GURE ESKU…(ahal) DAGO ?

La des­apa­ri­ción de ETA y el blo­queo de la kale borro­ka han pro­du­ci­do, en los últi­mos años, una alar­man­te «paci­fi­ca­ción del nor­te». La mis­ma, por la que tan­tas veces han reza­do infruc­tuo­sos obis­pos y minis­tros de Inte­rior. Y tam­bién, la aspi­ra­ción secu­lar de los gobier­nos espa­ño­les des­de Cáno­vas a Rajoy. Aun­que con­se­guir­la les haya cos­ta­do lo suyo. A saber: dos (tres según algu­nos) gue­rras car­lis­tas. Una inva­sión mili­tar, por tie­rra mar y aire, con varios bom­bar­deos y sus corres­pon­dien­tes miles de muer­tos. Les ha cos­ta­do, en defi­ni­ti­va, cien­to vein­te años de ata­ques, muer­tes, repre­sión, cár­cel y des­tie­rros, con­tra los inde­pen­den­tis­tas vas­cos y sus cola­bo­ra­do­res, mas allá del árbol Mala­to.
Bien entra­do el siglo XXI, cuan­do alguno de los aco­sa­do­res, deses­pe­ra­ban ya de con­se­guir­lo y habla­ban (inclu­so) de des­pren­der­se y has­ta olvi­dar­se de los vas­cos. Por­que era mas rentable…Vinieron las ins­ti­tu­cio­nes, los jue­ces, las nue­vas leyes, los vie­jos dis­cur­sos, los pro­ce­sos de paz y una «demo­cra­cia» cuar­te­le­ra a dies­tro y sinies­tro, con todo lo cual, y la nun­ca bien pon­de­ra­da ayu­da de las diver­sas poli­cías del régi­men, final­men­te lo han paci­fi­ca­do todo.
Sin embar­go, estas cosas no des­apa­re­cen de pron­to, ni de raíz. Encuen­tran sus­ti­tu­tos, mas o menos apro­pia­dos o leja­nos. Tra­tan­do de tomar­se un res­pi­ro, en medio de tan­ta paz de cemen­te­rio. Y espe­ran­do tiem­pos mejo­res. Un res­pi­ro que uno creía encon­trar en lec­tu­ras anti­guas, como por ejem­plo, en un autor no tan cono­ci­do como se mere­ce. Un pola­co-ale­mán de la vie­ja guar­dia roja, lla­ma­do Günther Anders (1902−1992). Uno de esos que vivió a fon­do el deses­pe­ran­te siglo XX, que aca­ba­mos de dejar «en paz».
Sin pro­fun­di­zar en la per­so­na­li­dad de Anders. uno de los pre­cur­so­res del movi­mien­to anti­nu­clear de post­gue­rra, y del que des­co­no­ce­mos mas de lo que nos con­vie­ne, si me gus­ta­ría apor­tar alguno de sus párra­fos. Que no se por­qué me pare­cen bien­ve­ni­dos para hoy…y para lo nuestro.
Dice Anders, en un tex­to de 1983, edi­ta­do en Bil­bao por Besa­ta­ri, y refi­rién­do­se a la lucha con­tra las ins­ta­la­cio­nes nuclea­res en Euro­pa, que «esta­mos en una situa­ción tan gra­ve que debe­mos pen­sar en accio­nes. Qué cla­se de accio­nes son posi­bles hoy en día, a eso resul­ta muy difí­cil dar res­pues­ta. Por­que no cabe la menor duda de que en una lucha revo­lu­cio­na­ria los revo­lu­cio­na­rios serían derro­ta­dos, aun­que fue­sen cien­tos de miles, pues­to que el pode­río téc­ni­co de los gru­pos domi­nan­tes es incom­pa­ra­ble­men­te mayor que el suyo. No pode­mos pelear, des­de lue­go, con ado­qui­nes y nava­jas con­tra caño­nes de agua, ame­tra­lla­do­ras o inclu­so con­tra tro­pas de artillería.» 
Y, des­pués aña­de algo impor­tan­te: «Tam­po­co bas­ta con que reali­ce­mos pseu­do­ac­cio­nes. Por pseu­do­ac­cio­nes entien­do las pro­ce­sio­nes, el ten­der­se en el sue­lo cogi­dos del bra­zo y dejar­se des­alo­jar, el entre­gar flo­re­ci­llas y cosas por el esti­lo. Aun­que ven­gan dic­ta­das por la mejor volun­tad, esas no son accio­nes polí­ti­cas sino happenings»
Anders ase­gu­ra­ba, res­pec­to a esto, que la vio­len­cia «Es indis­pen­sa­ble». Aun­que, con­tra­dic­to­ria­men­te, no sabía si era efi­caz. En todo caso cree que «sólo los que están a favor de la resis­ten­cia no vio­len­ta, tie­nen dere­cho en cier­tas cir­cuns­tan­cias a recu­rrir a la vio­len­cia». Y aña­día: «es com­ple­ta­men­te insu­fi­cien­te seguir con­for­mán­do­se con hap­pe­nings y colec­tas de fir­mas. Una con­ti­nua­ción de tales accio­nes a la lar­ga se derrum­ba­ría. Muchos lle­ga­rían a la con­clu­sión !Bas­ta ya de pala­bras, que­re­mos hechos!».
Se tra­ta­ría en suma, de que los mili­tan­tes anti­sis­te­ma se por­ta­rían como acti­vis­tas bíbli­cos. Que se creen lo que les con­ta­ban de peque­ños, sobre las mura­llas de Jeri­có. Aque­llas que se caye­ron solas. Solo por­que el ejér­ci­to de Josué se puso a dar vuel­tas a su alrededor.
El domin­go estu­vi­mos en los actos de Gure Esku dago. Mas o menos un año des­pués de la espec­ta­cu­lar cade­na del 2014. Que, tal vez por ser la pri­me­ra, pro­vo­có una gran expec­ta­ción y no pocas ilu­sio­nes. Qui­zá no tan­tas como el pri­mer Abe­rri Egu­na (Bil­bao 1932) que con­tó con 50.000 mani­fes­tan­tes y pare­cía ser el pun­to de par­ti­da de la desea­da inde­pen­den­cia. Y sin embargo…ya sabe­mos lo que pasó luego.
Aquel hap­pe­ning, entre Duran­go e Iru­ña (junio 2014), de unos 150.000 inde­pen­den­tis­tas vas­cos unien­do con sus manos las tie­rras ocu­pa­das y recla­man­do el dere­cho a deci­dir su situa­ción polí­ti­ca, pro­me­tía tam­bién una nue­va y mejor épo­ca. Había­mos esta­do en Cata­lun­ya en la Vía cata­la­na (2013) que reco­rrió mas de 750 kms. de Le Perthus a Alca­nar. Tam­bién en Bar­ce­lo­na (2014) en la gran V cata­la­na (la de votar, ven­cer y vin­di­car). Dicen que fue­ron las dos mani­fes­ta­cio­nes mas gran­des de la his­to­ria de Euro­pa. Los cata­la­nes con­ta­ron mas de millón y medio de mani­fes­tan­tes. Y se pre­gun­ta­ban por­qué no eran sufi­cien­tes para que el gobierno de Espa­ña se toma­ra en serio la inde­pen­den­cia de Cata­lun­ya. Pero era una pre­gun­ta retó­ri­ca. Mariano hizo como Fran­co: «no meter­se en polí­ti­ca». Y dejar que las leyes y sus tri­bu­na­les se ocuparan.
Lo que Anders lla­ma­ba «pseu­do­ac­cio­nes y hap­pe­nings», sue­len tener carac­te­rís­ti­cas comu­nes. Con­si­guen movi­li­zar un núme­ro espec­ta­cu­lar de per­so­nas. Que en las sema­nas siguien­tes des­apa­re­cen, sin dejar ras­tro. Alcan­zan un fer­vor popu­lar pocas veces vis­to en direc­to. Que en los meses siguien­tes se escon­de, has­ta el pró­xi­mo even­to. Los pode­res inter­pe­la­dos hacen como que no pasa­do nada. Y los movi­mien­tos se con­vier­ten en fogo­na­zos mediá­ti­cos espec­ta­cu­la­res, de los que todos hablan…por unos días, o unas horas. Se tra­ta siem­pre de actos pací­fi­cos orga­ni­za­dos, con un impor­tan­te auto­con­trol. Los comen­ta­ris­tas del poder, sue­len aña­dir a estos suce­sos la cole­ti­lla: «no se regis­tra­ron inci­den­tes». De eso se tra­ta, mayor­men­te. Orden. Filas. Res­pon­sa­bi­li­dad. Manos enla­za­das. Can­cio­nes ver­ná­cu­las y cami­se­tas de colo­res. Que cam­bian cada año como un mer­chan­di­sing depor­ti­vo. Los actos fina­li­zan con him­nos, inclu­so con cán­ti­cos de com­ba­te. Y decla­ra­cio­nes glo­rio­sas de la orga­ni­za­ción. El paci­fis­mo toma los micró­fo­nos y las calles y expul­sa a los vio­len­tos. Y cues­ta creer, por la dife­ren­cia abis­mal de for­mas, que ambos pre­ten­die­ron lo mis­mo, algu­na vez.
A los 85 años, Anders, filó­so­fo paci­fis­ta, pre­cur­sor del movi­mien­to anti­nu­clear. Que no solo era un teó­ri­co, sino que par­ti­ci­pa­ba per­so­nal­men­te en las accio­nes, en las pro­tes­tas y en las mar­chas o sen­ta­das, Y que había vis­to, cómo la impo­ten­te pro­tes­ta paci­fis­ta se diluía en toda Euro­pa y des­apa­re­cía de las áreas nuclea­res mas sen­si­bles. Y como el con­ti­nen­te se mili­ta­ri­za­ba cada vez mas, escri­bió: «La úni­ca sali­da es la vio­len­cia». Un exper­to (teó­ri­co y prác­ti­co) del paci­fis­mo. Con una exten­sa obra, influi­da por la vio­len­cia del poder, ter­mi­na­ba su vida ase­gu­ran­do que la vio­len­cia es la úni­ca sali­da de los no-violentos.
Es mas que un jue­go de pala­bras. Anders, fue sol­da­do en la 1ª Gue­rra Mun­dial. Tes­ti­go de car­go en Ausch­witz, Hiroshi­ma, Viet­nam o Cher­nobyl… Y su obse­sión era evi­tar un nue­vo holo­caus­to. Esta vez nuclear. Pero antes de morir, deja­ba un testamento.mensaje de vio­len­cia nece­sa­ria, fren­te a la vio­len­cia del poder. Tal vez tenía la suer­te de que en ale­mán, su len­gua mater­na, la pala­bra «Gewalt» desig­na al mis­mo tiem­po «vio­len­cia» y «poder». Esta iden­ti­fi­ca­ción. con­tras­ta­da con la reali­dad, y su pro­pia expe­rien­cia per­so­nal, en la frus­tra­da lucha paci­fis­ta, lle­vó al filó­so­fo ale­mán, a pro­cla­mar el dere­cho a la vio­len­cia defen­si­va. Denun­cian­do que poder es igual a vio­len­cia. Y no solo en el idio­ma alemán.
Noso­tros no tene­mos la mis­ma suer­te. Ni en eus­ke­ra. Ni en cas­te­llano. Don­de poder no es, eti­mo­ló­gi­ca­men­te, igual a vio­len­cia. Aun­que en la reali­dad lo sea. Aquí poder, pode­mos, es tam­bién lo que per­si­guen muchos como pre­mio a sus aspi­ra­cio­nes polí­ti­cas. En cam­bio, vio­len­cia es obje­to de per­se­cu­ción y repu­dio gene­ra­li­za­do. Inclu­so cuan­do se tra­ta de vio­len­cia defen­si­va. Y se enfren­te a la vio­len­cia-poder. Lo que no está muy cla­ro, en la vio­len­cia de Anders, es si se refie­re a un tipo de vio­len­cia-polí­ti­ca. A una ele­va­ción de las accio­nes polí­ti­cas y socia­les… O si, pro­pug­na una vio­len­cia de tipo mili­tar, como la que usa, entre otras, el lla­ma­do poder establecido.
Tal vez por eso los 15‑M, las «v» cata­la­nas, los Gure asko dago, las Pla­ta­for­mas anti­deshau­cio, los Escra­ches o los Blogs anti­sis­te­ma no son vio­len­tos. Pro­cu­ran no ser­lo… Aun­que lue­go, se dejen vio­len­tar por el poder vio­len­to. Con­fir­man­do la teo­ría polí­ti­co-lin­güis­ta de Anders.
Nues­tros paci­fis­mos son por eso, pací­fi­cos. Son suce­sos, En espe­ra de la vio­len­cia del poder. Son even­tos, hap­pe­nings vis­to­sos, tele­vi­si­vos, suge­ren­cias ima­gi­na­ti­vas, con colo­res, slo­gans y músi­ca feliz. Don­de el pue­blo tam­bién es feliz por unas horas…Y don­de se oyen cán­ti­cos y con­sig­nas vir­tuo­sas, de paz inútil…Mientras el poder hace su tra­ba­jo sucio de vigi­lan­cia y vio­len­cia útil.
¿Son las nue­vas movi­li­za­cio­nes «bíbli­cas» tan efi­ca­ces, como las vuel­tas a la mura­lla de Jeri­có? Como ase­gu­ran los pro­fe­sio­na­les del paci­fis­mo?. O se han con­ver­ti­do en con­cen­tra­cio­nes folk, museos de ideo­lo­gías y con­sig­nas blan­das, de resis­ten­cia pasi­va, des­mon­ta­ble como un mecanotubo…Y sobre todo, fáci­les de con­tro­lar por los vio­len­tos de uni­for­me?. ¿Son sufi­cien­tes como ins­tru­men­tos de lucha y de cam­bio, para un sis­te­ma al que las huel­gas y las pala­bras no le hacen daño, que apren­de muy rápi­da­men­te y res­pon­de con dure­za a los pri­me­ros de la fila? Ander pare­cía recla­mar para su movi­mien­to, accio­nes polí­ti­cas radi­ca­les y no pro­ce­sio­nes, ni hap­pe­nings flok…Podremos hacer­lo? Sir­ve esto para lo nues­tro?… Erantzunak,..Gure esku dago?… Ala ez.
Jose­ma­ri Loren­zo Espinosa

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