Resumen Latinoamericano* /14 de marzo de 2020
La hermana de la concejal y activista brasileña Marielle Franco, Anielle Franco, lamentó en entrevista con Sputnik que una parte de la sociedad siga destilando odio contra la asesinada dos años después del crimen que sigue impune.
«El país está pasando por ese momento (…) hay personas que ponen la ideología política por encima de los valores humanos, para la familia sería más interesante si hubiera más empatía y más sensibilidad independientemente de a quién votaron; hay una parte de la sociedad que inflama ese odio», dijo Anielle Franco.
Marielle Franco era concejala del opositor Partido Socialismo y Libertad (PSOL) en la alcaldía de Río de Janeiro, donde se destacó por su papel en favor de las mujeres, la población negra, los vecinos de las favelas, la comunidad LGBTI y la lucha contra la violencia policial.
El 14 de marzo de 2018 fue asesinada de varios tiros en la cabeza en el centro de Río de Janeiro, donde también murió Anderson Gomes, el conductor del vehículo en el que viajaba; el crimen provocó conmoción nacional y una ola de solidaridad internacional.
Sin embargo, también hubo burlas, bromas de mal gusto y ataques a la familia, sobre todo de sectores ligados a la ultraderecha y de simpatizantes del presidente Jair Bolsonaro.
El propio mandatario apareció citado en la investigación del caso, y hay varios indicios que conectan a los presuntos autores intelectuales del crimen con la familia presidencial.
Los sospechosos de perpetrar el asesinato están presos desde hace un año, pero la investigación aún no consiguió desvelar quién mandó matar a Marielle y por qué; muchos consideran que se debe a que el caso podría implicar a políticos importantes.
«Puede ser que haya diversos políticos (implicados en el crimen), sabemos que (la falta de avances en la investigación) tiene que ver con eso, con a quién puede afectar, pero prefiero no hablar de eso», dijo Anielle, que exige mucha prudencia a la hora de tratar del asunto.
La familia tiene «dudas» sobre si conviene o no llevar el caso al ámbito Federal hasta ahora, es competencia de la Policía Civil de Río de Janeiro, pero algunas voces piden que la investigación la asuma la Policía Federal ante la falta de conclusiones.
Algunas personas temen que poner el caso en manos de la Policía Federal, que se encuentra bajo el mando del ministro de Justicia, Sérgio Moro, podría servir para enterrar líneas de investigación que apuntan a la familia Bolsonaro.
Desde el principio, la investigación vinculó el asesinato con las milicias (grupos criminales parapoliciales) de Río de Janeiro y en concreto el Escritorio do Crime (Oficina del Crimen), uno de los más peligrosos.
Uno de sus miembros, Adriano da Nóbrega, fue ejecutado por la policía el pasado mes de febrero en extrañas circunstancias.
Cuando trabajaba como agente de la Policía Militar, Nóbrega fue homenajeado en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro por el entonces diputado Flávio Bolsonaro (uno de los hijos del presidente), que también contrató a varios familiares de Nóbrega como asesores parlamentarios.
Por estas y otras conexiones, buena parte de la opinión pública brasileña vio la muerte del miliciano como una forma de evitar que salieran a la luz informaciones comprometedoras.
«No descarto esa posibilidad, pero quiero esperar para orientarme mejor», dijo Anielle Franco.
Ella y el resto de la familia de la concejala pusieron en marcha recientemente el Instituto Marielle Franco.
Esa organización financiada con donaciones se vertebra en cuatro ejes: lucha por justicia, defender la memoria y evitar la propagación de noticias falsas sobre Marielle, multiplicar el legado (para asegurar que se ejecuta el trabajo construida por ella y su equipo) y «regar las semillas», para apoyar a mujeres y otras personas negras y habitantes de favelas que quieren ocupar espacios políticos.
El instituto abrió hace unos días una sede en una casa en la zona portuaria de Río que permanecerá abierta en marzo, con una exposición permanente sobre la vida de la activista, así como charlas, debates y otros actos culturales.
Para este sábado 14 de marzo estaba previsto un acto interreligioso, una clase pública, un almuerzo con madres de hijos víctimas de la violencia policial, una concentración de protesta y varios conciertos.
Sin embargo, toda la agenda fue cancelada por la pandemia de COVID-19, pues las autoridades recomiendan evitar aglomeraciones de personas.
Sputnik*