Resumen Latinoamericano, 27 de marzo de 2020
Desde que se inició la cuarentena recibimos cientos de mensajes pidiendo ayuda a las autoridades. Compartimos una apretada y rápida selección de los mismos y esperamos que las autoridades evalúen la magnitud del impacto social y dicten las medidas de emergencia para socorrer a los sectores sociales que las necesitan.
El gobierno de Perú anunció el jueves 26 de marzo la prolongación del estado de inamovilidad social por trece días más, es decir, hasta el domingo 12 de abril de 2020.
La decisión ha sido acompañada de otras decisiones de apoyo social como ampliar la entrega del subsidio o bono de 380 soles a 800 mil familias independientes.
Otra medida es transferir 200 millones de soles a todos los municipios del país para que distribuyan artículos de primera necesidad a los más pobres de sus respectivas jurisdicciones.
De igual modo, los trabajadores que tengan depositos por Compensación de Tiempo de Servicios (CTS) podrán retirar hasta un total de 2,400 soles para atender los gastos que acarrea la emergencia. Asimismo, su suspende un mes el pago de los aportes a los fondos de pensiones.
Las medidas adoptadas tienen un caracter paliativo, y resultan obviamente insuficientes para atender a los millones de compatriotas que no tienen ahorros, ni un trabajo seguro o continuo o padecen de alguna discapacidad.
Son personas que «viven al día», en lugares alquilados, con deudas que cumplir, y que la inmovilidad social las coloca en una situación desesperada en la se hace difícil quedarse en casa a riesgo de no obtener un ingreso con qué comer.
Obreros, albañiles, lustradores de calzado, vendedores ambulantes, operarios de limpieza, carpinteros, peluqueros, mozos, cocineros, artistas, terapeutas y un enorme número de empleos imposibles en el estado de cuarentena.
Peor aún, se encuentran las personas con alguna discapacidad que les limita trabajar, o padecen enfermedades diversas que requieren tratamiento. También, estan los casos de índole psicológica, que se ven agravados por la actual situación.
Ante las actuales y duras circunstancias Invocamos a practicar la «solidaridad desde abajo», con el vecino/a de «al lado», para socorrer a quién está sin alimento o necesita algún tipo de atención.
Quienes tienen la opción de compartir víveres o alimento deben hacerlo. Quienes puedan comprar un servicio o producto deben quizás pagarlo por adelantado para ayudar a otros sin ingresos seguros.
En situaciones límite como las actuales solo la solidaridad entre los más pobres nos ayudará a enfrentar y superar la crisis actual.
De otro lado, debemos prestar atención y vigilar a los «de arriba», a los grupos de poder que se vinculan al desastre ambiental y cuyo modelo de industria agroalimentaria, a costa de los bosques y los ecosistemas, está en el origen de las pandemias.
La situación exige decisiones multinivel, especialmente al nivel de los gobiernos locales para que aseguren la canalización de los apoyos a quien los necesita y a quienes hay que vigilar para evitar la corrupción.
Fuente: SERVINDI