Resumen Latinoamericano*/ 15 de marzo 2020 . — — — — —
Coronavirus: El Gobierno suspendió las clases y cerró las fronteras
El conferencia de prensa, el presidente Alberto Fernández anunció una batería de medidas para detener la propagación de la enfermedad
Luego de una reunión de gabinete con expertos médicos y científicos, el presidente Alberto Fernández anunció que las clases en jardines, primaria y secundaria quedan suspendidas hasta el 31 de marzo. También informó el cierre de las fronteras durante 15 días para quienes quieran ingresar al país.
Informó que rige una licencia laboral para personas mayores de 65 años y que se suspenden todos los espectáculos públicos.
Fernández aseguró que durante la tarde analizaron al detalle las medidas a tomar y que llegaron a la conclusión de que tienen que ser “drásticas” para que “se ataque en conjunto” y se pueda “impedir la proliferación del virus».
En otro tramo de la conferencia, se refirió a la decisión del Gobierno nacional de cerrar todas las fronteras de la Argentina. “Se cerrarán durante los próximos 15 días. Lo hacemos porque el coronavirus no viene solo de Europa y está empezando a afectar a los países limítrofes y a nosotros mismos», precisó.
En ese sentido, explicó que “por las fronteras terrestres vienen turistas que estuvieron en las zonas que nosotros consideramos de riesgo” y que por eso se tomó la decisión de que “nadie pueda ingresar a la Argentina, salvo los argentinos nativos y los residentes”.
Otras de las decisiones que tomó el Gobierno es la de disponer la licencia de aquellas personas que tengan más de 65 años, quienes forman parte de los grupos de riesgo. “Les pedimos que se queden en sus casas tranquilos”, indicó.
El Presidente aseguró que a los mayores de 65 años se “les fijará un horario de atención en los bancos y centros de salud para que no tengan que esperar, ni tengan que someterse a un aglomeramiento de gente».
En lo que respecta a las actividades sociales y de entretenimiento, Fernández dijo que “no se van a poder desarrollar ningún tipo de espectáculos deportivos y musicales”. Tampoco habrá teatros y cine. “Se suspenderá todo aquello que signe un nucleamiento de gente, tratando de evitar que en la multitud se disemine el virus”, explicó.
Por otro lado, adelantó que mañana se reunirá el gabinete económico y social. Allí, junto al gobernador Axel Kicillof y el jefe de Gobierno porteño anunciarán más medidas para restringir el tránsito en área metropolitana. Si bien señaló que el AMBA es “el ámbito que concentra el mayor nivel de infectados” y destacó que hay que “hacer el esfuerzo de minimizar el tránsito”, no adelantó medidas concretas con respecto al transporte público.
En varias oportunidades, Alberto Fernández aclaró que estas medidas no fueron tomadas por un agravamiento repentino de la situación y buscó llevar tranquilidad a la ciudadanía. “Que nadie se inquiete”, afirmó, y explicó que simplemente decidieron atacar el problema ahora que es “chiquito” para evitar que luego se haga más grande. “De este modo vamos a tener un crecimiento paulatino del problema, pero de tal modo que el servicio sanitario argentino pueda controlarlo”, agregó.
El Presidente también hizo referencia al hombre que no respetó la cuarentena y agredió al guardia de seguridad que se lo señaló. Dijo que sería “inflexible” porque “la soberbia de un tonto no va a poner en peligro a la Argentina». En esa línea, le pidió a los gobernadores “la misma severidad” a la hora de perseguir a los que no respeten las reglas de prevención. “Las reglas debes ser cumplidas al pie de la letra”, concluyó.
Otra de las medidas anunciadas fue el cierre de todos los Parques Nacionales con la misma lógica: evitar la circulación, especialmente de turistas, para contener los contagios. De hecho, confirmó que en Tierra del Fuego hoy se registraron dos nuevos casos.
Consultado sobre el miedo al desabastecimiento y las largas colas en los supermercados, el líder del Frente de Todos aseguró que los negocios de cercanía seguirán abiertos -«porque la gente tiene que seguir consumiendo»- y dejó para mañana las definiciones sobre los shoppings.
En esa línea, reveló que el ministro de Producción Matías Kulfas ya está trabajando en el monitoreo de precios para evitar cualquier tipo de abuso. “Ayer me comentaba un supermercadista que vendió lo mismo que en Navidad. La Argentina no puede ser un país de vivos y de bobos. Vamos a actuar con lo que la ley nos permita”, dijo el Presidente, que una vez más intentó llevar calma a la ciudadanía.
Y agregó: “La gente no tiene que tener temor al desabastecimiento. No vamos a permitir que los precios escalen”.
Sobre el final de la conferencia, Fernández opinó que si los partidos de fútbol se juegan a puertas cerradas no habría inconvenientes en que continúen desarrollándose con normalidad. Pero dijo que le “encantaría” que los dueños de los derechos de transmisión “le den la oportunidad a los argentinos de verlos por televisión abierta, ya que todos tenemos que quedarnos en casa”
Para este lunes, quedarán más anuncios sobre eventuales autorizaciones para el trabajo a distancia y posibles aumentos para la Asignación Universal por Hijo y los recursos destinados “a los que más lo necesitan”. A su vez, anticipó que se impulsará “una serie de medias económicas para palear los efectos de esta pandemia”.
“Hoy estuvimos todo el día trabajando con Martín Guzmán y mañana con Matías Kulfas vamos a ir resolviendo”, dijo.
Alberto Fernández aclaró que no se están otorgando vacaciones durante 14 días sino que la situación de emergencia amerita que quienes puedan quedarse en sus casas lo hagan por prevención. “Esto es muy dinámico, hay que ver cómo evoluciona y actuar en consecuencia”, concluyó.
Por el coronavirus, la Argentina perdería $ 150 mil millones
Analistas locales y organismos internacionales recalculan a la baja la evolución del PBI de este año: creen que se achicará un 2%. Coinciden en que habrá menos exportaciones y se frenará la actividad interna, con un golpe en el empleo. Se congela el desarrollo de Vaca Muerta.
Por Marcelo Colombres y Jonathan Raed
La crisis global desatada a partir del coronavirus perjudicará la economía argentina en términos de menores ingresos de divisas, una caída de la actividad interna y una potencial pérdida de puestos de trabajo. Todavía no hay certezas sobre la magnitud del impacto, pero sin dudas profundizará el retroceso de una economía que viene de caer en tres de los últimos cuatro años.
Los mayores temores se originan en la posible disminución de las exportaciones, dado que dos de los tres principales socios comerciales de la Argentina están en problemas. Uno es China, el primero en donde se manifestó la pandemia. El segundo es Brasil, cuya moneda se depreció al compás de casi toda la región, por lo cual se descuenta que sus compras al país caerán.
A ello se suma el derrumbe de los precios de las materias primas. El menor valor de la soja y sus derivados repercutirán en los ingresos por ventas. En paralelo, muchos rubros de la economía local están sufriendo por la cancelación de viajes, espectáculos, recitales y otras actividades en sitios públicos. Todos ocurre mientras el gobierno se debate entre su escaso resto presupuestario para dinamizar el mercado interno y la ya de por sí áspera renegociación de la deuda (ver página 17).
El problema es mundial. Ya hace diez días, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) alertó que «el impacto del brote de Covid-19 en las perspectivas económicas es grave» y describió el efecto dominó producido a partir de su propagación. «La intensidad del impacto de China se repitió en las economías avanzadas del norte, afectando gravemente la confianza, los viajes y el gasto. El crecimiento mundial podría caer al 1,5% en 2020, la mitad de la tasa proyectada antes del brote del virus». En el detalle por país, la OCDE estimó que en Argentina el PBI caerá este año un 2%, tres décimas porcentuales más que lo previsto en su anterior estudio. En cambio, se mantiene la previsión de una mejora del 0,7% para el año que viene.
Cautela
Los analistas locales son más cautelosos antes de entregar un dato certero. El pronóstico más preciso lo dio la consultora Ecolatina. «Nos vimos obligados a recortar nuestra proyección de PBI para 2020, pasando de una contracción del 1,5% a una del 2% con riesgo a la baja si las restricciones de circulación/cuarentena se profundizan», reza su estudio sobre el tema. Ese medio punto adicional de caída del producto bruto significa una baja en la producción total del país cercana a los U$S 2300 millones, equivalentes a unos 150 mil millones de pesos.
Fausto Spotorno, de la consultora OJF, fue más prudente. «Es muy aventurado dar números, pero sí hay algunas cifras que pueden servir como guía. A nivel global, seis de cada diez consultoras coinciden en que la caída del PBI global va a ser del 0,5%. En ese marco, Sudamérica y África son los menos afectados, con un 0,1%. Por eso, estimo que para Argentina la caída puede ser del 0,2% o 0,3% del PBI», calculó. «El problema es que va a ser muy de golpe, en muy poco tiempo. Y después hay que ver qué se puede recuperar y qué no. Por ejemplo, el turismo que se pierde no se recupera más. La industria tal vez sí, porque hay mucha capacidad ociosa», añadió.
Sin dar números, Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), señaló que «si había expectativas de crecimiento, será bastante imposible que suceda. Tal vez el impacto sea menor que para otros países por cómo estábamos parados. Por ejemplo, si no hubiera cepo cambiario, tendríamos una devaluación de hasta el 20%», razonó.
Lucio Cardinale, analista de Elypsis, dijo que «no estamos dando números porque todo puede cambiar día a día». Pero vaticinó que «el principal impacto es en el comercio exterior. Las exportaciones a China y los países europeos van a ser menores». Por caso, el año pasado la soja y sus derivados significaron un ingreso de U$S 16.494 millones, según los datos del Indec. El principal comprador de esos productos es China, cuyo ritmo de crecimiento caerá a menos del 5%, según estima la OCDE. Para peor, el precio del grano sigue en picada: el viernes cerró a U$S 314 por tonelada, casi 10% menos que a comienzos de año.
Un efecto similar podría ocurrir con Brasil, país que el año pasado adquirió bienes argentinos por U$S 10.836 millones. La desvalorización del real, que pasó de 4,35 a 4,79 unidades por dólar por la salida de capitales para refugiarse en la divisa estadounidense, podría decantar en una caída de ventas a ese mercado.
Actividad interna
Mientras Estados Unidos y Europa planean inyectar liquidez para mantener el crédito entre las empresas que lo necesiten, en Argentina el margen de acción oficial es bastante limitado. El gobierno destinó $ 1700 millones para reforzar el equipamiento sanitario. Pero no se conocieron medidas concretas en favor de pequeñas y medianas empresas que se sumaran a las moratorias y las líneas de crédito subsidiadas lanzadas hace un par de meses.
«El gobierno no puede hacer demasiado, más que atender la situación y tratar de hacer reducción de daños. Largar plata a la calle no sirve de mucho si van a estar cerrados los cines, por ejemplo. Sí se podría ver de quitar algún impuesto a los sectores más afectados, que es lo que está haciendo Estados Unidos», arriesgó Spotorno.
«Si el coronavirus escala y tenemos una situación como en Europa, puede llegar a haber un impacto importante en la actividad local. Pero todavía no estamos ante esta situación», agregó Cardinale. El ejemplo más visible es el perjuicio económico por la cancelación de espectáculos y recitales. Pero hay otras cuestiones vinculadas a la producción de bienes. «Ya hay problemas en empresas industriales que tienen insumos de China. Por ahora aguantan, pero no saben si van a poder sostener la producción», contó Letcher.
Muchas cámaras empresariales ya están dando señales de alerta. Las vinculadas al turismo pidieron al flamante ministerio del área que declare la emergencia para el sector: dicen que las reservas de viajes al exterior cayeron a cero. Además, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) pidió «un acuerdo de preservación del empleo, con certidumbre fiscal, de seguridad pública y de regulación» para evitar despidos. También sugirió priorizar la fabricación de bienes en el país «ante las dificultades ya existentes para garantizar la provisión de insumos provenientes del este de Asia y la India». «
Más trabas en la discusión por la deuda
La pandemia llegó a estas costas cuando el gobierno empezaba la pulseada con los acreedores para canjear bonos de su deuda por algo más de U$S 68 mil millones. Con el nuevo cuadro, la predisposición que tendrán los acreedores a aceptar la reestructuración es una incógnita.
«La negociación de la deuda, que no venía desarrollándose por los carriles esperados, puede complicarse un poco más ya que si el saldo de dólares esperado para las próximas semanas se reduce, el tiempo comenzará a jugar en contra del país. Esta situación, en la cual el reloj no corre a la misma velocidad para los acreedores que para Argentina (los fondos no priorizarán la negociación con el país en este contexto), implica menor poder de negociación», señala un informe de la consultora Ecolatina.
La exacerbación de las tensiones podría derivar en que el gobierno intente una propuesta más agresiva hacia los acreedores. En un escenario global de caída de los flujos de capital, la Argentina tendría poco para perder si los fondos la rechazan.
El panorama se complica porque, al compás de los mercados de todo el mundo, los bonos argentinos cayeron fuertemente. El temor es que reaparezcan fondos buitre cuya única intención es ir a juicio para cobrar el 100% del valor nominal.
Presiones por Vaca Muerta
Las expectativas de una caída de la actividad global provoca que el petróleo abunde y que los países productores se peleen por venderlo, con lo que el precio se desplomó a U$S 33 por barril. Eso produjo un abrupto cambio en la viabilidad del yacimiento neuquino de Vaca Muerta, al que apostaban las autoridades para generar divisas con que afrontar los compromisos externos.
Esto desató una fuerte presión de las empresas petroleras para que el gobierno habilite un precio sostén. Su deseo es cobrar U$S 52 por barril, mientras que las refinadoras (que necesitan el crudo para producir nafta) aceptan pagar U$S 42. Por ahora, el Ministerio de Producción reintrodujo las licencias no automáticas como requisito para la importación. La mesa de negociación se completa con las provincias, que quieren un barril caro para asegurarse regalías más altas, y el Sindicato del Petróleo y Gas Privado, que denuncia el riesgo de despidos.
FMI: “Esto afecta a todos”
El Fondo Monetario Internacional anunció que habilitará dos líneas de ayuda por U$S 60 mil millones que estarán a disposición de los países de bajos ingresos que puedan requerir apoyo. «Reconocemos que la situación es muy seria y podría empeorar.Esto nos afecta a todos», dijo la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. «La prioridad número uno en términos de respuesta fiscal es garantizar gastos de primera línea relacionados con la salud para proteger el bienestar de las personas, cuidar a los enfermos y frenar la propagación del virus. En segundo lugar se pueden requerir acciones de política macrofinanciera», agregó.
Georgieva también dio por sentado que «bajo este escenario, el crecimiento global en 2020 caerá por debajo del nivel del año pasado. Qué tan lejos caerá y por cuánto tiempo es difícil de predecir y dependerá de la epidemia, pero también de la puntualidad y efectividad de nuestras acciones”.
El artículo de Tompas Pueyo que impacta en la toma de decisiones de gobiernos y empresas
Coronavirus: por qué tenemos que actuar ahora
Un artículo publicado originalmente en Medium tuvo más de 30 millones de visitas en la última semana y alta repercusión global en los sectores de toma de decisiones en Argentina.
Por Tomás Pueyo
Traducción al español del artículo original Coronavirus: Why You Must Act Now . Traducción de Patricia de Llano , revisión de Tomás Pueyo, autor original.
Con todo lo que está ocurriendo con el Coronavirus, puede resultar muy difícil tomar una decisión sobre cómo actuar hoy. ¿Deberíamos esperar a tener más información?¿Hacer algo ya? Y si es así, ¿qué?
Este artículo incluye las siguientes cuestiones, acompañados de múltiples gráficas, datos y modelos con abundantes fuentes de referencia :
- ¿Cuántos casos de coronavirus habrá en tu zona?
- ¿Qué pasará cuando estos casos se materialicen?
- ¿Qué deberías hacer?
- ¿Cuándo?
Cuando termines de leer el artículo, esto es con lo que deberías quedarte:
El coronavirus está yendo hacia a vos.Lo está haciendo a velocidad exponencial: primero gradualmente y luego repentinamente.Es cuestión de días. Quizás una semana o dos.Cuando llegue, tu sistema sanitario estará saturado.La gente tendrá que ser atendida en los pasillos.El personal sanitario estará agotado. Algunos de ellos contagiados, otros morirán.Tendrán que decidir qué pacientes reciben el oxígeno y cuáles dejan morir.La única manera de prevenir esto es el aislamiento social hoy. No mañana. Hoy.Esto significa mantener a cuanta más gente posible en casa, desde ya.
Como político, empresario o representante de tu comunidad, tienes el poder y la responsabilidad de prevenir esta catástrofe.
Puede que te asalten las dudas: ¿Y si estoy exagerando? ¿Se va a reír la gente de mí? ¿Se van a enfadar? ¿Estoy provocando el pánico? ¿No será mejor esperar a que otros hagan algo primero? ¿Estaré causando un daño irreparable a la economía?
Pero en 2 – 4 semanas, cuando el mundo entero esté en aislamiento, cuando estos pocos y tan preciados días de distanciamiento social te hayan permitido salvar vidas, nadie te va a criticar: te agradecerán que hayas hecho lo correcto.
Vamos a ello.
1. ¿Cuántos casos de Coronavirus habrá en tu zona?
Crecimiento por país
El número total de casos creció exponencialmente hasta que China los contuvo. Pero una vez extendido fuera de China, se convierte en una pandemia que nadie puede parar.
A día de hoy, esto es debido principalmente a Italia, Irán y Corea del Sur:
Hay tantos casos en Corea del Sur, Italia y China que es difícil distinguir el resto de países, pero vamos a ampliar esa esquina inferior derecha.
Hay decenas de países con índices de crecimiento exponencial. A día de hoy, la mayoría son occidentales.
Si se mantiene esta tasa de crecimiento sólo por una semana, esto es lo que se obtiene:
Si quieres entender lo que ocurrirá, o cómo prevenirlo, tienes que analizar aquellos casos que ya han pasado por ello: China, los países del este asiático con experiencia en SARS e Italia.
China
Source: Tomas Pueyo analysis over chart from the Journal of the American Medical Association , based on raw case data from the Chinese Center for Disease Control and Prevention
Este es uno de los gráficos más importantes.
Las barras naranjas muestran el número oficial de casos diarios en la provincia de Hubei: Cuánta gente fue diagnosticada ese día.
Las barras grises muestran los casos reales diarios de coronavirus . El Centro Nacional de Epidemiología chino lo calculó preguntando a los pacientes durante la fase de diagnóstico cuándo habían empezado sus síntomas.
Es importante destacar que estos casos reales no se conocían entonces. Sólo podemos calcularlos mirando atrás: Las autoridades no saben que alguien acaba de empezar a tener síntomas. Sólo lo pueden saber cuando acude a la consulta y obtiene un diagnóstico.
Lo que esto significa es que las barras naranjas muestran lo que las autoridades sabían y las grises lo que en realidad estaba ocurriendo.
El 21 de enero, el número de nuevos casos diagnosticados (naranja) se dispara: se registran alrededor de 100 casos nuevos. En realidad, ese día hubo 1,500 nuevos casos, creciendo exponencialmente. Pero las autoridades no sabían eso. Lo que supieron es que de repente habían aparecido 100 nuevos casos de esta nueva enfermedad.
Dos días después, las autoridades aislaron Wuhan. En este punto, el número de nuevos casos diarios diagnosticados era de ~ 400. Apunta este número: la decisión de cerrar la ciudad fue tomada cuando se detectaron 400 nuevos casos diarios. En realidad, hubo 2,500 nuevos casos ese día, pero ellos no sabían eso.
Al día siguiente, otras 15 ciudades de Hubei fueron aisladas.
Hasta el 23 de enero, cuando Wuhan cierra, puedes mirar a la gráfica gris: crece exponencialmente. Los casos reales se estaban disparando. Tan pronto como Wuhan queda aislada, el número de casos empieza a remitir. El 24 de enero, cuando otras 15 ciudades se aíslan, el número de casos reales (en gris) se detiene. Dos días más tarde, se alcanza el máximo número de casos reales y desde entonces ha ido descendiendo.
Nótese que los casos en naranja (oficiales) aún crecían exponencialmente: Durante 12 días más, parecía que la enfermedad estaba aún en auge. Pero en realidad ya no lo estaba. Esto simplemente era un reflejo de que los pacientes tenían síntomas más marcados, estaban acudiendo a la consulta más frecuentemente y el sistema de identificación era más robusto.
Este concepto de casos oficiales y casos reales es importante. Lo recordaremos más adelante.
El resto de regiones de China estuvieron bien coordinadas por el gobierno central y actuaron de manera inmediata con medidas drásticas. Este fue el resultado:
Cada línea plana es una región china con casos de coronavirus. Cada una de ellas tuvo el potencial de convertirse en exponencial, pero gracias a las medidas puestas en marcha a finales de enero, todas ellas detuvieron el virus antes de que pudiera extenderse.
Mientras tanto, Corea del Sur, Italia e Irán tuvieron un mes entero para tomar nota (aprender?), pero no lo hicieron. Empezaron con el mismo crecimiento exponencial de Hubei y sobrepasaron cada una de las regiones chinas antes de finales de Febrero.
Países del Este Asiático
Los casos se dispararon en Corea del Sur, pero alguien se ha preguntado ¿por qué en Japon, Taiwan, Singapur, Tailandia o Hong Kong no lo han hecho?
Todos ellos se vieron afectados por el SARS en 2003 y todos ellos aprendieron de aquella experiencia. Aprendieron cuán viral y letal podría llegar a ser y se lo tomaron muy en serio. Es por eso que todas sus gráficas, a pesar de iniciar su crecimiento mucho antes, aún no parecen exponenciales.
Hasta ahora, tenemos historias del coronavirus disparándose y de gobiernos dándose cuenta de la amenaza que representa y conteniendo el problema. Para el resto de países, es una historia completamente distinta.
Antes de pasar a ellos, una nota sobre Corea del Sur: Este país es probablemente un caso aparte. El coronavirus fue contenido con los primeros 30 casos. El paciente 31 fue un “supercontagiador” que se lo paso a miles de personas. Dado que el virus se extiende antes de que la gente muestre síntomas, para cuando las autoridades se dieron cuenta del problema, el virus ya estaba fuera de control. Ahora están pagando las consecuencias de ese incidente. Sus esfuerzos de contención, sin embargo, están dando sus frutos. Por otro lado, Italia ya ha pasado el número de casos de Corea del Sur e Irán lo hará mañana (10÷3÷2020).
Estado de Washington, USA
Ya hemos visto el crecimiento en los países occidentales y los pronósticos semanales tan desesperanzadores. Ahora imaginemos que la contención no ocurre como en Wuhan o en otros países asiáticos y lo que obtenemos es una epidemia de proporciones gigantescas.
Vamos a echar un vistazo a unos cuantos casos, como los del estado de Washington, la zona de la bahía de San Francisco, Paris y Madrid.
El estado de Washington es el Wuhan de Estados Unidos. El número de casos allí está creciendo exponencialmente. Actualmente son 140.
Pero algo curioso ocurrió al principio. La tasa de mortalidad era altísima. En algún momento, el estado tuvo 3 casos y 1 muerte.
Ya sabemos por otros lugares que la tasa de mortalidad del coronavirus oscila entre el 0.5% y el 5% (más sobre esto después). ¿Cómo es posible que la tasa de fallecimiento fuese del 33%?
Resultó que el virus había estado expandiéndose sin ser detectado durante semanas. No es que hubiera sólo 3 casos. Es que las autoridades solo tenían conocimiento de 3 casos, donde uno de ellos resultó en fallecimiento porque cuanto más serios los síntomas, más probabilidad de ser recibir el test.
Esto es similar a las barras naranjas y grises de la gráfica de China: Aquí sólo sabían de las barras naranjas (casos oficiales) y no parecían tan malas: sólo 3 casos. Pero en realidad, había cientos, quizás miles de casos reales.
Y aquí viene el problema: Sólo conocemos los casos oficiales, no los reales. Pero necesitamos saber los reales. ¿Cómo podemos estimar esos casos reales? De un par de maneras. Y he desarrollado un modelo para ambas donde tú también puedes insertar datos y analizarlos (link directo para copiar el modelo ).
Primero, a través de las muertes. Si hay muertes en tu región, puedes usar esa información para estimar el número actual de casos reales. Sabemos aproximadamente cuánto tarda una persona de media desde que se contagia del virus hasta que fallece (17.3 días ). Esto significa que una persona que falleció en el estado de Washington el 29 de febrero, probablemente se contagió sobre el 12 de febrero.
Con esto, ya sabemos la tasa de mortalidad. Para este escenario, estoy usando 1% (hablaré más adelante de los detalles). Esto significa que, sobre el 12 de febrero, ya había unos 100 casos en esa zona (de los cuales, uno acabó en muerte 17.3 días más tarde).
Ahora, usando la media de tiempo que el coronavirus tarda en duplicarse (es decir, el tiempo de media que tardan en duplicarse los casos). Es 6.2 . Esto significa que, en los 17 días que tardó esta persona en fallecer (antes de que esta persona falleciera?), los casos tendrían que haberse multiplicado por ~8 (= 2^(17÷6)). Esto indica que, si no se están diagnosticando todos los casos, una muerte hoy implica 800 casos reales hoy.
El estado de Washington tiene hoy 22 fallecimientos. Con este cálculo rápido, obtenemos unos 16.000 casos reales de coronavirus hoy. Tantos como los casos oficiales en Italia e Irán combinados.
Si miramos el detalle, nos damos cuenta de que 19 de esas muertes provenían de un mismo grupo, lo cual puede no haber propagado el virus extensamente. Así que, si consideramos esas 19 muertes como una, el número total de muertes en el estado es de 4. Actualizando el modelo con ese número, aún obtenemos unos 3.000 casos hoy.
Este análisis de Trevor Bedford analiza los propios virus y sus mutaciones para determinar el número de casos.
La conclusión es que es probable que haya unos 1.100 casos en el estado de Washington en este momento.
Ninguno de estos cálculos (métodos?) son perfectos, pero todos apuntan al mismo mensaje: No sabemos el número de casos reales pero es muy superior al número oficial. No son cientos. Son miles o incluso más.
El área de la Bahía de San Francisco
Hasta el 8 de marzo, el área de la bahía no tenía ningún fallecimiento registrado. Eso complicó mucho la identificación de los casos reales. Oficialmente, había 86 casos. Pero los Estados Unidos está limitando los tests enormemente porque no tiene suficientes unidades. El país decidió crear sus propios tests, que resultaron defectuosos .
Estos son los número de tests efectuados en diferentes países hasta el 3 de marzo:
Fuentes para cada número aquí
Turquía, con ningún caso de coronavirus, tenía 10 veces más tests por habitante que los EEUU. La situación no es mucho mejor hoy, con unos 8.000 tests realizados en EEUU , lo que significa que unas ~4.000 personas han realizado el test.
Aquí, podemos usar una proporción de los casos oficiales con casos reales. ¿Cómo decidir cuál? Para el área de la bahía de San Francisco, se estuvieron realizando tests a todo aquel que hubiera estado de viaje en una zona de riesgo o en contacto con alguien que hubiera viajado a esas zonas. Esto significa que se conocían la mayoría de los casos relacionados con viajes pero ninguno de los casos por contagio local. Analizando los casos relacionados con viaje y los casos por contagio local, se puede estimar el numero de casos reales.
He mirado a esa tasa en Corea del Sur, que tiene muchos datos. En el momento en el que tenían 86 casos, el porcentaje de ellos por contagio local era del 86% (86 y 86% son una mera coincidencia).
Con este número, se pueden calcular el número de casos reales. Si el área de la bahía tiene 86 casos hoy, es muy probable que el número real se aproxime a los 600.
Francia y París
Francia ha publicado que tiene 2.900 casos y 61 muertes. Usando los métodos de arriba se obtiene un rango de casos: entre 50.000 y 300.000.
El número real de casos de coronavirus en Francia hoy es probable que esté entre 50.000 y 300.000
Déjame repetir esto último: el número de casos reales de Francia es probable que esté entre uno y dos órdenes de magnitud más altos que lo publicado oficialmente.
¿No me crees? Vamos a mirar la gráfica de Wuhan otra vez.
Si apilamos las barras naranjas hasta el 22 de enero, obtenemos 444 casos . Ahora, añade todas las barras grises. Suman hasta los 12.000 casos aproximadamente. Así que cuando Wuhan pensaba que tenía 444 casos, en realidad tenía 27 veces más. Si Francia piensa que tiene 2.900 casos, en realidad puede que tenga decenas de miles.
La misma fórmula es válida en Paris. Con unos ~126 casos en la ciudad, el número de casos reales está posiblemente en los cientos, quizás miles. Con 630 casos en la región Île-de-France, el número total de casos puede que exceda las decenas de miles.
España y Madrid
España maneja unos números peores que los de Francia (3.200 casos vs 2.900 y 86 fallecimientos). Esto significa que las mismas reglas son válidas: España ya tiene posiblemente entre 70.000 y 300,000 casos reales.
En la Comunidad de Madrid, con 1.400 casos oficiales y 56 fallecimientos , el número real de casos se encuentra probablemente entre los 40.000 y 140.000.
Si estás leyendo estos datos y diciéndote: “Imposible, no puede ser verdad”, simplemente piensa esto. España tiene 7 veces más casos que Hubei cuando se declaró el aislamiento total. Y eso que la región tiene más población que España.
Con el número de casos que estamos viendo en países como los EEUU, España, Francia, Irán, Alemania, Japón, Países Bajos, Suecia, Dinamarca, o Suiza, Wuhan ya estaba en aislamiento total
Y si te estás diciendo: “Bueno, Hubei es sólo una región”, déjame recordarte que tiene casi 60 millones de habitantes, superior a España y similar a Francia.
2. ¿Qué va a pasar cuando estos casos de coronavirus se materialicen?
El coronavirus ya está aquí. Está escondido y está creciendo exponencialmente.
¿Qué pasará en nuestros países cuando nos golpee? Es fácil saberlo, porque ya hay varios lugares donde está pasando. Los mejores ejemplos son Hubei e Italia.
Tasas de Letalidad
La Organización Mundial de la Salud (OMS) cifra en 3.4% la tasa de letalidad (% de gente que contrae el coronavirus y fallece). Este número está fuera de contexto así que voy a explicarlo.
Realmente depende del país y del momento: entre un 0,6% en Corea del Sur y un 4.4% en Irán. ¿Entonces, cuál es? Podemos usar un truco para calcularlo.
Las dos formas en las que podemos calcular la tasa de letalidad es Muertes/Casos Totales y Muertes/Casos Cerrados. La primera está probablemente subestimando porque muchos de los casos abiertos aún pueden terminar en fallecimiento . La segunda sobreestima, porque es probable que las muertes se registren más rápido que las recuperaciones.
Lo que he hecho es mirar cómo ambas evolucionan con el tiempo. Ambas cifras convergirán en el mismo resultado una vez que todos los casos estén cerrados así que si se proyectan tendencias pasadas al futuro, se puede hacer una estimación de cuál será la tasa de letalidad final.
Esto es lo que se ve en los datos. La tasa de letalidad de China está ahora entre el 3.6% y el 6.1%. Si se proyecta esto al futuro, parece que converge hacia el 3.8%-4%. Esto representa el doble de la estimación actual y 30 veces peor que la gripe.
Sin embargo, esto está basado en dos realidades muy diferentes: Hubei y el resto de China.
La tasa de letalidad de Hubei convergirá probablemente hacia el 4.8%, mientras que para el resto de China sea posiblemente hacia el 0.9%
También he trazado los números para Irán, Italia y Corea del Sur, los únicos países con suficientes muertes registradas para que la gráfica sea relevante.
Ambos números, Muertes /Casos Totales y Muertes /Casos Cerrados, convergen hacia el rango del 3%-4% para Italia e Irán. Supongo que sus números finales acabarán estando alrededor de esa cifra.
Corea del Sur es un ejemplo interesante porque estos dos números están completamente desconectados: Muertes/Casos Totales sólo es del 0.6%, pero Muertes/Casos Cerrados es un alarmante 48%. Mi análisis al respecto es que el país está siento extremadamente precavido: están haciendo el test a todo el mundo (con tantos casos abiertos, la tasa de mortalidad parece baja) y dejando los casos abiertos más tiempo (así pueden cerrar casos rápidamente cuando el paciente fallece). También es posible que, con tantas camas por habitante, el sistema no está colapsado. Lo que es relevante es que el número de Muertes/Casos ha oscilado alrededor del 0.5% desde el principio, lo que sugiere que se quedará ahí.
El último ejemplo relevante es el del crucero Diamond Princess: con 706 casos, 6 muertes y 100 recuperaciones, la tasa de letalidad estaría entre el 1% y el 6.5%
Esto es lo que se puede concluir:
- Los países que están preparados verán una tasa de letalidad del virus del 0.5% aproximadamente (Corea del Sur) al 0.9% (resto de China).
- Los países que se vean abrumados tendrán una tasa de letalidad entre el 3%-5% aproximadamente.
Dicho de otra manera, los países que actúen rápidamente pueden reducir el número de muertes por un factor de al menos 10. Y esto sólo contando la tasa de letalidad. Actuar rápido también reduce dramáticamente los casos, lo cual hace de ello la solución más evidente.
Los países que actúan rápido reducen el número de muertes al menos por un factor de 10
Entonces, ¿qué tiene que hacer un país para estar preparado?
La presión en el Sistema de Salud
Alrededor del 20% de casos requieren hospitalización, 5% de los casos requieren Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y alrededor del 2.5% requiere ayuda intensiva como ventiladores u OMEC (Oxigenación por Membrana Extracorpórea ).
El problema es que los ventiladores y OMECs no se pueden fabricar o comprar fácilmente. Hace unos años, en los EEUU había un total de 250 máquinas OMEC, por ejemplo.
Así que, si de repente hay 100.000 personas infectadas, muchas de ellas querrán hacer el test. Alrededor de unas 20.000 requerirán hospitalización, 5.000 tendrían que ir a la UCI y 1.000 necesitarán máquinas de las que no hay suficientes. Y esto es sólo con 100.000 casos.
Esto es sin tener en cuenta otros problemas como las máscaras. Un país como EEUU sólo tiene un 1% de las máscaras que necesita para cubrir las necesidades de su personal sanitario (12 millones de máscaras N95, 30 millones de máscaras quirúrgicas frente a los 3.500 millones que se necesitan). Si muchos de los casos aparecen a la vez, habrá máscaras sólo para 2 semanas .
Países como Japón, Corea del Sur, Hong Kong o Singapur, al igual que las regiones chinas fuera de Hubei, han estado preparadas y han proporcionado los cuidados que los pacientes necesitan.
Pero el resto de países occidentales están yendo más bien en la dirección de Hubei e Italia. ¿Qué está pasando ahí?
¿Qué pinta tiene un Sistema Sanitario Saturado?
Las historias que ocurrieron en Hubei y las de Italia están empezando a parecerse de manera escalofriante. Hubei construyó dos hospitales en 10 días, pero aún así, estaban completamente abrumados.
Ambos países se quejaron de que los pacientes inundaron los hospitales. Tuvieron que ser atendidos en cualquier parte: pasillos, salas de espera…
Los trabajadores sanitarios y personal médico pasa horas con el mismo material protector puesto ya que no tienen suficientes. Esto se traduce en que no pueden dejar las zonas infectadas durante horas. Cuando lo hacen, colapsan de cansancio y deshidratación. Ya no hay turnos. Mucha gente retirada es llamada para cubrir necesidades. Gente que no tiene ni idea de enfermería se entrena de la noche a la mañana para realizar tareas cruciales. Todos están de guardia, siempre.
Esto es hasta que caen enfermos. Lo cual ocurre muy a menudo, porque están sometidos a una exposición constante al virus, sin protección suficiente. Cuando esto sucede, son puestos en cuarentena durante 14 días, en los cuales no pueden ayudar. En el mejor de los escenarios, dos semanas perdidas. En el peor, la muerte.
Lo peor esta en las UCIs, cuando los pacientes necesitan compartir los ventiladores u OMECs. Estos son en realidad imposible de compartir, así que los sanitarios deben decidir que pacientes los usarán. Esto en realidad significa decidir quién vive y quién muere.Coronavirus: ‘We must choose who to treat,’ says Italian doctor
An Italian doctor in Lombardy, a region of Italy that has been quarantined due to the new coronavirus (Covid-19)…
www.brusselstimes.com
“Al cabo de unos días, tenemos que elegir. […] No todo el mundo puede ser entubado. Decidimos en función de la edad y el estado de su salud.”
— Christian Salaroli, médico italiano.
Todo esto es lo que lleva a un sistema a tener una tasa de letalidad del ~4% en lugar del ~0.5%. Si quieres que tu ciudad o tu país sean parte del 4%, no hagas nada hoy.
3. ¿Qué deberíamos hacer?
Aplastar la curva
Esto ya es una pandemia. No puede eliminarse. Pero lo que podemos hacer es reducir su impacto.
Algunos países han sido ejemplares. El mejor es Taiwan, muy conectado a China y con menos de 50 casos hoy en día. Este artículo científico explica todas las medidas que tomaron de forma temprana, centradas en la contención.Response to COVID-19 in Taiwan: Big Data Analytics, New Technology, and Proactive Testing
This Viewpoint describes the outbreak response infrastructure developed by the Taiwanese government following the SARS…
jamanetwork.com
Ellos han sido capaces de contenerlo, pero muchos países no tienen su experiencia y no han podido hacerlo. Ahora, están centrados en mitigar los efectos de la enfermedad. Tienen que hacer el virus tan inofensivo como sea posible.
Si reducimos las infecciones tanto como podamos, nuestros sistemas sanitarios serán capaces de gestionar los casos mucho mejor, reduciendo la tasa de letalidad. Y si extendemos esto en el tiempo, llegaremos a un punto en el que la sociedad podrá ser vacunada, eliminando todo el riesgo a la vez. Así que nuestro objetivo no es eliminar los contagios por coronavirus. Es posponerlos.
Cuanto más posterguemos los casos, mejor podrá funcionar el sistema sanitario, más baja será la tasa de mortalidad y más alto el porcentaje de población que podrá ser vacunado antes de ser infectado.
¿Cómo se aplasta la curva?
Distanciamiento social
Sólo hay una cosa muy sencilla que podemos hacer y que funciona: distanciamiento social.
Si volvemos a la gráfica de Wuhan, recordarás que tan pronto como se dictó un aislamiento total, los casos se redujeron. Esto es porque la gente dejó de relacionarse y el virus dejó de extenderse.
El consenso científico actual dice que este virus puede propagarse a lo largo de 2 metros si alguien tose. De otro modo, las gotitas caen al suelo y no te infectan.
La peor infección viene entonces a través de las superficies. El virus puede llegar a sobrevivir hasta 9 horas en diferentes superficies como el metal, cerámica y plásticos . Esto significa que cosas como los pomos de las puertas, las mesas o los botones del ascensor pueden convertirse en vectores de transmisión terribles.
La única manera de reducir realmente esto es a través de distanciamiento social: que la gente se quede en sus casas tanto como sea posible, durante el máximo tiempo posible hasta que esto retroceda.
Esto ya fue probado en el pasado. Concretamente, en la pandemia de gripe de 1918.
Lecciones de la pandemia de gripe de 1918
Se puede ver cómo Philadelphia no actuó rápidamente y tuvo un pico masivo de muertes. Compárese con St. Louis, que sí lo hizo.
Ahora, miremos a Denver, que implantó medidas pero luego las relajó. Ellos tuvieron un pico doble, siendo el segundo más alto que el primero.
Generalizando, esto es lo que vemos:
Este gráfico muestra, para la gripe de 1918 en los EEUU, cuántas más muertes hubo por ciudad en función de la rapidez con la que se tomaron medidas. Por ejemplo, una ciudad como St. Louis tomó medidas 6 días antes que Pittsburg y tuvo menos de la mitad de muertes por ciudadano. De media, tomando medidas 20 días antes, redujo la tasa de mortalidad a la mitad.
Italia se ha dado cuenta finalmente de esto. Primero, aislaron Lombardía el domingo, y un día más tarde, el lunes, se dieron cuenta del error y decidieron que tenían que aislar a todo el país.
Aún tendremos que esperar de una a dos semanas para ver los resultados. Recordemos la gráfica de Wuhan: hubo un retraso de 12 días desde el momento que el cierre fue anunciado hasta el momento en el que los casos oficiales (naranjas) empezaron a bajar.
¿Cómo pueden los políticos contribuir al distanciamiento social?
La pregunta que se están haciendo los políticos hoy no es si deberían hacer algo, sino cuáles son las acciones apropiadas que deberían tomar.
Hay varias etapas para el control de una epidemia, empezando con anticipación y terminando con la erradicación. Pero ya es demasiado tarde para la mayoría de las opciones. Con este nivel de casos, las dos únicas opciones que los políticos tienen en frente son la contención y la mitigación.
Contención
Contener significa asegurarse de que todos los casos son identificados, controlados y aislados. Es lo que Singapur, Hong Kong, Japón o Taiwan están haciendo tan bien: Muy rápidamente limitan el número de personas que llegan, identifican a los enfermos, los aislan inmediatamente, utilizan material protector eficaz para proteger a su personal sanitario, investigan todos los contactos, los ponen en cuarentena… Esto funciona extraordinariamente bien cuando se está preparado y se hace de manera temprana y no es necesario parar la economía para ello.
Ya he hablado de la exitosa estrategia de Taiwan . Pero la de China también lo es. Los esfuerzos que realizó para luchar contra el virus son abrumadores. Por poner un ejemplo, formaron 1.800 equipos de 5 personas cada uno rastreando a cada persona infectada, todos aquellos con los que se habían relacionado, después todos con los que se habían relacionado éstos últimos y después aislándolos a todos. Así fue como fueron capaces de contener el virus en un país de mil millones de personas.
Esto no es lo que los países occidentales han hecho. Y ya es demasiado tarde. El anuncio reciente de EEUU sobre la prohibición de viajar entre gran parte de Europa y EEUU , es una medida de contención en un país que tiene, a día de hoy, 3 veces el número de casos que Hubei tenía cuando quedó aislada, creciendo exponencialmente. ¿Cómo podemos saber si esta medida es suficiente? Simplemente analizando la prohibición de viajar a Wuhan.
LEER MÁSPsicosis | El temor al coronavirus disparó las compras en los supermercados
Este gráfico, basado en un modelo creado por epidemiólogos, muestra el impacto que la prohibición de viajar a Wuhan tuvo retrasando la epidemia. El tamaño de las burbujas muestra el número de casos diarios. La línea superior muestra los casos si no se hace nada. Las otras dos líneas muestran el impacto si el 40% y el 90% de viajes son eliminados, respectivamente.
Si no ves mucha diferencia, ése es el punto. Los investigadores estiman que, en total, la prohibición de viajar a Wuhan sólo retrasó la expansión del virus en unos 3 – 5 días .
Ahora bien, ¿cuál pensaron los investigadores que sería el impacto de reducir la transmisión?
El bloque superior es el mismo que has visto antes. Los otros dos bloques muestran unos índices de transmisión reduciéndose. Si la tasa de transmisión baja del 25% (a través de distanciamiento social), se aplasta la curva y se retrasa el pico en un total de 14 semanas. Si se reduce la tasa de transmisión en un 50% ya no podremos ni siquiera ver los máximos de la epidemia en un cuatrimestre.
La restricción de viajes a Europa de la administración estadounidense es buena: probablemente nos haya hecho ganar unas horas, quizás un día o dos. Pero no más. No es suficiente. Es contención cuando lo que se necesita ahora es mitigación.
Una vez que se tienen cientos o miles de casos creciendo en la población, prevenir que lleguen más o rastrear los existentes e aislar sus contactos, ya no es suficiente. El siguiente nivel es la mitigación.
Mitigación
Mitigación requiere un distanciamiento social riguroso. La gente tiene que dejar de salir y quedar encontrarse con otros para bajar la tasa de transmisión ®, de R = ~2 – 3 donde el virus progresa sin control, a por debajo de 1, cuando eventualmente muere.
Estas medidas requieren el cierre de empresas, tiendas, transporte público, escuelas y asegurarse del cumplimiento de las mismas. Cuanto peor es la situación, más estricto debe ser el distanciamiento. Cuanto antes se impongan unas medidas rigurosas, antes podrán retiradas, más fácil será identificar los casos en proceso y menos gente será infectada.
Esto es lo que tuvo que hacer Wuhan. Esto es lo que Italia estuvo forzada a aceptar. Porque cuando el virus está fuera de control, la única medida que funciona es que todas las zonas infectadas dejen de propagarlo a la vez.
Con miles de casos oficiales — y decenas de miles de reales — esto es lo que países como Irán, Francia, España, Alemania, Suiza o los EEUU tienen que hacer. Hoy.
Pero no lo están haciendo.
Algunos negocios han implatado el teletrabajo, lo cual es fantástico.
Algunos eventos multitudinarios están cancelándose.
Algunas áreas afectadas se están aislando.
Todas estas medidas ralentizarán al virus.
Pero no es suficiente para que la tasa de transmisión, R, pase del 2.5 al 2.2 o incluso al 2. Necesitamos que esté por debajo de 1 durante un periodo prolongado para matarlo. Y si no podemos hacer eso, tenemos que aproximarnos lo posible a una tasa del 1, tanto tiempo como sea posible, para aplastar la curva.
Así que la pregunta es: ¿Cuáles son los sacrificios que tenemos que hacer para bajar la R? Este es el menú que Italia ha puesto delante de todos nosotros:
- Nadie puede entrar o salir de areas aisladas, a menos que se demuestren razones familiares o laborales.
- El tránsito dentro de estas zonas debe evitarse, a menos que esté justificado por razones personales de urgencia o razones laborales que no puedan posponerse.
- Está altamente recomendado que todos aquellos con síntomas (infección respiratoria y fiebre) se queden en su casa.
- El tiempo libre del personal sanitario está suspendido.
- Cierre de todas las instituciones educativas (escuelas, universidades…), gimnasios, museos, estaciones de ski, centros sociales y culturales, piscinas y teatros.
- Los bares y restaurantes tienen un horario limitado de apertura de 6 de la mañana a 6 de la tarde, con una distancia mínima de un metro entre las personas.
- Todos los pubs y clubs deben cerrar.
- Toda actividad comercial debe mantener una distancia de un metro entre los clientes. Los que no puedan garantizarlo deben cerrar. Los templos religiosos pueden permanecer abiertos mientras puedan garantizar esta distancia.
- Las visitas de amigos y familiares a los hospitales quedan restringidas.
- Las reuniones de trabajo deben posponerse. Debe fomentarse el trabajo desde casa.
- Todos los eventos deportivos y competiciones, públicas o privadas, están canceladas. Aquellos eventos importantes pueden realizarse a puerta cerrada.
Dos días después, añadieron : “No, de hecho, hay que cerrar todos los negocios que no son esenciales. Así que ahora estamos cerrando todas las actividades comerciales, oficinas, cafés y tiendas. Sólo el transporte, las farmacias y las tiendas de alimentación permanecerán abiertas.”
Una estrategia es ir incrementando las medidas gradualmente. Desgraciadamente, eso le da el virus un tiempo precioso para continuar expandiéndose. Si quieres estar seguro, hazlo al estilo de Wuhan. La gente puede que se queje ahora, pero te lo agradecerán más tarde.
¿Cómo pueden los líderes empresariales contribuir al distanciamiento social?
Si eres un líder empresarial y quieres saber lo que deberías hacer, el mejor recurso para ti es el Staying Home Club . Es una lista de las políticas de distanciamiento social que han sido promovidas por las empresas tecnológicas de EE.UU. — hasta ahora, 328. Van desde permitir hasta obligar a trabajar desde casa, a restringir las visitas, viajes o eventos.
Hay más cosas que cada empresa debe definir, como qué hacer con los trabajadores por hora, si mantener la oficina abierta o no, cómo realizar entrevistas, qué hacer con las cafeterías…Si quieres saber cómo gestionó mi empresa algunas de estas cosas, incluyendo una plantilla anunciando el plan a tus empleados, aquí está la que mi compañía, Course Hero , utilizó (versión de sólo lectura aquí , en inglés).
4. ¿Cuándo?
Es muy posible que hasta ahora estés de acuerdo con todo lo que he dicho y estés preguntándote desde el principio cuándo tomar cada decisión. Dicho de otro modo, cuáles son los desencadenantes de cada medida.
Modelo de desencadenantes basado en el riesgo
Para resolver esto, he creado un modelo .
Te permite estimar el número probable de casos en tu zona, la probabilidad de que tus empleados estén ya infectados, cómo evoluciona eso con el tiempo y cómo esto debería decirte si permanecer abierto.
Nos dice cosas como por ejemplo:
- Si tu empresa está hoy (13 de Marzo) en la Comunidad de Madrid y tiene 250 empleados, hoy hay una probabilidad del 80%-90% de que al menos uno de tus empleados tenga el coronavirus. Cierra tu oficina ya.
- Si una empresa tenía 100 empleados en la zona del estado de Washington con 11 muertes por coronavirus el 8 de Marzo, había un 25% de probabilidad de que al menos uno de sus empleados estuviera contagiado y la empresa debería cerrar inmediatamente.
- Si una empresa tenía 250 empleados, principalmente en el sur de la bahía de San Francisco (los condados de San Mateo y Santa Calara, que al menos juntos tenían 22 casos oficiales y el número de reales fuera probablemente de al menos 54 el 8 de Marzo), para el 9 de marzo tenía aproximadamente un 2% de probabilidad de tener al menos un empleado contagiado.
Este modelo usa etiquetas como “empresa” y “empleado”, pero el mismo modelo es válido para cualquier otro ámbito: escuelas, transporte público…Así que si sólo tienes 50 empleados en París, pero todos ellos tienen que usar el tren RER, entrando en contacto con miles de personas, de repente la posibilidad de que al menos uno de ellos se contagie es muchísimo mayor y deberías cerrar la oficina inmediatamente.
Si aún estás dudando porque nadie tiene síntomas, piensa que el 26% de los contagios se producen antes de que haya síntomas .
¿Formas parte de un grupo de líderes?
Este cálculo es egoista. Mira individualmente el riesgo de cada empresa, incluyendo tanto riesgo como estemos dispuestos a aceptar, hasta que la inevitable presencia del coronavirus cierre nuestras oficinas.
Pero si eres parte de un grupo de líderes empresariales o políticos, tus cálculos no deberían tener en cuenta sólo una empresa, sino todas. El cálculo se traduce así en: ¿Cuál es la probabilidad de que alguna de nuestras empresas esté contagiada? Si formas parte de un grupo empresarial de 50 compañías de media, en la Comunidad de Madrid, hay una probabilidad de más del 99% de que al menos una de ellas tenga un empleado infectado. He añadido una pestaña en el modelo para jugar con los números.
Conclusión: El costo de la espera
Puede dar vértigo tomar una decisión hoy, pero no deberías planteártelo de esta manera.
Este modelo teórico muestra 3 comunidades diferentes: una no toma medidas de distanciamiento social, otra las adopta el mismo día del brote (día n), la otra las toma un día después del brote (día n+1). Todos los números son completamente ficticios (aunque similares a lo que ocurrió en Hubei, con unos 6.000 nuevos casos diarios en el peor momento). Sólo sirven aquí para ilustrar el impacto que un solo día puede tener en algo que está creciendo exponencialmente. Puedes observar en la gráfica de arriba que el retraso de medidas de un día tiene un pico de casos más tarde y más alto, pero luego los casos convergen a cero.
¿Y qué hay del total de casos acumulados?
En este modelo teórico que se parece vagamente a Hubei, esperar un día extra crea un 40% más de casos! Así que, quizás, si las autoridades de Hubei hubieran declarado el cierre el 22 de enero en lugar del día 23, hubieran podido reducir el numero de casos en una impactante cifra: 20.000.
Y recuerda, esto son sólo casos. La mortalidad sería mucho mayor, porque no habría directamente un 40% más de fallecimientos. Habría un colapso del sistema sanitario aún mayor, llevando la tasa de mortalidad a ser 10 veces superior a lo que vimos anteriormente. Así que un día de diferencia en la toma de medidas de distanciamiento social puede acabar disparando el número de muertes en tu comunidad multiplicando el número de casos e incrementando la tasa de letalidad.
Esta es una amenaza exponencial. Cada día cuenta. Cuando retrasas de un simple día una decisión, no estás contribuyendo a unos pocos de casos. Ya hay probablemente cientos o miles de casos en tu comunidad. Cada día que no hay distanciamiento social, estos casos crecen exponencialmente.
Corre la voz
Esta es posiblemente la única vez en la última década en la que compartir un artículo puede salvar vidas. Todos necesitamos entender esto para evitar una catástrofe. El momento de actuar es ahora.
Traducción de Patricia de Llano , revisada por Tomas Pueyo.
Gracias especiales a Ana Larraz, Bianca Porras, Silvia Camargo, Mila Blaisdell, Llorenç Muntaner (link ), Eduardo Giordanino (link ) y Ale Ayestarán por participar en traducciones que no he podido usar.
La economía mundial se encamina a una crisis severa. La necesidad de un programa de emergencia para amortiguar costos ineludibles de la debacle global
Coronavirus y crac bursátil obligan a revisar la hoja de ruta
El contexto económico internacional es otro y no advertirlo para la economía local es tan dañino como no adoptar medidas preventivas para aplanar la curva de propagación del virus. Hasta el FMI recomienda políticas fiscal y monetaria expansivas. Manías, pánicos y crac, una secuencia que se repite en el casino global.Por Alfredo Zaiat
Ante eventos inesperados, como el coronavirus, las respuestas económicas tienen que ser tan rápidas y excepcionales como las que están siendo aplicadas en el terreno de la salud pública.
No sirven para nada ni la prudencia fiscal ni monetaria para contentar a las fieras de la city, que hoy están bastante heridas y no por el mercado argentino, ni el discurso económico equilibrado para atenuar las críticas de la primera, segunda y tercera generación de patéticos economistas neoliberales dominantes del espacio mediático.
La prioridad urgente es mitigar la propagación del virus Covid-19, pero también es imprescindible desplegar en forma inmediata una estrategia económica defensiva para no agudizar la previsible debilidad de la actividad productiva que, como se sabe, castiga mucho más a los grupos vulnerables.
La emergencia de salud pública se transformó en un freno repentino (stop suddenly) y fulminante en el mercado mundial de capitales. La desaceleración de la economía mundial es inevitable con sus dos grandes motores afectados por la pandemia.
Un reciente informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés) señaló que la presencia del coronavirus en China provocó una contracción de 2 por ciento en su producción manufacturera durante febrero y las previsiones optimistas dicen que la economía bajará de 1 a 2 puntos en el año.
En tanto, se estima que el Producto Interno Bruto en Estados Unidos se contraería en el segundo trimestre del año y la economía ingresaría en un escenario recesivo.
Existe consenso de que el comercio internacional disminuirá, el precio de las materias primas ya bajó fuerte y puede seguir haciéndolo y sectores muy sensibles como todos los vinculados al turismo (líneas áreas, hoteles, gastronomía y agencias de viajes) sufrirán quebrantos inmensos.
Analistas de balances del mercado bursátil global han empezado a realizar proyecciones acerca de cuáles serán los próximos resultados corporativos. Los optimistas, que son quienes estiman una resolución de la crisis en el corto plazo, calculan una caída del 20 por ciento en las ganancias operativas, y no pocas situaciones de estrés financiero en la deuda de las empresas.
Cisne negro
El impactante derrumbe de las bolsas mundiales y el freno abrupto de la economía mundial fueron provocados por la pandemia del coronavirus, con el agregado de la disputa por el precio del petróleo entre Arabia Saudita y Rusia.
Lo que ha sucedido en el mercado bursátil con una destrucción de valor monumental (evaporación de capital ficticio) es lo que se denomina «cisne negro». El filósofo libanés Nassim Nicholas Taleb popularizó esa categoría analítica en su libro El cisne negro, publicado en 2007.
Taleb explica que un «cisne negro» es un suceso con tres atributos:
* Es un caso atípico, que no era esperado y no había expectativas de que pudiera suceder porque no había señales de esa posibilidad.
* Es de impacto fulminante generando una alteración extrema de las normas de funcionamiento de los mercados.
* Es tan raro el acontecimiento que luego de irrumpir aparece una legión de expertos que buscan explicaciones de ese evento disruptivo para darle racionalidad y decir que era predecible.
«Cisne negro» es una expresión de imposibilidad de suceder y está originada en el siglo XVI cuando en Europa todos los cisnes eran blancos según los registros de la época. En ese contexto, un cisne negro no podía existir hasta que una expedición holandesa los descubrió en Australia.
El término se convirtió entonces en un concepto para indicar que lo que se percibía como una imposibilidad podía suceder en forma imprevista.
Desde hace un par de años varios analistas advertían acerca del peligro de la burbuja bursátil de Wall Street, pero ninguno previó cuándo se iba a pinchar y que la aguja iba a ser el coronavirus y la disputa por el precio del petróleo entre Rusia y Arabia Saudita. La atención mundial estaba en la disputa comercial entre China y Estados Unidos, y en cambio el factor que terminó de desestabilizar las bolsas fue la pelea en la OPEP.
Manía, pánico y crac
Cuando se precipita una crisis financiera global como la actual la pregunta para empezar a entenderla no es cuál ha sido la causa, sino cuáles son los motivos estructurales que la provocaron.
El siguiente ejercicio de lógica puede ayudar en esa tarea: una bomba es lanzada por A hacia la cara de B, B la ataja y se la tira a C, luego C a D, y así sucesivamente hasta que Y la hace estallar, finalmente, en el rostro de Z. ¿Quién es el culpable de la explosión? ¿A o Y?
La respuesta: A es la causa remota; Y, la causa próxima.
Lo que precipita el desmoronamiento de los precios de los activos puede haber sido cualquier hecho trivial. Este constituye la causa próxima. Fue el indicador de venta de casas nuevas en Estados Unidos, por ejemplo en el crac de 2008, o la pelea por el precio del petróleo y el coronavirus, en el crac de estos días.
En estas jornadas de derrumbe de cotizaciones de acciones y bonos, miedo a quiebras corporativas y peligro de interrupción en la cadena de abastecimiento mundial se intenta encontrar el origen de semejante crac en una economía globalizada que no deja de prometer ser partícipe de la cadena de la felicidad.
Como en tantas otras grandes crisis de la historia, la especulación y la expansión desenfrenada del crédito son la raíz (la causa remota) de los impresionantes desbarajustes de las finanzas globales, como bien lo explica Charles P. Kindleberger en un libro de referencia para estos días, Manías, pánicos y cracs.
Esa causa remota deja al descubierto la fragilidad de la actual fase del capitalismo globalizado dominado por las finanzas. En este crac además no fue sólo el crédito que exacerbó la manía, sino que fue alimentada por la desregulación y la utilización de la inteligencia artificial (algoritmos) en la operatoria bursátil que llevaron el frenesí especulativo a niveles nunca antes alcanzados.
Burbujas
Las manías especulativas y los posteriores pánicos se asocian con la irracionalidad general que domina en el mercado financiero.
El exceso especulativo, al que se puede definir en forma sencilla como manía, y la revulsión a este exceso en la forma de crisis, crac o pánico demuestra ser, si no inevitable, al menos, históricamente común.
Antes de este estallido impactante, en 2008 explotó la burbuja de los créditos hipotecarios subprime en Estados Unidos, y entre 1997 y 2001 la banca infló el negocio de empresas de Internet, burbuja de las puntocom que terminó explotando y derrumbando los precios de las empresas tecnológicas al nivel de 1996.
La denominada “nueva economía”, integrada por empresas de telecomunicaciones, informática, biotecnología y de Internet, había ingresado en la manía especulativa como en su momento sucedió con la aparición del ferrocarril en el siglo XIX.
El tren provocó una revolución en la organización económica y social, lo que llevó a muchos a soñar con ser millonarios apostando a esa “nueva era” que prometía la expansión del comercio a niveles impensados para la época. El tren produjo, efectivamente, una profunda transformación, pero no sin antes precipitar una fiebre especulativa. En 1847, en Gran Bretaña con bonos de compañías ferroviarias, y en 1856, en Estados Unidos con terrenos públicos linderos a supuestas trazas ferroviarias. Ambas manías derivaron en profundas crisis financieras.
Las puntocom al inicio del nuevo siglo o los ferrocarriles en el siglo XIX, los tulipanes en Holanda en 1634, y más cerca la deuda de países latinoamericanos, fueron todas burbujas financieras, como esta última que explotó con la pandemia del coronavirus, con un destino incierto de cómo y cuándo se saldrá del actual caos global.
El mundo es otro
La economía argentina necesita generar diques defensivos no para evitar la crisis, sino para amortiguar sus costos ineludibles. Disponer de una estrategia contracíclica para disminuir el impacto de este nuevo shock externo negativo.
La hoja de ruta económica de Alberto Fernández de hace una semana quedó obsoleta. Ese camino consistía en lanzar la propuesta de reestructuración de la deuda, avanzar en una negociación con acreedores para conseguir una elevada adhesión y lograda la «sostenibilidad» de la deuda iniciar el proceso de recuperación para salir de la recesión macrista.
Esa secuencia que era controvertida porque no aseguraba un despegue de la economía, hoy dejó de tener sentido. El cronograma y la propuesta oficial de la reestructuración pueden seguir como estaban planeados, pero una política económica expansiva no debería quedar en la sala de espera.
La abrupta caída de las paridades de los bonos a reestructurar no necesariamente será un factor favorable en la negociación con los acreedores. Pueden aparecer los fondos buitre para aprovechar esos precios, pero además títulos de deuda de otros países también cayeron, y entregan mejores rendimientos futuros siendo activos de menor riesgo. A la vez empeoró las perspectivas de que la economía argentina pueda crecer y generar excedentes fiscal y comercial para garantizar los pagos futuros de la deuda refinanciada.
El contexto mundial es otro y no advertirlo es tan dañino como no adoptar medidas preventivas para aplanar la curva de propagación del virus.
Fondo Monetario
Disponer de medidas expansivas son recomendadas hasta por el FMI. En una serie de artículos específicos sobre el coronavirus, publicado en el blog del organismo, recomienda políticas fiscal y monetaria activas.
La economista Gita Gopinath publicó en ese espacio de difusión del Fondo el artículo «Limitar las consecuencias económicas del coronavirus con grandes políticas dirigidas». Propone firmes y sostenidas políticas públicas. Aconseja a gobiernos que hogares y empresas afectados por esta crisis deberían recibir del Estado transferencias en efectivo, subsidios al salario y desgravaciones fiscales. Esas medidas apuntan a ayudar a las personas a satisfacer sus necesidades básicas y a las empresas a mantenerse a flote.
Son consejos dirigidos a países centrales, pero eso no inhibe que economías periféricas, como la argentina, no puedan adoptarlos.
Gopinath destaca que esas políticas tienen el objetivo de «evitar que una crisis temporal perjudique permanentemente a personas y empresas a través de la pérdida de empleos y quiebras».
Contracíclica
Varios países están aplicando medidas expansivas desde el sector público para que la tendencia recesiva inevitable no se convierta en una depresión o en una crisis prolongada. La debacle de 2008 es una enseñanza cercana para no demorar la implementación de políticas activas.
Las reacciones de los países son varias para apuntalar la economía. La Reserva Federal (banca central de Estados Unidos) redujo medio punto la tasa de interés, con perspectivas de hacer otro ajuste a la baja y puso a disposición del sistema financiero 1,5 billones de dólares; el Congreso aprobó un paquete sanitario de 8300 millones de dólares y el gobierno de Trump adelantó que habrá incentivos fiscales para los sectores productivos afectados.
Es probable que haya muchas otras iniciativas para enfrentar la crisis económica y que serán coordinadas con la Unión Europea y con el resto de los países del G‑20. Es lo que sucedió en los dos años siguientes al crac de 2008, lo que evitó una gran depresión mundial.
Italia extendió los plazos para pagar impuestos a las empresas radicadas en las áreas afectadas y amplió el fondo de complementación salarial para trabajadores desempleados.
Corea del Sur dispuso subsidios al salario para pequeños comercios y aumentó las asignaciones para cuidado del hogar.
Alemania dispuso una línea de crédito «sin límites» para las empresas para evitar problemas de liquidez en su entramado productivo.
La titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se comprometió a adoptar la «máxima flexibilidad» en las reglas presupuestarias y en las ayudas de Estado para auxiliar a los países de la Unión Europea ante el coronavirus.
Gopinath reclamó medidas sustanciales para apoyar a la economía durante la pandemia, «manteniendo intacta la red de relaciones económicas y financieras entre trabajadores y empresas, entre prestamistas y prestatarios, y entre proveedores y usuarios finales para que la actividad se recupere una vez que el brote se desvanezca».
Otras crisis
La economía argentina tiene antecedentes cercanos para detectar cómo ha enfrentado un shock externo negativo y para identificar cuáles han sido los resultados opuestos según la forma de intervención que hubo ante cada una de las crisis.
La de 1995, denominada Efecto Tequila y precipitada por la debacle financiera mexicana a partir de la devaluación de la moneda, no tuvo un programa de contingencia. Por el contrario, el gobierno de Carlos Menem con Domingo Cavallo como ministro de Economía reafirmó el plan de convertibilidad.
El saldo fue desastroso: fuga de capitales, caída de casi 10 por ciento de los depósitos bancarios totales, quiebra y fusión de más de 70 entidades financieras, el Producto Interno Bruto se desplomó 4,4 por ciento en 1995 y la tasa de desocupación llegó a un pico de 18,6 por ciento en mayo de ese año.
En cambio, la debacle de los créditos subprime en 2008, que se precipitó con la caída de Lehman Brothers y tuvo su epicentro en Estados Unidos y Europa, fue enfrentada a nivel local con una serie de medidas defensivas. El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con su ministro de Economía Amado Boudou en 2009, quien antes había sido titular de la Anses, dispusó medidas contracíclicas que permitieron amortiguar el derrumbe de los mercados centrales.
La economía creció en 2009 apenas el 0,9 por ciento, cuando venía galopando a tasas chinas, mientras que la tasa de desempleo subió al 9,1 en el tercer trimestre del año por ciento, un alza de casi 2 puntos porcentuales respecto a 2008. La crisis tuvo su impacto negativo pero la estrategia defensiva amortiguó los costos.
La medida estelar en esos años fue la estatización del sistema previsional manejado por las AFJP, recuperación de recursos públicos que permitió ampliar la cobertura social y canalizar fondos (con el FGS-Anses) a la actividad productiva. Se agregó luego la ley que dispuso la fórmula de movilidad jubilatoria que implicó un persistente aumento de los haberes en términos reales.
Esas medidas junto a la expansión fiscal y monetaria permitieron que la economía argentina sufriera mucho menos que la de otros países de la región la crisis financiera de 2008.
Trampa
La mayor vulnerabilidad de la economía argentina frente a la pandemia es parte de la pesada herencia dejada por Mauricio Macri. Ese estado de situación no es responsabilidad de Alberto Fernández, pero sí lo es enfrentar sin inhibiciones conservadoras esta crisis, agravada por la trampa de la deuda, y utilizar las herramientas de intervención que dispone el Estado.
Quedar atrapado de la prudencia para ganar el favor del establishment o de un ilusorio equilibrio entre intereses económicos antagónicos es un camino a transitar poco recomendable. Podía ser una opción política en otro contexto, como el que había hasta antes de la pandemia, pero ahora se requiere de otra orientación para no regresar la economía al sendero del precipicio.
Las previsibles y repetidas observaciones de economistas ortodoxos y heterodoxos conservadores a la mayor intervención estatal en la economía pueden ser enviadas a cuarentena.
Es una actitud higiénica necesaria para que ese virus no siga contaminando con críticas a medidas de emergencia, como el control de precios, aumento del gasto público y expansión monetaria. Esos economistas son tan tóxicos que salieron a cuestionar la fijación de precios máximos para el alcohol en gel.
Es cierto que es difícil predecir cuál será la magnitud de la crisis, pero que existe y que será importante no hay dudas, y su profundidad dependerá en parte de la calidad de la respuesta política que se dará en el frente económico.
*Fuente: Canal Abierto/Infonews/Página12/Infobae/Agencias