Euskal Herria. Falleció un grande del periodismo crítico: Antonio Álvarez Solis

Eus­kal Herria. Falle­ció un gran­de del perio­dis­mo crí­ti­co: Anto­nio Álva­rez Solis

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Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 30 mar­zo 2020 

Ha falle­ci­do Anto­nio Álva­rez-Solís, comu­ni­ca­dor de exce­len­cia y un reco­no­ci­do denun­cia­dor del fran­quis­mo y el fas­cis­mo. Tenía 90 años y actual­men­te escri­bía para el dia­rio Gara, ade­más de mos­tras des­de hace muchos años su adhe­sión al inde­pen­den­tis­mo vas­co. Su cita con los lec­to­res y con el perio­dis­mo com­pro­me­ti­do se ha man­te­ni­do has­ta el final. 

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Anto­nio Alvarez-Solís

Anto­nio Álva­rez-Solís nació en Madrid en julio de 1929. Su infan­cia la pasó en Astu­ries. Estu­dió Dere­cho en Bar­ce­lo­na y San­tia­go de Com­pos­te­la e ini­ció su vida pro­fe­sio­nal en ‘La Van­guar­dia’, don­de lle­gó a redac­tor-jefe a los vein­ti­sie­te años, resi­dien­do lue­go más de cua­ren­ta años en Catalunya.

Más tar­de fue direc­tor fun­da­dor de ‘Inter­viú’​y uno de los fun­da­do­res de ‘Por favor, cuya ter­ce­ra pági­na fir­mó has­ta la des­apa­ri­ción de la revis­ta. Fun­dó y diri­gió Eco­no­mía Medi­te­rrá­nea y dos revis­tas de gas­tro­no­mía y turis­mo. Como con­se­je­ro edi­to­rial del Gru­po Zeta, cola­bo­ró en la sali­da de ‘El Perió­di­co’. Ha sido cola­bo­ra­dor en ter­tu­lias de varias tele­vi­sio­nes y emi­so­ras de radio de ámbi­to esta­tal y auto­nó­mi­co, así como de GARA has­ta el últi­mo momento.

En esta entre­vis­ta con Julio Flor para ZAZPIKA con
moti­vo de su 88º ani­ver­sa­rio, Anto­nio Álva­rez-Solís, des­ta­ca­ba que era
feliz cuan­do escri­bía para EGIN y pos­te­rior­men­te para GARA. En esa misma
entre­vis­ta, mos­tra­ba su valo­ra­ción posi­ti­va de las movilizaciones
femi­nis­tas y de las de los jubi­la­dos. «Lle­vo más de dos­cien­tos artículos
escri­bien­do a favor de las movi­li­za­cio­nes», enumeraba.

Su últi­ma cola­bo­ra­ción fue publi­ca­da en GARA la sema­na pasa­da, el 24 de mar­zo, cuan­do el país esta­ba ya inmer­so en la excep­cio­na­li­dad de la pan­de­mia del coro­na­vi­rus y, una vez más, rea­li­za­ba una lec­tu­ra crí­ti­ca de la socie­dad en la que esta­mos inmersos. 

El direc­tor de Gara, Iña­ki Soto, ha dicho en su cuen­ta de Twit­ter que Álva­rez Solís era «un por­ten­to escri­bien­do, con una luci­dez des­lum­bran­te, una hones­ti­dad ins­pi­ra­do­ra y ele­gan­cia inclu­so a la hora de insul­tar. Él ha sido para noso­tros un maes­tro, noso­tros para él un refugio».

Segu­ra­men­te Anto­nio Álva­rez-Solís sea uno de los últi­mos gran­des perio­dis­tas entre los dos siglos.

Res­ca­ta­mos una entre­vis­ta rea­li­za­da al comu­ni­ca­dor Alva­rez Solís.

por Lois Pérez Leira

Su lar­ga tra­yec­to­ria pro­fe­sio­nal lo hizo pro­ta­go­nis­ta de los acon­te­ci­mien­tos más impor­tan­tes de la his­to­ria con­tem­po­rá­nea de Espa­ña. Nació en Madrid en el fatí­di­co día18 de julio de 1929, duran­te el gobierno de Pri­mo de Rive­ra. Ini­ció su carre­ra pro­fe­sio­nal en la Van­guar­dia de Bar­ce­lo­na. Fue direc­tor y fun­da­dor de Inter­viú y de Por favor. Par­ti­ci­pó en el Con­se­jo edi­to­rial del Gru­po Zeta. Cola­bo­ró en la sali­da de El Perió­di­co. Ha sido cola­bo­ra­dor en ter­tu­lias de varias tele­vi­sio­nes y emi­so­ras de radio de ámbi­to esta­tal y auto­nó­mi­co, como TVE, RNE, COPE, Onda Cero, Ser etc. Ha tra­ba­ja­do con María Tere­sa Cam­pos, Luis del Olmo, Iña­ki Gabi­lon­do y Car­los Herre­ra entre otros. Par­ti­ci­pó acti­va­men­te en la polí­ti­ca enca­be­zan­do la lis­ta del Par­tit dels Comu­nis­tes de Cata­lun­ya al sena­do. En las elec­cio­nes del 2011 cerró la lis­ta de Bil­du por Bilbao.

Hace unos días ha pre­sen­ta­do su últi­mo libro de poe­sías titu­la­do “El”, don­de Álva­rez-Solís, rea­li­za una pro­fun­da refle­xión inte­rior con su esen­cia espi­ri­tual. Con un esti­lo poé­ti­co seme­jan­te a los gran­des poe­tas de fines del siglo XIX y prin­ci­pios del XX como Rubén Darío o Anto­nio Macha­do. Álva­rez-Solís nos va intro­du­cien­do y refle­xio­nan­do sobre el Yo exis­ten­cial, reafir­mán­do­se en su fe cristiana.

¿Valió la pena tan­tos años de lucha?
Nun­ca he pen­sa­do mi vida así. La lucha es la expre­sión vital de un gran pro­yec­to humano. Uno ha naci­do para ser mun­do. Eso pare­ce evi­den­te. Siem­pre he teni­do el alma en bús­que­da: de la igual­dad, de la jus­ti­cia, de la fra­ter­ni­dad. Sim­ple­men­te, he vivi­do con el “otro” para lograr mi pro­pio ser. Es mi for­ma de egoís­mo.
¿Como ser humano cuán­do se for­jó en tí una iden­ti­dad soli­da­ria?
Me los fue dic­tan­do la con­ver­sa­ción cons­tan­te con mi alma.
En la Uni­ver­si­dad ini­cié mi refle­xión. Me di cuen­ta de que yo era “el cur­so” y que debía ser­vir a “mi” colec­ti­vi­dad. Mi mejor com­pa­ñe­ro era de fami­lia muy modes­ta y yo pasa­ba días ente­ros en su casa dis­cu­tien­do pro­ble­mas huma­nos. Era­mos como los idea­lis­tas ale­ma­nes del siglo XVIII, ese siglo que des­co­no­cen los espa­ño­les para su des­gra­cia permanente.

¿Des­de siem­pre se ha sen­ti­do comu­nis­ta y cris­tiano?
Nun­ca dejé de sen­tir­me cris­tiano y nun­ca me sen­tí fue­ra del comu­nis­mo. Marx me ense­ñó a hacer los núme­ros y Cris­to me empu­jó a apli­car­los expul­san­do a la ban­ca de mi tem­plo vital.

¿Como ha vivi­do el hecho de haber tra­ba­ja­do en los medios de comu­ni­ca­ción más impor­tan­tes de nues­tro país?
Los viví sir­vien­do mis idea­les; unas veces en una rela­ti­va clan­des­ti­ni­dad y, otras, dan­do la cara. Me han soli­ci­ta­do repe­ti­da­men­te un rela­to bio­grá­fi­co sobre mi tiem­po, pero he pre­fe­ri­do gotear muchos mate­ria­les de for­ma que no se pudie­ra dar con las fuen­tes. Mi padre me ense­ñó que el ejer­ci­cio perio­dís­ti­co era equi­va­len­te a un secre­to de con­fe­sión, peni­ten­cia inclui­da. Los que pudie­ran cer­ti­fi­car mis noti­cias están muer­tos en su mayo­ría y ade­más el mun­do es dema­sia­do impor­tan­te para que yo quie­ra subir­me al polo nor­te. Sólo le garan­ti­zo que mi vida paseó por sen­das pri­vi­le­gia­das para la infor­ma­ción. Uti­li­cé esa infor­ma­ción para ela­bo­rar con­clu­sio­nes hones­tas sobre la tris­te reali­dad de los últi­mos sesen­ta años. Amo la ver­dad, pero la admi­nis­tro a fin de que no la degra­den más aún la mayo­ría de los polí­ti­cos y perio­dis­tas actua­les. Pien­se que de Madrid a Paris, de París a Lon­dres, de Lon­dres a Roma, de Roma a Ber­lín y de Ber­lín a Mos­cú –sin olvi­dar mi modes­tí­si­ma par­ti­ci­pa­ción en la inol­vi­da­ble Revo­luçao dos Cra­vos– tra­té con diri­gen­tes polí­ti­cos e ideo­ló­gi­cos que me habla­ron de trai­cio­nes, de crí­me­nes, de egoís­mos vena­les, pero tam­bién de sacri­fi­cios, de leal­ta­des a los pue­blos, de sin­ce­ri­dad ideológica…

¿A su jui­cio la Tran­si­ción fue un hecho posi­ti­vo o una clau­di­ca­ción con el neo fran­quis­mo?
Yo diri­gía enton­ces “Inter­viú” y en mi cró­ni­ca polí­ti­ca sema­nal afir­mé des­de el pri­mer momen­to que aque­llo era una trai­ción a la demo­cra­cia y un gol­pe con­tra la lega­li­dad repu­bli­ca­na, en la que yo seguía cre­yen­do por­que la impues­ta monar­quía era pro­duc­to del gol­pis­mo mili­tar. Muchos espa­ño­les no saben vivir sin dic­ta­do­res que les aho­rren el tra­ba­jo del pensamiento.

¿Cómo ve a la izquier­da actual?
¿Exis­te eso, apar­te del espí­ri­tu cívi­co de “Pode­mos” y de otros par­ti­dos meno­res o de cier­tas expre­sio­nes nacio­na­lis­tas que se baten con­tra la opre­sión del poder eco­nó­mi­co y polí­ti­co de un cen­tra­lis­mo colo­nia­lis­ta al que solo le que­da la domi­na­ción sobre una peri­fe­ria con­cre­ta que nun­ca fue Espa­ña: me refie­ro a Cata­lun­ya, Eus­ka­di y la Gali­cia del galle­guis­mo. En cuan­to al socia­lis­mo está en des­com­po­si­ción des­de hace casi cien años. Si yo le habla­se de la trai­ción del PSOE a la cla­se tra­ba­ja­do­ra, que cul­mi­nó en la trai­ción de Suresnes.

¿Cree posi­ble y nece­sa­ria una izquier­da repu­bli­ca­na y rup­tu­ris­ta?
Sólo el sis­te­ma repu­bli­cano, que se crió en el izquier­dis­mo inte­rior de una mino­ría mal­tra­ta­da, pue­de incor­po­rar a Espa­ña a la moder­ni­dad inte­lec­tual y pro­gre­sis­ta, como demos­tró el entu­sias­mo popu­lar de 1931, aho­ga­do en san­gre tan rápi­da­men­te por una dere­cha que retor­nó a Espa­ña al seca­rral y al ara­do de las este­pas a la que se negó a venir un inte­lec­tual como Eras­mo, autor de aque­lla fra­se radi­cal “His­pa­nia non pla­cet”. Para enten­der el fra­ca­so huma­nís­ti­co espa­ñol hay que hacer una lec­tu­ra polí­ti­ca del Qui­jo­te, cuyo éxi­to se for­jó en ese men­sa­je; un tema cier­ta­men­te muy interesante.

¿Ve con­tra­dic­to­rio con­ci­liar el pen­sa­mien­to cris­tiano con el pen­sa­mien­to mar­xis­ta?
Dado mi ecu­me­nis­mo, pre­fie­ro que se me deno­mi­ne cris­tiano, aun­que me bau­ti­za­ron y per­te­nez­co a la comu­ni­dad cató­li­ca.
Soy mar­xis­ta en la ver­tien­te del mate­ria­lis­mo his­tó­ri­co, refor­za­do con el espí­ri­tu cris­tiano que me obli­ga a una tras­cen­den­cia pro­fun­da­men­te huma­na.
La filo­so­fía idea­lis­ta tuvo gran­des pen­sa­do­res ateos y mate­ria­lis­tas y la meta­fí­si­ca no es una fan­ta­sía reac­cio­na­ria for­zo­sa­men­te. La meta­fí­si­ca tra­ta sobre todo de los valo­res, que son tam­bién reali­da­des rotun­das, como la fe, el pen­sa­mien­to, la ver­dad, la jus­ti­cia. Al joven Marx de “La Gace­ta Rena­na” le preo­cu­pa­ban mucho estas cosas.

Aca­ba de pre­sen­tar un libro de 100 poe­sías que como bien dice son 100 ora­cio­nes. ¿Por qué en este momen­to ha teni­do nece­si­dad de pre­sen­tar este ale­ga­to poé­ti­co?
Se tra­ta de la cul­mi­na­ción de un lar­go y com­pli­ca­do pro­ce­so sobre la exis­ten­cia de dos mun­dos que con­flu­yen: el de la reali­dad visi­ble, sea dicho así, por acor­tar el len­gua­je, y el del espí­ri­tu que res­pal­da enér­gi­ca­men­te esa reali­dad, dan­do lugar a un ser humano pro­fun­da y exi­gen­te­men­te éti­co. Todo eso lo expli­co en un lar­go pró­lo­go del libro.

Como comu­nis­ta y cris­tiano ¿cree que es nece­sa­ria la suma de fuer­zas mar­xis­tas y cris­tia­nas para cons­truir un mun­do más jus­to y más solidario?

Obser­va el pano­ra­ma que nos rodea y tie­nes la respuesta.

En su libro hace una dedi­ca­to­ria al Papa Fran­cis­co ¿Cuál es su opi­nión sobre el nue­vo Papa argen­tino?
Soy del Papa Juan, del Papa Fran­cis­co y del Papa Juan Pablo I –¡ojo al ordi­nal!– cuya muer­te súbi­ta siem­pre me hace orar por la Igle­sia del Cris­to caminante.

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