Por Lois Perez Leira, Resumen Latinoamericano, 1 abril 2020
Entrevista a Miguel Ángel Trinidad, referente histórico de los ex combatientes de Malvinas.
Miguel Angel Trinidad es un ex soldado combatiente en Malvinas, perteneció a la Compañía Comando del Regimiento de Infantería Mec. 3 Grl Belgrano. En 1982 fue co fundador y Secretario General del Centro de Ex Soldados Combatientes en Malvinas de la ciudad de Buenos Aires. Reside en el extranjero desde 1992. Se especializo en Resolución Pacifica de conflictos, Mediaciones, Reinserción de ex combatientes, verificador de DDHH y cumplimiento de Acuerdos de Paz y Acuerdos bilaterales de Fomento de la Confianza.
¿Cómo valora este 2 de abril en este contexto nacional e internacional?
Este 38 conmemoración del 2 de Abril, Día del Veterano de Guerra y de los Caídos en las Islas Malvinas, es totalmente diferente a los anteriores. Hoy, como hace 38 años atrás, estamos en guerra, pero esta vez contra la muerte por la vida; pero con un enemigo incorpóreo, fantasmal que se puede introducir en nuestros hogares, en nuestros cuerpos y causarnos la muerte. El contexto nacional encuentra ‑por suerte- a una Argentina donde el rol del Estado ha sido revalorizado luego de cuatro años donde la administración anterior solo tuvo como norte la mano invisible del mercado y bajo ese paradigma se redujo el presupuesto a la Salud ‑eliminando el Ministerio de Salud para bajarlo a rango de Secretaría‑, se redujo el presupuesto en el ámbito de la ciencia y la tecnología, suplantando la generación de conocimiento e industrialización del país por un modelo mono productor agrícola entre otros tantos desatinos. Hoy en este escenario trágico queda palmariamente demostrada que la consigna «Achicar el Estado es agrandar la Nación», enarbolada por los golpistas de 1976 y aplicada por el último gobierno, no solo es una falacia, sino también un daño a la vida humana.
La Argentina tiene un Presidente que supo vislumbrar a tiempo los escenarios por venir y tomo decisiones valientes, necesarias y adecuadas. Solo con ver los reportes de la OMS respecto a los casos y decesos por el Covid 19 en el hemisferio, ubica a la Argentina como un país serio, previsor y por sobre todo solidario, donde se prioriza la vida por encima de la economía.
En el contexto internacional, no me atrevería a ninguna afirmación concreta, ya que la pandemia está derrumbando mitos: los intocables y poderosos, hoy son vulnerables. Ya no habrá películas de Hollywood poniendo crisis humanitaria a causa de epidemias en África. Hoy el primer mundo las sufre también. El Covid 19 sera al capitalismo salvaje lo que la caída del muro de Berlín fue al comunismo. O tal vez aún más contundente. La mano invisible del mercado dejo de existir, porque en realidad nunca existió. La única mano que salva a sus ciudadanos es la del Estado. Hoy la humanidad tiene un faro que nos ilumina sobre las tinieblas de esta decadente civilización: el Papa Francisco, quien muy claramente ha dicho que la vida está por encima de codicia. Su encíclica Laudato Si, fue premonitoria en relación a la pandemia que hoy vivimos. Sus llamados a proteger la vida y la salud de los migrantes en Europa, que no fueron oídos, hoy retumban en los oídos de la humanidad.
Los paradigmas van a cambiar. Y en las Islas Malvinas también. Allí el gobierno de facto que administra las Islas y el monopolio de las FIC, no le pueden dar una respuesta sanitaria mínima a la población si el virus llegara a la fase 3. Están hoy aislados, no tienen vuelos ni con Chile, Brasil, ni con el Reino Unido. Su única esperanza es acceder a los hospitales del continente que están a su disposición, y que el Estado argentino ha anunciado que se facilitara ayuda humanitaria.
¿El gobierno actual asumió el Tema Malvinas como cuestión de Estado?
Ninguna duda. Basta recordar la mención del Presidente A. Fernández sobre la Cuestión Malvinas en su discurso inaugural para tener cabal idea que este gobierno encarara la Cuestión Malvinas como una política de Estado. Los argentinos, y en particular la clase política debe asumir de una vez por todas que un país no puede estar cambiando como un barco sin rumbo su política exterior, conforme a la ideología de cada gestión gobernante en cuanto a temas como Malvinas que son Objetivos Nacionales de cualquier gobierno. He trabajado en el ámbito multilateral en el marco de dos países que mantenían un diferendo territorial, y recuerdo perfectamente que uno de los dos paises (no los menciono por razones obvias que usted comprenderá) siempre llevaba al partido político de oposición a las negociaciones y la postura de ese país eran consensuadas con el líder de la oposición.
En Argentina asumió Macri y tiro todo por la borda en relación a la Cuestión Malvinas, se limitó a tímidas, endebles y formales presentaciones en los dos principales foros multilaterales (la OEA y la ONU), el reclamo sobre las Islas Malvinas, Georgias, Sándwich y mares circundantes. Dejo de activar la solidaridad tanto declarativa como de acciones coordinadas en organismo regionales como el Mercosur, la Unasur y la Celac, no puso voluntad para que se aplicara efectivamente la Ley Gaucho Rivero en nuestros puertos atlánticos, por ejemplo.
El actual gobierno, al menos hizo profesión de Fe de que en la agenda nacional, Malvinas ocupara un sitio significativo: anuncio el envío de tres proyectos de ley para afianzar la soberanía territorial, la creación del Consejo Nacional de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, una nueva demarcación del límite de la plataforma continental argentina y la modificación del Régimen Federal Pesquero para endurecer las sanciones a los buques que depreden ilegalmente los espacios marítimos bajo la jurisdicción argentina. Esto no es poco.
¿Cree positivo la creación de la Secretaria de Estado que atiende la defensa de los derechos nacionales sobre Malvinas?
Es un paso muy positivo, por supuesto. Pero entroncando con la respuesta anterior, le diría que no es suficiente avanzar solamente en el ámbito de las relaciones internacionales. Veamos, Malvinas tiene dos ámbitos de expresión y lucha conceptuales: la Cuestión Malvinas y la Causa Malvinas. En la primera es el Estado nacional el que lleva la responsabilidad al diseñar una política exterior independiente, soberana y coherente, teniendo al Ministerio de RR.EE. Como principal fuente de generación de dichas acciones. A ello se debe sumar una Política de Defensa (que desde 1976 no tenemos) plasmada en una Doctrina e Hipótesis de Conflicto de la cual carecen nuestras fuerzas armadas. No puede un país estar desprovisto de una política de Defensa cuando tiene una porción de su territorio insular marítimo ocupado por una potencia extranjera. Las Fuerzas Armadas del país necesitan de esa política de defensa, de una doctrina formativa y de su materialización en el equipamiento. ¿Sabe usted cuál es el país en el hemisferio que proporcionalmente a su PBI, población y superficie, tiene el menor presupuesto de Defensa? La Argentina.
Luego está el ámbito educativo y cultural. Diseño de una curricula primaria, media y terciaria donde la Cuestión Malvinas se vea reflejada con objetividad sin anteojeras ideológicas de ningún tipo.
Finalmente tenemos la Causa Malvinas, cuyo ámbito de desarrollo es fundamentalmente la ciudadanía argentina, las formas organizativas que la población establece, sean estas políticas partidarias, sindicales, sociedad civil, barriales, culturales, deportivas. Aquí el Estado influye pero no es el actor principal. Baste como ejemplo recorrer los barrios donde están establecidos los clubes de futbol: cada hinchada tiene en el barrio un mural reivindicativo de Malvinas, en las tribunas todas las hinchadas despliegan sus banderas malvineras. Veamos las bandas de rock nacional y de metal pesado. Todas tienen una canción referente a Malvinas, en particular las metaleras. Vayan a un recital de Almafuerte, y lo verificaran. Pibes cuyos padres en 1982 o eran niños o aun no habían nacido, haciendo pogo al canto de Malvinas Argentinas y que no salta es un inglés.
La Causa Malvinas está en el ADN de la Argentinidad.
¿Existen diferencias entre las políticas de Macri y las de Alberto Fernández?
Creo que con las respuestas anteriores está claro que no solo son diferencias, son directamente antagónicas.
¿A cambiado la actitud de este gobierno con los ex combatientes?
Tenga presente que no resido en la Argentina desde hace casi 30 años, así que opinar sobre un tema puntual interno de un nuevo gobierno que debe hacer frente a tantos desafíos heredados, y otros inesperados como la pandemia, seria apresurado. Pero si tenemos en cuenta lo anunciado por Alberto Fernández considero que la actitud hacia los ex combatientes o VGM, va a cambiar. Hay un dato a tener en cuenta, y en esto no van preferencias partidarias: un amigo VGM y muy antiperonista me dijo un día: debo admitir que fue Néstor Kirchner el que saco a los ex combatientes de los trenes vendiendo periódicos. Fue el gobierno de Néstor el que más contemplo a nosotros los VGM. Luego durante el gobierno de Cristina eso continuo pero tuvo una influencia muy marcada de un progresismo anti militarista que a estas alturas es poco útil y funcional a la potencia ocupante.
El gobierno anterior tuvo muchas adhesiones desde el ámbito de los VGM. Y lo logro porque precisamente el discurso antimilitarista facilito que el sector militar y civil “procesero” (me refiero a los adherentes a la dictadura cívico militar de 1976) también conocido como “la familia militar”, fuera atractivo como canto de sirena a muchos VGM. También es importante mencionar que los VGM somos tan plurales y distintos en nuestras opiniones políticas como lo lo es la sociedad argentina. Pero el macrismo utilizo a los VGM como objetos decorativos de la liturgia malvinera mientras que firmaba el Memorándum Foradori Duncan, declaraciones conjuntas, cooperación con los británicos en la Antártida y en el Atlántico Sur, cese de sanciones a las empresas que realicen prospecciones y explotación petrolera en la plataforma circundante de las Islas Malvinas, por solo nombrar algunos de los dislates del macrismo que fueron, a la sazón, actos de traición a la Patria.
¿Que está aún faltando en relación a nuestros derechos nacionales sobre Malvinas?
Vuelvo con lo mencionado anteriormente: diseño, ejecución y perseverancia de una política coherente de la Cuestión Malvinas que se manifieste con eficacia en tres ámbitos de la responsabilidad del Estado nacional: 1) Política Exterior, 2) Defensa Nacional y 3) Política Educacional y Cultural.
Y la toma de conciencia en todos los niveles de que hay espacios y temas que convocan a la unidad nacional por encima de las diferencias.
Así como la “Des – malvinizacion” fue una política que tomo forma previa a su creación como categoría conceptual bajo el neologismo acuñado por el sociólogo francés Alain Roquie en 1983 –pero que ya fuera implementada en el ámbito militar en 1982 por el gobierno de facto del PRN bajo las instrucciones precisas del entonces Comandante del Ejército, el Grl. Cristino Nicolaides, y que la administración del Presidente Raúl Alfonsín profundizara en términos políticos durante su gestión – su contracara, que tuvo y tiene varias definiciones (la malvinizacion, re malvinizacion, etc.) tiene también un ámbito hasta ahora no planteada y es la heterogeneidad desde la cual es abordada. A esa particularidad la queremos llamar hoy con un neologismo para contraponer la citada Desmalvinizacion: “La Malvinidad”.
La Malvinidad es el espacio de la Nación Compartida donde nos encontramos todos los argentinos ‑y con particular foco los VGM y los malvineros militantes que no fueron combatientes pero que en no pocos casos son mas consecuentes que algunos de los primeros- que pensamos y asumimos posiciones políticas tan variadas y diversamente como es de plural la conformación política de la opinión pública argentina; como así también en tonos de confrontación a partir de nuestras ideas y postulados políticos e ideológicos. Es decir que La Malvinidad es transversal a la derecha clásica liberal, la nacionalista, la izquierda liberal tradicional, la izquierda nacional, los movimientos nacionales y los llamados sectores o expresiones de “la Republica”, pasando por supuesto por los ámbitos mas concretos como el castrense, la religiosidad en su vertiente confesional católica en particular como así también algunos de los reservorios políticos de lo que fue un sector de la antigua guerrilla argentina.
Cada sector, desde su perspectiva y paradigma, tiene a Malvinas en algún punto de su agenda.