Desde el lunes se sabrá quienes cobrarán el Ingreso Familiar de Emergencia
11 millones de personas se preincribieron para cobrar el bono de 10 mil pesos en medio de la pandemia del coronavirus. Conocé el cronograma.
Los más de 11 millones de preinscriptos que se registraron para recibir el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) podrán conocer a partir de la medianoche del lunes si reúnen los requisitos para acceder a esta prestación extraordinaria de $10.000, que se cobrará en el curso de este mes para paliar los efectos de la cuarentena por el coronavirus.
Según cuenta la agencia Télam, la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) determinó un cronograma de consulta en base a la terminación del DNI, a través de la página web www.anses.gob.ar.
En base a esto, a partir del primer minuto del lunes 6 de abril podrán realizar la consulta quienes tengan su documento nacional de Indentidad terminados en 0 y 1; el martes los finalizados en 2 y 3; y el miércoles los terminados en 4 y 5.
En tanto, los finalizados en 6 y 7 podrán realizar la consulta el jueves 9 de abril; y los terminados en 8 y 9, el viernes 10.
La cantidad de preinscripciones para el IFE cerró el viernes a la noche, con un total de 11.018.398 personas registradas de acuerdo con la información brindada por la Anses.
En base a los números iniciales dados a conocer por la dependencia oficial, la cantidad de hogares en condiciones de recibir el bono suman alrededor de 3,6 millones.
Los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo y Asignación por Embarazo ‑un total de 2,4 millones de beneficiarios- ya empezaron a percibir el bono de $10.000 de manera automática porque sus datos ya estaban cargados antes de que llegara el coronavirus al país.
El resto de los beneficiarios, que se informarán desde esta medianoche, comenzarán a cobrar el bono de $10.000 a partir del próximo 15 de abril.
Una vez que termine la etapa de consulta, a los que resulten beneficiarios se les va a pedir datos de contacto y la forma en la que recibirán el pago, que puede ser a través de una cuenta bancaria u otro mecanismo que se definirá en las próximas horas.
Si bien el bono está previsto que se entregue por única vez, en caso que el aislamiento se prolongue por la pandemia de coronoavirus puede volver a entregarse en mayo.
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Tras el encuentro con la CGT, el Gobierno ya diseña estrategias para salir de la cuarentena y volver al trabajo
El Gobierno nacional define por estas horas cómo continuar con el distanciamiento social después del 13 de abril, y analiza «cuatro o cinco modelos» en base a los resultados de la cuarentena obligatoria, que si son «positivos» llevarían a «liberar paulatinamente algunos rubros y endurecerse con los grupos de riesgo».05/04/2020 11:16:00
Así lo anticiparon a NA fuentes oficiales, que consideraron que «si los resultados de la cuarentena son positivos se podría empezar a flexibilizar», y admitieron que el presidente Alberto Fernández está «confiado, y pareciera que es posible, lograr achatar la curva de infectados».
«El modelo más obvio es liberar paulatinamente algunos rubros y endurecerse con los grupos de riesgo», señalaron las mismas fuentes, aunque advirtieron que «no es seguro que se flexibilice» el aislamiento después de Semana Santa.
En ese marco, Fernández «tiene de cuatro a cinco modelos para salir de la cuarentena de una manera ordenada sin poner en riesgo el amesetamiento de la curva (de contagiados)«, para evitar «llegar a septiembre con un nuevo pico».
«Seguramente será una cuarentena más focalizada, fuertemente focalizada, con otro tipo de medidas. No se piensa como algo parecido a lo que era antes de que se dicte el aislamiento social obligatorio», señalaron.
En ese marco, detallaron: «Focalizar la cuarentena implica que se le permita a la gente ir a trabajar y volver a sus casas. Algunos rubros definitivamente por dos meses más no van a aparecer: bares, restaurantes, plazas y parques».
«Creemos que habrá una gran oportunidad, si se mantiene una gran adhesión, de poder profundizar medidas sanitarias para salir bien de esto. Sería insoportable ver las iglesias llenas de ataúdes. Ese es el espejo», describieron las mismas fuentes, con llegada a la Quinta de Olivos.
Sobre la respuesta de la sociedad, el Gobierno analizó que «es más preocupante la actitud de los sectores más reaccionarios, más de derecha y más pudientes, que son los que hacen la cuarentena y se quedan en sus casas y agarran la cacerola».
«Los pobres, que se les complica cumplir con la cuarentena en 40 metros cuadrados viviendo 8 personas, finalmente van a entender mejor la crisis que estamos viviendo», evaluaron cerca del Presidente.
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Con ganancias millonarias, la empresa láctea Verónica paga sueldos en 4 cuotas
La fábrica santafecina le «propone» a sus empleados cobrar el sueldo de marzo entre el 7 y el 21 de este mes, en cuatro cuotas. Los sueldos se llevan la mitad de la facturación, pero así y todo las ganancias estuvieron alrededor de los $ 37 millones el mes pasado.04/04/2020 00:03:00
La reconocida empresa santafecina de lácteos Verónica le «propuso» a sus trabajadores pagar los sueldos de marzo en cuatro cómodas cuotas. Los tramos se dividirían en dos del 30% y en otros dos del 20%.
Se podría pensar que la situación económica de la empresa es de crisis por el aislamiento social preventivo y obligatorio dispuesto por el Gobierno Nacional, pero no es el caso.
Es que a pesar de la pandemia Verónica continuó con la producción por estar entre los servicios esenciales y habría ganado unos $ 37 millones netos sólo el mes pasado.
Tras la denuncia de los trabajadores, la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA) solicitó ver los libros contables de la empresa, pero se lo negaron sistemáticamente.
Como antesala de esta situación, la empresa ya había comenzado a atrasarse en los pagos al gremio y su obra social, reteniendo, por lo menos, $ 10 millones de pesos, según consignó el portal Minuto de Cierre.
El portal local investigó también que el dueño de la empresa, Francisco Gonzalo Espiñeira, se anotó para el blanqueo de capitales en el exterior que habilitó el gobierno anterior por varios millones de dólares y sospechan que evaden impuestos subfacturando en exportaciones.
«Se autopagan la leche mucho más que el valor real, y de ese modo declaran menos ganancias y evaden impuestos. En el caso de Verónica es fácil, porque tiene muchos tambos propios», le explicó a Minuto de Cierre una persona de trato frecuente con esa empresa.
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Longchamps: trabajadores de La Serenísima en conflicto
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Por la pandemia: la UBA reprogramó su calendario escolar
Según informó la alta casa de altos estudios más, la entidad educativa, de carácter autónoma, con el objetivo de cuidar la salud y mantener la calidad educativa, retomará sus clases el 1 de junio de este año y las finalizará el el 12 de marzo del 2021, con un lapso de descanso entre el 19 de diciembre y el 17 de enero.
Pero la casa de altos estudios destacó que adopta esta decisión porque integrantes de su comunidad integran grupos de riesgo y porque docentes, no docentes, estudiantes e investigadores junto a funcionarios prestan servicios esenciales para la atención de la salud de la población.Recordemos que la universidad puso a disposición su red de hospitales, prepara el hospital de Clínicas para asistir durante la pandemia, envía trailers a barrios vulnerables para descomprimir los centros de salud, reparte insumos médicos en distintos puntos de la ciudad y cuenta con más de siete mil voluntarios que asisten en el sistema de salud pública en la emergencia.
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Las organizaciones sociales demandan más alimentos y agua potable
Trabajan en la contención de los barrios populares ante la pandemia del coronavirus. Advierten una demanda creciente en comedores y merenderos. Preocupación por la falta de elementos de higiene.
Por Gustavo Montiel –
En las barriadas del Conurbano bonaerense, las organizaciones y movimientos populares se encuentran en la primera línea de contención social frente a la pandemia del Covid-19. En ese contexto, el diagnóstico compartido marca la necesidad urgente de una mayor intervención estatal en la provisión de alimentos, agua potable, elementos de higiene y desinfección de manera directa en los barrios humildes; que no sólo va a contener socialmente a los vecinos, sino que a corto plazo les facilitará el cumplimiento del aislamiento preventivo obligatorio.
También reclaman con la misma urgencia mayores partidas de alimentos para comedores y merenderos, que en gran parte se encuentran sobrepasados ante el aumento de la demanda.
“Se incrementa semana a semana la llegada de vecinos a comedores y merenderos. Y además se convierte en un espacio que no es sólo abastecerse de comida. El que va a buscar comida a veces se informa, pregunta, denuncia, averigua”, remarcó a Tiempo Nicolás Caropresi, del Movimiento de Trabajadores Excluidos-UTEP.
“Las organizaciones estamos preocupadas, en primera instancia, en que haya alimentos. Que los comedores no se saturen de gente, que se pueda atender a la demanda. Porque lo que pasó con la medida de la cuarentena, es que frenaste la economía popular, que funciona en su mayoría en la vía pública. Hay gente que se quedó sin ingresos de un día para el otro. Hay medidas nacionales que vinieron bien, el Ingreso Familiar de Emergencia, el IFE, va a ser un aporte importante para muchísimas familias”, señaló. “En los comedores y merenderos estamos pidiendo que dupliquen la cantidad, y están reforzando”, proyectó.
Respecto a los comedores y merenderos, algunas organizaciones manifestaron una propuesta audaz: que se abran nuevamente todos los comedores de las escuelas bonaerenses para que los movimientos lleven a cabo allí su labor alimentaria. En ese sentido, Juan Carlos Alderete, coordinador nacional de la Corriente Clasista y Combativa, diputado nacional (FdT) y vecino de González Catán, La Matanza, contó a Tiempo: “Le hemos dicho a la ministra (de Desarrollo de la Comunidad de la Provincia) Fernanda Raverta, que lo mejor que puede ocurrir es que abran todas las escuelas y que no se cocine en la casa de una familia o en un comedor, sino que se cocine y se atienda en la escuela, que se les entregue allí la vianda todos los días. En ese caso iríamos a las escuelas, las cocinas son más grandes, hay mayor comodidad para repartir”, apuntó.
Fuentes del gobierno provincial confiaron a Tiempo que la medida “se analiza, pero directivos y docentes son muy reticentes a “compartir” el espacio”. Por ahora, señalaron, continuarán con el reparto de bolsones con los cuales se reemplazó provisoriamente al Servicio Alimentario Escolar.
Riesgo sanitario y aislamiento
El escenario más temido por todos es que la pandemia se instale en los barrios populares. “Nosotros podemos llevar relevamientos en los barrios donde tenemos presencia, para acercar a las autoridades políticas y sanitarias. Porque si en algún momento se sospecha de un vecino que tiene el virus, hay que aislarlo de forma inmediata. Hay que sacarlo del barrio. Porque en los barrios populares, en una habitación duermen cuatro personas, una familia. El contagio puede crecer rápidamente, y no queremos ni pensar en una epidemia en los barrios populares”, advirtió Alderete.
Y ese punto está ligado a las condiciones del aislamiento en los barrios. Por el momento, la idea que se impone es la de un aislamiento controlado, en un determinado número de manzanas, en un perímetro. “El aislamiento individual es absolutamente necesario. Pero alguien, para quedarse en su casa, tiene que tener dos cosas: comida y elementos de higiene. Ninguna de las dos ha llegado a los barrios populares. Para eso tendría que haber, todos los días, o por lo menos cada dos días, distribución de alimentos. Creemos que el Estado tiene que ir a los barrios populares, se lo dijimos a los funcionarios”, planteó Eduardo Belliboni, del Polo Obrero.
De allí que, en líneas generales, las organizaciones sociales evalúen positivamente la presencia logística del Ejército para distribuir alimentos en distritos como La Matanza y Quilmes, pero “sin prepotencia” hacia los vecinos.
La provisión de agua es otro de los puntos críticos en los barrios. Belliboni anticipó: “El día martes nos va a recibir el ministro (Arroyo), según nos anunciaron. Vamos a llevar un pliego de reivindicaciones y reclamos, que parten desde el agua potable. El primer punto es que hay muchos barrios que no la tienen. La gente no se puede lavar las manos si no tiene agua. Es un petitorio para que se resuelvan problemas como la comida, la distribución de kits de limpieza, la coordinación con hospitales públicos”.
A nivel distrital, señalan; “Hay una resistencia, pero por suerte los intendentes están aflojando, incorporando las organizaciones sociales a los comités de emergencia”, contó Alderete.
Sin barbijos
Varias organizaciones plantearon su preocupación porque el Estado aún no les envía elementos de protección, como barbijos, alcohol en gel y lavandina, entre otros, sobre todo en comedores y merenderos. “El viernes pasado, en el Comité de Emergencia Nacional, les hemos planteado que esos compañeros, que son mil en todo el país en nuestro caso, no han recibido ni siquiera un barbijo.
Venimos pidiendo medidas de seguridad para esos compañeros. Ellos mismos tienen que fabricar sus barbijos, sabiendo que sirven muy poco, porque tienen que ser de una tela especial, los hacemos como podemos. No tenemos alcohol en gel, lo tenemos que fabricar nosotros”, contó el diputado nacional Juan Carlos Alderete, coordinador de la Corriente Clasista y Combativa. Eduardo Belliboni, del Polo Obrero, contó: “Les hemos tenido que comprar nosotros el alcohol en gel, y fabricamos caretas porque no hay barbijos”.
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Voluntarios virtuales: la creativa convocatoria de Barrios de Pie
En las geografías más humildes, las organizaciones sociales contienen el avance de la pandemia y apelan a la solidaridad con ollas e ingeniosas propuestas
Por Pablo Bassi | La vida en los comedores comunitarios cambió. Si hace veinte días los vecinos acudían a compartir un almuerzo, ahora van a cargar tapers desde una olla parada en la puerta, a una distancia prudente uno de otro. La imagen remite a 2001: militantes sociales ‑sobre todo mujeres- que garantizan el alimento; ahora con barbijos y guantes.
En tiempos de pandemia, el problema en cualquier conurbano sigue siendo económico. La gran mayoría vive de changas, al día. La parálisis en la producción empujó a más de 10 millones de personas a solicitar los diez mil pesos de emergencia que ofrece el Gobierno. Ningún beneficiario puede ser asalariado formal o receptor de un salario social complementario.
Lucía Bianchi, coordinadora de Capacitación e Investigación de Barrios de Pie, organización social que integra la UTEP, afirma: “El coronavirus profundiza la pobreza estructural en los barrios”. Y eso que todavía no llegó con el espiral contagioso que podría hacer detonar una crisis sanitaria.
“Todos los esfuerzos de las organizaciones sociales están puestos en asegurar la alimentación”, dice Bianchi, “y en ganar tiempo para que la pandemia no se desborde”.
Según la UTEP, durante la última quincena la visita a comedores creció entre un 30 y 40 por ciento a lo largo de los 3000 barrios populares del AMBA, muchos sin agua potable, y donde el dengue azota con temperaturas altas y obliga a las organizaciones a relevar manzanas para su desinfección.
Aquí, las cuarentenas potencian otros emergentes: la violencia hacia las mujeres, los consumos problemáticos, la violencia represiva de las fuerzas de seguridad, los problemas de salud mental.
El aislamiento se vive de otra manera a cómo se preservan los sectores medios. El hacinamiento hace del pasillo, la vereda y la calle, la casa. Pero se respeta: hay menos circulación que antes. “Quedate en tu barrio”, el eslogan de la UTEP, resulta efectivo.
“La pregunta que nos hicimos fue: ¿cómo podemos ayudar los sectores medios, académicos, profesionales ante esta coyuntura? Antes podíamos dar una mano en el barrio, ahora no”, explica Bianchi.
La respuesta fue convocar a periodistas, realizadores audiovisuales, diseñadores, abogados, docentes, trabajadores de la salud o cualquier persona que pueda dar una mano de manera virtual, para fortalecer la comunicación interna en los barrios.
Hace falta diseñar recurseros, redactar protocolos o grabar audios didácticos para niños. Es necesaria la imaginación para sortear la mala conectividad, las pocas computadoras y el puñado de impresoras.
También hace falta apuntalar una campaña más extensiva: la de donación de alcohol en gel, lavandina y alimentos no perecederos. Se necesitan personas que puedan recolectarlos y esperar a que un agente sanitario los recoja para trasladarlos a los centros comunitarios.
Cualquier interesado puede ofrecerse escribiendo a universidadbarriosdepie@gmail.com
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La “esencialidad” de la producción en una pandemia: salud colectiva o ganancia Individual
El 19 de marzo el Gobierno Nacional dispuso el aislamiento obligatorio para el conjunto de la población con el objetivo de enfrentar la pandemia Covid-19. Se trata de una medida sumamente extraordinaria que dificultaría la producción de muchos de los bienes y servicios necesarios para nuestras vidas. Por ello, la cuarentena obligatoria para el conjunto de la población nació limitada. En esos límites, miles de trabajadores y trabajadoras libran una batalla cotidiana ‑y absolutamente silenciada por los medios– por sus condiciones de salud y por la posibilidad de llevar adelante las medidas de prevención necesarias. Por Julia Soul y Karina Ciolli para ANRed.
La redaccíón de las normas y la autoridad incuestionada de los empresarios
En el decreto N°297/20, el Gobierno dispuso el aislamiento obligatorio para el conjunto de la población y estableció sus límites. El DNU enumera a 24 sectores de producción y servicios cuyo personal está exceptuados de cumplir con el aislamiento ya que las tareas que desempeñan tienen un carácter esencial en la situación de emergencia sanitaria que atraviesta el país. En sucesivas normas, se sumaron 10 sectores más al día siguiente y otros 8 el 2 de abril ante la prolongación de la cuarentena.
El repaso de estas excepciones evidencia un doble objetivo por parte del Estado: el primero, gestionar las actividades sociales y las tareas que se desprenden de la Emergencia Sanitaria y la cuarentena obligatoria (además del obvio personal de salud, los trabajadores y trabajadoras de comedores populares y merenderos, las fuerzas de seguridad, la industria de la alimentación, etc). El otro, sostener los resortes de actividad productiva que garanticen la continuidad de la inserción de la producción de Argentina en el mercado mundial – fundamentales para sostener las políticas de compensación y contención social anunciadas. Es por ello que, además de la amplia definición de ciertos sectores, la actividad agropecuaria en toda su cadena continua funcionando normalmente, exponiendo a los trabajadores del sector a condiciones sanitarias deplorables.
La paralización forzada de la producción de bienes o de servicios es absolutamente contraria al interés de los empresarios individuales. De allí que cada uno ellos intente definir su actividad como parte de las “excepciones” y continuar con las tareas normalmente, haciendo uso de la autoridad y del poder que tiene sobre los trabajadores y trabajadoras que dependen de su salario. En contrario, los y las trabajadores entienden que su interés inmediato es preservar su salud y la de sus familias, evitando los desplazamientos y la exposición al contagio tal y como recomiendan las autoridades. Entonces, la lógica de prevención de la salud de la población dispuesta por la Emergencia Sanitaria lleva a un cuestionamietno de la lógica empresaria. Es por ello que la condición de esencial no debería ser definida unilateralmente por el empleador, como expresa un informe elaborado por Guillermo Pérez Crespo del Taller de Estudios Laborales que analiza la normativa que regula la vida laboral durante la cuarentena.
¿Quién establece la “esencialidad”?
El listado de sectores exceptuados abarca una amplia red de empresas que elaboran productos, finales, proveedores, empresas tercerizadas que les prestan servicios, entre otras. Es así que la “esencialidad” de las actividades de cada establecimiento la deciden los empresarios, a partir de la interpretación que realicen de la normativa sobre el tema. Esta es la respuesta unánime de la consulta realizada a abogados laboralistas, trabajadores, delegados y referentes sindicales de diferentes sectores de la producción. En el trasncurso de la medida de ailamiento, se advierte que, contra los criterios de esencialidad que esgrimen los empresarios, surgen criterios de los trabajadores, dando lugar a conflictos al interior de los espacios de trabajo.
Desde la vigencia de la cuarentena obligatoria han circulado denuncias de trabajadores de call centers abocados a tareas administrativas o comerciales (de empresas de diversos rubros) que eran intimados a concurrir al trabajo. En Mastellone Hnos. (principal grupo del país dedicado a la industria lactea) las y los trabajadores administrativos fueron obligados a continuar recurriendo al lugar de trabajo. Luego de una exigencia hacia la gerencia el trabajo se reorganizó mediante “home office” y “guardias”. Los trabajos de remodelación, montaje y obras también son cuestionados: un trabajador de Unilever advierte que “siguen trabajando empresas contratistas haciendo tareas de remodelación del edficio que no son de urgencia, exponiendo a terceros y a nosotros, los operarios, a un flujo de gente innecesaria en la planta”. El carácter esencial de los productos es otra discusión: algunas Comisiones Internas (Mondelez, Pepsico, Felt Fort, Bimbo) cuestionan que las golosinas y snacks sean esenciales para la vida social y reclaman el acatamiento de la cuarentena por parte de las empresas.
A su vez, los trabajadores entienden que la producción esencial es aquella destinada al mercado interno. En términos de un trabajador de Unilever: “no creemos que [el jabón en polvo] sea un producto esencial, ya que la compañía trabaja con mucho stock y estamos produciendo para exportación a Chile, Paraguay, Uruguay y Trinidad y Tobago (…)”. La Comisión Interna del Frigorífico Rioplantense se expresó en el mismo sentido respecto de los niveles de operación del establecimiento. La Federación de Trabajadores Aceiteros discutió con las cámaras empresarias la esencialidad de una parte importante del sector efectivamente ligado al sector exportador, pero no a la Alimentación. Frente a la imposibilidad de imponer el cumplimiento de la cuarentena, la organización avanza en el establecimiento de protocolos de prevención y el control de su cumplimiento a través de los Comités Mixtos de Seguridad e Higiene. El carácter inmediato del consumo del producto es otro criterio que esgrimen las organizaciones sindicales. En Campana, la Unión Obrera Metalúrgica entiende que la producción de la planta de Tenaris – Siderca no es esencial, puesto que la producción se orienta a excavaciones y perforaciones futuras. Sin embargo, la empresa sostiene que puede producir normalmente puesto que entra en las excepciones contempladas para el rubro de producción y transporte de energía. En comunicados emitidos ante el anuncio de la cuarentena obligatoria y su prórroga, el sindicato ha expresado que “(…) ninguna actividad vinculada a la industria siderúrgica, metalmecánica, autopartista ni metalúrgica de nuestra región se encuentra alcanzada por las ezcepciones (…) para continuar con actividades productivas” En la actualidad sólo están trabajando unos sesenta operarios por turno en las “áreas ininterrumpibles” (que no pueden detenerse sin causar serios deterioros a los equipos).
En relación con esta contradicción, la Asociación de Abogados Laboralistas ha solicitado el control efectivo del cumplimiento de las medidas de aislamiento y advierte que las nuevas regulaciones deben interpretarse atendiendo a que “la regla es el aislamiento y la excepción es el funcionamiento de las actividades mencionadas”. Desde la UOM Campana plantean la necesidad de control e inspecciones y sostienen que “el Decreto deja algunos grises [y los trabajadores] corremos el riesgo de algún tipo de represalia por parte de la empresa (…)”
Trabajadores, Sindicatos y Estado.
En el sistema de relaciones laborales, las diferencias y conflictos que enfrentan a trabajadores y sindicatos con los empresarios se dirimen en ámbitos institucionales dependientes del Ministerio de Trabajo. En varios casos, la intervención de los Ministerios (provinciales y nacional) ha fortalecido la lógica del interés particular del empresario sobre la lógica de salud pública. La Federación de Trabajadores Aceiteros y Desmotadores considera que la actividad de las desmotadoras no reviste carácter de esencial. En contrario, las empresas que sostienen su operación argumentando que proveen materias primas a la elaboración de insumos sanitarios (batas, barbijos, etc) y han enviado telegramas de intimación a los trabajadores bajo amenaza de despidos. En un comunicado el Sindicato de Trabajadores Aceiteros y Desmotadores de Santiago del Estero explica que “(…) hemos solicitado la intervención del Ministerio de la Producción y de la Secretaría de Trabajo de la Provincia así como del Ministerio de Producción de la Nación (…) con resultados negativos en ambos casos”. Otra suerte corrió el reclamo del SUTNA (trabajadores del neumático) ante el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Córdoba. Este organismo había autorizado el funcionamiento de una empresa de neumáticos, que se consideraba integrada al sector transporte. Ante el reclamo sindical, el Ministerio provincial reconoció no tener atribuciones para declarar excepciones y se logró el acatamiento del aislamiento por parte de la empresa.
El Ministerio de Trabajo decretó conciliaciones obligatorias al menos en dos casos: a URGARA (Peritos Recibidores de Granos) que el 20 de marzo anunciarion una huelga por considerarse abarcados por la cuarentena y en el rubro papelero, para normalizar la producción en plantas cuyos trabajadores y representantes sindicales no consideraban “esenciales”. En Tandil, la seccional local de la UOM interrumpió la producción en una fábrica de válvulas de seguridad para máquinas industriales de la industria alimienticia. Ante la disputa sobre la esencialidad o no de tal tarea, empresa y sindicato recurrieron a las autoridades municipales, no al Ministerio de Trabajo. En el ámbito local entonces, acordaron que la empresa presente al Municipio una declaración jurada en la que conste que es proveedora de firmas ligadas con el rubro de Alimentación.
Los casos y las denuncias se multiplican, con distinta suerte para los colectivos de trabajadores. Lo cierto es que la discusión sobre la excepcionalidad pone de manifiesto que el mundo de la producción está regido por criterios y lógicas incompatibles con lógicas que garanticen la prevención colectiva de la salud. Y que el carácter disperso, contradictorio y confuso de las intervenciones de los diferentes organismos estatales – salvo cuando medio la fuerza sindical – ha reforzado los primeros. En los hechos las resoluciones que regulan la vida laboral apenas cuestionan la autoridad de los empresarios individuales para continuar organizando la producción de acuerdo con sus intereses. En este contexto, son los trabajadores, los cuerpos de delegados, las comisiones internas y – en algunos casos – las organizaciones nacionales, los que pueden garantizar que prevalezca el interés colectivo de la prevención por sobre el interés privado de la acumulación de capital.
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TRABAJADORAS EN CUARENTENA
Mamá está en una reunión: doble jornada laboral en casa
El home office o teletrabajo en medio de la cuarentena deja en evidencia muchos problemas relacionados con la jornada laboral y el trabajo de cuidados no remunerado, que realizan mayoritariamente las mujeres.
Por Celeste Murillo
La imagen que ilustra este texto dio vueltas en las redes sociales y convirtió en meme una realidad que viven muchas mujeres que están trabajando desde sus casas durante la cuarentena obligatoria dispuesta por el gobierno (esto no es igual para todas las mujeres, muchas trabajan en sectores esenciales, otras son precarizadas, trabajan de manera informal o están desocupadas).
Solemos asociar la idea de home office a una ejecutiva en un ambiente calmo, impoluto, silencioso y con dispositivos de última tecnología. Pero la realidad se parece más a una docente dando clases virtuales, una empleada administrativa peleando con el Excel o una operadora de call center tratando de atender una llanada, en un ambiente compartido, con mala conectividad, poco espacio, desordenado y mezclado con la vida familiar (una minoría tiene un lugar exclusivo en el hogar). Esa mezcla entre familia y trabajo crece con el aislamiento social obligatorio.
El teletrabajo o home office abrió ya varios debates necesarios sobre la jornada laboral en hogares hiperconectados. El control de las empresas, omnipresentes mediante herramientas informáticas, el problema de los datos de las personas que “abren” sus dispositivos para trabajar, los límites borrosos de la jornada laboral que imponen jefes demandantes o la facilidad de la comunicación transformada en disponer de la fuerza de trabajo 7 días por semana, 24 horas al día.
Trabajadoras jornada completa en todas partes
Estos problemas, para las mujeres, muchas jóvenes y madres solteras, se combinan con las tareas de cuidado, que siguen y se multiplican en cuarentena. Si niños y niñas no van a la escuela, ¿quién los cuida? ¿Quién hace la tarea con ellos, quién se encarga de los juegos? Aunque es probable que el confinamiento en casa haya trastocado algunas realidades, las mujeres son las que dedican el doble del tiempo a estas tareas, indispensables y no remuneradas. Pasaba antes de la cuarentena y pasa ahora. Un estudio reciente del Indec muestra que 8 de cada 10 mujeres realizan tareas domésticas en el hogar, el doble que en el caso de los varones.
Durante la cuarentena, esta realidad se traduce en sobrecarga y jornadas que parecen no terminar. Muchas mujeres realizan teletrabajo mientras cuidan a sus hijos e hijas o a personas mayores. Que sean ellas quienes realizan esas tareas no tiene que ver con la cuarentena sino con el rol asignado a las mujeres en las sociedades capitalistas (aunque el patriarcado ya existía desde antes), encargadas de las tareas del hogar y el cuidado infantil, como una extensión de su capacidad biológica de reproducir la vida (que nada tiene que ver con esas tareas).
Esa desigualdad no se termina al salir de casa. Los roles, basados en prejuicios patriarcales, se reproducen en el mercado de trabajo. Esto alimenta diferentes fenómenos, desde la brecha salarial hasta las “paredes de cristal”, como explica Mónica Arancibia en “Brecha salarial: más trabajo y menos salario para las mujeres”, cuando señala que las mujeres “están sobrerrepresentadas en tareas vinculadas a las actividades domésticas y de cuidado. Es como una extensión del rol asignado a las mujeres en sus casas trasladado al tipo de trabajo que ‘deberían realizar’. En la Argentina las mujeres son mayoría en el trabajo en casas particulares (94,7 %), en la enseñanza (tres de cada cuatro ocupados son mujeres) y en los servicios sociales y de salud (dos de cada tres ocupados)”.
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A eso se suma que, al ocupar mucho más tiempo en las tareas de cuidado no remuneradas, las mujeres tienen menos horas disponibles para trabajar en el mercado laboral de forma paga. Según los últimos datos disponibles de la encuesta de uso del tiempo realizada por el Indec en 2013, las mujeres le dedican en promedio 6,4 horas diarias a las actividades domésticas, mientras que los varones destinan solo 3,4 horas. Esto hace que más mujeres que varones se empleen en trabajos part-time o con mayor flexibilidad horaria.
La no disponibilidad de los servicios que socializan aspectos del cuidado (o trabajo reproductivo), como las escuelas, muchos locales de comida, lavaderos, entre otros, muestran la realidad que viven millones de mujeres que multiplican sus tareas en un contexto de ajuste, al no poder acceder a la solución “social” que ofrece el mercado. Como señala Lucía Ortega, aunque es difícil medirlo estadísticamente, “en un contexto de suba de precios y deterioro de los ingresos tienden a intensificarse las tareas del hogar, por la necesidad de reemplazar productos adquiridos en el mercado por otros realizados internamente para abaratar gastos. Entre ellos, la elaboración de alimentos, el cuidado de adultos mayores y niños, la contratación de personal de limpieza. A eso se agrega el achicamiento de servicios provistos por el Estado (educación, salud)”.
Estos problemas hace tiempo son parte de las demandas y los debates en el feminismo. ¿Qué lugar tiene el trabajo reproductivo en las sociedades organizadas alrededor de la explotación del trabajo asalariado y las ganancias de los capitalistas? La movilización de las mujeres tradujo algunas de estas discusiones en consignas como “No es amor, es trabajo no remunerado”, en referencia a los prejuicios patriarcales (aprovechados hábilmente por el capitalismo) que asignan las tareas de cuidados a las personas de un género. Visibilizar el trabajo reproductivo, feminizado y no pago (del que se benefician principalmente empleadores privados y estatales) es parte de la crítica de las desigualdades naturalizadas en una sociedad desigual por definición.
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CÓRDOBA/CORONAVIRUS
Cuarentena| Mc Donald’s no solo no paga salarios: también amenaza con sanciones
En medio de la cuarentena, la cadena de comida rápida, como la mayoría de las empresas, solo piensa en cómo duplicar sus ganancias a costa de la vida de sus empleadas. Dejamos aquí el testimonio de Larisa, trabajadora de una de sus sucursales que la cadena posee en Córdoba.
Por Noel Argañaraz
Primero debemos recordar que el gigante estadounidense de comida rápida, McDonald’s, obtuvo unos beneficios netos de 5.924 millones en 2018, un 14 % más respecto al año anterior y se calcula que el año pasado fue aún mayor, mientras atraviesa cambios estratégicos en su sistema de franquicias para mejorar la facturación.
Frente a las medidas de aislamiento impuestas por los Estados por el Covid-19, estas cadenas siguen vendiendo por la modalidad del delivery y preparan combos para no perder ni un centavo.
Esta empresa que gana unos 62 millones de dólares por día, no quiere pagarles a sus trabajadores en plena crisis sanitaria, sino que por el contrario, amenazan con aplicar sanciones.
Larisa, empleada de la firma, narró a La Izquierda Diario: “La situación que estamos viviendo les laburantes de Mc Donalds es atroz. Los shoppings cerraron el miércoles por la cuarentena total; pero ya hacía desde el lunes de esa semana habían empezado a recortar los puestos, éramos 2 empleados en todo el local encargándonos de todo. Lo que siguió a eso fue incertidumbre, no sabíamos si nos iban a pagar esa quincena que venía con el presentismo o si nos iban a pagar horas mínimas o si nos iban a pagar directamente. Todes preguntábamos por los grupos y no decían que íbamos a recibir respuestas cuando los gerentes la tuvieran, ya que ellos «están al mismo nivel que nosotros».
La respuesta nos llegó el 25 de marzo. Nos dijeron que teníamos que hacer una llamada por Skype, la regenta del local nos explicó que la situación de todos era muy diferente, ya que algunos habíamos llegado a trabajar, algunos no habían trabajado ningún día de la semana, y otros directamente no tenían presentimos. En pocas palabras la respuesta fue que no nos van a pagar la segunda quincena de marzo y que estábamos todos obligados a realizar una serie de cursos a través de internet. Que a fin de mes se va a enviar una lista de cada empleado con los cursos realizados, quienes no los tengan puede recibir hasta sanción. “
Ya en ese mismo lugar de trabajo, habían denunciado que un trabajador se quemó el brazo con aceite y que la empresa no lo reconoció por el horario en el que fue el accidente. Ejemplos como estos, de lo poco que le importan nuestras vidas a empresas, sobran día a día.
Turnos cubiertos por menos personal del que se necesita es moneda corriente y los accidentes por tener que trabajar más entre menos trabajadores son lógicos, cuando debería estar todo el personal trabajando para atender a tiempo los pedidos.
Larisa prosigue y agrega que ante la cuarentena “Lo único que nos dijeron es que no nos van a pagar la quincena que nos corresponde y que se verá qué pasa con la primera quincena de abril. Y a eso hay sumarle la exigencia de un laburo no remunerado: los benditos cursos obligatorios, que van a ser remunerados a los primeros 5 que logran terminarlos, con unas entradas al cine. Ahora estamos a la espera de ver qué van hacer con esta quincena, ya que muches sí trabajamos y nos deben esas horas. Después, lo único que saben decirnos es que cada provincia es diferente y que cada empleado es un caso en particular, por lo que no pueden darnos una respuesta concreta en general”.
En estos días, desde el Frente de Izquierda Unidad y desde el PTS, venimos impulsando campañas para que se escuchen nuestras demandas, como la inmediata prohibición de despidos junto a licencias pagas al 100 por ciento del salario. Así como también salario de cuarentena de 30 mil pesos para todes quienes no puedan trabajar por la cuarentena. Éstas son medidas mínimas para que las patronales no se aprovechen de la crisis sanitaria para explotarnos, dejarnos sin plata para vivir o comer y que nadie quede en la calle.
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La Corriente Federal de Trabajadores de la CGT apoya y valora el esfuerzo de lxs trabajadorxs bancarixs en la resolución de un problema que no generaron, priorizando la solidaridad con la sociedad frente al riesgo de la pandemia.