Andrés M. Sarlengo /Resumen Latinoamericano /16 de abril de 2020
Ayer el docente, Técnico Superior en Psicología Social y dirigente sindical de Agmer Paraná (Entre Ríos), Claudio Puntel, escribió un artículo titulado: “Desde la Psicología Social alientan a mantener vivo el desafío del conocimiento (1)”. En ese apunte publicado por RÍO BRAVO, Puntel sintetiza las reflexiones brindadas en una charla on line por Guillermo Volkind (Lic. en Cs de la Educación y Psicólogo social) el pasado viernes 10 de abril.
En tiempos de cuarentena, de amenazas objetivas, crisis socioeconómica, despuntalamiento vincular y un horizonte de color oscuro: este artículo es un canto a la adaptación activa a la realidad (concepto acuñados por Enrique y Ana, como decimos entre nosotros), donde el pensar en voz alta (Guillermo) se tradujo en palabras escritas (por Claudio). Y a esa convergencia quiero sumarme.
Sabemos que la pandemia del coronavirus es más que un virus, es la expresión de las relaciones sociales de producción burguesas que enferman y matan…Y de ahí la dignidad de estos párrafos complementarios. «Es necesario sostener la tarea centrada en mantener vivo el interés por el aprendizaje, por el conocimiento; porque en esta crisis también se juega la identidad», sentencia Volkind. Sí, señores y señoras, los más desposeídos son los que más sufren con esta peste, hija putativa del capitalismo. Se pone en juego quiénes somos como individuos, grupos y sobre todo, algo que no hay que olvidar, como clase social a la que pertenecemos: proletarios oprimidos.
Puntel destaca en su nota: “Lo que está ocurriendo hoy “no es inocuo”, dijo Volkind a continuación y argumentó que “esos espacios y esos tiempos, esos indicadores externos que nos dieron la posibilidad de organizar los indicadores internos, están totalmente alterados. Sólo existe el de la vivienda como único espacio y que reemplaza al resto de los espacios”. No se trata de “un espacio supletorio, sino que contiene la totalidad de los espacios, de todos los convivientes en ese lugar. Y de repente se transformó en espacio de escuela, espacio de trabajo, espacio familiar, espacio de alimentación, espacio de alegrías y espacio de ansiedades, espacio de angustias”, fundamentó el educador”. ¿Se entiende o me explico porque el “quédate adentro” tiene varios sentidos? La casa/espacio/hábitat de un laburante o desocupado es muy distinta a la de un empresario, político o funcionario estatal de jerarquía. Muchos niños o personas en situación de calle o precarizados tienen un adentro (casa) muy a la intemperie, soportando iniquidades, y qué decir de las mujeres violentadas o asesinadas…con el criminal bajo el mismo techo.
El siguiente apartado de Claudio y Guillermo es aleccionador: “No se puede pretender hoy que de un momento para otro la gran mayoría de los docentes de la Argentina se transformen en docentes de aulas virtuales”, ello no es posible “no sólo no porque no estamos preparados, sino que no están dadas las condiciones logísticas y la existencia de los recursos que son sólo recursos. No podemos transformar el recurso en contenido”. Recordó que el de los recursos, “es un viejo tema de la didáctica”. En ese sentido afirmó que “no importa si empezamos con el recurso; el recurso sino está relacionado con qué queremos enseñar, muere en el mismo momento que ingresó o se transforma en el activismo, en una suma de iniciativas con destino incierto. El desafío es no perder de vista los otros elementos, qué enseñamos, para quiénes, y en qué condiciones”.
Lo que queda claro es que todo lo llevado a cabo por el Consejo Federal de Educación Nacional puede verse como improvisación: pero el Plan Maestro (basado en la Ley de Educación Nacional Nº 26.206 y los organismos técnicos y crediticios internacionales) como la Secundaria del Futuro hace tiempo que vienen carreteando para tomar vuelo: la pedagogía instrumental donde el docente y la educación (degradadas) únicamente formen en los atributos intelectuales, emocionales y laborales de un conjunto del estudiantado requerido por el empresariado, pues a las mayorías con que sepan sumar, restar, mandar mensajes de wassap, leer avisos publicitarios y consumir “porquerías artificiales” les alcanza. En otros términos: ¿será la pandemia del coronavirus la mejor excusa para un salto cualitativo en la explotación del capital sobre nosotros? Sí, a “cuidarnos” de las trampas burguesas que nos convierte en conejillo de indias.
En efecto, a su modo, a lo anterior escrito por mí, Claudio y Guillermo lo afirman: “En distintos puntos de la charla, Volkind trajo a colación la idea muy difundida de que “esto también puede llegar a ser como una suerte de ensayo general para ver cuánto se puede reemplazar de lo real y físico por lo virtual. Es decir, cuántos puestos de trabajo pueden estar suplidos”. De inmediato, afirmó que “lo real no puede ser reemplazado por lo virtual”. Aun reconociendo que “lo que está sucediendo hoy puede ser utilizado para algo a lo que después vamos a tener que oponernos, pelear y enfrentarnos”.
Globo de ensayo. E insistimos: la cuestión no es la tecnología educativa en sí sino las relaciones sociales de producción que nos oprimen.
En definitiva, quería sumarme a ese diálogo entre Claudio (el que las tipió y organizó) y Guillermo (el que pensó las ideas) como una forma de subrayar la importancia del aprendizaje, del conocer, del ser activos y de la tarea revolucionaria que como docentes tenemos frente a este crisis. Como ironiza Leónidas Ceruti desde su facebook: sí, nos quedamos adentro, pero no nos callamos.
Notas: