Por Laura V. Mor /Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba, 1 marzo 2020
Fotos: Syara Salado Masssip.
La Habana fue el epicentro durante toda esta semana del Festival del Habano,
donde 2.200 participantes de 70 países se dieron cita para conocer las
novedades de la mundialmente reconocida industria tabacalera cubana, que
como pudimos ver, superó en número a la edición del año pasado.
En
medio de una nueva escalada de presión en la política exterior
estadounidense hacia Cuba, con medidas restrictivas que continúan
recrudeciendo el bloqueo económico, comercial y financiero contra el
pueblo cubano y buscan asfixiar la economía, se desarrolló uno de los
dos eventos más importantes de puros Premium (el otro es Big Smoke y se
realiza en Las Vegas, donde dadas las restricciones impuestas por
Estados Unidos no es posible que el tabaco cubano sea exhibido ni
comercializado directamente), contando con participantes de distintas
partes del mundo; incluyendo estadounidenses que sortean las
restricciones de viajes que su propio gobierno les impone.
“Contamos actualmente con 155 Casas del Habano en 118 ciudades”,
afirmó en la rueda de prensa inaugural el vicepresidente comercial de
Habanos S.A., Leopoldo Cintra González, dando cuenta de las tres décadas
de existencia de estas casas. A la vez, detalló que actualmente el
grupo empresarial Habanos S.A. está negociando más de diez nuevos
proyectos Habanos Specialist, dentro de los que Europa se mantiene como
el principal mercado con un 53% de las ventas, seguido de América con un
18%, África y Oriente Medio con un 15% y Asia Pacífico con un 14%.
La
comercialización de habanos cubanos, famosos por ser totalmente hechos a
mano y por la calidad de las tierras donde se cultiva el tabaco,
asciende a 145 millones en más de 150 países del mundo.
El
año pasado Habanos S.A. alcanzó más de 500 millones de dólares en
ventas por exportaciones. Si consideramos que los habanos cubanos no
pueden comercializarse en un importante mercado como lo es el de Estados
Unidos debido al bloqueo impuesto a Cuba por las administraciones
estadounidenses desde hace más de medio siglo, la cifra es doblemente
alentadora en vistas de este nuevo año y su aporte a la economía del
país.
“Todos esos éxitos no
serían posibles sin la confianza de los aficionados que cada año asisten
al Festival del Habano, y de las personas y empresas que apuestan por
nuestras marcas” afirmó el vicepresidente de Desarrollo de Habanos S.A., José María López Inchaurbe.
La
feria desarrollada principalmente en el Palacio de Convenciones de La
Habana ‑donde también transcurrieron seminarios y clases magistrales de
reconocidos expertos del mundo- contó en esta ocasión con 239
expositores de 39 países; lo que representa un 5% más que en la edición
2019.
Además, los participantes
disfrutaron clases magistrales, catas y maridajes con vinos de la
catalana Bodega López, así como visitas a plantaciones en San Antonio de
los Baños y a las fábricas Partagás y La Corona, lo que permitió a los
participantes conocer más de cerca sobre el cultivo del tabaco y el
proceso de producción de los puros cubanos en su cadena de valor.
Esta
XXII edición estuvo dedicada a las marcas Bolívar, Montecristo y Romeo y
Julieta y contó con dos grandes lanzamientos: Bolívar Belicosos Finos
Reserva Cosecha 2016 y Romeo y Julieta Oro Edición Limitada, habanos que
pudieron ser degustados por los participantes durante la jornada.
El
XXII Festival del Habano concluyó, luego de cinco días, con una noche
de gala en el recinto ferial Pabexpo, donde tuvo lugar la tan esperada
subasta de humidores repletos de tabacos Premium, celebrando el
aniversario 145 de la marca Romeo y Julieta.
El
primer humidor subastado fue donado por la familia de Simon Chase
‑quien falleció en marzo de 2019 después de encabezar durante varias
décadas Hunters & Frankau, empresa distribuidora de habanos en Reino
Unido- y vendido en un monto de 380 mil euros.
Le
siguieron humidores confeccionados por artesanos cubanos: el de la
marca H. Upmann en 270 mil euros, el de Partagás en 400 mil, Romeo y
Julieta en 350 mil, Montecristo en 420 mil y el que tuvo la mayor puja y
puso el broche de oro a la subasta de la noche: Cohiba, por dos
millones 400 mil euros.
De
esta manera, se alcanzó una cifra récord de recaudación que demuestra
el creciente impacto de la agroindustria tabacalera cubana en el
mercado, a pesar de las condiciones desfavorables impuestas al país:
4 millones 270 mil euros que serán destinados íntegramente al sistema de salud público cubano,
tan golpeado por las consecuencias del bloqueo pero que mantiene
invariablemente el derecho a la gratuidad y la universalidad en el
acceso para todos los cubanos y cubanas.
Así
transcurrieron cinco días de un Festival que año a año sorprende a sus
asistentes; donde la tradición, la comida típica, la música y la cultura
cubana se entremezclan con el mundo de los puros, evidenciando cómo
Cuba sigue ‑como cantaba Gloria Gaynor- «sobreviviendo» a pesar de los intentos de aislarla y por qué ostenta el mejor tabaco del mundo.