La remas­te­ri­za­ción del movi­mien­to popu­lar vasco

El movi­mien­to popu­lar vas­co es la res­pues­ta que prin­ci­pal­men­te la cla­se tra­ba­ja­do­ra y la juven­tud vas­ca han dado a un entra­ma­do polí­ti­co, eco­nó­mi­co y social opre­si­vo e impues­to que no pone en manos del pue­blo ni la ges­tión de sus recur­sos ni la direc­ción de sus vidas. A otro nivel tam­bién sig­ni­fi­ca la orga­ni­za­ción del pue­blo des­de la base y de una for­ma ver­da­de­ra­men­te demo­crá­ti­ca y hori­zon­tal, gene­ral­men­te asam­blea­ria, auto­ges­tio­na­da y de acción direc­ta enten­di­da en su más amplia concepción.

El movi­mien­to popu­lar ha teni­do un tri­ple carác­ter. Uno de defen­sa (fren­te al ser­vi­cio mili­tar, fren­te a pro­yec­tos e infra­es­truc­tu­ras del capi­tal, fren­te a la repre­sión, fren­te a medi­das eco­nó­mi­cas con­tra la cla­se tra­ba­ja­do­ra y en defi­ni­ti­va fren­te a impo­si­cio­nes de cual­quier tipo en cual­quier ámbi­to). Uno de ata­que /​auto­de­fen­sa, sea para man­te­ner con­quis­tas o ero­sio­nar y nive­lar la balan­za de poder. Y uno de cons­truc­ción, que lle­va a la reali­dad mate­rial espa­cios con­tra­pues­tos y alter­na­ti­vos al sis­te­ma vigen­te auto-constituyéndose.

El movi­mien­to popu­lar vas­co ha teni­do nota­bles vic­to­rias a lo lar­go del tiem­po y tam­bién amar­gas derro­tas pero sin el movi­mien­to popu­lar posi­ble­men­te el pue­blo vas­co ya no exis­ti­ría como tal. No es el obje­to de este tex­to hacer un reco­rri­do de la his­to­ria del movi­mien­to popu­lar vas­co pero sí indi­car que hoy en día no goza de una salud ade­cua­da y de una orien­ta­ción reque­ri­da para dar cuen­ta del con­tex­to actual, espe­cial­men­te debi­do a las con­se­cuen­cias que está gene­ran­do la crisis.

Una par­te impor­tan­te, aun­que no úni­ca de esta situa­ción, es res­pon­sa­bi­li­dad de la izquier­da aber­tza­le en los últi­mos años y la estra­te­gia falli­da lle­va­da a a cabo, ya que la visión de embu­do ins­ti­tu­cio­na­lis­ta y elec­to­ra­lis­ta del pro­ce­so de libe­ra­ción vas­co ha ten­di­do a asi­mi­lar al movi­mien­to popu­lar en gra­do de depen­den­cia de esos intere­ses ins­ti­tu­cio­na­les y elec­to­ra­lis­tas toman­do al movi­mien­to popu­lar como sub­si­dia­rio e ins­tru­men­tal e impi­dien­do des­atar por tan­to toda su poten­cia­li­dad. Esta situa­ción es con­se­cuen­cia de un vacío ante­rior que data de más de una déca­da hacia atrás. El colap­so del movi­mien­to revo­lu­cio­na­rio en gene­ral que no supo reorien­tar­se a tiem­po a una coyun­tu­ra que nece­si­ta­ba un cam­bio, un refuer­zo ideo­ló­gi­co, y un aná­li­sis ade­cua­do a lo que esta­ba por venir a todos los nive­les. Un cam­bio en sen­ti­do revo­lu­cio­na­rio que en su ausen­cia lle­vó a la auto-liqui­da­ción. Plan­tea­mien­tos exis­ten­tes hace 10 años, 20 años e inclu­so 30 años han sido los que se han abier­to paso en dema­sia­das oca­sio­nes. Plan­tea­mien­tos laten­tes his­tó­ri­ca­men­te que siem­pre han esta­do ahí fren­te a la estra­te­gia revo­lu­cio­na­ria (posi­bi­lis­mo, ins­ti­tu­cio­na­lis­mo en cen­tra­li­dad, etc etc) todo ello afec­tan­do gra­ve­men­te a la posi­bi­li­dad de una remas­te­ri­za­ción afi­la­da del movi­mien­to popu­lar vas­co que era reque­ri­da y hoy en día ya es vital e inapla­za­ble para supe­rar la fase mera­men­te rei­vin­di­ca­ti­va o depen­dien­te y abrir espa­cios con­tra­pues­tos y alter­na­ti­vos al sis­te­ma vigen­te auto-cons­ti­tu­yén­do­se en la reali­dad de una for­ma mate­rial. O lo que es lo mis­mo, reto­mar el pro­ce­so de cons­truc­ción nacio­nal y social trun­ca­do que en los 90 avan­za­ba, pero sin direc­ción con­cre­ta como ele­men­tos inco­ne­xos al depen­der de fac­to­res polí­ti­cos exter­nos (que no toma­ban al pue­blo tra­ba­ja­dor vas­co sino al par­ti­dis­mo como suje­to) y una visión estra­té­gi­ca cla­ra. Bas­tó la depen­den­cia hacia esos fac­to­res jun­to a la ofen­si­va repre­si­va para aho­gar esa remas­te­ri­za­ción reque­ri­da que uni­do al fias­co de Liza­rra-Gara­zi ini­ció una tra­ve­sía de la que aún hoy no aca­ba de salir Eus­kal Herria. De aque­llos barros, estos lodos.

Aho­ra bien, ¿Cuá­les son las cla­ves nece­sa­rias en la actual coyun­tu­ra para dis­po­ner de un movi­mien­to popu­lar fuer­te y efec­ti­vo que ver­da­de­ra­men­te pue­da dar un meneo a las iner­cias que man­tie­nen seda­da a Eus­kal Herria y enca­mi­nar­la al logro de obje­ti­vos? Este posi­ble­men­te sea de los deba­tes más impor­tan­tes a dar y desa­rro­llar. Par­ti­mos con dos ven­ta­jas, fui­mos refe­ren­te y el movi­mien­to popu­lar más fuer­te, vivo y desa­rro­lla­do de nues­tro entorno, por lo que en el pasa­do se encuen­tran muchas ense­ñan­zas pese a que la cul­tu­ra pos­mo­der­na las obvie o des­pre­cie y duran­te estos años de replie­gue vas­co, se están pro­du­cien­do en muchas par­tes del mun­do pro­ce­sos de base basa­dos en el poder popu­lar don­de tam­bién extraer otras.

Se podría decir que una de las con­se­cuen­cias casi inevi­ta­bles pre­sen­tes y futu­ras de la cri­sis sis­té­mi­ca es que el espa­cio para la refor­ma, inclu­so para la refor­ma no refor­mis­ta, va a estar cada vez más redu­ci­do hacien­do muy difí­cil que se pue­da lle­var a cabo polí­ti­cas que superen el huma­ni­ta­ris­mo y que la mera rei­vin­di­ca­ción está con­de­na­da a que­dar­se en el aire. Que­dó atrás la épo­ca don­de los esta­dos y el capi­tal podían ceder para asi­mi­lar y contener.

Hoy la pre­sión social sigue sien­do efec­ti­va solo si va diri­gi­da a des­es­truc­tu­rar el sis­te­ma. Solo les que­da la opción de la repre­sión o la absor­ción en el sis­te­ma, por lo que en este con­tex­to es de vital impor­tan­cia que la acción direc­ta a tra­vés de la auto­or­ga­ni­za­ción y auto­ges­tión de un sal­to a todos los nive­les y en todos los fren­tes. Y esto sig­ni­fi­ca tam­bién que si a nivel ins­ti­tu­cio­nal no se pro­mue­ve la decons­truc­ción del poder sis­té­mi­co en bene­fi­cio del poder popu­lar y la auto-orga­ni­za­ción no que­de ape­nas espa­cio para el movimiento.

No me can­so de decir­lo pero el mejor ejem­plo lo tene­mos delan­te de nues­tras nari­ces. El mode­lo gaz­te asan­bla­da – ocu­pa­ción – gaz­tetxe posi­ble­men­te sea de los pocos ele­men­tos que lle­ga­dos al 2016 no ha podi­do ser asi­mi­la­do (pese a ten­ta­ti­vas de inte­gra­ción ins­ti­tu­cio­nal), reune todos los ingre­dien­tes de poder popu­lar y arran­ca de cua­jo al capi­tal y al esta­do un cacho mate­rial de su poder para poner­lo en manos del pue­blo. Este esque­ma exi­to­so es total­men­te váli­do en su apli­ca­ción a cual­quier fren­te de lucha polí­ti­ca, social y eco­nó­mi­ca por lo que resul­ta ver­da­de­ra­men­te para­dig­má­ti­co que casi no haya­mos inten­ta­do expor­tar­lo ni a la lucha obre­ra (parados/​as incluí­das), ni al pro­ce­so de libe­ra­ción nacio­nal (pue­blos auto-orga­ni­za­dos) ni a muchos de los ele­men­tos que se pue­dan plan­tear. Todo un mun­do nue­vo don­de poder ejer­cer con ima­gi­na­ción mien­tras nos cerra­mos a los lími­tes y esque­mas del sis­te­ma o ¿será de nues­tras pro­pias mentes?

En los últi­mos años se han mul­ti­pli­ca­do las expe­rien­cias asam­blea­rias prin­ci­pal­men­te de cara a arran­car de cua­jo al capi­tal espa­cios para libe­rar­los. Un núme­ro impor­tan­te de nue­vos Gaz­tetxes han sido ocu­pa­dos, se han refor­za­do o han naci­do asam­bleas para lle­var­lo a cabo, hemos cono­ci­do expe­rien­cias de ocu­pa­ción has­ta aho­ra iné­di­tas que abren nue­vas pers­pec­ti­vas como la recien­te ocu­pa­ción en una uni­ver­si­dad por el movi­mien­to estu­dian­til o la ocu­pa­ción lle­va­da a cabo por el movi­mien­to femi­nis­ta. Inclu­so salien­do del ámbi­to juve­nil expe­rien­cias de recu­pe­ra­ción de ikas­to­las aban­do­na­das. Se han recu­pe­ra­do fábri­cas para avan­zar en pro­yec­tos popu­la­res. Inclu­so barrios ente­ros como en Erre­ka­leor. Esta ofen­si­va silen­cio­sa se ha tra­du­ci­do tam­bién en movi­li­za­cio­nes y encuen­tros coor­di­na­dos como el recien­te de gaz­te asan­bla­das y gaz­tetxes mien­tras la diná­mi­ca en torno a la vivien­da ha ido cogien­do nue­vos bríos. La otra cara de la mone­da ha sido la con­tra-ofen­si­va del capi­tal que se escri­be con nom­bres pro­pios como el des­alo­jo y ata­que a Kortxoe­nea y otros espa­cios libe­ra­dos, las mul­tas o los impe­di­men­tos y vio­len­cia poli­cial como la ocu­rri­da en Tolo­sa. Todo ello en un con­tex­to don­de las leyes del esta­do se endu­ren con­tra la ocu­pa­ción por moti­vos lógi­cos en defen­sa de la burguesía.

En un tiem­po de replie­gue de luchas y de crí­ti­cas a la juven­tud, des­de el fon­do del movi­mien­to alter­na­ti­vo vas­co está sien­do prin­ci­pal­men­te la juven­tud con todos los con­di­cio­nan­tes en con­tra la que está mos­tran­do las grie­tas del sis­te­ma y la visua­li­za­ción de las pin­ce­la­das de la estra­te­gia de poder popu­lar y de poder obre­ro como movi­mien­to hege­mó­ni­co anti capi­ta­lis­ta, con cri­te­rios y estra­te­gias aun inexis­ten­tes y no ela­bo­ra­das por el con­jun­to de las cla­ses popu­la­res vas­cas en todos los fren­tes de lucha. Toca hacer­las y ela­bo­rar­las, y tener los ins­tru­men­tos nece­sa­rios para ello, tam­bién orga­ni­za­ti­vos que obvia­men­te tam­po­co podrán estar en gra­do de depen­den­cia con las ins­ti­tu­cio­nes del sis­te­ma, par­ti­dos o el mis­mo capital.

Borro­ka Garaia da!

4 de julio de 2016

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