Resumen Latinoamericano*, 15 marzo 2020.-
Las actividades alternativas que preparan los organismos de derechos humanos.
En diálogo con PáginaI12, Giselle Tepper, de Hijos Capital, explica cómo se decidió suspender la tradicional movilización y cuenta que, en su lugar, la agrupación propone «un pañuelazo barrial, visual, virtual en el que el protagonista sea el pañuelo blanco como símbolo: pasamos de levantarlo para decir no a los genocidas y al negacionismo en tiempos de Macri a ponerlo en alto para demostrar que no pudieron bajarlo”.
foto: Los militantes de Hijos se reunieron este sábado para estampar en pañuelos blancos la leyenda “son 30 mil”.
Ya está dicho:
el próximo 24 de marzo la mayoría de los organismos de derechos humanos
no se movilizarán a la Plaza de Mayo como parte de las “medidas
preventivas que hay que tomar para cuidarnos entre todes”, explicó a
PáginaI12 señaló Giselle Tepper, de Hijos Capital. Sin embargo, nada
de eso significa que no haya maneras de conmemorar la Memoria, la
Verdad y la Justicia para los 30 mil desaparecidos que dejó la última
dictadura. “No hay marcha, pero hay memoria”, ensayó Tepper a modo de
consigna para las actividades que están pensando y que terminarán de
delinear durante los próximos días.
Mientras, ella y otres integrantes de la agrupación se
reunieron en la Casa de la Militancia-Hijos, que funciona en lo que fue
la Escuela de Mecánica de la Armada, para estampar en pañuelos blancos
la leyenda “son 30 mil”. “Proponemos un pañuelazo barrial, visual, virtual en el que el protagonista sea el pañuelo blanco como símbolo:
pasamos de levantarlo para decir no a los genocidas y al negacionismo
en tiempos de Macri a ponerlo en alto para demostrar que no pudieron
bajarlo”, resumió.
–¿Qué significó para los organismos decidir la suspensión de la marcha del 24?
–Por
supuesto que no lo naturalizamos. Como dijimos en el comunicado que
emitimos el viernes, tiene un impacto muy fuerte el no estar en la plaza
el 24, que es el lugar en el que todes nos encontramos cada año. Pero
también entendimos que ésta era una necesidad del pueblo, de todes. Y
como cada 24 lo construimos con el pueblo, en esto no podíamos hacer una
excepción. Este año el pueblo está entiendo que hay una emergencia, que
hay medidas preventivas que hay que tomar para cuidarnos entre todes.
Es una necesidad del pueblo cuidar la salud pública de manera masiva y
la decisión de no estar en la plaza el 24 tiene que ver con eso: con la
solidaridad, con comprender que nos cuidamos, también, de esa manera. Y
sobre todo porque las Madres y las Abuelas son parte de población de
riesgo. Y hay que cuidarlas a ellas.
–¿De qué se trata el impacto al que referís?
–Es
que nunca nos pasó de tener que suspender la marcha de esta manera. El
antecedente que tenemos es la suspensión de la Marcha de la Resistencia
por la nube tóxica (en diciembre de 2012), pero fue algo que tuvimos que
decidir en el día. Esto es diferente. No cayó de golpe, sino que a
medida que se fue acercando la fecha, más cercana era la posibilidad de
suspender. Finalmente, cuando existió una medida que apuntó a promover
la conciencia sobre la no concentración masiva de personas, decidimos
suspender. Entendimos que no se puede ir en contra de un cuidado de la
salud masiva, aunque eso no signifique que no tuviera impacto. Tiene
algo de chocante el no estar en la Plaza de Mayo un 24. Y entendemos que
para muchas personas este 24 en particular es una especie de vuelta a
la Plaza después de años de negacionismo y de maltrato como prodigó el
macrismo a todo el arco de derechos humanos. Pero también entendemos que
es tan sólida la construcción de la memoria, verdad y justicia, que se
mantiene a pesar de tomar esta medida preventiva.
— Es decir
que no temen que este primer día de no estar siente un precedente. ¿No
ven la posibilidad de que la Plaza deje de ser escenario de la Memoria?.
–No.
Tengamos en cuenta que el año que viene, encima, serán los 45 años del
golpe de Estado. Pero, además, cada 24 nos confirma que la Plaza ya es
un punto de encuentro que excede la convocatoria de los organismos. La
gente llega y se encuentra en la plaza a diferentes horarios, antes o
después de la lectura del documento. Se siente un lugar de memoria de
manera espontánea. Y creo que esto tiene que ver con las cosas sobre las
que aún no tenemos respuesta, como el lugar donde están los cuerpos de
los desaparecidos. Estar en la Plaza cada 24 significa, para muchas
familias, también estar en un lugar de recuerdo, memoria y encuentro,
algo que sucede con diversos espacios en todo el territorio. Y que, como
decidimos nosotros en CABA, también lo están decidiendo a nivel
federal.
–¿Cómo lo tomaron las Madres y Abuelas, que suelen participar con especial energía de cada movilización del 24?
–Bueno,
no son ajenas a lo que sucede en relación con el coronavirus. Vera
Jarach transita una cuarentena y participa de manera remota de las
reuniones que mantuvimos en relación con qué hacer con la marcha
(regresó hace poco de Italia); Taty Almeida está de viaje en este
momento. Están al tanto y rápidamente entendieron el pedido de
solidaridad que emitió el Gobierno y que requirió el pueblo. Fueron de
las primeras que asimilaron que esto era algo que había que hacer e
hicieron hincapié en que no estábamos decidiendo nada, sino respondiendo
a un requerimiento de la sociedad, que nos pedía que fuéramos
solidarios entre todes.
–Sí. Pensamos varias y las vamos a terminar de lanzar en la
semana. Desde Hijos Capital propusimos una convocatoria a poder
visibilizar desde los lugares en los que podamos la participación en la
construcción de la Memoria, la Verdad y la Justicia con un pañuelo
blanco. En el balcón, en la ventana de tu casa, en el brazo, en el
cuello. La idea es llevar a cabo el 24 un pañuelazo barrial, visual,
virtual. La idea es que no hay marcha, pero hay memoria, que a pesar de
tener que tomar medidas preventivas, que en algunos casos son de
aislamiento, sigamos construyendo colectivamente la fecha de memoria y
reivindicación. El protagonista es el pañuelo blanco como símbolo:
pasamos de levantarlo para decir no a los genocidas y al negacionismo en
tiempos de Macri a ponerlo en alto como símbolo de lucha para demostrar
que no pudieron bajarlo. Queremos tener el símbolo de las Madres y las
Abuelas en las calles a pesar de que no haya marcha. El discurso que
todos los años se lee en la Plaza, en esta ocasión se leerá, pero con
una mecánica distinta. Se va a grabar y se habilitará luego esa
grabación para quien quiera reproducirlo. Lo que se iba a decir en la
Plaza, se va a decir igual. Se están alterando situaciones de nuestra
vida cotidiana, pero de todos modos hay maneras de comunicar lo que los
organismos queremos decir el 24. La palabra de ellos va a estar.