No es casual que el cercenado proyecto de socialismo democrático en el Chile de los 70, se haya colado en el discurso habitual de los venezolanos y en toda discusión cuando se habla de guerra económica en Venezuela. Las similitudes de ambos escenarios saltan a la vista, como si de una misma receta se tratara , no obstante los más de 40 años que nos separan del Gobierno de Salvador Allende , quien triunfa como el primer presidente socialista elegido por voto popular. La derecha chilena de ese entonces, al igual que nuestra derecha económica y política, utilizó el desabastecimiento como arma de guerra, respondiendo no a un plan espontaneo o fruto de tal o cual medida gubernamental, si no cumpliendo a cabalidad un plan fraguado en los Estados Unidos de América., incluso con antelación a que Allende asumiera el poder.
El plan de desestabilización, del cual hoy existen abundantes pruebas, en particular una serie de documentos desclasificados el año 1995 , dio vida al “Proyecto FUBELT” el cual fue dirigido por la CIA y el secretario de Estado Henry Kissinger , quien bajo las órdenes Richard Nixon, se dio a la tarea de a través de una serie de operaciones encubiertas, asegurar el fin de la democracia chilena, la cual sucumbió frente a un cruento golpe de estado, el 11 de Septiembre de 1973.
Es así como el Chile de los 70 , se parece tal vez demasiado a la Venezuela de hoy, largas colas, acaparamiento, mercado negro, escasez provocada, todo ello bajo una fuerte guerra comunicacional que busca, lejos de solucionar el problema , agravarlo.
Las lecciones que nos deja la experiencia chilena son claras y es necesario tomarlas en serio, en particular los confundidos y los que dudan, porque el “remedio” fue lejos peor que las dificultades que sufrieron los chilenos antes del Golpe.
No hay duda sin embargo, que la Venezuela de hoy no es el Chile de los 70. Venezuela ha construido una nueva geopolítica blindada contra las salidas inconstitucionales, el comandante Chávez así lo entendió, no estamos aislados, tenemos a UNASUR, CELAC, MERCOSUR, ALBA etc. Por otra parte los militares venezolanos no son los fascistas chilenos y la unidad cívico militar se ha consolidado en estos 15 años, así como la organización del pueblo.
No obstante lo anterior necesario entender que uno de los puntos más débiles del gobierno Allendista fue que no contaba con una mayoría parlamentaria, de allí que las elecciones de este año sean cruciales para la continuidad del proceso, esto último, es necesario tenerlo más que presente.
Carlos Casanueva, Internacionalista, miembro del Partido Comunista Chileno y Secretario Ejecutivo del Movimiento Continental Bolivariano MCB.