Resumen Latinoamericano, 14 marzo 2020
Editorial de Opal Prensa
¡5 meses ya casi, y ninguna de las demandas del pueblo se ha
resuelto! Y, hay que decirlo, ninguna de las demandas podrán ser
resueltas si es que no es el propio pueblo el que lo haga.
En
todo este tiempo el pueblo chileno se ha movilizado, marchado,
organizado, caceroleado, reunido en cabildos, ¡la ha peleado en las
calles!, ha dado una gran muestra de altura moral, teniendo preocupación
por los suyos, su gente, su clase. Se ha visto y mirado con detención, y
ha visto en él el futuro. Con altos y bajos, cierto. Pero ha estado siempre peleando, porque el pueblo chileno es un luchador inagotable.
Hoy, con la toma de los liceos de la ciudad por sus propios estudiantes
vuelve a demostrar su disposición al combate contra el régimen. En la
acción incluyen al resto de la comunidad, uniéndose en la lucha
pobladores/as y apoderados/as, en suma la familia trabajadora.
Se
trata de una lucha que no se detiene, que obstaculiza cualquier
iniciativa del gobierno, nacional y regional, por controlar la crisis.
El presente período histórico consiste en eso, en la confrontación de
dos grandes bloques: los que quieren mantener el régimen de la
burguesía, que no hace más que explotar a la clase trabajadora; y el
pueblo, que quiere terminar con la corrupción y vivir feliz, y que sabe
que, en el camino al futuro, debe cambiarlo todo.
Así se educa el pueblo, en la acción gana conciencia de su fuerza y vocación de poder, de su determinación para cumplir con una tarea histórica, de señalar un camino realista e inspirador a sus hermanos de todo el país, el continente y el mundo. El camino del poder, el camino de la revolución.