Chile. Entrevista con el vocero del Colectivo Antifascista del Colo Colo: «Esta revuelta está desafiando al patrón cultural neoliberal de Latinoamérica»

Chi­le. Entre­vis­ta con el voce­ro del Colec­ti­vo Anti­fas­cis­ta del Colo Colo: «Esta revuel­ta está desa­fian­do al patrón cul­tu­ral neo­li­be­ral de Latinoamérica»

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Por Car­los Azná­rez y María Torre­llas, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 14 mar­zo 2020

Se lla­ma Alfre­do Viel­ma, es el joven voce­ro del Colec­ti­vo Anti­fas­cis­ta de la Garra Blan­ca (la poten­te hin­cha­da del Colo Colo, el emble­má­ti­co club de fút­bol chi­leno) y por sobre todas las cosas es un lucha­dor des­de aba­jo y a la izquier­da. Acti­vo par­tí­ci­pe, como tan­tos de los de su edad (Alfre­do tie­ne 25 años) de esta impor­tan­te revuel­ta con­tra el capi­ta­lis­mo, que exi­ge la renun­cia de Sebas­tián Piñe­ra y algo más, la caí­da del sis­te­ma opre­sor y represivo.

Habla­mos con Viel­ma en la Pla­za de la Dig­ni­dad, mien­tras los cara­bi­ne­ros se apres­ta­ban, como siem­pre, a repri­mir, el Gru­po Illa­pu afi­na­ba sus gui­ta­rras para can­tar y aren­gar des­de los bal­co­nes de la Radio de la Pla­za, y miles de mani­fes­tan­tes reían, can­ta­ban y se alis­ta­ban para la pelea. 

-¿Cómo nace esta idea de que la gen­te del colectivo..sumarse a esta revuel­ta que empe­zó el 18 de octubre?

-Noso­tros siem­pre estu­vi­mos pro­pi­cian­do que pudie­se ocu­rrir aquí una situa­ción de ingo­ber­na­bi­li­dad. Des­de que noso­tros nos for­ma­mos, hace apro­xi­ma­da­men­te cin­co años, nues­tra misión siem­pre fue par­ti­ci­par acti­va­men­te en el movi­mien­to popu­lar y en cier­ta for­ma poder cons­truir situa­cio­nes de ingo­ber­na­bi­li­dad que abrie­ran un espa­cio de trans­for­ma­ción para la socie­dad chilena. 
Por eso, más que sumar­nos nos con­si­de­ra­mos tam­bién como par­te de las orga­ni­za­cio­nes socia­les y popu­la­res que ges­ta­ron esta revuel­ta. Alre­de­dor de un mes antes del 18 de octu­bre, noso­tros ya está­ba­mos apo­yan­do a los estu­dian­tes secun­da­rios cuan­do ellos esta­ban ya lla­man­do a sal­tar los tor­ni­que­tes del Metro, a las eva­sio­nes masi­vas. Está­ba­mos sien­do par­te tam­bién de ese movi­mien­to. Enton­ces, cuan­do ya acon­te­ce lo que hace­mos es poner nues­tra dis­po­si­ción prác­ti­ca com­ple­ta al ser­vi­cio del movi­mien­to, lo que sig­ni­fi­ca que bási­ca­men­te nos hemos esta­do movi­li­zan­do y par­ti­ci­pan­do en todas las ins­tan­cias colec­ti­vas que han habi­do des­de el principio. 

-¿Cómo ves que haya evo­lu­cio­na­do este movi­mien­to? ¿Lo ves cre­cien­do o esta­bi­li­za­do en lo que hace a que no se lo ha podi­do vol­tear a Piñera?

-Creo que es muy difí­cil poder hacer una esti­ma­ción res­pec­to al esta­do de la movi­li­za­ción por­que, pri­me­ro, es una movi­li­za­ción super inor­gá­ni­ca, enton­ces tene­mos los com­po­nen­tes terri­to­ria­les. Hablan­do con un com­pa­ñe­ro fran­cés, me comen­tó que la lucha de cla­ses en Fran­cia se para en vaca­cio­nes, acá no pasó exac­ta­men­te lo mis­mo. Sin embar­go, la lucha popu­lar bajó bas­tan­te, por decir­lo de algu­na for­ma, en la épo­ca de las vaca­cio­nes, pero aho­ra está vol­vien­do a cre­cer. Lo que sí pue­do decir es que efec­ti­va­men­te a nivel de con­cien­cia la movi­li­za­ción ha traí­do un cam­bio impor­tan­te cua­li­ta­ti­vo como no se veía hace mucho tiem­po en Chi­le. Hoy, la movi­li­za­ción es más peque­ña que antes, pero hay mucha orga­ni­za­ción popu­lar, se densificó. 

Des­de tu juven­tud, ¿crees que com­pli­ca o ayu­da esta inor­ga­ni­ci­dad de la que hablas, esta hori­zon­ta­li­dad en el movi­mien­to, esta fal­ta de líderes?

-Creo que hay que dis­tin­guir entre los ele­men­tos que esta­mos nom­bran­do. Lo pri­me­ro, la inor­ga­ni­ci­dad. Efec­ti­va­men­te es un pro­ble­ma que haya poca orga­ni­ci­dad, nive­les de coor­di­na­ción bajos entre todas las per­so­nas que esta­mos movi­li­zan­do es evi­den­te­men­te un pro­ble­ma.
Pero, por ejem­plo la fal­ta de lide­raz­go es un diag­nós­ti­co polí­ti­co de la movi­li­za­ción, eso tie­ne que ver con una izquier­da que duran­te mucho tiem­po no dio el ancho para for­mar lide­raz­gos cla­sis­tas y popu­la­res, por lo tan­to aho­ra la gen­te no está dis­pues­ta a tener cual­quier lide­raz­go emer­gi­do de una posi­ción polí­ti­ca que en reali­dad no tie­ne sen­ti­do, no tie­ne inser­ción.
La hori­zon­ta­li­dad creo que es más bien una vir­tud. Los últi­mos pro­ce­sos lati­no­ame­ri­ca­nos dan cuen­ta de que la izquier­da y los movi­mien­tos popu­la­res nece­si­ta­mos recu­rren­te­men­te un recam­bio de lide­raz­go o, más bien, for­mar figu­ras de lide­raz­gos colec­ti­vos. Así que, reco­noz­co esa supues­ta fal­ta de lide­raz­go y esa hori­zon­ta­li­dad como una virtud. 

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Ban­de­ra blsn­ca y negra del Colo Colo ondean­do en lo alto de Pla­za de la Dignidad

-¿Estos jóve­nes de la Pri­me­ra Línea que pelean en las calles, se can­sa­ron de los par­ti­dos y la poli­ti­que­ría burguesa? 

-No solo de la poli­ti­que­ría bur­gue­sa. Soy una per­so­na lisa y lla­na­men­te de izquier­da, pero hago una crí­ti­ca a mi sec­tor polí­ti­co sobre que noso­tros, inclu­so los que hemos esta­do inten­tan­do hacer orga­ni­za­cio­nes des­de la cla­se, tam­bién fra­ca­sa­mos ahí. Creo que la gen­te, efec­ti­va­men­te no está can­sa­da de ser de izquier­da, sabe que es de izquier­da, sabe que exis­te esa dico­to­mía clá­si­ca, his­tó­ri­ca y dia­léc­ti­ca entre la dere­cha y la izquier­da. Pero, está can­sa­da de una orga­ni­ci­dad que no trae cam­bios y que no es efec­ti­va al momen­to de trans­for­mar. Tam­bién les pasa lo mis­mo con la dema­go­gía, los dis­cur­sos vacíos, las decla­ra­cio­nes de 20 pun­tos que no van a nin­gún lado. Esta­mos sí por una nue­va polí­ti­ca, por una nue­va for­ma de ser de izquierdas. 

-¿Qué repre­sen­ta la Pri­me­ra Línea para ustedes?

-Es una expre­sión polí­ti­ca que nace jus­ta­men­te aquí en Chi­le, que no tie­ne refe­ren­tes des­de hace mucho tiem­po, prác­ti­ca­men­te des­de las luchas que se die­ron con­tra la Dic­ta­du­ra. Des­de el 2011, se fue­ron refle­jan­do expe­rien­cias pare­ci­das en ese mis­mo sen­ti­do. Tie­ne que ver con jóve­nes del pue­blo que no tie­nen nada que per­der por­que están en situa­ción de la mar­gi­na­ción neo­li­be­ral, son todos los jóve­nes que el neo­li­be­ra­lis­mo final­men­te exi­me de la vida públi­ca y que les da las peo­res vidas pri­va­das. Son eso jóve­nes los que le están ponien­do el pecho a las balas, son los Mau­ri­cio Fre­des (muer­to al ser per­se­gui­do por los cara­bi­ne­ros), es la gen­te que ha caí­do en las pobla­cio­nes y que sigue sien­do anó­ni­ma, es la gen­te que murió cal­ci­na­da por los mili­ta­res en los super­mer­ca­dos. Esa es la Pri­me­ra Línea, una expre­sión polí­ti­ca riquí­si­ma, un fenó­meno digno de par­ti­ci­par y de ser estu­dia­do por­que repre­sen­ta la úni­ca for­ma en la que los jóve­nes que no fue­ron repre­sen­ta­dos se autorepresentaron. 

-Y es inter­cla­sis­ta, por­que vemos gen­te muy humil­de y tam­bién de cla­se media meti­da en esta movida. 

-Es inter­cla­sis­ta como todo este movi­mien­to, pero creo que la gran vir­tud a reco­no­cer­le a este movi­mien­to es jus­ta­men­te ser de las cla­ses popu­la­res, tene­mos notas de mul­ti­cla­sis­mo en dife­ren­tes expre­sio­nes, las asam­bleas terri­to­ria­les y la mani­fes­ta­ción en la Pla­za de la Dig­ni­dad, dan cuen­ta de ello. Pero, final­men­te diría que ahí un 80% de los jóve­nes son de cla­ses popu­la­res, entre los que nos hemos encon­tra­do tam­bién con jóve­nes popu­la­res boli­via­nos, perua­nos, migran­tes hai­tia­nos aten­dien­do a gen­te de la Pri­me­ra Línea. Enton­ces, creo que es una de las expre­sio­nes más popu­la­res de este movimiento. 

En la Pri­me­ra Línea, hay tan­tos chi­cos como chi­cas, o para decir­lo en la jer­ga chi­le­na: «cabras y cabros».

-Hay un mon­tón de mucha­chas por­que creo que este movi­mien­to tam­bién tie­ne que ver con movi­mien­tos sin­cró­ni­cos que están ocu­rrien­do en Chi­le. Antes de que ocu­rrie­ra el 18 de octu­bre, el movi­mien­to pro­ta­go­nis­ta de la polí­ti­ca era el femi­nis­mo. Por eso, vemos que las muje­res hoy en día están incor­po­ra­das abso­lu­ta­men­te: están las com­pa­ñe­ras de la Pri­me­ra Línea, las de las asam­bleas terri­to­ria­les, y en todas las expre­sio­nes de lucha, por­que ellas están sien­do las pro­ta­go­nis­tas de la polí­ti­ca. De hecho, el 8M fue un desa­fío para el movi­mien­to de muje­res en vir­tud del movi­mien­to popu­lar tam­bién. En los días pre­vios se agi­tó una situa­ción que con el 8M explo­tó con todo y fue­ron las com­pa­ñe­ras las que lo hicie­ron explotar. 

-¿Tal cual se da este pro­ce­so, alcan­za con que cai­ga Piñera?

-Creo que este movi­mien­to final­men­te lo que está seña­lan­do es que las refor­mas en el mar­co neo­li­be­ral, los cam­bios de líde­res, no dan el ancho (la talla). Si hay una vir­tud y un defec­to que poda­mos reco­no­cer para­le­la­men­te a este movi­mien­to es que real­men­te nadie sabe cuan­do va a ter­mi­nar, todos sabe­mos que esta­mos deman­dan­do con­cre­ta­men­te el fin de la pre­ca­ri­za­ción de la vida, que­re­mos una vida más dig­na, pero evi­den­te­men­te eso no se aca­ba con Piñe­ra, por lo tan­to no es sufi­cien­te su caí­da, pero tam­po­co sabe­mos has­ta dón­de se va a lle­gar. Qui­zás este movi­mien­to abre una bre­cha de trans­for­ma­ción enor­me en este país, como nun­ca antes había suce­di­do des­de la Uni­dad Popu­lar en los años 70. 

¿Hay una posi­bi­li­dad de que este nue­vo movi­mien­to ten­ga un nexo de unión con el ante­rior, con el que vie­ne de la Dic­ta­du­ra, que ha deja­do muer­tos, des­apa­re­ci­dos, pre­sos y ex-pre­sos? ¿Ves que hay un hilo con­duc­tor que pue­da unir esas dos experiencias? 

-Hay un hilo con­duc­tor en cuan­to a que esas diri­gen­cias polí­ti­cas asu­man de for­ma crí­ti­ca que ya no pue­den inten­tar con­du­cir lo que nun­ca con­du­je­ron. Noso­tros somos cul­pa­bles hoy en día del esta­do de des­com­po­si­ción de polí­ti­cas de la izquier­da revo­lu­cio­na­ria, de los movi­mien­tos popu­la­res, lamen­ta­ble­men­te por esa gene­ra­ción, lo digo con un dolor tre­men­do por­que fui for­ma­do polí­ti­ca­men­te por esa gene­ra­ción, me hice de izquier­da revo­lu­cio­na­ria con esas per­so­nas. Pero este movi­mien­to es una mues­tra de has­tío tam­bién hacia sus for­mas de hacer polí­ti­ca, por­que si bien acá esta­mos can­sa­dos de la polí­ti­ca neo­li­be­ral, tam­bién nos can­sa­mos de una ver­bo­rrea y una dema­go­gia vacía que, lamen­ta­ble­men­te, eran com­pa­ñe­ros los que nos la trans­mi­tían. Son com­pa­ñe­ros que hoy en día están y creo que hay una muy bue­na dis­po­si­ción de ellos para estar incor­po­ra­dos en estos movi­mien­tos, algu­nos lo están hacien­do con la humil­dad de reco­no­cer el recam­bio, sabien­do que noso­tros reco­no­ce­mos que la expe­rien­cia es vir­tuo­sa, que las luchas anti­dic­ta­to­ria­les fue­ron la lucha de libe­ra­ción nacio­nal del pue­blo de Chi­le, pero tam­bién a sabien­das de que ellos nos lega­ron cos­tum­bres que para noso­tros fue­ron nefas­tas, y este movi­mien­to impli­ca tam­bién esa transformación. 

-¿Qué opi­nas del pró­xi­mo ple­bis­ci­to? Hay muchos, des­de la izquier­da y des­de la calle, que dicen que el pro­ce­so ha sido coop­ta­do por quie­nes for­ma­ron par­te con el Gobierno de esa mesa para lan­zar esa con­vo­ca­to­ria y hay otros que dicen que más allá del ple­bis­ci­to la lucha debe con­ti­nuar en la calle. 

-Voy a hablar como sim­pa­ti­zan­te del Colo Colo, en par­te por­que los colo­co­li­nos somos un movi­mien­to com­pues­to por varios espa­cios: esta­mos los colec­ti­vos polí­ti­cos, mi colec­ti­vo anti­fas­cis­ta de la Garra Blan­ca, está el Club Social y Depor­ti­vo la Garra Blan­ca, la hin­cha­da en gene­ral. Noso­tros en este momen­to esta­mos todos los cuer­pos del Club por el APRUEBO en el ple­bis­ci­to. Des­de los anti­fas­cis­tas de la Garra Blan­ca lo hemos inten­ta­do carac­te­ri­zar como un APRUEBO com­ba­ti­vo, que sabe­mos tam­bién que den­tro del mar­co de las refor­mas neo­li­be­ra­les todas las trans­for­ma­cio­nes de la vida que noso­tros pre­ci­sa­mos no son posi­bles, pero sí sabe­mos que abre una ven­ta­na de sobe­ra­nía popu­lar importante. 
Creo que hay que com­pren­der que, como les gus­ta decir mucho a los inte­lec­tua­les, con una ciu­da­da­nía vigi­lan­te, como la que noso­tros tene­mos hoy en día en Chi­le, es posi­ble abrir nue­vas bre­chas trans­for­ma­do­ras. Noso­tros más que una ciu­da­da­nía tene­mos un pue­blo vigi­lan­te que está obser­van­do que pasa en la polí­ti­ca. En Chi­le hace mucho tiem­po, me atre­ve­ría a decir que hace 40 años, que no tene­mos un pue­blo que haya esta­do intere­sa­do en la polí­ti­ca y hoy día la polí­ti­ca se reins­ta­ló al cen­tro de la vida. 
Si me pre­gun­ta­ran qué me gus­ta­ría dejar plas­ma­do en esa Cons­ti­tu­ción, en esa posi­bi­li­dad cons­ti­tu­yen­te, sería evi­den­te­men­te la sobe­ra­nía nacio­nal popu­lar y, por otro lado, el cen­tro de la vida en la polí­ti­ca, la polí­ti­ca como una herra­mien­ta para resol­ver pro­ble­mas, diá­lo­gos, para que noso­tros poda­mos poner tam­bién posi­cio­nes popu­la­res en la pales­tra, por­que eso no lo tene­mos hoy en día, tene­mos una clau­su­ra cons­ti­tu­cio­nal muy gran­de, y lo que esta­mos bus­can­do es jus­ta­men­te rom­per esa clau­su­ra. No vamos a tener qui­zás la socie­dad que que­re­mos, no vamos a con­quis­tar la igual­dad, la soli­da­ri­dad, las expre­sio­nes de sobe­ra­nía popu­lar que que­re­mos, pero sí vamos a lograr reins­ta­lar deba­tes que son muy importantes. 
Por eso, el Ple­bis­ci­to y la Cons­ti­tu­ción mis­ma no deben ser vis­tos como un fin por sí mis­mo, sino como herra­mien­tas polí­ti­cas, como lo que son. Las cons­ti­tu­cio­nes son herra­mien­tas polí­ti­cas suje­tas a inter­pre­ta­cio­nes, y hoy día tene­mos una que favo­re­ce a inter­pre­ta­cio­nes bur­gue­sas, oli­gár­qui­cas. Nece­si­ta­mos rom­per con ese para­dig­ma para tener una nue­va herra­mien­ta cons­ti­tu­cio­nal que nos favo­rez­ca en la cons­truc­ción popular. 

-¿Quién era Neko Mora, ase­si­na­do por los cara­bi­ne­ros días atrás?

-Era un hin­cha colo­co­lino muy impor­tan­te, no era par­te de nues­tro colec­ti­vo, pero sí era un anti­fas­cis­ta. Lo cono­cí, pue­do decir que fue un suje­to y un com­pa­ñe­ro muy uni­ta­rio, un mili­tan­te comu­nis­ta y un colo­co­lino que siem­pre estu­vo dedi­ca­do a cons­truir un pue­blo colo­co­lino orga­ni­za­do y cons­cien­te, por lo menos así lo recor­da­mos noso­tros. Tam­bién, hay que recor­dar que Neko es un joven que murió en una ins­tan­cia de movi­li­za­ción, no murió afue­ra del esta­dio, él murió por­que ese día había orga­ni­za­da afue­ra del esta­dio una ins­tan­cia de movi­li­za­ción, murió en una barri­ca­da, un camión enor­me, de miles de tone­la­das, pasó sobre él por­que atro­pe­lló una barri­ca­da que él esta­ba defendiendo. 

-¿Sigue fir­me la uni­dad de las barras de las hin­cha­das de fút­bol chi­le­nas? Nos lla­mó mucho la aten­ción eso por­que no es fácil unir a gen­te que se sepa­ra por el fútbol. 

-Creo que hay que cons­ta­tar algo sobre el movi­mien­to de las barras chi­le­nas. O sea, las barras chi­le­nas tie­nen una uni­dad que hoy día se cons­ti­tu­ye como una uni­dad de cla­se, las dife­ren­cias que se han abier­to en base al fút­bol son muy fuer­tes por­que son dife­ren­cias que están basa­das en la ideo­lo­gía neo­li­be­ral. El neo­li­be­ra­lis­mo ins­ta­ló la divi­sión en el pue­blo y lo hizo tam­bién, lamen­ta­ble­men­te, median­te el fútbol. 
Hoy noso­tros tene­mos que reco­no­cer que recons­truir ese pro­ce­so orgá­ni­co de vol­ver a ser pue­blo es algo impor­tan­te en lo que esta­mos tra­ba­jan­do. Pero, por lo menos para la calle tene­mos una neu­tra­li­dad, esta­mos uni­dos como pue­blo y esta­mos tam­bién a favor de este movi­mien­to de revuel­ta del que el barris­mo sin lugar a duda ha sido par­te protagónica.

Muchí­si­mas gracias. 

-Muchas gra­cias a uste­des por visi­bi­li­zar lo que que­re­mos decir, muy poca gen­te escu­cha lo que está pasan­do con el fút­bol y me gus­ta­ría cons­ta­tar que este movi­mien­to está desa­fian­do hoy día el patrón cul­tu­ral neo­li­be­ral de Lati­noa­mé­ri­ca. Noso­tros siem­pre hemos sido nega­dos, los garris­tas, los flai­tes, los cho­rros, los cumas… se nos ha dicho que somos todo lo malo de la socie­dad, pero este movi­mien­to aca­ba de rever­tir eso y ame­na­za la hege­mo­nía cul­tu­ral de la dere­cha lati­no­ame­ri­ca­na de la mar­gi­na­ción, de cons­truir­nos negativamente.

-Otra cosa que creo que aca­ba de rever­tir este movi­mien­to es ver tan­tas ban­de­ras mapu­ches en San­tia­go de Chi­le, no solo el 12 de octu­bre, sino todos los días. 

-Tie­ne que ver con derro­tar una hege­mo­nía de qué es lo nega­ti­vo, por­que lo nega­ti­vo en Chi­le siem­pre fue ser indio, ser hin­cha de fút­bol, escu­char regue­tón, ser cum­bie­ro, eso siem­pre fue lo malo. Noso­tros le dimos una sig­ni­fi­can­cia polí­ti­ca, nues­tro movi­mien­to dijo que ser cuma, ser pobre, ser negro, ser mapu­che, es algo polí­ti­co y se debe a la mar­gi­na­ción. Nos uni­mos en esa mar­gi­na­ción. Por eso, creo que actual­men­te se fun­da­men­ta el mie­do cul­tu­ral que la bur­gue­sía tie­ne hacia noso­tros, por eso el mie­do a la ban­de­ra mapu­che, por eso el ase­si­na­to de Cami­lo Catri­llan­ca como si hubie­se sido una pro­fe­cía que esto venía, como si hubie­se sido una ven­gan­za de antemano. 

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