Resumen Latinoamericano* /23 de marzo de 2020
Estamos en plena expansión global del coronavirus‑2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV‑2) que genera la llamada «enfermedad por coronavirus 2019» (COVID-19 por su acrónimo en inglés). Un análisis basado en la literatura científica publicada recientemente en estos pocos meses indica que la población más vulnerable es aquella con patologías previas como la hipertensión arterial, enfermedades cardíacas o diabetes, entre otras. El siguiente artículo detalla los mecanismos que vuelven vulnerable a la población hipertensa, principalmente debido a los medicamentos que actúan en el control de la presión arterial, facilitando la entrada de altas cargas virales al organismo. Se requiere de forma urgente que el Estado garantice especialmente la protección del alto porcentaje de población hipertensa en Chile.
Se puede evitar
Por: Bernardo Fuentealba V. Bioquímico /Jaime Soto A. Sociólogo
El error de identificación de la población más vulnerable a la enfermedad COVID-19 llevó a las autoridades políticas y sanitarias a tomar pésimas decisiones, los casos de Italia y España son la evidencia más clara. Chile va en esa dirección.
Si la interpretación es equivocada, las propuestas y decisiones son equivocadas y traerán las mismas consecuencias. La capacidad de detección, la pesquisa, el aislamiento, el seguimiento, la vigilancia y la promoción de higiene han sido medidas acertadas y a excepción de la última, bien aplicadas. Hong Kong, Taiwán, Corea, Japón. Singapur, Cuba, USA, China y otros países no cayeron en el colapso.
Nuestras autoridades nos preparan para el colapso y nos dan los ejemplos de Italia y España, su incapacidad para evitarlo nos conducirá a un desastre que cuesta imaginar porque no comprenden o ignoran las interacciones de un mundo microscópico, no tienen en sus mentes la visión molecular de la vida. No saben cómo funciona la vida a nivel de reacciones e interacciones de procesos moleculares, ni de traducción de señales a ese nivel molecular.
Ser autoridad no significa comprender las complejidades de la vida y las causas de la muerte. Su ignorancia es lo que nos está llevando al desastre que ellos ya pronostican. Son incapaces de escoger los caminos correctos que eviten el colapso, su ignorancia los obliga a copiar, pero copian mal miran a España e Italia que han fracasado. Increíble pero cierto.
Los mecanismos moleculares de la investigación científica de marzo muestran qué está pasando, cómo sucede y cómo lo hace. Y eso explica por qué algunos cursan con gravedad la infección y por qué otros no. Esta literatura científica ya disponible la desconocen porque es un mundo que no comprenden. Y lo poco que pueden saber lo interpretan equivocadamente. Esta ignorancia, de nuestras autoridades, nos lleva a lo inevitable, a su única oferta «pasar de la mejor forma esta crisis» y eso no existe.
El virus para infectar debe ingresar al interior de la célula humana, lo hace a través de proteínas de membrana. El coronavirus‑2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV‑2) lo hace a través de una proteína que es un receptor. Se llama receptor porque recibe a una molécula llamada enzima, tridimensionalmente la unión enzima-receptor es similar a la llave y cerradura, calzan preciso.
Ilustración de la estructura de un coronavirus y un receptor viral ACE2 en la superficie de la célula hospedadora. Imagen de Nature Reviews Microbiology extraída de https://pubs.acs.org/doi/10.1021/acscentsci.0c00272?fig=fig3&ref=pdf
No todas las células tienen este receptor. Las que sí lo tienen, son células que se encuentran en el tejido pulmonar (principalmente), renal, Sistema Nervioso Central, y otros tejidos más.
La enzima circula por la sangre (el receptor está en la membrana celular) y cuando pasa por el receptor lo acopla, en ese momento se produce vasoconstricción (sube la presión), es decir, ese receptor que usa el virus para entrar e infectar es el sistema que regula la presión sanguínea.
También sabemos que el virus dando vueltas en la sangre se pega a la enzima y luego la enzima lo lleva al receptor. Los medicamentos Enalapril y Losartan ejercen su acción en este mismo sistema enzima/receptor inhibiendo o anulando dicho sistema y en consecuencia no hay aumento de presión.
Cuando la célula manda la orden de subir la presión, el medicamento lo impide, pero la célula lo interpreta como falta de enzima/receptor, entonces manda la orden de fabricarlos. El sistema sigue sin subir la presión, así que la célula vuelve a fabricar más enzimas y receptores. En consecuencia: más enzimas, más capacidad de transporte a disposición de COVID-19 y a más receptores más puertas de entrada para infectar. Por lo tanto, a mayor cantidad de virus que infectan mayor será la gravedad de la infección.
El 30 % de nuestra población es hipertensa y está con tratamiento, tomando medicamentos. Estas personas tienen mucho más enzimas circulando en la sangre y muchos más receptores, gatillado por los años de consumo de sus remedios. Si se infectan, lo más probable es que su cuadro sea grave y requerirán hospitalización. El 65% de los hospitalizados necesitarán ventilación mecánica. Ellos son el grupo de mayor riesgo y no lo saben. Los Adultos Mayores NO es un factor de riesgo (mientras no esté con la terapia antihipertensiva), son un grupo de mayor cuidado porque suelen tener patologías asociadas, pero eso se sabe, es más, se intuye. Ellos constituyen grupo de riesgo sí o sí, si son hipertensos con terapia que actúa a nivel del complejo enzima/receptor.
Es más, el conocimiento permite ser más preciso aún al momento de definir el grupo de riesgo mayoritario, hipertensos con terapia antihipertensiva. Los pacientes con HTA que reciben la terapia farmacológica llamada Bloqueadores de Canales de Calcio, no son grupo de riesgo, puesto que dichos fármacos no actúan sobre el complejo enzima/receptor por lo que no cursan con niveles aumentados de enzima ni de receptor.
Las personas con problemas de presión arterial (30% de la población) y que toman Enalapril y Losartan son el grupo de mayor riesgo, por lo general mayores de 40 años que trabajan en el sector público o privado y que en esta emergencia están también en las FFAA y de orden, sistema de salud, comercio y otros lugares.
Si ese 30% de la población con problemas de presión arterial y que usa los medicamentos Enalapril o Losartan hacen cuarentena, se les saca de la circulación (por su propio bien) el riesgo se minimiza, así, el sistema no colapsa porque baja la probabilidad de tener muchos personas graves que requerirán hospitalización.
Si usted está en el 30% de la población que es hipertensa y toma Losartan o Enalapril extreme los cuidados, realice cuarentena, no salga a exponerse al contagio. Converse con su entorno familiar, de amigos y vecinos para organizar la vida durante esta crisis. Practique la solidaridad, por ejemplo, si en la familia hay hipertensos ellos no deben realizar compras o salir del hogar. Si hay vecinos o amigos hipertensos realice las compras usted así evitará que se expongan innecesariamente. Si hay miembros de FF.AA. o de Orden que son hipertensos y se medican no deben estar trabajando, deben estar en sus casas.
La responsabilidad individual y social y el ejercicio de la solidaridad nos permitirán afrontar con nuestros propios recursos esta pandemia, mientras esperamos que nuestras autoridades comprendan lo que está pasando y complementen sus medidas y corrijan el camino.
No se trata de un problema de los medicamentos o la economía que los rodea, se trata de una desafortunada coincidencia en el mundo molecular que hay que tener en consideración. Es innegable que estos productos farmacológicos han salvado muchas vidas al día de hoy y lo seguirán haciendo. La hipertensión arterial requiere de un tratamiento farmacológico que no se debe suspender.
Por ahora, para enfrentar correctamente esta pandemia (aunque parezca majadero) es necesario y urgente aplicar estas tres primeras medidas inmediatamente:
La primera medida es poner a esa población de riesgo de desarrollar infecciones graves en cuarentena estricta por todo el periodo que sea necesario y no exponerla al contagio como está ocurriendo actualmente. Lo mismo para personas con terapias inmunosupresoras.
Segundo: Informar a la población de no utilizar el ibuprofeno en este periodo bajo ninguna condición, más aún si se dispone de una amplia variedad de medicamentos alternativos. Sólo el ibuprofeno provoca un aumento en la concentración de las enzimas implicadas en la regulación de la presión dejando a la persona en riesgo de infección grave.
Tercero: Realizar campañas de difusión radiales y televisivas dirigidas a la población en general sobre higiene, lavado de manos explicando el principal mecanismo de contagio; mano-cara. Las autoridades no pueden limitarse a dar las indicaciones en conferencias de prensa o entrevistas. La mayoría de nuestra población no ve noticias. Actualmente tenemos una inmensa cantidad de compatriotas que no tienen idea de qué hay que hacer, ni cómo protegerse. Es urgente llegar a ellos.
La cuarentena de 14 días ayudará y dará tiempo para corregir el rumbo, cuando termine, el virus continuará entre nosotros (as) y retomará su dispersión. Si el camino no se corrigió nuestro destino más probable será similar a España o Italia, así, la profecía de nuestras autoridades se cumplirá.
Referencias
1) Are patients with hypertension and diabetes mellitus at increased risk for COVID-19 infection? Lei Fang, George Karakiulakis, Michael Roth. Publicado el 11 de marzo de 2020 en www.thelancet.com/respiratory https://doi.org/10.1016/S2213-2600(20)30116 – 8 Revisa el estudio acá
2) Pruebas de laboratorio para el nuevo coronavirus de 2019 (2019-nCoV) en casos sospechosos de infección en humanos Disponible en: https://apps.who.int/iris/handle/10665/330861 Revisa el estudio acá.
3) Investigación y desarrollo en agentes terapéuticos y vacunas para COVID-19 y enfermedades relacionadas a Coronavirus en humanos. Cynthia Liu, Qiongqiong Zhou, Yingzhu Li, Linda V. Garner, Steve P. Watkins, Linda J. Carter, Jeffrey Smoot, Anne C. Gregg, Angela D. Daniels, Susan Jervey y Dana Albaiu. ACS Publications. https://dx.doi.org/10.1021/acscentsci.0c00272 Revisa el estudio acá
4) Correspondencia con expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
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