Falle­ce Didier Rou­get, el abo­ga­do y mili­tan­te com­pro­me­ti­do que derro­tó a la ‘doc­tri­na Parot’

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El abo­ga­do Didier Rou­get ha falle­ci­do a los 62 años tras una lar­ga enfer­me­dad. Naci­do en París y afin­ca­do en Uzta­ritze des­de 1998, ejer­ció como juris­ta espe­cia­li­za­do en dere­chos huma­nos y for­mó par­te del equi­po de letra­dos que defien­de a los repre­sa­lia­dos vas­cos. Lle­vó has­ta el Tri­bu­nal Euro­peo de Dere­chos Huma­nos dife­ren­tes casos de tor­tu­ras y las ile­ga­li­za­cio­nes de HB, EH y Bata­su­na, así como el alar­ga­mien­to de con­de­nas cono­ci­do como la ‘doc­tri­na Parot’, cuya anu­la­ción mar­có un antes y un des­pués en la per­cep­ción de impor­tan­tes sec­to­res de la judi­ca­tu­ra espa­ño­la e inter­na­cio­nal res­pec­to a la poli­ti­za­ción en la apli­ca­ción de las leyes a los pre­sos vascos.

Didier_rougetHijo de una fami­lia bur­gue­sa de cul­tu­ra pro­tes­tan­te, Didier Rou­get comen­zó a mili­tar en los comi­tés de estu­dian­tes. Fina­li­za­do el bachi­lle­ra­to, entró en el mun­do labo­ral tra­ba­jan­do pri­me­ra­men­te en Correos. Allí fue for­ján­do­se en la lucha sin­di­cal y se ini­ció en su mili­tan­cia de extre­ma izquier­da que, en 1974, con­ven­ci­do que el com­ba­te debe lle­var­se a cabo inmer­so en la mis­ma cla­se que se defien­de, le lle­vó a tra­ba­jar como obre­ro en la fábri­ca Peu­geot de Lille.

Siguien­do el hilo con­duc­tor de la lucha anti­ca­pi­ta­lis­ta y antim­pe­ria­lis­ta que guió toda su tra­yec­to­ria, se impli­có en múl­ti­ples luchas, (anti­nu­clear, con­tra los cen­tros de reten­ción, con­tra el fas­cis­mo, en apo­yo a los inmi­gran­tes indo­cu­men­ta­dos, a los obre­ros e inte­lec­tua­les de Euro­pa del Este, a los pue­blos que luchan por su liber­tad como Viet­nam, Pales­ti­na, Kur­dis­tán y tam­bién Eus­kal Herria, con quien su pri­mer con­tac­to fue en las pro­tes­tas con­tra el pro­ce­so de Burgos.

En 1985 deja la fábri­ca y reto­ma los estu­dios. Fina­li­za­da la carre­ra de Dere­cho, se espe­cia­li­za en dere­chos huma­nos para lo que se des­pla­za varios meses a Mon­treal. Su tesis doc­to­ral ver­só sobre los dis­po­si­ti­vos y con­ve­nios para la pre­ven­ción de la tor­tu­ra, algo no muy habi­tual en aque­lla épo­ca tal y como pre­ci­sa­ron los miem­bros del tri­bu­nal ante el que la pre­sen­tó a prin­ci­pios de los 90 y que le reco­no­ció doc­tor con la men­ción cum lau­de.

Com­pro­me­ti­do con la lucha de Eus­kal Herria y miem­bro de los comi­tés de soli­da­ri­dad, ayu­dó per­so­nal­men­te a los repre­sa­lia­dos vas­cos encar­ce­la­dos o con­fi­na­dos en el nor­te del Esta­do fran­cés don­de vivía y a sus familias.

En 1998 fija su resi­den­cia en Uzta­ritze, don­de con­ti­núa mili­tan­do y se com­pro­me­te en las luchas loca­les tales como la de la opo­si­ción al pro­yec­to del TAV de Lapur­di. Es, inclu­so, con­ce­jal en la loca­li­dad en la ante­rior legislatura.

En su cali­dad de juris­ta espe­cia­li­za­do en dere­chos huma­nos, incre­men­ta su com­pro­mi­so en la defen­sa de los repre­sa­lia­dos vas­cos des­de que se ins­ta­la­ra con su fami­lia en Ipar Eus­kal Herria. Así, se entre­ga en cuer­po y alma a los casos que les afec­tan y pasa a for­mar par­te del equi­po de letra­dos que los defien­den. En rela­ción direc­ta con la CPT (Comi­té para la Pre­ven­ción de la Tor­tu­ra), en los últi­mos años se ocu­pa de casos de tor­tu­ra, con­si­guien­do con­de­nar por pri­me­ra vez a tres guar­dias civi­les en el caso de Kepa Urra en 1997, obje­to de malos tra­tos cuan­do fue dete­ni­do cin­co años antes, aun­que los agen­tes nun­ca la cum­plie­ron. Rou­get tam­bién lle­vó has­ta el Tri­bu­nal de Estras­bur­go dife­ren­tes casos como el que con­lle­vó la con­de­na del exgo­ber­na­dor de Gipuz­koa Julen Elgo­rria­ga por un deli­to con­tra la pre­sun­ción de ino­cen­cia en 2011 o el que hizo que el Comi­té con­tra la Tor­tu­ra de Nacio­nes Uni­das con­de­na­se al Esta­do fran­cés en noviem­bre de 1999 por la entre­ga en 1987 de Josu Arkauz al Esta­do espa­ñol, don­de fue torturado.

Estras­bur­go

Tam­bién defen­dió direc­ta­men­te a pre­sos vas­cos dete­ni­dos en otros paí­ses, como el caso de la deman­da de extra­di­ción de Iban Apao­la­za en Cana­dá en 2008.

Su tra­ba­jo de hor­mi­ga como juris­ta le lle­vó a enfren­tar­se a pro­ce­di­mien­tos muy com­ple­jos para lo que tuvo que demo­ler pri­me­ra­men­te iner­cias inter­nas pro­vo­ca­das por el escep­ti­cis­mo sobre los even­tua­les resul­ta­dos efec­ti­vos que podría aca­rrear la lar­ga lucha jurí­di­ca en los esta­men­tos inter­na­cio­na­les. La mayo­ría de los recur­sos pre­sen­ta­dos en los últi­mos años en el Tri­bu­nal Euro­peo de Dere­chos Huma­nos lle­van su impron­ta como los de la ile­ga­li­za­ción de HB, Eus­kal Herri­ta­rrok y Bata­su­na o la cono­ci­da como ‘doc­tri­na Parot’.

El fallo sobre esta últi­ma cues­tión le des­qui­tó de la espi­na que lle­va­ba cla­va­da des­de que el tri­bu­nal euro­peo recha­za­ra el recur­so sobre las ile­ga­li­za­cio­nes de los par­ti­dos en junio de 2009. La vic­to­ria en el caso de Inés del Río, una de las pre­sas polí­ti­cas vas­cas a quien se le apli­có la doc­tri­na 1972006, ade­más de bene­fi­ciar a unos 70 pre­sos vas­cos y hacer que la mayo­ría fue­sen libe­ra­dos inme­dia­ta­men­te, mar­có un antes y un des­pués en la per­cep­ción de impor­tan­tes sec­to­res tan­to de la judi­ca­tu­ra espa­ño­la como de la inter­na­cio­nal res­pec­to a la poli­ti­za­ción en la apli­ca­ción de las leyes de la que son obje­to los pre­sos vascos.

Aus­te­ro, dis­cre­to, cons­tan­te, entre­ga­do, com­pro­me­ti­do… son algu­nos de los epí­te­tos con los que sus com­pa­ñe­ros y alle­ga­dos lo defi­nen. Los más cer­ca­nos, sin embar­go, no dudan en deno­mi­nar a quien mili­tó duran­te toda su vida por un mun­do más jus­to como «era­ba­te­ko eus­kal mili­tan­tea». Uno de esos hom­bres «impres­cin­di­bles» que decía Ber­tolt Brecht.

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