Por Ramón SOLA|18 marzo 2020
Inmerso en el mayor escándalo conocido en la Monarquía borbónica, Felipe VI ha intentado lavar su imagen esta noche con un discurso televisivo que apela a «evitar diferencias» en la batalla contra el coronavirus y se deshace en elogios a los sanitarios. En los balcones de todo el Estado, caceroladas de protesta.
Felipe de Borbón, en su polémico discurso de esta noche. (AFP)
«Debemos dejar de lado nuestras diferencias y unirnos», ha sido el previsible mensaje de Felipe de Borbón en un mensaje al Estado español lanzado esta noche desde televisión. «Este virus no nos vencerá, al contrario, nos va a hacer más fuertes, en pie contra cualquier adversidad», ha dicho en una intervención en la que no han faltado algunas menciones semibélicas, incluso cuando ha elogiado a los sanitarios: «Nuestra mayor admiración y respeto, total apoyo. Sois la vanguardia de España, nuestra primera línea de defensa».
En plena crisis sanitaria del coronavirus, el rey español ha tratado
así de dejar en segundo plano el enésimo y hasta ahora mayor escándalo
de la Monarquía borbónica. Lo que hasta podía pasar como un mero
«corinnavirus», pasto para el amarillismo, ha terminado delatando algo
tremendamente grave por su tufo corrupto: un «regalo» saudí de cien
millones de dólares que tiene como titular a Juan Carlos de Borbón pero
como segundo destinatario a su hijo Felipe. Sobra decir que no ha habido
mención alguna a ello en la alocución televisada.
A las 21.00, coincidiendo con el inicio del mensaje, han sonado caceroladas de protesta por todo el Estado, aunque especialmente en pueblos y ciudades de Euskal Herria y Catalunya, en algunos casos durante más de diez minutos, superando sobradamente en duración el escueto mensaje monárquico. Los partidos firmantes de la Declaración de la Llotja secundaban el llamamiento popular que había corrido por las redes sociales y que ya había tenido un primer ensayo potente a mediodía.
El discurso en sí ha sido intrascendente. Como cabía anticipar, ha
agradecido los esfuerzos ciudadanos para frenar la expansión del virus
con una estrategia que «altera nuestra vida y costumbres de una forma
muy traumática» y asegurado que darán resultado: «Todos los españoles
pueden sentirse protegidos». Las apelaciones la «responsabilidad» o el
«esfuerzo» solo han conseguido aumentar el eco de cazuelas en los
balcones.
Durante la jornada, la protesta ha sido calentada con iniciativas ciudadanas de todo tipo, desde la campaña para exigir a la Corona española que destine a la sanidad pública los 100 millones «donados» desde Arabia Saudí a la creación de aplicaciones de móvil para hacer más sonora la cacerolada.
Las caceroladas resuenan contra la corona: «El pueblo sale a sus balcones a decirle que devuelvan lo robado»
Además del ya tradicional aplauso en agradecimiento a los sanitarios y trabajadores que estos días prestan sus servicios, muchos ciudadanos han vuelto a asomarse este miércoles a las 21 horas a sus balcones y no precisamente para aplaudir. Coincidiendo con el discurso por la crisis sanitaria del rey, en el que Felipe VI ha obviado la polémica sobre su padre, muchos vecinos han salido a las terrazas para dedicarle una sonora cacerolada a la corona, como ya ha sucedido a mediodía.
La protesta llega después de conocerse que Felipe VI es beneficiario de una sociedad offshore creada por el rey Juan Carlos vinculada a una donación de 65 millones de euros de Arabia Saudí, según publicó el diario The Telegraph. El pasado domingo la Casa Real anunció la renuncia de Felipe VI a la herencia que personalmente le pudiera corresponder de su padre, una declaración que realmente no tiene ningún efecto.
Así han sonado las caceroladas en Bilbao y Vitoria (Euskal Herria)