Por Geraldina Colotti, Resumen Latinoamericano, 6 marzo 2020.-
El profesor Ricardo Hung, cineasta y activista del movimiento LGBTI acaba de terminar su conferencia. Brillante y atractivo, explicó, desde una perspectiva histórico-política, las diversas manifestaciones de identidad sexual y los obstáculos que aún existen para la libre expresión del amor y el derecho a una vida libre de violencia.
Su informe se centró en los derechos de las y los transexuales. Un problema, dijo, que la familia y la comunidad deben enfrentar desde el nacimiento, cuando un niño o niña tiene características hermafroditas, y se realiza una amputación arbitraria que afecta su formación.
Sucede, entonces, que una persona se encuentra atrapada en un cuerpo que no reconoce como propio, y que tiene que enfrentar dificultades y estigmas, y una vida llena de obstáculos: comenzando con la cedula de identidad en la que aparece el nombre de una persona que no corresponde a la que existe en la vida real. Sobre el tema, para las actividades del 8 de marzo, Ricardo anticipó la proyección de la película Yo, imposible, de la cineasta venezolana Patricia Ortega.
Con nosotros, en la sala, junto con grupos feministas y movimientos LGBTI que participan en las actividades del Ministerio de la Mujer y por la igualdad de género (MINMUJER), también está el joven Javier Silva, quien habló varias veces en el debate y quien ha aceptado responder nuestras preguntas.
«Soy parte, dice Javier, del Consejo presidencial del poder popular para la diversidad sexual. Actualmente soy el coordinador nacional de la Oficina de asuntos de diversidad sexual, contra las desigualdades y la discriminación, de MINMUJER. Trabajo con la ministra Asia para acercar las políticas públicas de la revolución bolivariana a las personas que tienen identidades sexuales diferentes. El presidente Chávez enfatizó el amor y agregó la tarea de lograr la igualdad de género al ministerio de Mujeres. En la revolución bolivariana vimos la oportunidad de construir un entorno que proteja el derecho al amor en todas sus formas. El amor es fundamental para que las cosas cambien. No es justo que seamos discriminados porque amamos de manera diferente».
¿Y cómo trabajas este tema en MINMUJER?. «Trabajamos con las personas más vulnerables para que las políticas públicas del gobierno bolivariano sean efectivas, para construir una articulación más rentable entre las instituciones y los movimientos, para lograr la mayor suma de felicidad posible, defendiendo los derechos que el movimiento ha ganado o por el cual está luchando, como el derecho a la identidad de las personas trans y también el matrimonio homosexual. Somos aliadas de las mujeres contra el patriarcado y la violencia de género, contra el capitalismo y el imperialismo, que impide la soberanía de los cuerpos y territorios. Estamos avanzando lentamente, pero con gran confianza en la revolución».
En toda América Latina, los movimientos feministas y LGBTI denuncian el gran poder del conservadurismo religioso, que frena o amenaza la libertad sexual. ¿Qué sucede a este respecto en Venezuela? «Es una preocupación real, responde Javier, porque estos movimientos religiosos están tomando cada vez más espacio y están tratando de socavar el concepto de laicismo del estado desde adentro». Se oponen a la aprobación de la ley sobre el matrimonio homosexual y la interrupción voluntaria del embarazo. «Un número cada vez mayor de compañeros se deja llevar por estas religiones que no respetan la libre expresión de los demás, que quieren evitar el derecho de las personas a expresar libremente su orientación sexual. Y también en las estructuras del poder popular desafortunadamente vemos que regresan viejos maquinistas y modelos discriminatorios».
En diciembre de 2015, Maduro creó el Consejo Presidencial de la Sexodiversidad. Javier ahora lamenta: «Lo sentimos, dice, que nuestro presidente Maduro, el único presidente legítimo de Venezuela en quien confiamos, no haya encontrado más tiempo para recibir nuestro movimiento. En un estado laico, la religión no puede imponerse al Estado. Como Ricardo mostró en su conferencia, todas las religiones han logrado cosas impensables en Venezuela. Los santeros en la Cuarta República estaban siendo perseguidos, ahora se sientan con los católicos en su Consejo Presidencial. ¿Por qué, entonces, ciertas religiones que hablan de amor discriminan a los pobres y quieren revertir nuestros derechos y los de las mujeres?».
En algunas ocasiones, la oposición también ha tratado de utilizar estos problemas para acusar al gobierno de violar los derechos humanos. «En América Latina, dice Javier, fueron los gobiernos de izquierda los que defendieron los derechos de las mujeres y la diversidad sexual. En Venezuela, el mayor ejemplo lo da una diputada trans, elegida con la oposición, que negó por completo sus derechos durante todo el período en que la derecha fue mayoritaria en el Parlamento en desacato. Cuando sus colegas declararon en el Parlamento que los derechos LGBTI eran un reclamo del Primer Mundo y no del Tercer Mundo como lo seríamos, esta diputada fue silenciada. Lo más triste fue ver a esta persona que luchó por ser mujer y por su derecho a existir como trans, detrás del autoproclamado Juan Guaidó».
Javier participa en la Comisión Nacional para una nueva masculinidad antipatriarcal y alternativa, promovida por MINMUJER. Para el 8 de marzo, se están organizando seminarios y debates «para discutir su masculinidad con los hombres, porque, dice Javier, son los hombres quienes matan a las mujeres o las maltratan, es con ellos con los que debemos trabajar para construir el nuevo hombre, fuera de los modelos violentos del patriarcado. Pedimos a las mujeres que fortalezcan las relaciones de hermandad, independientemente de lo que tengamos entre nuestras piernas. El 8 de marzo, organizaremos una concentración antipatriarcal de hombres, por primera vez. También recordaremos que el 8 de marzo no es una fiesta cualquiera, sino el día de las mujeres trabajadoras».