Argentina. 24 de Marzo: «No hay marcha, pero hay memoria»

Argen­ti­na. 24 de Mar­zo: «No hay mar­cha, pero hay memoria»

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano*, 15 mar­zo 2020.-

Las acti­vi­da­des alter­na­ti­vas que pre­pa­ran los orga­nis­mos de dere­chos humanos.

En diá­lo­go con PáginaI12, Gise­lle Tep­per, de Hijos Capi­tal, expli­ca cómo se deci­dió sus­pen­der la tra­di­cio­nal movi­li­za­ción y cuen­ta que, en su lugar, la agru­pa­ción pro­po­ne «un pañue­la­zo barrial, visual, vir­tual en el que el pro­ta­go­nis­ta sea el pañue­lo blan­co como sím­bo­lo: pasa­mos de levan­tar­lo para decir no a los geno­ci­das y al nega­cio­nis­mo en tiem­pos de Macri a poner­lo en alto para demos­trar que no pudie­ron bajarlo”. 

foto: Los mili­tan­tes de Hijos se reu­nie­ron este sába­do para estam­par en pañue­los blan­cos la leyen­da “son 30 mil”. 

Ya está dicho:
el pró­xi­mo 24 de mar­zo la mayo­ría de los orga­nis­mos de dere­chos humanos
no se movi­li­za­rán a la Pla­za de Mayo como par­te de las “medi­das
pre­ven­ti­vas que hay que tomar para cui­dar­nos entre todes”, expli­có a
PáginaI12 seña­ló Gise­lle Tep­per, de Hijos Capi­tal
. Sin embar­go, nada
de eso sig­ni­fi­ca que no haya mane­ras de con­me­mo­rar la Memo­ria, la
Ver­dad y la Jus­ti­cia para los 30 mil des­apa­re­ci­dos que dejó la última
dic­ta­du­ra. “No hay mar­cha, pero hay memo­ria”, ensa­yó Tep­per a modo de
con­sig­na para las acti­vi­da­des que están pen­san­do y que ter­mi­na­rán de
deli­near duran­te los pró­xi­mos días
.

Mien­tras, ella y otres inte­gran­tes de la agru­pa­ción se
reu­nie­ron en la Casa de la Mili­tan­cia-Hijos, que fun­cio­na en lo que fue
la Escue­la de Mecá­ni­ca de la Arma­da, para estam­par en pañue­los blancos
la leyen­da “son 30 mil”. “Pro­po­ne­mos un pañue­la­zo barrial, visual, vir­tual en el que el pro­ta­go­nis­ta sea el pañue­lo blan­co como sím­bo­lo:
pasa­mos de levan­tar­lo para decir no a los geno­ci­das y al negacionismo
en tiem­pos de Macri a poner­lo en alto para demos­trar que no pudieron
bajar­lo”, resumió. 

–¿Qué sig­ni­fi­có para los orga­nis­mos deci­dir la sus­pen­sión de la mar­cha del 24?

–Por
supues­to que no lo natu­ra­li­za­mos. Como diji­mos en el comu­ni­ca­do que
emi­ti­mos el vier­nes, tie­ne un impac­to muy fuer­te el no estar en la plaza
el 24, que es el lugar en el que todes nos encon­tra­mos cada año. Pero
tam­bién enten­di­mos que ésta era una nece­si­dad del pue­blo, de todes. Y
como cada 24 lo cons­trui­mos con el pue­blo, en esto no podía­mos hacer una
excep­ción. Este año el pue­blo está entien­do que hay una emer­gen­cia, que
hay medi­das pre­ven­ti­vas que hay que tomar para cui­dar­nos entre todes.
Es una nece­si­dad del pue­blo cui­dar la salud públi­ca de mane­ra masi­va y
la deci­sión de no estar en la pla­za el 24 tie­ne que ver con eso: con la
soli­da­ri­dad, con com­pren­der que nos cui­da­mos, tam­bién, de esa mane­ra. Y
sobre todo por­que las Madres y las Abue­las son par­te de pobla­ción de
ries­go. Y hay que cui­dar­las a ellas. 

–¿De qué se tra­ta el impac­to al que referís?

–Es
que nun­ca nos pasó de tener que sus­pen­der la mar­cha de esta mane­ra. El
ante­ce­den­te que tene­mos es la sus­pen­sión de la Mar­cha de la Resistencia
por la nube tóxi­ca (en diciem­bre de 2012), pero fue algo que tuvi­mos que
deci­dir en el día. Esto es dife­ren­te. No cayó de gol­pe, sino que a
medi­da que se fue acer­can­do la fecha, más cer­ca­na era la posi­bi­li­dad de
sus­pen­der. Final­men­te, cuan­do exis­tió una medi­da que apun­tó a promover
la con­cien­cia sobre la no con­cen­tra­ción masi­va de per­so­nas, decidimos
sus­pen­der. Enten­di­mos que no se pue­de ir en con­tra de un cui­da­do de la
salud masi­va, aun­que eso no sig­ni­fi­que que no tuvie­ra impac­to. Tiene
algo de cho­can­te el no estar en la Pla­za de Mayo un 24. Y enten­de­mos que
para muchas per­so­nas este 24 en par­ti­cu­lar es una espe­cie de vuel­ta a
la Pla­za des­pués de años de nega­cio­nis­mo y de mal­tra­to como pro­di­gó el
macris­mo a todo el arco de dere­chos huma­nos. Pero tam­bién enten­de­mos que
es tan sóli­da la cons­truc­ción de la memo­ria, ver­dad y jus­ti­cia, que se
man­tie­ne a pesar de tomar esta medi­da preventiva. 

— Es decir
que no temen que este pri­mer día de no estar sien­te un pre­ce­den­te. ¿No
ven la posi­bi­li­dad de que la Pla­za deje de ser esce­na­rio de la Memoria?.

–No.
Ten­ga­mos en cuen­ta que el año que vie­ne, enci­ma, serán los 45 años del
gol­pe de Esta­do. Pero, ade­más, cada 24 nos con­fir­ma que la Pla­za ya es
un pun­to de encuen­tro que exce­de la con­vo­ca­to­ria de los orga­nis­mos. La
gen­te lle­ga y se encuen­tra en la pla­za a dife­ren­tes hora­rios, antes o
des­pués de la lec­tu­ra del docu­men­to. Se sien­te un lugar de memo­ria de
mane­ra espon­tá­nea. Y creo que esto tie­ne que ver con las cosas sobre las
que aún no tene­mos res­pues­ta, como el lugar don­de están los cuer­pos de
los des­apa­re­ci­dos. Estar en la Pla­za cada 24 sig­ni­fi­ca, para muchas
fami­lias, tam­bién estar en un lugar de recuer­do, memo­ria y encuentro,
algo que suce­de con diver­sos espa­cios en todo el terri­to­rio. Y que, como
deci­di­mos noso­tros en CABA, tam­bién lo están deci­dien­do a nivel
federal.

–¿Cómo lo toma­ron las Madres y Abue­las, que sue­len par­ti­ci­par con espe­cial ener­gía de cada movi­li­za­ción del 24?

–Bueno,
no son aje­nas a lo que suce­de en rela­ción con el coro­na­vi­rus. Vera
Jarach tran­si­ta una cua­ren­te­na y par­ti­ci­pa de mane­ra remo­ta de las
reunio­nes que man­tu­vi­mos en rela­ción con qué hacer con la marcha
(regre­só hace poco de Ita­lia); Taty Almei­da está de via­je en este
momen­to. Están al tan­to y rápi­da­men­te enten­die­ron el pedi­do de
soli­da­ri­dad que emi­tió el Gobierno y que requi­rió el pue­blo. Fue­ron de
las pri­me­ras que asi­mi­la­ron que esto era algo que había que hacer e
hicie­ron hin­ca­pié en que no está­ba­mos deci­dien­do nada, sino respondiendo
a un reque­ri­mien­to de la socie­dad, que nos pedía que fuéramos
soli­da­rios entre todes. 

–Sí. Pen­sa­mos varias y las vamos a ter­mi­nar de lan­zar en la
sema­na. Des­de Hijos Capi­tal pro­pu­si­mos una con­vo­ca­to­ria a poder
visi­bi­li­zar des­de los luga­res en los que poda­mos la par­ti­ci­pa­ción en la
cons­truc­ción de la Memo­ria, la Ver­dad y la Jus­ti­cia con un pañuelo
blan­co. En el bal­cón, en la ven­ta­na de tu casa, en el bra­zo, en el
cue­llo. La idea es lle­var a cabo el 24 un pañue­la­zo barrial, visual,
vir­tual. La idea es que no hay mar­cha, pero hay memo­ria, que a pesar de
tener que tomar medi­das pre­ven­ti­vas, que en algu­nos casos son de
ais­la­mien­to, siga­mos cons­tru­yen­do colec­ti­va­men­te la fecha de memo­ria y
rei­vin­di­ca­ción. El pro­ta­go­nis­ta es el pañue­lo blan­co como símbolo:
pasa­mos de levan­tar­lo para decir no a los geno­ci­das y al nega­cio­nis­mo en
tiem­pos de Macri a poner­lo en alto como sím­bo­lo de lucha para demostrar
que no pudie­ron bajar­lo. Que­re­mos tener el sím­bo­lo de las Madres y las
Abue­las en las calles a pesar de que no haya mar­cha. El dis­cur­so que
todos los años se lee en la Pla­za, en esta oca­sión se lee­rá, pero con
una mecá­ni­ca dis­tin­ta. Se va a gra­bar y se habi­li­ta­rá lue­go esa
gra­ba­ción para quien quie­ra repro­du­cir­lo. Lo que se iba a decir en la
Pla­za, se va a decir igual. Se están alte­ran­do situa­cio­nes de nuestra
vida coti­dia­na, pero de todos modos hay mane­ras de comu­ni­car lo que los
orga­nis­mos que­re­mos decir el 24. La pala­bra de ellos va a estar. 

Itu­rria /​Fuen­te

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