En los últimos años, en Euskal Herria, la paz ha sido tema de conversación. Aunque en el discurso político hegemónico, las y los mandatarios políticos han sustituido la paz por seguridad. La paz no es sólo una situación sin violencia directa o guerra. Las feministas entendemos la paz como un proceso complejo a medio o largo plazo relacionado con los derechos humanos, el desarrollo social y el respeto a la naturaleza. Hemos asumido diferentes guerras como si fuesen nuestras, aunque no nos han tenido en cuenta, porque pensábamos que así, una vez solucionados los grandes problemas, nos situaríamos en el camino de la solución. Pero ya no tenemos confianza porque vemos que no hay voluntad para ello. Nos dicen que hemos vivido un proceso de normalización en Euskal Herria. ¿Tal vez el funcionamiento «pacífico» del patriarcado? Pero las mujeres no vivimos «en paz», no al menos en esta situación neutralizada de paz que admite la violencia contra las mujeres. Una situación en la que el menosprecio a las mujeres, los insultos, los chistes de mal gusto, los golpes, asesinatos, la precariedad y las situaciones de pobreza extrema, etc… son nuestra realidad cotidiana. No creemos en la paz del patriarcado, optamos por el empoderamiento de la ciudadanía y el camino feminista para construir y organizar nuestro país.
Llevamos una larga temporada hablando de crisis. En griego «crisis» siginfica oportunidad y nosotras queremos esta acepción para el cambio y nos ratificamos en su orientación. Concretamente en dirección a una Euskal Herria feminista y soberana. Esta dirección debe tener como base la soberanía individual y colectiva y, por supuesto, el feminismo. Sin embargo, no concebimos la soberanía feminista como una situación ideal, estática e inamovible, sino como un proceso dinámico, que tendrá como norte el cambio a cada momento. La dirección para la construcción de una futura Euskal Herria se irá concretando como resultado de muchos debates sociales. Y dicho proceso nos hará país.
Para ello, debemos hacer una apuesta por conformar una estrategia colectiva feminista. Por un lado, para convertir en realidad el empoderamiento que impulsará a quienes conformamos el sujeto soberanista en Euskal Herria, que ponga en el centro el proceso de cambio de los cuerpos (emociones, deseos, necesidades, pensamientos) y de las relaciones. Y, por otro, también es imprescindible un proceso de empoderamiento que incida en la creación de la comunidad, en hacer país, en la participación de la ciudadanía, en el proceso de liberación de Euskal Herria y en la solución del conflicto.
Esta hoja de ruta debe estar orientada a superar las múltiples opresiones que existen hoy en día, reconociendo la teoría de la triple opresión (la opresión sexo-género, clase y cultura) que nos ha dado el feminismo vasco, y dirigiéndonos hacia el punto de vista interseccional de las múltiples opresiones.
Por lo tanto, sin pedir permiso ni perdón, ¡las feministas vascas vamos adelante! Para construir en Euskal Herria una soberanía feminista, las feministas, junto con la articulación de un contrapoder en la calle, debemos ser dueñas del poder. Consideramos que hacernos con el poder supone ganar capacidad política e incidencia, para poder condicionar el mapa político, para influir en las decisiones y medidas que se están tomando y para poder marcar las bases del cambio social. Además, al hacernos con el poder también conseguimos un empoderamiento personal y colectivo. Para ello, debemos lograr el reconocimiento político del Movimiento Feminista, conformando un liderazgo feminista y ganando espacios de poder. Podemos conseguir todo esto a corto plazo si establecemos alianzas y estrategias comunes y si en Euskal Herria creamos un espacio feminista duradero.
Y mientras, el feminismo, el empoderamiento ciudadano colectivo, nos hará país. La democracia radical, la participación, la gestión de los conflictos por medio de la negociación, provocando las alianzas plurales a favor de la justicia social, creando alternativas y redes y creando una Euskal Herria basada en la pluralidad. Las feministas vascas tenemos grandes retos entre manos, pero en esta partida de mus jugamos a la mayor. ¡Envido al hordago!
¡El feminismo nos hará país!
¡Esta no es nuestra paz!
Euskal Herriko Bilgune Feminista
2016ko Martxoaren 8an