En la actualidad, los tres partidos opositores turcos han anunciado que cualquier gobierno en el que ellos participen habrá de suspender el apoyo a los terroristas en Siria.
Estos cambios en Turquía han sembrado la inquietud en el seno de los grupos terroristas, tales como Al Qaida y otros, que se han beneficiado del apoyo militar y logístico recibido por parte del gobierno del AKP y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Este apoyo ha incluido también la apertura de los pasos fronterizos para los viajes de los terroristas a Siria, el entrenamiento de los mismos en suelo turco y el permiso para vender el petróleo robado por estos grupos en Siria e Iraq. En algunas ocasiones el Ejército turco ha protagonizado acciones de guerra abierta como el bombardeo con artillería de las posiciones del Ejército sirio de los que algunos medios han informado.
El 3 de Septiembre de 2014 los medios norteamericanos se hicieron eco de las declaraciones del ex embajador de EEUU en Ankara, Francis Ricciardone, en las que afirmó que Turquía cooperaba de forma directa con Al Qaida en Siria y le suministraba diferentes tipos de apoyo. El periódico Daily Telegraph dijo que Ricciardone intentó convencer al gobierno turco que cerrar sus fronteras a estas organizaciones, pero en vano”.
El periodista norteamericano Seymour Hersh dio a conocer el pasado mes de abril un documento estadounidense que revela la plena extensión de la cooperación entre EEUU, Turquía, Qatar y Arabia Saudí en la ayuda a los terroristas del Frente al Nusra a pesar de figurar en la lista de organizaciones terroristas de la ONU; de EEUU y de Turquía. En abril, el gobierno de Erdogan se puso de acuerdo con el saudí para incrementar el apoyo a los terroristas, lo que permitió a estos últimos llevar a cabo su ofensiva en Idleb.
Hoy, tras las elecciones turcas, resulta claro que Erdogan no podrá llevar a cabo un cambio en la Constitución en un sentido presidencialista ni su partido podrá gobernar en solitario. También sería posible una coalición de gobierno de los tres partidos de la oposición. Estos partidos rechazan el apoyo al terrorismo, y más concretamente, al Frente al Nusra por lo que es más que probable que la nueva realidad política afecte a la situación sobre el terreno en Siria.
Esto tiene lugar además en un momento en el que el Frente al Nusra y el EI han sufrido una dura derrota a manos del Ejército sirio y Hezbolá en la región de Qalamún, junto a la frontera con el Líbano.
Por otro lado, fuentes civiles en la provincia de Idleb han destacado la oposición de la población a la gestión de los asuntos de la provincia llevada a cabo por el Frente al Nusra. Los habitantes de Idleb rechazan los métodos brutales de gobierno del grupo takfiri. Las detenciones y actos de represión no van dirigidos únicamente contra las minorías sino también contra la mayoría sunní o incluso contra otros grupos armados como el Frente de los Revolucionarios de Siria, apoyado por Washington, que ha sido eliminado totalmente allí.
Los cristianos y drusos han sufrido las políticas de “corrección doctrinal” del Frente al Nusra y la mayor parte de ellos ha huido de la provincia y sus propiedades han sido confiscadas. Las mujeres han sido también víctimas de estos abusos y su presencia en el espacio público ha sido severamente limitada