La epi­de­mia de mie­do se extien­de por ‎el mundo‎

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Par­tien­do del prin­ci­pio que no hay que sub­es­ti­mar el coro­na­vi­rus y que se deben seguir las ‎‎10 reglas de pre­ven­ción divul­ga­das por el minis­te­rio de Salud [ita­liano], habría que adop­tar ‎ade­más una 11ª regla fun­da­men­tal: impe­dir tam­bién la pro­pa­ga­ción del virus del miedo.

Sin embar­go, los medios de pren­sa, prin­ci­pal­men­te la tele­vi­sión, comen­zan­do por la Rai1, que está dedi­can­do sus espa­cios infor­ma­ti­vos casi ente­ra­men­te al coro­na­vi­rus, ‎se dedi­can pre­ci­sa­men­te a pro­pa­gar el mie­do, un virus que pene­tra así en todos los hoga­res, ‎a tra­vés de los cana­les de televisión.

Pero esas mis­mas tele­vi­so­ras que siem­bran la alar­ma sobre el coro­na­vi­rus callan el hecho que la ‎gri­pe inver­nal, ha resul­ta­do mucho más letal que el coro­na­vi­rus, dejan­do en Ita­lia, solo duran­te la ‎‎sex­ta sema­na de este año 2020 –según el Ins­ti­tu­to Supe­rior de Salud – , un pro­me­dio dia­rio de ‎‎217 muer­tes, pro­vo­ca­das por com­pli­ca­cio­nes pul­mo­na­res y car­dio­vas­cu­la­res deri­va­das de ‎esa sim­ple gri­pe. Tam­po­co dicen que –según la Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud (OMS)– en Ita­lia ‎mue­ren cada año más de 700 enfer­mos de SIDA, lo cual repre­sen­ta un pro­me­dio de ‎‎2 falle­ci­mien­tos dia­rios, de un total mun­dial de 770.000 muer­tos por el SIDA.

Al refe­rir­se a la cam­pa­ña alar­mis­ta sobre el coro­na­vi­rus, la direc­to­ra de macro­bio­lo­gía clí­ni­ca, ‎viro­lo­gía y diag­nós­ti­co de bio­ur­gen­cias del labo­ra­to­rio del hos­pi­tal Sac­co, de Milán, Maria Rita ‎Gis­mon­do, declara:‎

Es una locu­ra. Han con­ver­ti­do una infec­ción a penas más seria que una gri­pe en una ‎pan­de­mia letal. ¡Miren la cifras! No es una pandemia.

Pero la voz de esta cien­tí­fi­ca no lle­ga has­ta el gran públi­co, mien­tras que cada día, des­de la Rai –‎ser­vi­cio supues­ta­men­te públi­co– has­ta los cana­les de Media­set y todos los demás, se les incul­ca ‎a los ita­lia­nos el mie­do al «virus mor­tal que, des­de Chi­na, se extien­de por el mundo».

El hecho es que esa cam­pa­ña va en el mis­mo sen­ti­do que lo que decla­ró el secre­ta­rio del ‎Comer­cio de Esta­dos Uni­dos, Wil­bur Ross, en una entre­vis­ta trans­mi­ti­da por Fox Business:

Pien­so que el coro­na­vi­rus ayu­da­rá al regre­so de los empleos de Chi­na a Esta­dos Uni­dos. ‎En Chi­na hubo, pri­me­ro el SARS, des­pués la pes­te por­ci­na y aho­ra el coronavirus.

Por con­si­guien­te, comen­ta el New York Times, «lo que Chi­na pier­de podría ser una ganan­cia ‎para Amé­ri­ca» [léa­se “para Esta­dos Uni­dos”]. Dicho de otra mane­ra, el coro­na­vi­rus podría tener un ‎impac­to des­truc­tor sobre la eco­no­mía chi­na y, en una reac­ción en cade­na, sobre las eco­no­mías ‎del res­to de Asia, de Euro­pa y de Rusia, ya afec­ta­das por la caí­da de los flu­jos comer­cia­les y ‎turís­ti­cos, en bene­fi­cio de Esta­dos Uni­dos, eco­nó­mi­ca­men­te indemne.

Glo­bal Research, el cen­tro de inves­ti­ga­ción sobre la glo­ba­li­za­ción, diri­gi­do por el pro­fe­sor Michel ‎Chos­su­dovsky, está publi­can­do una serie de artícu­los de exper­tos inter­na­cio­na­les sobre el ori­gen ‎del coro­na­vi­rus. Esos exper­tos esti­man que «no se pue­de excluir la posi­bi­li­dad de que este virus ‎haya sido crea­do en un labo­ra­to­rio», hipó­te­sis que no pue­de ser sim­ple­men­te cla­si­fi­ca­da como ‎‎«com­plo­tis­ta» para des­acre­di­tar­la. ¿Por qué? Por­que Esta­dos Uni­dos, Rusia, Chi­na y las demás ‎gran­des poten­cias tie­nen labo­ra­to­rios don­de se rea­li­zan inves­ti­ga­cio­nes sobre virus que, al ser ‎modi­fi­ca­dos, pue­den ser uti­li­za­dos como agen­tes de gue­rra bio­ló­gi­ca, diri­gién­do­los inclu­so con­tra ‎cier­tos sec­to­res de la pobla­ción. Esta­mos hablan­do de una acti­vi­dad rodea­da del mayor secre­to, ‎a menu­do bajo la cober­tu­ra de inves­ti­ga­ción cien­tí­fi­ca de tipo civil.

Pero algu­nos hechos salen a la luz, como la exis­ten­cia en Wuhan de un bio­la­bo­ra­to­rio don­de ‎cien­tí­fi­cos chi­nos rea­li­zan, en cola­bo­ra­ción con Fran­cia, inves­ti­ga­cio­nes sobre virus leta­les, ‎entre ellos algu­nos envia­dos por el Labo­ra­to­rio de Micro­bio­lo­gía de Cana­dá. En julio de 2015, el ‎ins­ti­tu­to guber­na­men­tal bri­tá­ni­co Pir­bright paten­tó en Esta­dos Uni­dos un «coro­na­vi­rus ‎ate­nua­do». En octu­bre de 2019, el Johns Hop­kins Cen­ter for Health Secu­rity reali­zó en ‎Nue­va York un simu­la­cro de pan­de­mia por coro­na­vi­rus uti­li­zan­do un guión que, de con­ver­tir­se ‎en reali­dad, pro­vo­ca­ría 65 millo­nes de muer­tos2 [2].‎

Pero lo que no se simu­la es la pro­pa­ga­ción del virus del mie­do, que se extien­de, con efec­tos ‎socio­eco­nó­mi­cos devastadores.

Man­lio Dinucci

26 de febre­ro de 2020

Tra­du­ci­do al espa­ñol por la Red Vol­tai­re a par­tir de la ver­sión al fran­cés de Marie-Ange ‎Patri­zio.

Fuen­te: Il Mani­fes­to (Ita­lia)

  1. La Rai ‎‎(Radio­te­le­vi­sio­ne Ita­lia­na) es el ente públi­co de radio­di­fu­sión de Ita­lia. Nota de la ‎‎Red Voltaire.
  2. «El Foro de Davos se pre­pa­ró para una ‎pan­de­mia de coro­na­vi­rus… dos meses ‎antes de su ini­cio‎», Red Vol­tai­re, 5 de febre­ro de 2020.
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