Por José «Güeso» Sayago, Resumen Latinoamericano, 13 abril 2020
En la 1ra Parte de la nota (*a) afirmé:
– Que la causa de la actual crisis es la Bancarrota
Financiera Internacional iniciada entre el 2007/2008 con epicentro en EE.UU.
– Que con la dimensión y el volumen de la intervención
del Estado norteamericano en los negocios privados, los principios Liberales
(neo y geronte) se fueron por la letrina.
– Que la
Deuda Externa Argentina es literalmente IM-PA-GA-BLE.
– Que esto refleja la impunidad política del régimen
de la Democracia Representativa.
Verdades (¿?) Hagamos un paneo
sobre ciertas «verdades» que andan dando vueltas por ahí.
La Guerra Comercial entre EE.UU y China refleja según
algunos la preocupación norteamericana por no perder la supremacía frente a la
potencia asiática emergente. El problema es que independientemente de las
impresiones que destila el asunto, es una obligación de precisión conceptual
tener bien en claro qué significado tiene en el régimen capitalista el término “economía potencia”.
Desde que el capitalismo adquirió el carácter IMPERIALISTA
corporizó en las Fuerzas Armadas más crueles, a su gendarme para imponer por
las malas lo que no fue consolidado todavía por «las buenas»: que
todos los demás Estados independientes (!) “acepten” las reglas del juego. A
saber:
– Propiedad Privada… – Secreto Comercial… –
Libertad de Comercio…
Estos tres asuntos encierran las premisas fundamentales
que le dan sentido a todo el régimen capitalista.
El aparato estatal estadounidense fue el destacado para
jugar ese rol de gendarme internacional en el período del plano superior del
Capitalismo. Por ello cuando se habla de Imperialismo norteamericano nos
referimos a su poder de fuego, pero cuando hablamos del poder del Capital
Financiero Internacional nos referimos al poder de conjunto del régimen
capitalista para estrangular la economía de tal o cual Estado que intente
defenderse de su poder y proteger su independencia. Ese carácter despótico da
forma y contenido a lo que sería una economía potencia lo cual constituye
en forma distintiva cuando los capitales de un país dominan la economía de otro
u otros países.
Si se toma esta premisa conceptual deberemos
considerar que siendo China el país con mayor concentración de inversiones de
capitales extranjeros en el período de los últimos 20 años a la fecha, su
economía está siendo dominada por los flujos y reflujos de estos capitales. Uno
de esos movimientos fue provocado por el regreso de capitales norteamericanos y
de otros países al fuero de las inversiones en territorio norteamericano a
partir que Jerome Powel (Pte. de la RFA) informara de créditos con Tasas de
interés muy bajas y hasta del 0%.
Dicha disposición inmediatamente desplazó una gran masa
de inversiones de China, disminuyendo la famosa tasa de crecimiento Chino del
8% anual en 2014, al 6.5% en 2018 (*b), lo que en un país con 1.360 millones de
habitantes significa que al menos 520 millones viven con ingresos por debajo de
niveles de pobreza. Independientemente de lo que digan los gurúes del
“Socialismo de Mercado”, lo cierto es que el famoso despegue Chino se realizó bajo
la forma de mano de obra súper barata y el ingreso de un T’sunami de
inversiones extranjeras cuyos beneficios privados obviamente circulan hacia sus
casas matrices, y hoy directamente se están retirando del circuito financiero
chino.
La pregunta que probablemente tira luz sobre el
problema sería. Si EE.UU puede hacer esto con China ¿por qué China no puede
hacer lo mismo con los EE.UU? Respuesta: Por la misma razón por la que una
verdadera potencia mucho más sólida que la actual China, se derrumbó ante la
presión constante de la acción fragmentadora de las barreras nacionales que ejerce
el Imperialismo moderno. Esa verdadera potencia fue la URSS. Entonces ¿no hay
salida?
De la cuna de la
democracia a la RFA
A escala
internacional, la moneda en que se realiza el 95% de las transacciones
comerciales/financieras es el dólar. A ojo de “baqueano” deja blanco sobre
negro que el país que pueda disponer de la mayor masa de dólares estará en
mejores condiciones que el resto.
La RFA (Reserva Federal norte Americana o FED por sus
siglas en inglés) es una institución privada, no pertenece al Estado norteamericano,
y es la única institución en el planeta que imprime los billetes dólar.
Podríamos decir que la RFA es como un calco en mayores
dimensiones de lo que constituyó en su momento la Democracia Griega de los
siglos IV y V antes de Cristo. A saber: Una minoría social (los griegos)
viviendo en democracia, a costilla de 500.000 esclavos trabajando en los campos
para ellos, so pena de ser aniquilados por los temibles “300 de Leónidas” si se
revelacen.
La Reserva Federal no responde al Congreso de EE.UU, y
mucho menos al presidente de turno. Es al revés. Todos ellos son sus empleados,
mulos y matones; y cuando son despedidos, el seguro de desempleo se lo paga el
pueblo estadounidense. Por ello todas las instituciones que constituyen el
Estado de ese país no gobiernan a la RFA, sino que actúan como intermediario
del poder de ese organismo sobre la población estadounidense y del resto de la
humanidad.
Como dato podríamos tomar centenares de ejemplos. Pero
solo vamos a tomar uno. Durante 2008 este organismo es el que habilitó que el
Congreso norteamericano votara favorablemente los enormes (lo digo
literalmente) paquetes de dinero como salvataje para bancos y/o empresas
norteamericanas.
Tener la potestad de imprimir los billetes dólar, es
uno de los mecanismos por los cuales el capital norteamericano se impone en el
mercado internacional sobre el resto, ya que dispone ilimitadamente de la
moneda en la que se realizan todos los movimientos comerciales y financieros. No
es el único instrumento, sin embargo es una base de sustentación muy potente.
Ergo: Para el régimen capitalista cuya cúspide es la RFA todo el resto de la
población del planeta somos los “esclavos, menores, mujeres, y extranjeros” de
la originaria Democracia Griega en la que se babean los liberales de la
actualidad. Y que la cuenten como quieran, pero eso es hoy la famosa democracia
representativa en cualquier parte del mundo: Intermediarios de ese poder
despótico y que pone de relieve la formulación de Marx: la sociedad burguesa parasita
sobre el régimen del Trabajo Asalariado que en términos modernos es un régimen
de esclavitud generalizada.
“EL OCTAVO…”
Con este método (impresión ilimitada de billetes
dólar) se produjo sobre todo a partir de la Guerra de Vietnam, la aparición de
enormes proporciones de capital ficticio (dinero sin respaldo de riquezas
materiales), con el cual no solo fueron pateando la pelota para más adelante, e
inventando “éxitos” económicos, sino también creando un fenómeno estremecedor:
Mientras el PBM (Producto Bruto Mundial) constituye unos 60 Billones de dólares
anuales, por el otro costado el dinero circulante es de 580 Billones de
dólares!!!
“El Octavo Pasajero”, al igual que ese cruel e impío
huésped de la saga de ciencia ficción, está reventando el pecho de su anfitrión
en el centro geográfico del poder financiero: EE.UU. El capitalismo lo sabe, y
ya tiene todo resuelto, peeero…
“EL TALÓN DE AQUILES” DEL RÉGIMEN CAPITALISTA.
Desde hace más de 150 años Carlos Marx en su trabajo
de investigación científica (El Capital) logró desentrañar el secreto de “La
Ganancia”, demostrando que la misma no es producto de la habilidad del capitalista
para comercializar favorablemente su mercancía en el mercado, sino el producto
orgánico de la Plus Valía que el capitalista extrae de la Fuerza de Trabajo de mano
de obra asalariada, la cual compra en el mercado laboral en el salario más bajo
posible.
Esto significa que aunque en la lucha sindical los
obreros logren un alto salario de convenio, el fenómeno de la ganancia siempre
estará vinculado a esa relación social de poder del patrón sobre el obrero,
poder que radica en que el capitalista tiene como punto de partida la propiedad
privada de las FF.PP (Fuerzas Productivas): máquinas + fuerza de trabajo +
materias primas. Todo redondo.
Nada puede malir sal
Lo que no queda claro es: Si el capitalismo tiene todo
el poder y, además, ha derrotado al comunismo representado por la ex URSS a
fines del Siglo XX …. ¿cómo es posible que luego de tres décadas de aquella
victoria de las fuerzas del capital sobre las fuerzas del trabajo, los pueblos
del mundo se vean sumergidos en una vorágine de hambrunas, guerras,
fragmentación de gobiernos y degradación de las instituciones de los Estados, cuya
suma y combinación ponen de relieve la responsabilidad de los vencedores sobre
condiciones de cambios climáticos de características bíblicas y de enfermedades
infecciosas de letalidad cinematográfica que aparecen por el planeta?
La respuesta es la tendencia decreciente de la Tasa de
Ganancia capitalista. Indetenible. Hagan lo que hagan los capitalistas, esa
tendencia continúa creando bancarrotas y erosionando el régimen burgués de
conjunto.
“Desde
que alguien dijo:…”
Por lo tanto nuestro planeta, habitado por una
poderosa especie de vida (la humanidad), cuyo grado de desarrollo tecnológico
podría ser utilizada en beneficio de sí misma, y para el resto de las especies,
muy por el contrario “Desde que alguien dijo:… esto es mío” (apareciendo la
propiedad privada en tiempos remotos), hasta nuestros días, se halla en un
punto culminante del largo período de luchas internas, de cuyo desenlace
depende el destino de todo y de todos. En este punto creo justo señalar que en
el escenario en que nos toca vivir, aquella formulación política de Rosa
Luxemburgo “Socialismo o Barbarie” se yergue en medio de los espejismos
democratistas como una potente voz hacia el activismo honrado de todos los
pueblos del mundo, en sintonía con los intereses de las clases trabajadoras. Mientras
la actual pandemia del COVID-19 (coronavirus) ha concitado la alarma de
millones de personas alrededor del mundo, lamentablemente solo una proporción
muy inferior ve con claridad que esta pandemia ha servido para ocultar la
verdadera pandemia que se cierne sobre el horizonte, en la forma de una recesión
imparable. De allí que la acción política revolucionaria y socialista adquiere
una relevancia impostergable de cara a la nueva coyuntura cargada de tensión
social de proporciones y dimensiones muy superior a cualquier otra del pasado.
Default técnico, de hecho y de cohecho
El endeudamiento en Argentina compromete el 66% del
PBI, lo cual además de IMPAGABLE, deja sin ninguna perspectiva de crecimiento
ante un escenario internacional totalmente adverso por la caída estrepitosa de
los precios internacionales de las materias primas (commodity’s) de la cual
dependían los negocios de una burguesía “nacional” que década tras década prometieron
un ”derrame” de beneficios sobre el resto de las clases sometidas a su poder,
que jamás se concreto, excepto como artículo de campaña utilizado por sus
partidos políticos para proteger sus intereses. De la constatación de este
hecho surge la reflexión que al menos en nuestro país la burguesía no juega
ningún rol como clase dominante con intenciones de defender sus intereses
frente al imperialismo norteamericano, sino solo en repetir indefinidamente con
abyecta dedicación el saqueo extra de nuestro Pueblo por sus privilegios y
codicia.
Una situación de contraste
La tensión en Argentina está alcanzando dimensiones de
inminente estallido social. Si no sucedió todavía es porque un fenómeno de
contención todavía prevalece entre el activismo en general. Eso configura una
de las claves del problema, pues la alternativa es que las organizaciones
revolucionarias y combativas se esfuercen aún más en abordar ese asunto
interviniendo entre el activismo persuadiendo para revertir una dinámica que no
ha constituido ninguna ventaja para las masas en Argentina, sino todo lo
contrario.
Sea como fuere, es impensable que la población se
mantenga mansa indefinidamente. La historia de nuestro pueblo ha de emerger más
temprano que tarde, e inexorablemente recurrirá a la única metodología de lucha
que en los últimos 30 años le ha representado alguna lógica de sanidad política.
En ese sentido muy probablemente resurgirán los Piquetes, y otra vez “marcharán”
desde el interior del país hacia Bs.As sólo que a una velocidad y volumen de
gente superior a la ocurrida en los ’90 del siglo pasado.
Las condiciones objetivas para una modificación del régimen
social en Argentina han madurado desde hace años: pobreza, desocupación, y desigualdad
social intolerable. En la actual situación de pandemia, los ricos, a pesar de
representar focos infectológicos inocultables no respetan la cuarentena
violentando todas las restricciones de tránsito dispuestas por el gobierno
poniendo en evidencia la debilidad del mismo.
Las condiciones subjetivas: agrupamientos lógicamente patriotas
de un país subdesarrollado, programáticamente clasistas en la sociedad
capitalista, y enarbolando un sublime amor por el pueblo, referenciado en las
mayorías nacionales de la ciudad y del campo, de todas las comunidades criollas
y originarias, se van desplegando de manera desigual y hasta diríamos
caprichosas. Ya hablaremos de esto en otra nota.
Un pueblo, una clase
Pero el escenario de conjunto viene desenvolviendo las
condiciones de una nueva Rebelión Popular, y en ellas los batallones más numerosos
de la clase obrera industrial, mientras todavía deben responder a direcciones
burocráticas, chocan de frente con disposiciones del gobierno que no hace nada
ante patronales que no las cumplen, avaladas por los jefes de sus sindicatos y
de la CGT quienes se confabulan para que sus afiliados continúen exponiéndose
al contagio y por ende a sus familias, sin que las centrales sindicales muevan
un dedo en su defensa, ni aún ante despidos arbitrarios.
Miles de vecinas y vecinos agrupados en las
organizaciones sociales, silenciosamente están procesando el mismo disgusto
acorralados en sus barriadas, viendo en las redes virtuales el contraste de una
cuarentena de clase que les ha dejado expuestos a una bolsita de alimentos
secos que el gobierno deja caer por el costado de la mesa, en medio de un
festín en el que las clases trabajadoras somos convidados de piedra.
Porque para imponer una verdadera cuarentena por la
fuerza a los abyectos y peligrosos ricachones para protegernos del coronavirus,
así como para exigir la cobertura de asistencia económica y alimentaria estatal
ante la recesión imparable, el gran contraste es que las masas debemos GANAR LAS CALLES!!!
Ese fenómeno de movilización política de masas todavía
no sucede, y… “Eppur si muove”.
(*b) https://datosmacro.expansion.com/pib/china