A la gente del común y sus organizaciones sociales y políticas
Con afecto va para todos ustedes nuestro abrazo imantado con los mejores deseos y mucha fuerza, la que necesitamos para librar con éxito la batalla social y política que como reto de dignidad humana nos impone el año 2019.
Entendemos los pensamientos encontrados que hoy asedian a los guerrilleros y a los sectores más humildes de la población. Al creer en la buena fe de la contraparte y al enredarnos en la telaraña extendida por los desmovilizadores, ingenuamente entregamos todo, logística y recursos muy valiosos. A la perfidia de Duque ya nada le queda por hacer. Entre su partido y el Fiscal despedazaron la paz. Ahora dice que cumplirá el acuerdo en lo que tiene que ver con los combatientes de base y no con los comandantes. Simultáneamente está asfixiando la posibilidad de acuerdo con el ELN. Mantienen a Santrich injustamente tras las rejas para no tirarse el falso positivo exigido por el embaucador Whitaker sin detenerse un segundo a pensar en las consecuencias nefastas de esta conducta demencial para el proceso de paz. No hay otra razón; lo juramos.
Ah, pero cómo les encanta sacar pecho con los logros de algunos Espacios Territoriales en materia de proyectos productivos, generación de energías limpias y ecoturismo, que nada tienen que ver con decisiones del gobierno sino que responden a la gestión de algunos comandantes ante organismos internacionales de cooperación.
Realmente actuamos como ciegos cuando no quisimos ver el largo historial de traiciones de esta oligarquía, tras la firma de episodios de paz. Somos conscientes que transcurrió mucho tiempo y mucha gente buena se desperdigó por la geografía nacional al no recibir orientación alguna. Todo esto es muy triste, sí; pero debemos reaccionar. No todo está perdido. Aun podemos levantarnos, luego de la caída, para desplegar con determinación la bandera al viento de la paz.
Mezclemos en el crisol de la lucha los sentimientos de unidad y la movilización de nuestros sueños para crear con ellos la potencia transformadora capaz de levantar la patria del futuro, la que no aplace ni un minuto más la titulación de tierras a los campesinos pobres, la de la democracia sin trampas ni exclusiones, la que repare tanto a las victimas del conflicto, como a las víctimas de la política neoliberal y le de juego a la verdad; la patria que establezca por primera vez la educación gratuita en todos los niveles, la del combate sin cuartel a la corrupción, la que sepulte para siempre la traición a los acuerdos de paz y conjure con ello la maldición de la guerra que desde hace años se ha ensañado contra Colombia.
La esperanza sigue viva y mientras ella palpite en nuestro pecho y el pueblo nos ame, ninguna adversidad ni nada podrá detenernos.
Cordialmente,
Iván Márquez, Oscar Montero, Aldinever Morantes, Edinson Romaña, Albeiro Córdoba, Iván Alí, Enrique Marulanda, Rusbel Ramírez, Iván Merchan y otros
Diciembre de 2018