Resumen Latinoamericano, 20 de marzo de 2020
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), más de 7 millones de peruanos no cuentan con servicio de agua potable. En días donde lavarse las manos puede evitar el contagio del covid-19, ¿cómo podrían sobrellevar miles de familias los 15 días de aislamiento social obligatorio decretados por el gobierno?
Un reportaje del semanario Hildebrant en sus trece recoge el drama de algunas familias en Lima que no cuentan con el servicio de agua potable en sus casas y solo dependen del abastecimiento de surtidores colectivos o de camiones cisterna.
Es el caso de las familias asentadas en Los Jardines, un asentamiento humano situado en los cerros de Comas. Según el informe, en el lugar perviven cerca de 140 familias sin acceso a agua ni desagüe.
Los vecinos relatan que llenar un tanque con capacidad para mil litros de agua, puede costar entre 25 o 30 soles; mientras que llenar los tachos, que a veces termina siendo insuficiente, puede costar entre cinco y seis soles. Aun así, la llegada de los camiones cisterna es imprevista. No tienen un horario establecido.
Según recoge el semanario, la situación de estas familias es tan crítica que las familias que no llegan a conseguir agua de los camiones —porque se acaban antes de que lleguen a sus viviendas— viven de la solidaridad de sus vecinos; mientras que otros incluso utilizan el agua de la lluvia para lavar la ropa y los platos.
La situación parece repetirse en Las Lomas de Cerro Verde, un asentamiento humano situado en Puente Piedra; y en la parte de baja de Pachacútec, en el Callao.
En el primer caso, las familias cuentan que solo pueden sacar agua durante media hora y dos días a la semana porque luego cierran la llave de abastecimiento; mientras que en Pachacútec, una planta de Sedapal que existe en la zona solo cubre el suministro por las mañanas.
Fuente: SERVINDI