Resumen Medio Oriente, 18 marzo 2020
La falta de productos higiénicos y las masificadas celdas hacen temer a los presos una política de “negligencia médica deliberada”
Foto: presos palestinos en una celda de la cárcel de Askelon (Reuters)
En los últimos diez días el miedo y el pánico han caracterizado la vida
en la ocupada Cisjordania debido al aumento continuo de los casos de
coronavirus. El viernes [13 de marzo de 2020] el ministro de Sanidad
palestino confirmó que la cifra oficial de casos había aumentado a 35,
de los que 34 se habían dado en la ciudad de Belén situada al sur de
Cisjordania.
Pero justo cuando las medidas tomadas por el gobierno para detener la
propagación del virus empezaban a devolver cierta sensación calma, los
palestinos despertaron con una noticia más terrible: el coronavirus
había llegado a las cárceles israelíes en las que están encarcelados
miles de presos y presas palestinas. El Comité de Asuntos de los Presos
Palestinos informó de que un preso de la cárcel de Ashkelon había estado
en contacto con un médico israelí que había dado positivo en el virus.
El presidente del Comité, Qadri Abu Bakr, anunció que a consecuencia de
ello se había puesto en cuarentena a este preso, que no está
identificado, y otros 19.
Al mismo tiempo medios israelíes y palestinos informaron de que se
sospechaba que había casos de virus en otras dos cárceles, en la Ramleh
en el centro de Israel y en el centro de detención de Moscobiya en
Jerusalén. Tanto en Ramleh como en Moscobiya se puso en cuarentena a los
presos tras haber entrado en contacto con los funcionarios de prisiones
israelíes sospechosos de haber estado expuestos al virus.
El Servicio Penitenciario Israelí (IPS, por sus siglas en inglés)
anunció sus planes de evacuar una cárcel cerca de la frontera con Egipto
para utilizarla para los presos en cuarentena expuestos al virus y de
cancelar las visitas de las familias palestinas a los presos. No
obstante, a los palestinos les preocupa que el gobierno y las
autoridades penitenciarias israelíes no estén tomando las medidas
adecuadas para impedir que se difunda el virus y tratar a quienes
enfermen.
Cárceles sucias y masificadas
“Las cárceles israelíes son tristemente célebres por lo viejas, sucias y
masificadas que están, y por carecer de los artículos básicos de
higiene”, declaró a Middle East Eye el expreso palestino y activista
Mohammed Abed Rabo, de 48 años. “En la mejor cárcel hay entre seis y
diez presos en una celda y en muchos casos hay más”, afirmó y añadió que
durante las comidas y actividades al aire libre se juntan hasta 120
presos. Abed Rabo teme que la fuerte masificación de las cárceles
israelíes sea uno de los factores principales para que aumente el brote
de coronavirus entre los presos palestinos y añadió que además de eso,
la falta de productos higiénicos, como desinfectante para manos y jabón,
no hará más que empeorar las cosas. “Actualmente las cárceles
proporcionan a los presos muy pocos productos básicos de higiene”,
afirmó y añadió que los abogados de los presos afectados le habían
informado de que el IPS no había hecho cambios significativos dentro de
las cárceles para hacer frente al problema. “Deberían proporcionar a los
presos mascarillas, guantes, desinfectantes de manos, jabón extra y la
posibilidad de lavar la ropa y las sábanas más a menudo, pero lo único
que hace es ponerlos en cuarentena”. Según este expreso palestino, la
cuarentena de los presos consiste simplemente en meter a los presos en
las celdas de aislamiento de las cárceles. “¿Cómo van a recibir los
cuidados adecuados que necesitan cuando simplemente se le arroja a estas
mugrientas celdas de aislamiento? ¿Es así como se trata a seres humanos
enfermos?”.
“Negligencia médica deliberada”
Los grupos de defensa de los derechos palestinos han documentado
durante años lo que denominan una política de “negligencia médica
deliberada” en las cárceles israelíes de todo el país. Se calcula que
desde la Segunda Intifada (de 2000 a 2005) han muerto 17 presos
palestinos a consecuencia directa de negligencias médicas.
En 2016 la asociación de defensa de los derechos de los presos
palestinos Addameer señaló que había al menos 200 presos palestinos con
enfermedades crónicas, entre los que se incluían dos docenas de
pacientes de cáncer, decenas de presos con enfermedades físicas y
psicológicas, y 25 que vivían de forma permanente en la clínica de la
cárcel de Ramleh.
“Varios de estos pacientes con enfermedades crónicas tiene problemas
respiratorios y del corazón, y enfermedades autoinmunes”, señaló Abed
Rabo a MEE. Destacó también el hecho que una proporción significativa de
los presos palestinos son hombres de mediana edad o ancianos. “Las
características demográficas de los presos coinciden con las de las
personas más susceptibles de padecer los efectos mortales del
coronavirus y es aterrador”, afirmó.
Abed Rabo indicó que los presos enfermos no están recibiendo un
tratamiento médico adecuado. “Los médicos acuden raramente [a las
cárceles], a los pacientes que tiene enfermedades graves les suelen
prescribir analgésicos genéricos y no se ofrece un programa de
tratamiento adecuado a quienes necesitan diálisis o quimioterapia. De
modo que imagínese si estos presos sufren un brote de coronavirus, ¿cree
que les van a dar un tratamiento adecuado?”.
A pesar de la seriedad con la que Israel está tratando el brote de
coronavirus en el país, Abed Rabo afirma que él duda de que trate a los
presos palestinos con la misma urgencia. “Ha demostrado una y otra vez
que no le importan las vidas de los palestinos, especialmente las de los
y las presas, así que ¿por qué iban a cambiar ahora?”.
Sobre el autor: Akram al-Waara es un vídeo-periodista palestino freelance residente en Belén, en la Cisjordania ocupada.
Fuente original: Coronavirus: Palestinian inmates fear for their lives in filthy and crowded Israeli jails
Fuente: Akram Al-Waara, Middle East Eye / Rebelión (Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos)