca­li­za­ción y des­co­lo­ni­za­ción de su sociedad?
JP: La des­pa­triar­ca­li­za­ción y la des­co­lo­ni­za­ción del cuer­po de las muje­res es obra de las orga­ni­za­cio­nes socia­les de muje­res don­de esta­mos com­pren­di­das las femi­nis­tas comu­ni­ta­rias, es bien difí­cil pero lo vamos logrando.
Nues­tros her­ma­nos y com­pa­ñe­ros inter­pre­tan redu­ci­da­men­te la des­co­lo­ni­za­ción y por otro ter­gi­ver­san la des­pa­triar­ca­li­za­ción, pero sin duda es un pro­ce­so que esta muy avan­za­do res­pec­to a las polí­ti­cas de gene­ro que cam­pean en el res­to del mundo.
FSJ: ¿Qué opi­nión le mere­ce el uso del con­cep­to de empo­de­ra­mien­to de la mujer pro­mo­vi­do des­de las ong y enten­di­do como algo que hacen otros por la mujer?
JP: Vos dices no más pues, como si el poder no fue­ran rela­cio­nes, como si el poder fue­ra una cosa que nos van a dar. Hoy en Boli­via estas rela­cio­nes de poder se han trans­for­ma­do, des­de el femi­nis­mo comu­ni­ta­rio habla­mos del poder como ver­bo y eso es cons­truir nues­tras utopías.
FSJ: Final­men­te, qué lugar ocu­pan Gre­go­ria Apa­za y Bar­to­li­na Sisa [i] en la his­to­ria del femi­nis­mo lati­no­ame­ri­cano y mundial?
JP: Nin­guno por­que para que ocu­pen un lugar hay que des­co­lo­ni­zar el femi­nis­mo. Para el femi­nis­mo comu­ni­ta­rio ellas son nues­tras abue­las luchadoras.
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Nota: [i] http://​muje​res​crean​do​co​mu​ni​dad​.blogs​pot​.com/​2​0​1​0​/​0​3​/​a​s​a​m​b​l​e​a​-​f​e​m​i​n​i​s​t​a​-​c​o​m​u​n​i​t​a​r​i​a​-​d​e​-​l​a​.​h​tml

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