Brasil. Bolsonaro es el enemigo de las mujeres

Bra­sil. Bol­so­na­ro es el enemi­go de las mujeres

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Por ELEONORA DE LUCENA (*) 8.mar.2020 (Folha de São Pau­lo).
 
Bra­sil nun­ca ha teni­do un gobierno tan des­truc­ti­vo.
 
Actuan­do dia­ria­men­te en con­tra de los intere­ses de la nación, Jair Bol­so­na­ro ata­ca las ins­ti­tu­cio­nes, los dere­chos con­quis­ta­dos, la sobe­ra­nía, la demo­cra­cia, el pue­blo.
 
Sus obje­ti­vos son tres: imple­men­tar un régi­men auto­ri­ta­rio, ani­qui­lar al Esta­do y trans­for­mar el país en un vasa­llo esta­dou­ni­den­se.
 
Con ese fin, ago­bia a los más pobres, des­tru­ye los sis­te­mas de salud, edu­ca­ción y segu­ri­dad social, el empleo pre­ca­rio y limi­ta las empre­sas.
 
Invo­lu­crar­se en una mar­cha atrás his­tó­ri­ca, des­hi­dra­ta la cien­cia, alte­ra la cul­tu­ra, des­tru­ye el medio ambien­te, gol­pea a los pue­blos indí­ge­nas, pre­di­ca el odio y el oscu­ran­tis­mo.
 
Bra­sil nun­ca ha teni­do un gobierno tan enemi­go de las muje­res.
 
Bol­so­na­ro ofen­de, humi­lla, fal­ta de res­pe­to. En apa­ri­cio­nes des­agra­da­bles, abre una alcan­ta­ri­lla anti­po­pu­lar, sexis­ta, homo­fó­bi­ca y misó­gi­na de las cue­vas. El ata­que a Patrí­cia Cam­pos Mello es con­tra todos noso­tros.
 
Bol­so­na­ro más o menos fin­ge que él es solo el tío del pavé, pero, de hecho, sus accio­nes aplas­tan y desollan.
 
Prin­ci­pal­men­te, al aca­ri­ciar a los opre­so­res, da el ejem­plo y alien­ta la vio­len­cia. No es casua­li­dad que el femi­ni­ci­dio esté cre­cien­do en el país.
 
Su pro­yec­to de regre­sión civi­li­za­do­ra gol­pea duro a las muje­res. Ellos son los que están per­dien­do más empleos, sala­rios.
 
Ellos son los que más sien­ten el des­man­te­la­mien­to del SUS, el colap­so de las escue­las, la cola del INSS, el fin de los pro­yec­tos de vivien­das popu­la­res.
 
Ellos son los angus­tia­dos por la vio­len­cia desen­fre­na­da de las hor­das de mili­cias.
 
El ase­si­na­to de Marie­lle Fran­co ten­drá dos años. ¿A quién había mata­do Marie­lle? El cri­men abrió el avan­ce del ban­di­da­je de la mili­cia que ter­mi­nó lle­gan­do a los pinácu­los. Lo que Bol­so­na­ro quie­re es silen­ciar y para­li­zar a las muje­res.
 
Él sabe que somos una barre­ra con­tra su des­tino des­truc­ti­vo. De ahí su estra­te­gia de ata­que impla­ca­ble. En eso, no es ori­gi­nal.
 
«En el pro­yec­to de dere­cha, que une a Bol­so­na­ro con Orban, cam­biar la con­di­ción de la mujer es uno de los obje­ti­vos fun­da­men­ta­les», dice la ita­lia­na Susan­na Camus­so en una entre­vis­ta con TUTAMÉIA.
 
Líder sin­di­cal y femi­nis­ta his­tó­ri­ca, dice que, a la dere­cha, enviar muje­res a casa es una con­di­ción para su vic­to­ria.
 
No es casua­li­dad que las accio­nes finan­cia­das por mag­na­tes atra­sa­dos​se mul­ti­pli­quen con­tra las leyes que garan­ti­zan el dere­cho al abor­to.
 
(Aquí, la legis­la­ción sobre el tema, que igno­ra la salud públi­ca, es cruel, medie­val. Espe­cial­men­te para los más pobres, sig­ni­fi­ca terror y muer­te, como seña­la la valien­te antro­pó­lo­ga Debo­ra Diniz).
 
Para Camus­so, el movi­mien­to de muje­res ya ha enten­di­do el plan ultra­con­ser­va­dor y asu­me un papel más rele­van­te en las luchas socia­les.
 
Así que, en este momen­to, quie­re domes­ti­car a las muje­res.
 
No es casua­li­dad que se elo­gien las ala­ban­zas de la mujer «bella, reca­ta­da y hoga­re­ña».
 
Es polí­ti­ca. La mujer que lucha nece­si­ta ser demo­ni­za­da y dete­ni­da.
 
Esta retó­ri­ca se espar­ce en las redes en un momen­to en que la resis­ten­cia al neo­fas­cis­mo ins­ta­la­da en el Pla­nal­to aún es frá­gil.
 
El fren­te polí­ti­co nece­sa­rio no des­pe­ga, y una gran par­te de la éli­te, envuel­ta por las hala­ga­do­ras pro­me­sas de Pau­lo Gue­des, fin­ge que Bol­so­na­ro es mane­ja­ble y que las cosas mejo­ra­rán.
 
No es ver­dad.
 
Aquí está el resul­ta­do del PIB: fra­ca­so pro­du­ci­do por los heral­dos de las finan­zas.
 
Exis­te la ame­na­za explí­ci­ta de cie­rre, con el acto con­tra la Legis­la­tu­ra y el Poder Judi­cial.
 
Bol­so­na­ro no ocul­ta su deseo de masa­crar el esta­do de dere­cho, eli­mi­nar a los opo­si­to­res y las liber­ta­des del muro.
 
Ten­drá que enfren­tar a las muje­res. En el pasa­do, el Movi­mien­to de Muje­res por la Amnis­tía y el Movi­mien­to con­tra el Ham­bre han demos­tra­do el papel deci­si­vo de las muje­res en la lucha con­tra la opre­sión. Hoy, en las calles, tene­mos un nue­vo capítulo.

Eleo­no­ra de Luce­na
Perio­dis­ta, ex edi­to­ra eje­cu­ti­va de Folha (2000−2010) y crea­do­ra del por­tal TUTAMÉIA

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